Capítulo 20: La señal de la esperanza
(Últimos capítulos)
Un par de pelinegros abordaban un auto, bajo la mirada de su hijo, padres y empleados de la casa.
Cuídense mucho papitos, decía Gohan, mientras su abuela lo abrazaba.
Cuídense hijos, agregaron Gine, su esposo y suegro, mientras los pelinegros asentían.
Una vez que Gokú y Milk estuvieron dentro del auto, este emprendió camino.
Será un viaje largo y cansado, expreso el hombre que iba al volante.
Lo sabemos, pero ello no importa, lo único que queremos es recuperar a nuestro hijo, contesto Gokú, mientras entrelazaba los dedos de una de sus manos con los dedos de una de las manos de su esposa, quien coloco su cabeza sobre su hombro. Tranquila princesa, todo saldrá bien, añadió el hombre, depositando un beso en los cabellos de su esposa.
En tanto:
Una peliroja se encontraba sentada en una silla, junto a una mesa, mirando un libro de hechicería, junto al libro que estaba ubicado en la mesa, había un talismán el cual por momento tomaba un brillo especial.
Eres como tu padre, te reúsas a ser manipulado, dijo con molestia la hechicera, tomando el talismán para guardarlo en su bolsillo, ante ello, sintió una especie de energía salir del talismán, e impedir que ella pudiera lograr su propósito. ¿Qué esta pasando?, expreso Cirys, mirando el talismán, que por momentos parecía emanar energía.
Dentro del talismán:
¡Qué divertido! Si Gohan me viera hacer esto, se sorprendería, decía el niño, mientras con sus manitos formaba unas bolas de energía que lanzaba al aire.
De repente una voz que él no deseaba escuchar, hizo que detenga su juego.
Mini Gokú, ¿Qué haces?, decía la voz en tono molesto.
Pero el niño, no respondió nada.
Eres muy hábil de seguro estás poniendo en practica algún hechizo que te enseñe, ¿Verdad?, escucho.
No, solo estoy jugando, expreso Goten, a pesar de su temor.
Pues deja de hacerlo, dijo furiosa la hechicera, haciendo que el niño empiece a llorar del temor que sintió.
Auto:
Una pelinegra llevaba sus manos a la altura de su corazón, mientras su esposo posaba su mirada sobre ella.
¿Pasa algo princesa?, pronunció Gokú.
Goten, está llorando respondió Milk, mientras en una de sus manos tenía un pedazo de cristal.
¿Qué?, dijo el apuesto hombre de cabello alborotado.
Mi niño esta lleno de miedo, puedo sentir su tristeza, oír sus lágrimas, contesto Milk.
Gokú, no respondió nada, solo tomo una de las manos de su esposa, la que tenía el pedazo de cristal, y cerro sus ojos, para tratar de percibir lo que su esposa decía, tras algunos segundos de permanecer con los ojos cerrados, logro oír el llanto de su hijo.
¿Qué le has hecho a mi hijo Cirys?, pensó, a los pocos segundos abrió sus ojos, y mirando a su esposa dijo: Enviémosle una señal a nuestro hijo.
¿Qué?, ¿Una señal?, respondió Milk.
Sí, una señal de esperanza, él la necesita, y nosotros podemos hacerle llegar la misma al lugar donde se encuentre, solo debemos concentrarnos, contesto Gokú.
Sí, tienes razón, pronunció la pelinegra, cerrando los ojos al igual que su esposo, mientras el hombre que iba al volante seguía conduciendo.
Mientras tanto:
Un pequeño niño de cabello alborotado sollozaba en silencio, cuando de repente vio escribirse sobre la arena frente a él algo que llamo su atención.
No temas, estamos yendo por ti.
Mami, papi, dijo el niño, secándose las lágrimas, para acercarse más a ver lo que se había escrito sobre la arena.
El niño saco el cristal que tenía guardado en el bolsillo de su pantalón y lo miró fijamente.
Son papi y mami, ellos están viniendo a rescatarme, expreso el niño, esbozando una sonrisa en su entristecido rostro.
Auto:
Mi niño, espero hayas recibido nuestra señal, pensaba Milk.
Lo ha recibido, estoy seguro de ello, expreso Gokú.
¿Leíste mi mente?, contesto la pelinegra con calma.
¡Eh! ¡Disculpa princesa! Se que prometí no volver a usar esta virtud, es mas hace mucho que no leo la mente de nadie, pero esta vez no fue intencional....
No te disculpes, se que no fue intencional, además es lógico que hayas sabido lo que pensaba, pues estamos conectados, dijo Milk con calidez.
Sí, ello es cierto, respondió Gokú, abrazándola.
Dentro de un talismán:
¿Cómo lo harían?, ¿Yo también podre hacerlo?, pensaba el niño de cabello alborotado, mientras con sus manitos escribía algo en el suelo. Tras algunos minutos cerraba sus ojitos, mientras pensaba: Quiero que mi mensaje les llegue a papi y mami.
Luego de algunos segundos, el niño abrió sus ojitos, y miro el cristal que sostenía en sus manos.
Parece que no les llego mi mensaje, los dos parece que platican, además están en un auto. Claro, están en un auto, entonces como lo que escribí podría llegarles, dijo el niño, tornándose nuevamente pensativo.
Tras algunos minutos, el niño pronunció: Ya sé qué hacer.
