Una nueva amiga
«Un dolor de cabeza me atosigaba, pero eso no era lo que me preocupaba. Abrí mis ojos y no me encontraba en mi casa; estaba en un jardín algo descuidado, me levanté y vi una mansión en malas condiciones pero en una de las ventanas había luz. A las afueras de la mansión había una pequeña casa con las luces encendidas. De la ventana alcance a ver a un anciano, quien al ver que las luces de la mansión estaban encendidas, salió de su casa con linterna en mano.
El anciano va a investigar, pero ese lugar me da mala espina, no debería de entrar ahí. Mala suerte, ya lo hizo, así que lo seguí. No hay nadie en el piso de abajo y al parecer hay alguien en el piso de arriba.
Hay dos personas en el salón, la bajita rechoncha me parecer familiar, pero la persona que esta sentada en el sillón de orejas no logro ver de quien se tratar. ¿Qué es lo que esta en el tapete, enfrente del fuego? ¿¡Eso es una serpiente!?
Esos dos hombres están hablando pero no logro entenderles nada. Esto es bastante extraño... el anciano no debería de estar ahí, se podría meter en problemas además de que se ve que estos hombres son magos y no es bueno que los muggles sepan sobre nuestro mundo.
Algo anda mal, esa serpiente ya se percato de la presencia del anciano. ¡Ay no! ¡Eso dos hombres ya lo saben! ¿Qué van a ser? ¿Un resplandor verde? Esto es...»
-¡ALEJANDRA, DESPIERTA DE UNA BUENA VEZ!
Se escuchó un grito en el cuarto y Rini se reincorporó de golpe de la cama. Estaba sudando frío y respiraba con dificultad. Rini levantó la vista y se topó con la mirada de preocupación de Xóchitl.
-¿Qué pasó?
-Tú dímelo, estabas gritando como poseída
-¿En serio?
-Si, dime ¿Qué estabas soñando?
-Pues...
Le costaba trabajo recordar porque todo le parecía muy confuso. Solo recordaba una mansión, un anciano y dos hombres en un salón medio oscuro.
-¿Y bien?
-No lo recuerdo muy bien
-¿Debes estar bromeando?
-De hecho no
Xóchitl dejo escapar un suspiro y se bajó de la cama.
-¿A dónde vas?
-Abajo, quiero desayunar algo ¿no vienes?
-Si, ya voy
Xóchitl salió y dejó a Rini sola en su cuarto. La chica soltó un suspiro y siguió pensando en ese sueño. ¿Por qué había soñado tal cosa? No le veía ningún sentido si nunca había visto a ninguno de esos hombres en su vida y menos ese lugar.
Pensó que no tenía sentido seguir pensando en eso, así que se levantó y fue a alistarse para bajar a desayunar. Cuando bajó vio que ya sus padres habían desayunado y Xóchitl estaba terminando.
-Buenos días -saludó la chica
-Buenos días -saludó su madre
-Hasta que bajaste, floja -comentó su papá, sin dejar de ver la televisión
-Buenos días
Desayuno con calma y al terminar se dirigió hacia la puerta.
-Luego nos vemos
-¿A dónde, dijo el conde? -preguntó su papá
-Quede de verme con Bonnie y Nali
-¿Nali?
-La brije de Bonnie
-¿Sabes? Tú y tu prima ya están grandes para que estén usando apodos. Creo que ya es hora de que se llamen por su nombre y/o por un diminutivo. Pero apodos ya no. -dijo su papá
-Pero...
-Alejandra
-Está bien, se lo diré. Vámonos, Xóchitl
Las chicas salieron de la casa y caminaron hacia la casa de su prima; desde que Rini se había ido a Hogwarts, Bonnie y su mamá iban a pasar vacaciones con ella y su familia pero como no cabían en la casa de Rini, Bonnie y su mamá habían comprado una casa a un par de cuadras de la suya.
Llegaron a la casa de Bonnie y tocaron el timbre. Al rato, les abrió la puerta; Bonnie ya estaba arreglada pero todavía tenía expresión adormilada. En cuanto vio a su prima, se alegro mucho.
-¡Rini! -le dio un fuerte abrazo que casi la tiraba
-Hola, Ana
Bonnie se sorprendió por como su prima la llamo, se separó un poco de ella y vio que estaba entre triste y sería.
-Rini... ¿Qué tienes? ¿Por qué me llamaste por mi nombre?
