Capítulo 14: Yendo a tu encuentro
Un niño de cabello desordenado tenía sus ojitos cerrados, mientras sostenía una plática telepática con su progenitor.
Ya entendí papi, decía el niño, mentalmente.
Bien Goten, entonces procura obtener la información que te pedí y me lo transmites telepáticamente, escucho.
Entendido papá, respondió el niño.
Hijo, recuerda no comer nada de lo que ella te da, ella no es una genio como te hizo creer, es una perversa hechicera como te lo comente, y por lo mismo, no se puede confiar en ella, escucho.
Si, papá, ya me di cuenta de ello, respondió con nostalgia el niño.
Goten, sé que no es fácil no comer nada durante un día, pero tendrás que hacer ese sacrificio hijo, solo así, evitaremos que Cirys te de alguna pócima maligna, escucho.
Comprendo, dijo el niño con nostalgia.
Bien hijo, entonces averíguame lo que te pedí, pero se cauteloso Goten, Cirys es muy astuta. ¡Ah! algo más procura mantener tu mente en blanco cuando estés cerca de Cirys, ella sabe leer la mente, escucho.
¿En verdad?, dijo el niño, llevando sus manitos a su boca, pues no solo lo pensó, sino además lo hablo.
¿Me estás hablando?, pronunció la hechicera, girando su rostro, pero no obtuvo respuesta, entonces decidió ponerse de pie y caminar hacia el lugar donde estaba el niño. Tras algunos minutos de camino llego al lugar donde este estaba y tras inspeccionarlo por algunos segundos, expreso: Se quedó dormido, entonces hablo de manera involuntaria.
Luego de ello camino nuevamente hacia el lugar donde había estado y tomo nuevamente asiento, para segundos después tomar nuevamente el libro que minutos antes había estado mirando.
Minutos después:
¿Ya te despertaste?, decía Cirys, mientras el niño trataba de buscar con la mirada el talismán que su padre le indico.
Sí, contesto el niño.
¿Por qué no comiste nada de lo que te traje?, agrego la peliroja, haciendo una pausa para añadir: Me mentiste.
¿Qué?, dijo el niño, con la mayor calma que pudo.
Dijiste que esta delicioso, agrego la hechicera.
Porque es cierto, por su olor lo dije, pero me dio sueño, y no pude...., respondía Goten, quedándose callado, tras localizar con la mirada el collar que llevaba puesto la hechicera.
¿Qué observas?, expreso la mujer con firmeza.
Tu collar, es muy bonito, dijo el niño, con la mayor calma que pudo.
¡Ah! era eso, respondió Cirys.
Esa piedra, ¿Es un talismán?, acoto el niño.
¿Qué?, contesto la hechicera.
Es que se parece a un talismán que vi en un libro, dijo Goten.
Claro, pronunció la hechicera, haciendo una pausa para agregar: Si, es un talismán.
¿Lo compraste en la feria?, añadió en tono curioso el niño, mientras pensaba: Es como papá me dijo, entonces allí esta mamá.
Claro que no, lo hice yo, expreso con orgullo la hechicera.
¿Tú?, dijo Goten, fingiendo desconocimiento.
Sí, yo, expreso la peliroja.
¿Yo puedo también hacerme uno?, acotó el niño.
¿Qué?..
Quisiera hacerme un talismán, y aprender a hacer trucos de magia, dijo Goten.
¡Trucos! Lo que yo hago no son trucos, es magia de verdad, respondió la hechicera con firmeza.
¡Magia de verdad! expreso el niño sorprendido.
Sí, pronunció la peliroja.
Entonces, ¿Puedes convertir a esa silla en un carrito?, dijo Goten.
Claro, eso es algo sencillo para mí, contesto la hechicera, señalando con uno de los dedos de su mano hacia una silla, al tiempo que pronunciaba unas extrañas palabras, a los pocos segundos la silla se transformó en un carrito.
¡Increíble! expreso el niño, mirando asombrado lo sucedido.
Puedo convertir lo que quiera en lo que desee, expreso la peliroja.
¿En verdad?, contesto el niño.
Sí, dijo Cirys con firmeza, haciendo una pausa para acotar: ¿Te gustaría aprender sobre hechicería?
Sí, respondió el niño, mientras pensaba: Puede ser una buena oportunidad para libar a mami de ella.
Bien, sin duda no me equivoque contigo, contesto la peliroja, haciendo una pausa para acotar: Pero ya será otro día, hoy no puedo empezar con tus lecciones.
¿Por qué?, dijo Goten.
Debo ir al pueblo por provisiones, agrego.
¿Iré contigo?, contesto el niño, creyendo haber encontrado una oportunidad para saber en qué lugar estaba y tal vez comer algo que no haya sido preparado por la hechicera.
No, tú te quedaras acá, respondió con firmeza Cirys, mientras pensaba: Necesito conseguir lo necesario para hacer una pócima que me permita controlarte por completo.
Pero...
Te quedas acá, agrego la peliroja, con firmeza, causando temor en el niño.
Como digas, dijo Goten.
Ya nos estamos entendiendo, respondió Cirys, luego de ello, camino hacia la puerta de salida del lugar.
Casa Ox:
Entonces solo queda esperar, decía Gine, con nostalgia.
Sí, respondió Gokú, con la mayor calma que pudo, al tiempo que escucho una vocecita.
Papi.
¿Hijo que pasa?, dijo el hombre de cabello alborotado mentalmente.
Ella lleva un talismán como el que me describiste como dije de un collar, escucho.