En tanto:
Una peliroja tomaba una cartera, mientras pensaba: Necesito ir a comprar esos pasajes lo antes posible.
Tras algunos minutos la hechicera salió de la casa, abordo una camioneta y emprendió camino.
1 hora después:
¿Cómo que están agotados?, decía molesta la hechicera.
Es que es la verdad señorita, no queda un solo boleto ya para ese destino, respondía con temor un hombre bajito de bigote.
¿Y para mañana?, ¿Tampoco hay un maldito boleto?, dijo con molestia Cirys.
Déjeme ver señorita, expreso el hombre, con cierto temor, mientras miraba en una pantalla, mientras su rostro palidecía.
¿Qué sucede?, pronunció con firmeza Cirys.
No lo hay señorita, no tenemos boletos hasta el fin de semana, contesto el hombre, mientras una gota de sudor bajaba por su rostro, al tiempo que agregaba: Pero si hay una cancelación de algún boleto en estos días, yo se lo aparto y le aviso, solo déjeme sus datos y algún número para contactarla.
La hechicera respiro profundamente, mientras miraba con molestia al hombre.
No es necesario, esperare hasta el fin de semana, dijo Cirys, mientras pensaba: Ni que fuera tan idiota, de seguro la familia de Gokú y de ella, andan buscándome.
Como guste señorita, respondió el hombre con cierto temor.
Luego de ello, la hechicera salió del lugar, y abordo la camioneta, mientras pensaba: Necesito salir del país, solo así nadie podrá encontrarnos, pero debo esperar un poco para que ello sea posible.
2 horas después:
La hechicera, llego a la casa, llevando consigo varias bolsas de papel, las cuales las coloco sobre una mesa, al hacerlo hubo algo que llamo su atención, un pedazo de cristal que ella tenía en esta estaba hecho pedazos.
¡No puede ser posible! pensó.
Cirys tomo un pedazo del cristal, y entonces pudo ver a los pelinegros, quienes viajaban en un auto.
¡Malditos! ¿Cómo pudieron salir?, dijo Cirys con rabia, mientras miraba fijamente a la pareja. Están buscándome, estoy segura de ello, pero no podrán encontrarme, no lo harán, esta zona es la más segura que pude encontrar. Si, es una zona muy segura.
Talismán:
Un niño de cabello alborotado, haciendo un movimiento con sus manitos, hacia caer agua, mientras sonreía.
Si, resulto, pensó el niño, al tiempo que un pensamiento paso por su mente. Lluvia, si, esa puede ser mi señal para con mami y papi.
Auto:
¿Cuánto falta para llegar?, decía Milk.
Todavía cinco horas señora, respondió el chofer.
Tanto, expreso la pelinegra.
Calma princesa, Goten, esta bien, lo sabemos, pues lo sentimos, dijo Gokú, abrazándola, de repente empezó a llover, pero no era una lluvia normal, era una lluvia cálida, es más los jóvenes esposos Son, podían asegurar que ellos veían caer en vez de lluvia pequeño destellos de luz.
¡Goten! expreso Milk.
Sí, es Goten, nos está enviando una señal en respuesta a nuestra, respondió Gokú.
Respóndamele, dijo la pelinegra.
Hablémosle a través del cristal, tal vez él no pueda respondernos, pero estoy seguro que podrá oírnos, contestó el apuesto joven de cabello alborotado.
Yo también creo ello, respondió Milk, mostrándole el cristal a su esposo.
Talismán:
Un niño de cabello alborotado escuchaba claramente lo que su madre y padre le decían, mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas.
No llores cariño, te rescataremos, no importa el lugar donde esa malvada mujer te tenga, tu padre y yo, te encontraremos, decía Milk, con calidez.
Así es hijo, solo sigue siendo un niño valiente, como hasta ahora, nosotros estamos yendo en tu búsqueda, agregaba Gokú, haciendo una breve pausa para acotar: Necesito que en cuanto te digamos que llegamos a Ciudad Nevada, tu vuelvas a provocar esta lluvia cálida, esa será tu señal para con nosotros.
Sí, esa será la señal de la esperanza, pues sabremos que estamos muy cerca de ti, añadió Milk.
Como ya te dije, nosotros no podemos oírte, pero tu si a nosotros, por ello, usaremos esta señal, ¿Entendiste hijo?, pronunciaba el hombre de cabello alborotado, mientras miraba a su hijo asentía, al tiempo que la imagen que se proyectaba en el cristal se iba poniendo borrosa.
Papi, mami, decía desesperadamente Goten.
Mantén la calma, es normal que no podamos hablar por mucho tiempo, el cristal debe recargarse de energía para una nueva platica, fue lo último que escucho el niño.
Están viniendo por mí, están viniendo por mí, pronunció el niño, mientras sus ojitos se iluminaban.
Auto:
Goten, mi niño, decía Milk, con voz quebrada.
El estará bien, es un niño muy valiente princesa, respondió Gokú.
Lo sé, pero...
Amor, hay que tratar de pasar los más desapercibidos, para que Cirys no detecte nuestras energías, expreso el hombre de cabello alborotado.
Comprendo, el ponerme triste, le da a Cirys la oportunidad de ubicarnos, contesto la pelinegra.
Así es amor, por ello, hay que mantener la calma, ella no puede ubicarnos, nosotros somos los que debemos dar con ella, respondió el hombre de cabello alborotado.
Sí, dijo Milk.
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