-Es que mi papá dice que ya estamos grandecitas para apodos
-Que amargado, pero ¿Qué tienes? Te noto algo rara
-Pues... yo...
-Es mejor que lo platiquen adentro, con calma -sugirió Xóchitl
Las dos asintieron y entraron a la casa. No era muy grande ya que solamente vivían Bonnie, la mamá de Bonnie y Nali. Fueron al cuarto de Ana pero antes pasaron enfrente de la puerta de la cocina y vieron a la mamá de Ana recogiendo la mesa.
-Alejandra ¿Cómo has estado?
-Bien tía, gracias
-¿Quieren que les lleve algo mientras platican?
-No, gracias tía
-¿Seguras?
-Si, gracias por preguntar mami. Vamos a estar en mi cuarto
-Bueno
Las chicas y las brijes llegaron al cuarto de Ana. Estaba pintado de rosa claro con blanco; en la cabecera de la cama había un símbolo. Era un círculo con figuritas extrañas y adentro de este estaba la pirámide maya y debajo de esta tenía varios símbolos extraños. Era de fondo blanco y los símbolos de color negro. Los muebles eran de color blanco con algunos dibujitos en rosa y tenía varios peluches de conejito adornando la parte de la cabecera de la cama y en el escritorio había varios adornos de conejito.
La ventana daba al pequeño jardín, en donde había una hamaca y una mesita de jardín a un lado. Y se veía el cielo claro y sin nubes. Ana se sentó en la cama, tomo uno de sus peluches y lo abrazó con ternura, Nali se sentó en las piernas de su dueña y se acomodo.
-Lo que es ser fan de los conejos -comentó su prima
-¿Qué esperabas? De no ser por eso, no tendría a Nali -contestó la chica, acariciando la cabeza de su brije-. Además, mejor ni digas que tu estas en las mismas con Xóchitl
-Touché -se acercó al escritorio, volteó la silla para estar de frente a su prima y se sentó.
-Y... ¿Qué querías decirme?
-Antes de que te conteste ¿Qué es ese símbolo?
Ana se volteó y sonrió.
-Es el símbolo de mi civilización. O como tu lo conoces, de mi casa
-¿Eres Maya?
-Sipi
-Que bien
-¡Ya sé! Entonces... ¿Por qué tanto misterio?
La castaña miró a Xóchitl y después miró a su prima. Entre ella y su brije les platicaron lo que habían vivido en Hogwarts ese año y lo que había descubierto durante este mismo año. Tanto Ana como Nali estaban sorprendidas, Ana conocía de sobra a su prima y sabía que nunca le había pasado eso antes.
-¿Qué crees que sea, Alejandra?
-Alex
-¿Eh?
-Mejor Alex
-¿Por qué? Eres Alejandra no Alexandra
Alex no pudo reprimir una risa irónica. Era lo mismo que había pensado cuando Severus y Sirius la llamaron así. Un momento ¿desde cuando llamaba al profesor Snape por su nombre? Su enamoramiento hacia ese hombre se estaba haciendo más fuerte.
-Hola... tierra a Ale, me escuchas
-Alex
-O.K. Alex
-Sin enojarte
Ana la miró de una manera entre pícara y feliz.
-¿Qué onda? ¿Qué te pasa?
-Y... ¿Quién es?
-Yo, Alejandra
-¡Alex! Me refiero al chico que te gusta
Alex no pudo evitar ponerse roja de golpe
-¿Qué?
-No se porque de pronto te pusiste como ida, como si recordaras a alguien en especial. Por eso te pregunto
-No... estas alucinando... no me gusta nadie
-¿Entonces por qué te pusiste mas roja?
-Por nada en especial...
-Se llama Severus Snape
-¡Xóchitl!
Alex trató de cerrarle el hocico pero como la brije ya la conocía, logró alejarse lo más que pudo de ella y siguió echándola de cabeza.
-El nombre es extraño -comentó Nali-. Pero se oye misterioso también
-Concuerda con su personalidad
-¡Xóchitl, ya cállate!
Alex se le abalanzó para callarla, pero la brije usos sus poderes y logró dejarla quieta en la silla para que no la siguiera interrumpiendo.
-¡Cuéntanos mas! -pidieron Ana y Nali
Xóchitl miró con una sonrisa burlona a su dueña y se volvió a sus interlocutoras.