Imagine que ella lo llevaba puesto, respondió Gokú.
No pude sacarle información del lugar donde estamos, escucho.
Era de esperarse ello, contesto el hombre de cabello alborotado.
Le pedí que me enseñe a hacer magia, escucho.
¿Qué?, dijo el apuesto hombre de cabello alborotado.
Creo que es una buena oportunidad para poder obtener el talismán donde esta mami, escucho.
Tal vez, pero es algo riesgoso, pronunció Gokú.
Seré cuidadoso papi, escucho.
Bien, respondió el apuesto hombre de cabello alborotado.
Papi, ella se fue al pueblo y me dejo encerrado, escucho.
Se fue al pueblo, dijo Gokú.
Sí, escucho.
Eso significa que el lugar donde están no es un pueblo, agrego el apuesto hombre.
No, la única casa es en la que estamos, escucho.
Goten, acércate a la ventana, añadió Gokú.
¿Para qué?, está cerrada, escucho.
Hijo, describe lo que ves alrededor, contesto el hombre de cabello alborotado.
Bien papi, escucho.
¿Qué vez hijo?, pronunció Gokú.
Un bosque, con mucha nieve, escucho.
Nieve...
Sí, escucho.
Entonces hace mucho frio, ¿Verdad?, dijo Gokú.
Sí, escucho.
¿Sabes el tiempo que les tomo llegar al lugar dónde están?, añadió el hombre de cabello alborotado.
No, solo sé que debieron ser muchas horas, pues el tren se descompuso yo me dormí mucho y cuando desperté, ya era otro día, escucho.
Entonces están en alguna zona bastante distante de Paoz, contesto Gokú.
Papá tengo mucha hambre, escucho.
Aprovecha que no está Cirys, y busca provisiones de alimentos, ella de seguro debe tener por algún lado de la casa, respondió el hombre de cabello alborotado.
Cierto, escucho.
Hijo, tranquilo, ahora mismo iré a ciudad Nevada, es la ciudad más distante de Paoz, puede ser que este sea el lugar donde Cirys te llevo, agrego.
Ojala y así sea papi, no quiero que ella me haga nada, además esta mami, hasta ahora no he podido obtener el talismán como te lo comente por ello quiero convertirme en su aprendiz de hechicería, escucho.
No te preocupes hijo, no hagas ello, podría ser peligroso, yo le quitare el talismán, contesto Gokú.
Bien papi, escucho.
Hijo ve y busca algo para que comas, antes de que Cirys regrese, cualquier cosa, ya sabes cómo establecer contacto conmigo, agrego el apuesto hombre.
Entendido papi, escucho.
Tras de ello padre e hijo dejaron de platicar telepáticamente, y la madre del hombre de cabello alborotado que estaba junto a él, expreso: ¿Estabas hablando con el pequeño Goten?
Sí madre, respondió Gokú.
¿Ya sabe dónde se encuentra?, agrego la mujer.
No, pero por las referencias que me dio ya tengo una idea de por dónde empezar a buscarlos, respondió Gokú.
En tanto:
Ya tengo todo lo que necesito, ahora si podré controlarte por completo querido mini Gokú, pensaba la hechicera, mientras cancelaba sus compras.
¡Gracias señorita!, expresaba una mujer, tras recibir el dinero que la hechicera le dio.
Bueno, ahora a casa, dijo para sí Cirys.
Dentro del talismán:
Una pelinegra miraba hacia la parte superior del lugar donde estaba, pues en este, se reflejaba aquella luz que ya había visto en una oportunidad, aquella luz que ella creía que era la salida.
Nuevamente está allí, pronunció Milk, poniéndose de pie, para mirar la misma. ¿Pero cómo llegar hasta ese agujero?
El pensamiento de la bella mujer, se vio interrumpida por una cálida voz.
Princesa, ya tengo una idea de a dónde ir a buscarlos, escucho.
¿En verdad?, dijo con ilusión la pelinegra.
Sí, no temas, estoy saliendo a Ciudad Nevada, escucho.
¿Ciudad Nevada?, contesto Milk.
Sí, el lugar donde está Cirys y Goten, por supuesto tú también, ya que ella te lleva en un collar, escucho.
Estación de trenes de Paoz:
Ten cuidado, escucho Gokú.
Lo tendré princesa, no te preocupes, dijo el apuesto hombre de cabello alborotado, mientras tomaba asiento.
Tras aquel intercambio de palabras, Gokú dio por concluido el intercambio de palabras telepáticas con su esposa, pues no quería que ella gaste energía.
Mientras tanto:
Una peliroja, entraba a una casa, llevando algunas bolsas, haciendo que el niño de cabello alborotado, apresure a comer la fruta que minutos antes había tomado de un canasto.
¿Qué estás haciendo?, dijo Cirys, caminando hacia el niño.
Tome unas manzanas, pues me dio mucha hambre, respondió el niño rápidamente, mientras sonreía.
¡Te comiste todas mis manzanas! expreso alarmada la hechicera.
No es cierto, queda una, dijo Goten, haciendo que la hechicera se le pase el coraje, debido a la ingenuidad del niño.
Bueno, voy a estar ocupada en mi habitación, si tienes más hambre, en el refrigerador hay comida para calentar, pronunció Cirys.
¿Lo hiciste tú?, contesto el niño.
Claro que no, yo no cocino, lo compre, dijo la peliroja, luego continuó su camino.
Tren:
En unas horas estarénuevamente frente a ti Cirys, pensaba Gokú, mientras veía a través de laventana del tren.
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