(Penúltimo capítulo)

Un par de pelinegros miraban un talismán, mientras telepáticamente le transmitían un mensaje a su hijo menor.

Goten, cariño, ¿Me escuchas?, decía Milk, al tiempo que el corazón que había proyectado el talismán se iluminaba más.

Si nos esta escuchando princesa, respondió Gokú.

¿Lo dices el brillo del corazón reflejado por el talismán?, contesto la pelinegra.

Sí, por ello, dijo el apuesto hombre.

Dentro del talismán:

Papi, mami, ¿Por qué yo sí puedo oírlos y ustedes a mi no?, decía con nostalgia el niño de cabello alborotado.

Hijo, escúchame, se oyó en el lugar.

¡Papi! expreso Goten.

Cierra tus ojos, y concéntrate solo en tu respiración por 5 minutos, o mejor dicho cuenta hasta 300 y luego exhala e inhala 10 veces, luego de ello, dirígete a nosotros sin presiones, y verás que podrás escucharnos, acotaba la voz de su padre.

Bien papi, dijo el niño.

Cabaña:

El celular de uno de los jóvenes esposos Son sonaba mientras ellos esperaban escuchar la voz de su hijo.

Es el mío, expreso Gokú, antes de contestar la llamada. Madre, dime....

Mientras el joven señor Son platicaba con su madre, la esposa de él, seguía con los ojos cerrados, muy concentrada, esperando oír la voz de su hijo menor.

Me alegro mucho por ellos, decía Gokú, al tiempo que su esposa abría sus ojos, para posar su mirada en él.

¿Qué ha pasado?, pronunció Milk.

Túrles y Vegueta recuperaron sus voces, contesto el apuesto hombre, luego de ello continuó con su platica telefónica por algunos segundos más, antes de concluirla.

¡Qué bueno! dijo la pelinegra, haciendo una pausa para añadir con preocupación: Eso significa que Cirys al caer al abismo falleció, pero de ser así ¿Por qué no se liberó Goten del talismán donde lo encerró?

No comprendo ello amor, se supone que los hechizos se destruyen cuando la persona que los lanza deja de existir,..., contestaba Gokú.

¿Entonces mi niño...?, decía la pelinegra.

Él es fuerte y muy valiente, yo sé que Goten, podrá salir del talismán, pero lo primero debe lograr que nosotros escuchemos su voz.

En tanto:

Un grupo de soldados bajaban con ayuda de unos arneses por una montaña.

¿Ven algo?, escucharon los soldados.

No, respondieron alguno de estos, mientras otros miraban a todos lados.

Allá, dijo uno de ellos, haciendo que los otros dirigieran su mirada hacia el lugar indicado.

Bájennos un poco más, expreso el líder del grupo de rescatistas.

Cabaña:

Mami, papi, escucharon los pelinegros.

Goten, dijeron a la vez ellos, mientras en sus rostros se plasmaba una ligera sonrisa.

¿Ahora si me escuchan?, oyeron.

Si mi niño, expreso Milk, con lágrimas en los ojos.

Hijo, escúchame con atención, te indicare la manera de romper el talismán donde te encerró Cirys, pronunció Gokú.

Bien papi, escucho.

Primero que nada, ubica la salida del talismán, de hecho, debes verla como un agujero muy brilloso..., decía el apuesto hombre de cabello alborotado.

El agujerote, escucho.

¿El agujerote?, agrego Gokú, con una cálida sonrisa, mientras su esposa lo miraba con calidez.

Siempre ha estado sobre el lugar donde estoy, es muy grande, pero está muy alto, escucho.

Lo imagino, dijo el hombre de cabello alborotado haciendo una pausa para añadir: Necesito que saques la mayor energía de tu cuerpo....

Energía, escucho.

Sí, hijo, yo sé que puedes hacerlo, solo debes concentrarte mucho más que antes y lograras sacar mucha energía de tu cuerpo, una vez que hayas logrado toda esa energía canalizarse en una de tus manos, lánzala hacia el agujero y en cuanto este se empiece a romper, pronuncia las palabras "Todo término, regresare junto a mi familia" y volverás al lugar donde nosotros estamos...

Montaña:

La encontramos, decían unos soldados.

Esta viva, pronunció otro, tras tomarle el pulso a la hechicera, que estaba llena de golpes y cortaduras que había manchado de sangre su roja.

Un helicóptero, añadió otro de los soldados.