-Bueno, él es un amargado de su existencia que solo busca hacer sentir inferiores a los demás. Odia a todos lo que no sean de la casa Slytherin y siempre se la pasa insultando a su amigo Harry...
-¡Xóchitl, ya cállate! ¡Deja de decir cosas malas de él!
-Pero si estoy diciendo la verdad
-Tienes suerte de que me dejaste atada a la silla pero cuando lleguemos a casa ¡no te voy a dar tus dulces y postres favoritos!
-¿QUÉEE? ¿No hablarás en serio?
-Claro que sí
-¡No! ¡No seas cruel!
Xóchitl se puso a hacer pucheros. Ana y Nali no dejaban de reír ante esa escena pero todavía tenía curiosidad por saber quien era ese tal Severus Snape.
-Oigan, luego discuten ¡dígannos quien es Severus Snape! Pero dinos tú, Alex
-Pues... bien... bueno... él... -Alex estaba roja a más no poder
Nunca había hablado sobre el profesor Snape con nadie, ni siquiera con sus amigos. Xóchitl la desató de la silla para que pudiera hablar con más tranquilidad.
-Bueno... si, como cualquier ser humano tiene sus defectos, pero creo que fui la única en toda la escuela que pudo ver su lado bueno.
-Más bien, eres la única que puede verlo como verdadero ser humano a ese murciélago
-¡Xóchitl! Bueno, continuo... ¿Qué quieren que les diga?
-¿Cómo es? Tanto carácter como físicamente
-Bueno, físicamente; tiene cabello y ojos de color negro azabache. El cabello lo tiene largo hasta los hombros y su piel es de color cetrino y siempre viste de negro...
-Intenta no babear
-Xóchitl... -la brije solo soltó una risita
-¿Qué más? -pidieron Ana y Nali
-Pues... si, él es algo frío
-¿Algo?
-Xóchitl, ya no interrumpas -pidió Nali
-Es algo frío y calculador pero... yo siento que es una buena persona aunque esconda sus verdaderos sentimientos y su verdadera manera de ser. Tiene un aire muy misterioso que... -se puso más roja de lo que ya estaba-. Me parece muy atractivo
-¡AAAAAHHHHH! ¡QUE ROMANTICO SE ESCUCHO ESO!
-Oigan... no creo que sea para tanto -dijo Alex
-Ya enloquecieron
-¡Es que es como dicen "los opuestos se atraen" y ustedes si que son polos opuestos! -Dijo Ana-. Tú; una chica cálida, dulce y tierna. Y él; frio, calculador y misterioso ¡parece novela romántica! -al hablar, a Ana le brillaban los ojos por la emoción.
-¿No crees que exageras?
-¡Claro que no! ¡Me parece algo tan romántico!
-Nunca cambias cuando se refiere a esos temas
-Perdón por romper la burbuja risueña pero... recuerda que no puede ser -le recordó Xóchitl
Alex se puso cabizbaja y triste al recordar la dura realidad que tenía.
-Tienes razón
-¿Por qué lo dicen? -pregunto Nali
-¿Tiene que ver porque tu eres una Valiente Leona y el una Astuta Serpiente?
-Aparte
-¿Entonces?
-Bueno, él... ¡es mi profesor de pociones!
-¿QUÉEE?
Se hizo un momento de silencio. Alex de verdad quería mucho a su profesor, pero sentía punzadas de dolor en su corazón al recordar que nunca podría existir nada más que una amistad con su oscuro profesor de pociones.
-¡Que romántico sonó eso!
Tanto Alex como Xóchitl miraron incrédulas a Ana y Nali. Las dos todavía tenían una expresión soñadora en sus rostros y se veía un brillo extraño en sus ojos.
-De casualidad... ¿escucharon lo que Alex les dijo?
-Si ¡pero no podemos evitar pensar que esto es algo muy romántico! -confesó Nali
-¡No solamente es una rivalidad de casas lo que lo hace un Amor Imposible SINO QUE TAMBIÉN ES UN AMOR PROHIBIDO POR EL SIMPLE HECHO DE QUE PODRÍA CONVERTIRSE EN UN ROMANCE PROFESOR-ALUMNA! -concluyó Ana
-Ay Ana, nunca cambias -murmuro Alex, con una mano en la cara, a modo de resignación
-De seguro le tomaste una foto para que de esa manera, puedas recordarlo en las vacaciones
-¿QUÉEE? ¿ENLOQUECISTE? ¿CÓMO CREES QUE LE VOY ESTAR SACANDO FOTOS A UN PROFESOR?
