Una peliroja miraba intrigada a un apuesto hombre de cabello alborotado, tras la respuesta que este le había dado.

¿Ya no pueden tener otro hijo?, ¿Por qué?, la maldita aún es joven, pensaba la hechicera, mientras veía al hombre de cabello alborotado cambiarse sus prendas.

No creas que no me hubiera gustado que tengamos otro hijo o hija, pero no quiero ponerte en riesgo, expreso Gokú.

¿Arriesgarme?, ¿Entonces si la estúpida esa tiene otro hijo con el bello Gokú podría morir?, pensaba la hechicera.

Pensé que estabas de acuerdo con lo que platicamos después de que el médico nos dijera que si volvías a quedar embarazada podrías poner en riesgo tu vida, agrego el apuesto hombre.

Claro que estoy de acuerdo, yo tampoco quiero arriesgarme, pero me emocione tanto al escuchar a los niños que lo dije sin pensar..., pronunció la hechicera con la mayor calma que pudo.

Lo imagine, agrego el apuesto hombre acostándose en la cama.

¿Ya piensas dormir?, dijo con cierta molestia Cirys.

Sí, y tú deberías hacer lo mismo princesa, respondió Gokú, haciendo una pausa para añadir: Tú visionaste nuestro futuro familiar, ¿Lo recuerdas?

Nuestro futuro, contesto la hechicera, en tono intrigado.

Una familia de cuatro miembros, en donde la única mujer eras tú, hasta los nombres de nuestros hijos los visionaste, pronuncio el hombre de cabello alborotado cerrando sus ojos.

Sí, claro, yo visione ello, dijo con cierto desgano la hechicera, mientras se acercaba a la cama matrimonial, al tiempo que un pensamiento vino a su mente: La verdad no me interesa tener hijos contigo Gokú bello, lo único que quiero es ser tu mujer, y ello lo seré aprovechando la apariencia la maldita entrometida.

¡Buenas noches Milk! escucho, la hechicera al llegar junto al hombre de cabello alborotado.

¿Qué?, ¡buenas noches! ¿Por qué?, el hecho de que no podamos tener un hijo más no significa que no podamos intimar, ¿No?, decía Cirys, con amargura, mientras acariciaba con sus manos el rostro del apuesto hombre. ¿Ya te dormiste?, expreso con molestia, la hechicera.

Dentro del talismán:

Gokú, Gohan, Goten, mis amores, ¿Cómo se encontrarán?, decía la pelinegra, mientras miraba un oscuro cielo.

La hermosa mujer cerró sus ojos y a su mente vino la imagen de la hechicera junto a su esposo.

No, eso no, Gokú, mi amor no me confundirá con ella, ¿Verdad mi príncipe?, No me confundirás con ella, añadía la hermosa mujer, mientras de sus bellos ojos brotaban unas lágrimas, que empezaron a rodar por sus mejilla.

Casa de Campo: "Habitación de los esposos Son"

Un joven de cabello alborotado se movía de un lado a otro, mientras escuchaba en sus sueños una dulce pero a la vez entristecida voz decirle: No me confundirás con ella, ¿Verdad mi príncipe?

No, claro que no mi princesa bella, expresaba Gokú, al tiempo que la hechicera que aún estaba despierta lo miraba intrigada.

Esta soñando con la maldita entrometida, pensaba Cirys.

¡Te amo Milk! agrego el apuesto hombre, incrementando la rabia de la hechicera, que decidió bajarse de la cama y caminar hacia la salida de la habitación.

¿Serás mío?, tienes que ser mío, pensaba la hechicera, mientras miraba la luna a través de la ventana de la sala.

Al día siguiente:

Un apuesto hombre de cabello alborotado se levantaba de una cama, al tiempo que su mirada se posaba en su supuesta esposa.

Debe estar muy cansada para habérsele olvidado levantarse a prepararles el desayuno a los niños, pensaba Gokú.

El apuesto hombre fue al servicio de la habitación se aseo, se cambió de ropa y salió de la habitación, con un solo objetivo prepararle algo a sus hijos.

Minutos después:

¿Y mami?, decía Goten, mientras Gohan miraba a su padre expectante.

Mamá debe estar muy cansada, por ello aún sigue durmiendo, pero no se preocupen, yo les prepare algo, decía Gokú, mientras colocaba en la mesa unas tazas y unos platitos.

¿Y que llevaremos a la escuela de refrigerio?, expreso el niño más pequeño.

¡Goten! dijo Gohan.

Es que mami siempre....

Les comprare lo que gusten llevar antes de ir a la escuela, respondió Gokú.

¡Qué bien! expresaron los niños.

Tras desayunar, el hombre de cabello desordenado llevo a sus hijos a la escuela.

Tiempo después: "Fuera de la escuela"

Entonces Vegueta sigue igual, decía Gokú, mientras platicaba con una peliazul.

Sí, respondió con nostalgia una peliazul, haciendo una pausa para agregar: Ya no sé qué más hacer, no me gusta verlo triste.

Comprendo, pero tienes que evitar preocuparte; recuerda que estás embarazada, contesto el hombre de cabello alborotado.

Si, lo sé, pero es tan difícil no preocuparme, es mi esposo....

Túrles también sigue igual,...., respondía Gokú.

Casa del bosque:

¿A dónde fueron?, pensaba la hechicera, mientras llegaba a la cocina. Claro de seguro llevo a los chiquillos a la escuela, expreso, tras llegar junto a una mesa. Tal vez deba aprovechar este momento para crear una pócima más efectiva, si, ello haré, pensó.