Tras algunos minutos, los soldados evacuaron a la hechicera a un hospital del pueblo, hasta que la estabilizaran y la puedan trasladar a la cárcel de Paoz, donde se le dictaría su sentencia.

Hospital:

Im...po...si...ble, balbuceo la hechicera, haciendo que el soldado que la vigilaba, que era el mismo hombre que había quedado encandilado con la joven, se acercara a ella.

Estás reaccionando, dijo el soldado, haciendo que dos soldados que custodiaban la puerta de la habitación, entraran a ella.

¿Ya despertó?, expreso uno de ellos.

No, pero si hablo algo, aunque no le entendí bien, contesto el otro soldado, mientras la hechicera trataba de empuñar sus adoloridas manos.

¡Maldición! iré a la cárcel, pensó Cirys, cuando sintió una energía muy fuerte a pesar de su debilidad, una energía que aumento su rabia. Chiquillo condenado, logro salir de mi talismán, pensó.

Cabaña:

Hijo, decían Gokú y Milk, mientras se acercaban a abrazar al niño.

Papi, mami, los extrañe mucho, respondió Goten con voz quebrada.

Nosotros también te extrañamos, pronunciaron los jóvenes esposos Son.

Calma mi niño, todo termino, añadió la pelinegra, al tiempo que su esposo recibía una nueva llamada.

Es la policía, dijo Gokú, luego de ello contesto la llamada. Ya está fuera de peligro, expreso. Bien, si, si, entiendo...

Minutos después:

Volvamos a casa, nuestra familia nos espera, pronunció Gokú.

¿Qué te dijeron?, contesto Milk.

En cuanto Cirys este en condiciones de hablar, se le apertura un juicio para que le den su condena, ¡Ah! también me dijo el jefe de los policías, que ya envío un helicóptero para que nos recoja, de seguro ya debe estar por llegar, respondió el hombre de cabello alborotado, al tiempo que un ruido se escuchó en el lugar.

Creo que ya llego, dijo Milk, mientras su hijo menor sonreía.

La joven familia Son, salieron de la cabaña y abordaron el helicóptero, luego de casi una hora de vuelo, llegaron a Paoz, el lugar donde los esperaban su familia y amigos.

De nuevo en casita, pronunció Goten, tras bajar del helicóptero en el helipuerto de la estación policial.

¡Gracias por el apoyo! expreso Gokú, mirando al jefe de los policías que se había acercado a recibirlos.

Para eso estamos, para dar apoyo, dijo el hombre de uniforme.

¿Ya podemos irnos?, pronunció Goten.

Si cariño, expreso Milk, posando su mirada en el jefe de los policías para decir: ¡Gracias!

Luego de ello los Son, salieron de la estación policial, bajo la mirada del jefe de los policías.

Es muy bella mujer, pero lamentablemente esta casada, con un hombre que la ama, y con quien tiene dos hijos, expreso, al tiempo que otro uniformado se acercó a él.

Ya esta lista la celda para recibir a la hechicera hasta que se le dicte sentencia, decía el oficial.

Bien, dijo el jefe de los policías, haciendo una pausa para acotar: ¿Cuándo le dan de alta?

En dos días, contesto su subalterno.

Es increíble que haya sobrevivido, agrego el jefe.

Ello mismo dijeron los médicos cuando les informamos sobre su caída, respondió el subalterno, haciendo una pausa para acotar: De seguro su magia la protegió.

De hecho, contesto el jefe.

¿Y no será riesgoso tenerla aquí?, acoto el subalterno.

Más riesgoso sería enviarla a la cárcel general, sin aún haberle preparado una celda adecuada para recibirla, respondió el jefe.

Cierto, contesto el subalterno.

Casa Ox:

Ya estamos en casa, decía Gokú, tras bajar de un auto con su familia.

Si, casita, casita, expreso Goten, al tiempo que la puerta principal del lugar se abría.

Hermanito, escucharon.

¡Gohan! pronunció el niño de cabello alborotado, mientras corría hacia su hermano.

Estás a salvo, estás a salvo, contesto Gohan, mientras abrazaba a su hermano menor, al tiempo que los abuelos del niño se acercaron a este.

Abuelos, dijo Goten, mientras era abrazado por sus tres abuelos.

Todo termino, expresaron Gokú y Milk, mirando a su familia.

Todo termino, pronunció Gohan, esbozando una gran sonrisa.

Sí, todo termino, agrego Goten, con una cálida sonrisa, tomando cada una de las manos de sus padres.