-Tú no lo hiciste... pero yo sí -confesó Xóchitl con una sonrisa maliciosa
-¿Qué hiciste, QUÉEE? -gritó Alex sorprendida
De no supo donde, Alex vio que Xóchitl ¡sacaba una fotografía mágica de Severus Snape! Soltó un grito y trató de quitarse, pero no pudo.
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?
-Sí, es la foto. Unas dos o tres semanas antes de que acabara el curso. Me colé a una de tus clases de pociones y gracias a mis poderes, pude sacarla sin que él se percatara.
-¡ESTAS LOCA!
La loba le acercó la foto a Ana y a la conejita y miraron la foto fijamente. Se veía al profesor Snape de cuerpo completo, ataviado con sus ropas negras, la capa ondeándole un poco al estar caminando por toda el aula; tenía su expresión sería y fría de siempre.
-Si que asusta -opinó Nali
-Pero si se ve que es guapo. Si que tienes un buen justo, prima
Alex ya estaba completamente roja por la pena, se acercó a su prima y vio la foto que tenía en las manos. No pudo evitar ponerse nerviosa al ver los oscuros ojos de su profesor y no pudo evitar pensar en él.
-¿Ahora si quieres el plato para la baba? -la molesto Xóchitl
-¡Ya basta! ¿Por qué le tomaste una foto al profesor?
-Porque pensé que lo extrañaría en vacaciones, así que le saque la foto para que lo puedas ver
-¡AAAHHH! ¡CÓMO SERAS!
-De nada -y le sacó la lengua
-Xóchitl no deberías de molestarla -la regañó Ana-. Esto es algo sumamente mágico y muy romántico ¡no hay nada más hermoso que un amor prohibido! ¡Como desearía poder verlo! ¡Ya hasta parece Telenovela!
-Ana... no me ayudes, por favor
Alex estaba que se moría de la pena, su prima le dio la foto y ella lo tomó con manos temblorosas. No pudo evitar volverse a sonrojar al ver con más detalle la foto. Increíble que su profesor no se diera cuenta de lo que Xóchitl hizo.
-¡Niñas! ¿Quieren comer algo? -gritó la mamá de Ana desde las escaleras
-¡Si, ya vamos! -contestó Ana
Ana y Nali salieron corriendo del cuarto de la primera. Xóchitl comenzó a caminar pero se detuvo al darse cuenta que Alex seguía ahí parada.
-Oye...
-Gracias
-¿Eh?
-Se que lo hiciste para molestarme pero... gracias
-Como sea. Hay que bajar ¡muero de hambre!
-Esta bien, ya voy
Espero a Xóchitl se perdiera de vista poder seguir contemplando un poco la foto.
-Quisiera que de verdad pudiéramos estar juntos -besó la foto y la guardó con cuidado en el bolsillo del pantalón.
Cuando bajó a la cocina, vio que su tía estaba hablando por teléfono mientras que Ana y Nali la veían con emoción. Xóchitl las miraba con expresión de confusión, la misma que tenía Alex.
-¿Qué les pasa a esas dos?
-No tengo idea
La tía de Alex colgó el teléfono y se volvió hacia las chicas.
-Bueno, solo hay que esperar media hora y podremos comer
-¡Si, pizza! -exclamaron Ana y Nali
-¿Por eso tenían esa cara? -preguntó Alex
-Parece que si -contestó Xóchitl
Las dos dejaron escapar un suspiro.
-Mientras llega la pizza ¿Por qué no van ustedes dos por los refrescos, mientras Nali y Xóchitl me ayudan a poner la mesa?
-Si, mami
-Si, señora
De pronto, Nali comenzó a brillar, era un resplandor rosa claro; Alex y Xóchitl se espantaron porque pensaron que algo le pasaba pero al ver las caras de Ana y su mamá, parecía que era de lo más normal que pasara eso.
-Oigan ¿pero que...? -preguntó Alex, pero su prima levantó una mano para que guardara silencio.
Cuando la luz se detuvo, Alex y Xóchitl se quedaron boquiabiertas. En el lugar donde estaba Nali apareció una joven de cabello rubio claro y de ojos azules, con un vestido rosa pastel, pero ¿tenía orejas y rabito de conejo?
-¿Qué fue...?