La hechicera decidió salir de la casa e ir al lugar donde ella se había estado ocultando tras haber salido del talismán.

Una vez en este, saco algunas botellitas, y empezó a preparar su nueva pócima.

Con esto serás mío, decía la hechicera, mientras miraba un vaso de vidrio, el cual parecía estar hirviendo.

Dentro del talismán:

Milk cerraba sus ojos, mientras extendía sus brazos a los costados, para entrar en meditación.

Puedo hacerlo, claro que puedo hacerlo, pensaba la pelinegra, segundos después mentalmente pronunció el nombre de su esposo.

Escuela:

¡Gokú! le pareció oír al apuesto hombre de cabello alborotado que estaba inmerso en su plática con la peliazul.

¿Te pasa algo?, expreso Bulma, al ver a su amigo mover su cabeza hacia un costado como si buscara a alguien.

Me pareció oír la voz de Milk, respondió el apuesto hombre.

Pues de hecho te apreció, pues ella no está por aquí, dijo la peliazul sonriendo.

Sí, es cierto, de seguro me pareció, contesto el apuesto hombre.

Alguna vez Milk me comento que ustedes dos podían comunicarse telepáticamente, pero que dejaron de hacerlo, incluso me dijo que tú podías leer los pensamientos de los demás, agrego Bulma.

Sí ello es cierto, pero hace mucho que deje de leer la mente de los demás y en cuanto a la telepatía, Milk y yo dejamos de usarla también, pues ya no era necesaria, respondió Gokú.

Claro, respondió la peliazul, haciendo una pausa para agregar: Ya debo ir con mi Vegui.

Bien, yo iré la casa de mi suegro, respondió Gokú.

Mándale mis saludos a Milk, añadió la mujer.

Y tú a Vegueta, contesto el apuesto hombre de cabello alborotado.

Dentro del talismán:

Una pelinegra que se encontraba con los ojos cerrados, arrodillada y con las manos a altura de su corazón, pronunciaba unas palabras, mientras unas lágrimas brotaban de sus ojos: Gokú, mi amor, ella no soy yo.

De repente la hermosa joven sintió que no podía pronunciar una sola palabra más, aturdida, llevo sus manos a su cuello, pues empezó a sentir como si alguien le estuviera apretando el mismo.

¿Qué está pasando?, pensó Milk, mientras unas lágrimas rodaban por sus mejillas, mientras sentía que le faltaba el aire.

En tanto:

Un apuesto hombre de cabello alborotado caminaba por una calle, un tanto aturdido, pues había vuelto nuevamente a escuchar la voz de su esposa quién le dijo algo que le causo intriga y preocupación.

Milk, Milk, pensó Gokú, tras detener su andar, pero no volvió a escuchar la voz de su esposa. Princesa, ¿Por qué dijiste ello?, insistía el apuesto hombre, pero no lograba conectar con la mente de su esposa.

Casa del Bosque:

Cirys ingresaba a la casa de Gokú y Milk con una amplia sonrisa en su rostro, mientras pensaba: Hoy será tu última oportunidad, sino la tomas, conocerás que tan malvada puedo ser.

La hechicera miro el lugar, específicamente la zona que daba a la cocina. Cirys se acercó a la misma.

Ahss, tendré que preparar de seguro la cena, pensó, mirando el lugar. No, yo no voy preparar nada, pues esta no es la vida que quiero. Si, mejor iré a comprar algo para el almuerzo, dijo.

Casa Ox:

Una mujer madura se acercaba a un apuesto joven de cabello alborotado, mientras este la observaba.

¿Qué te pasa hijo?, te noto preocupado, agregaba la mujer.

No es nada mamá, no te preocupes, respondió Gokú, haciendo una pausa para acotar: ¿Papá y mi suegro?

Salieron al pueblo, contesto Gine.

¿Y Túrles?, agrego el apuesto hombre, al tiempo que un moreno llegaba al lugar. Justo estaba preguntando por ti...

2 horas después:

Gokú llegaba a su casa, al hacerlo vio sobre la mesa algunas bolsas, él se acercó a las mismas, al tiempo que la hechicera llegaba al lugar.

Ya estás aquí amor, dijo Cirys en tono sexy, mientras se acercaba al hombre de cabello alborotado.

¿Por qué compraste comida?, expreso Gokú, posando su mirada en la hechicera

Hoy quise descansar amor, contesto Cirys, mientras se acercaba a Gokú a darle un beso.

Perdóname Milk sé que te prometí que no volvería a leer los pensamientos de nadie, pero necesito saber que estás pensando en este momento.

El apuesto joven trataba de entrar en la mente de la hechicera, pero le era imposible hacerlo.

Calma Gokú, calma, puedes hacerlo, pensaba el apuesto hombre, de repente escucho algo que lo confundió aún más.

Nuevamente me rechazo, fue el pensamiento de la supuesta pelinegra, quien camino hacia el lugar donde había un vaso, lo tomo y se acercó a su supuesto esposo al tiempo que añadía con cierta ironía: Tómalo, esto si lo hice yo.

Gokú quiso rechazar la bebida, pero a su mente vino las palabras que la pelinegra había pensado.

"Nuevamente me rechazo"

No quiero que piense que la estoy rechazando es solo su comportamiento me está confundiendo, pensaba el apuesto hombre.

Bébelo, agregaba la hechicera.

Bien, respondió Gokú, llevando el vaso a sus labios, bajo la mirada de su supuesta esposa.

Listo, el momento de mi venganza hacia ti empezó querido Gokú, pensó la hechicera, mientras en su rostro se plasmaba una gran sonrisa que causo intriga el hombre de cabello alborotado.