-¿... lo que paso aquí?
-¿CÓMO ES QUE NALI TOMO FORMA HUMANA? -exclamaron Alex y Xóchitl, a la vez
-¿Todavía no puedes hacerlo? -preguntó Nali, confundida
-¿Es natural que haga eso?
-Se logra después de varías Sincronías Brije. Es una manera de demostrar tu potencial mágico
-¿Cómo cuantas Sincronías tienen que ser?
Nali lo meditó un poco
-Mínimo... como unas diez
A Alex y a Xóchitl casi se les caía la mandíbula hacia el suelo. Desde que lograron por completo la Sincronía Brije, solo se habían sincronizado como dos veces, nada mas.
-¿Cuántas veces se han sincronizado? -preguntó Ana
Alex y Xóchitl se apenaron, pero no podían mentirles.
-Dos veces -contestaron, avergonzadas
-¿Solo dos? -ellas solo asintieron
-Supongo que no querían llamar la atención en Hogwarts ¿cierto? -preguntó Nali, y las dos volvieron a asentir
-Bueno, podrían resolver eso después. ¿Podrían ir a la tienda, por favor? -les recordó la mamá de Ana
-¡Si, no tardamos!
Ana tomó a Alex de la mano y las dos salieron de la casa. Fueron hasta la tienda de la esquina, a unas tres cuadras de la casa de Ana, entonces Alex notó que, cerca de la tienda de abarrotes, había un local nuevo.
-Lo abrieron un mes antes de que regresaras. Creo que es una panadería, aunque no entendiendo que dice el letrero. -dijo Ana al adivinar lo que pensaba su prima
Alex le prestó mucha atención al letrero del local.
-Son letras japonesas y tiene un letrero en letras normales abajo -se acerco al local para poder leerlo mejor-. Furukawa bēkarī
-Y en español significa... -dijo Ana
Alex iba a contestar pero se escucho que alguien comenzaba a llorar.
-Watashi no pan... Watashi no pan... -vieron salir corriendo a una mujer llorando-. Furukawa bēkarī no jichō! (Mi pan... mi pan... ¡es peso muerto de la panadería Furukawa!)
-Mate, Sanae! Watashi wa sukidesu! -detrás de la mujer, salió un hombre que se estaba atragantando con un pan demasiado extraño (¡Espera, Sanae! ¡A mi me gusta!)
-¿Qué fue eso? -preguntó Alex
-Eran los dueños del local. Siempre pasa eso; tal parece que el pan que hace la señora no es muy bueno, que más bien son extraños y él debe de decir algo ofensivo; pero a nadie le molesta, es más, piensan que es divertido.
-No se ve tan mal ¿entramos?
-Como quieras
Las dos se acercaron a la panadería y abrieron la puerta. A simple vista no se veía a nadie pero aun así entraron.
-¿Hola? Buenas Tardes -dijo Alex
-Kon'nichiwa (Hola/Buenas Tardes)
De la puerta que estaba junto al mostrador salió una chica un par de años mayor que Alex
-Nani ga teikyō sa reru? (¿que se les ofrece ?)
Tanto una como otra no sabía que hacer.
-Creo que deberíamos aprender a hablar su idioma primero-sugirió Ana
-Etto... Kon'nichiwa, Watashi wa Alex -dijo Alex (Bueno...Hola, me llamo Alex)
La chica se emocionó un poco al escuchar a Alex. Pero al parecer su nombre no lo entendió.
-A... are...
-Arekkusu -pronuncio su nombre en japonés y la chica se emociono más.
- Watashi wa Furukawa Nagisa (me llamo Nagisa Furukawa)
-Dōzo yoroshiku (es un placer)
Ana la miro sorprendida
-¿Hablas japonés?
-Solo un poco, dale las gracias al anime
-Anime? Anata wa otakudesu ka? (¿Eres Otaku?)
-Iie. (No) Etto... Supeingo? (Bueno... ¿español?)
- Supeingo? Sí, un poco
Las primas dejaron escapar un suspiro de alivio.
- Arigatô gozaimasu (muchas gracias) Ya se me estaban acabando las palabras
-Gomen nasai (perdón)
-Iie, Mondainai (No, no hay problema)
-Yokatta (que bueno)
-¿Quieren dejar de hablar japonés? ¡No entiendo nada! -pidió Ana
-Perdón, se me olvido
-Gomen nasai, digo perdón
-Está bien. Yo le llamo Ana
-Mucho gusto, me llamo Furukawa Nagisa
-¿Puedo llamarte Nagisa? -preguntó Alex, la chica le digo que si-. Nagisa-san, aquí en México se dice primero el nombre y luego el apellido ¿si?
-Hai, digo Sí. Demo (pero) mejor dime Nagisa-chan
-Está bien
-Creo que necesito aprender más sobre el idioma -murmuró Ana
-Tranquira, yo te puedo ayudar
-¿Eh?
-Lección uno -dijo Alex-. Los japoneses no saben pronunciar la L (al revés que los chinos). Si quieres traducir un nombre o una palabra con L se convierte en R.
-Cálmate, experta
-Por cierto, Nagisa-chan ¿Por qué se mudaron aquí?
-No se. Otōsan y Okāsan soro me dijeron que nos mudaríamos, no me dijeron porque
-Souka (ya veo), eso es extraño. Por cierto, los que salieron corriendo de la panadería...
-Ah, eran Otōsan y Okāsan
-Significa...
- Otōsan es papá o padre y Okāsan es mamá o madre. Si tienes que culturizarte un poco más, Ana
-¡Oye!
De pronto algo comenzó a sonar. Era el celular de Ana; la chica respondió y resulto ser su mamá.
-Mi mamá ya se preocupo de porque tardamos tanto. Será mejor regresar.
-Está bien. Fue un gusto conocerte, Nagisa-chan
-Lo mismo dijo Arekkusu-chan, Ana-chan
-Nos vemos después, Nagisa -se despidió Ana y salió primero de la tienda
-Sayonara, Nagisa-chan (adiós)
-Sayonara, Arekkusu-chan
Alex y Ana salieron corriendo a la tienda de abarrotes por los refrescos y regresaron corriendo a la casa de Ana.
-¡Perdón por la tardanza! -se disculparon las dos al entrar
-¿Dónde se metieron? -preguntó Nali
-Nos tenían preocupadas -dijo Xóchitl
-Perdón, es que nos entretuvimos -justificó Ana
-¿Con qué?
-Con la hija de los dueños de la panadería nueva
-Vaya, ¿lograron comunicarse con ella? -preguntó la mamá de Ana
-Yo no, Alex si
-A ver si dejan de criticarme mis papás por ver Anime
-Sí, ajá presumida -dijo Xóchitl-. Mejor apúrense a lavarse ¡ya tengo hambre!
-Esta bien, glotona. Ya vamos
Las primas se fueron a lavar y comenzaron a comer. La mamá de Ana y las brijes comenzaron a preguntarles sobre los dueños del local y las chicas les contaron todo lo que vieron desde que pasaron.
-No creo que la chica tenga muchas amigas -comentó la mujer-. ¿Por qué no se hacen su amiga, aunque sea en vacaciones? Aunque ya las dos tengan que irse a sus respectivas escuelas de magia.
-¡Es una buena idea, mami!
-Si, no esta mala la idea ¡Gracias, tía!
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En una casa oscura y tétrica ubicada en la Calle de la Hiladera, un hombre miraba por la ventana, donde se veía una lluvia de verano y las gotas golpeaban constantemente su ventana, pensando en cierta chica que no debería de estar pensando.
Tenía un vaso de Whisky de Fuego en una mano y en la otra una fotografía mágica de la chica que no lograba sacarse de la cabeza.
Severus bajó la mirada hacia la foto donde se veía a cierta castaña de lentes junto con una loba de pelaje extraño. Esa foto la había sacado Dumbledore y se la había dado solo con el afán de molestarlo. Desde lo que había pasado en la Casa de los Gritos, en junio, no lograba de quitarse a la chica de la cabeza y alguno que otro comentario del viejo director no le ayudaban en nada.
«¿Por qué? ¿Por qué tengo que estar pensado en ella? Es solo una niña y es mi alumna nada más. Ella no es Alexandra, entonces ¿Por qué no puedo quitármela de la cabeza?»
Vacío de un trago su vaso e iba a servirse otro cuando notó un ardor muy fuerte en su antebrazo izquierdo. Con repulsión, se levantó la manga dejando a la vista una calavera negra con lengua de serpiente del mismo color, la marca tenebrosa. Esa marca que le había arruinado su vida, por las tontas y erróneas decisiones que había tomado al salir del colegio y eso le costo su vida y el de la mujer que amaba.
«¿Amaba? ¡Claro que no! Todavía la amo ¿Qué rayos esta pasándome?»
Volvió a mirar la foto y de nuevo sintió algo extraño en su interior, un sentimiento que hacía años no sentía por alguien más que no fuera por cierta pelirroja de ojos verdes... o por esa tal Alexandra.
Movió la cabeza hacia los lados para despejar su mente y dejó la foto a modo de que no pudiera verla. Volvió su vista hacia la marca y comprobó que estaba clara, a tal punto que parecía que ya no estaba, como si se hubiera desgastado por el paso de los años.
Se tomó otro vaso de Whisky de Fuego, fue hacia la chimenea y se encaminó hacia el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Llegó al despacho del director, quien leía un libro sobre Transformaciones y ni se inmutó al escuchar que alguien llegaba por la Red Flu.
-¡Ah, Severus! Pasa, siéntate -cerró el libro y le acercó un tarrito con dulces-. ¿Gustas un caramelo de limón?
-No, gracias -rechazó con amabilidad el oscuro profesor y se sentó en la silla enfrente al escritorio del director.
-¿Qué te trae por aquí, Severus?
-Hace unos momentos me ardió la Marca Tenebrosa, incluso pude verla con claridad como antes. Pero después volvió a verse clara, como ha estado desde hace trece años
El director se recargó en su silla, juntando las yemas de sus dedos y mirando fijamente a Severus, se puso a pensar.
-¿Ha sucedido alguna otra vez?
-Como hace una semana, dos veces casi seguidas
Dumbledore se puso serio ante ese comentario. Se levantó y caminó hacia la ventana. Severus no le quitaba la mirada de encima, conocía a ese viejo y sabía que cuando tomaba esa postura era porque algo malo estaba apunto de pasar.
-Severus
-¿Sí?
-Necesitare que mas que nunca vigiles de cerca a Harry, por favor
-Sabes que eso lo hago desde que entró al colegio
-Y también... necesito que vigiles a la Señorita Macías
Severus se sorprendió ante ese pedido.
-Ya tuve suficiente con que me dieras esa foto de ella y me hagas comentario sin sentido, no me agregues que la este cuidando cuando ella no...
-Estoy hablando enserio. Severus. Necesitó que la cuides como lo has hecho con Harry
-¿Por qué?
-Tengo una ligera sospecha... de que Lord Voldemort esta recuperando sus fuerzas y tal vez pueda regresar
Severus se puso de pie de golpe y casi tiraba la silla.
-¡Eso es imposible!
-Hace tres años pensamos lo mismo, pero Voldemort estuvo a punto de regresar con la ayuda de la Piedra Filosofal. Y creo que esta vez... tal vez lo logre.
El profesor de pociones se puso más pálido de lo normal. El Señor Tenebroso ¿regresaría definitivamente? Eso era imposible, una locura.
-¿Por qué estas tan seguro?
-Acabas de decirme que últimamente te ha estado ardiendo la Marca Tenebrosa y, si mal lo recuerdo, esa era la manera en la Voldemort se comunicaba con sus mortífagos ¿cierto?
Severus lo meditó un momento y sintió que el alma se le escapaba del cuerpo pero entonces se acordó de lo que le digo el director.
-¿Por qué quiere que vigile a Macías?
Dumbledore dio la vuelta para mirar al profesor.
-Tengo la ligera sospecha... que ella comenzara a correr el mismo peligro que Harry
-Pero ¿Por qué?
-Todavía no estoy seguro, pero por favor hazme ese favor.
Severus se quedo quieto y en silencio unos momentos hasta que al final asintió.
-Esta bien, lo haré
-Gracias, muchacho
El oscuro profesor se despidió del viejo y, por medio de la Red Flu, regresó a su casa. Se dejó caer en el sillón de la Sala y se pasó la mano por la cara. ¿Por qué le tenían que involucrar a esa niña? Ya tenía bastante con cerciorarse de que Potter no se matara y ahora tenía que cuidar a una de sus amiguitas pero... ¿Qué rayos tocaba en todo eso esa niña?
Se la pasó toda la tarde dándole vuelta al asunto, buscando alguna conexión de esa chica con Potter y el Señor Tenebroso pero no encontró nada. Hasta que se hizo de noche, y le estallaba la cabeza de tanto pensar, con pesadez se levantó y se fue a recostar para tratar de aclarar sus ideas.
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Desde que Alex y Ana conocieron a Nagisa y a sus padres, iban casi todos los días a visitar a los Furukawa y más de una ocasión vieron a Akkio-san (padre de Nagisa) salir corriendo detrás de su esposa Sanae-san, quien salía llorando del local. Más de una vez, Alex y Ana se comían el extraño pan de Sane-san para tratar de hacerla sentir mejor, después de la metida de pata de Akkio-san.
También, Alex y Xóchitl entrenaban todas las mañanas su Sincronía Brije para que Xóchitl lograra convertirse en humana, pero todavía les faltaba puesto que casi no se habían sincronizado desde que la lograron.
-Estoy así de cerca de rendirme -dijo Alex, juntando un poquito los dejos índice y pulgar, así pegándolos
-Necesitamos preguntarle a tu tocaya y a Nali como es que ella lo logro -comentó Xóchitl, también harta de no poder lograrlo.
Las dos regresaron a alistarse y poder ir a visitar a los Furukawa otra vez. Al papá de Alex le alegraba que su hija tuviera una amiga, aparte de su prima, ya que desde que entró a Hogwarts perdió todo contacto con sus amigas de la escuela "normal".
Alex ya estaba por llegar cuando escuchó otra vez a los padres de Nagisa montando el mismo teatrito de todos los días.
-Watashi no pan... Watashi no pan... Anata wa hokanohito to nanika o utsu nodesu ka? (Mi pan... Mi pan... ¿Es algo con el que golpeas a los demás?)
-Mate, Sanae! Watashi wa sukidesu! (¡Espera, Sanae! ¡A mi me gustan!)
Como siempre, Alex se hizo a un lado para que ellos comenzaran a corretearse como siempre, y ellos ni en cuenta de que estaba ahí.
-Y esto es todos los días -murmuró pasa si, y fue a la parte de atrás por donde entraba a la casa de su amiga.
Los Furukawa vivían arriba de su tienda. Antes de entrar vio que su prima ya estaba con Nagisa, pero también escucho que alguien estaba cantando. Se acerco un poco más y se dio cuenta que se trataba de Nagisa-chan
Nakayoshi dango te o tsunagi ooki na marui wa ni naru yo
Machi o tsukuri dango hoshi no ue minna de waraiau yo
Usagi mo sora de te o futte miteru dekkai o-tsuki-sama
Ureshii koto kanashii koto mo zenbu marumete
Como todavía no entendía el idioma no sabía de que hablaba pero por la entonación y la música, parecía como canción de cuna.
Dango dango dango dango. Dango daikazoku
Dango dango dango dango. Dango daikazoku
Cuando Nagisa terminó de cantarla, Alex aplaudió y llamó la atención de las chicas.
-Hola, Alex
-Arekkusu-chan!
-Cantas muy bonito, Nagisa-chan
-Arigatô (Gracias)
-¿Qué canción era?
-Dango Daikazoku -las primas la miraron, sin entender lo que decía-. Ra Gran Famiria Dango
-Ah, ya. Se escuchó muy bonita
-¡Si quieres, puedo enseñártera!
-¿Eh? No, no te molestes
-¿Por qué no, prima? Eres buena con los idiomas y una gran prueba sería que aprendieras a cantar en japonés
-Ana
- Shite kudasai, Arekkusu-chan (por favor, Alex-chan)
Las miro por un momento, las dos le hicieron cara de perrito, hasta que al final se resigno a hacerlo. Estuvieron ensayando la canción hasta que finalmente Alex logro aprendérsela sin problemas, Ana y, en especial, Nagisa estaban muy contentas. A Alex le daba un poco de pena, ya que no le gustaba ser el centro de atención.
-Te sarió muy bien, Arekkusu-chan
-Arigatô
Se hizo tarde y las primas tuvieron que regresar a sus casas sin miramientos. Cuando Alex llego a su casa, Xóchitl la recibió con un manojo de cartas en el hocico.
-¿De quienes son? -pregunto, quitándoles los sobres con cuidado
-No sé, solo los tome, los junte y te los di
Alex los revisó con cuidado y vio que eran de Harry, Ron, Hermione, Sirius y el profesor Snape
-Creo que haya en Londres ya es tu cumpleaños
-Así parece
Fue a su cuarto para poder leer las cartas de felicitación con calma. Al abrir la puerta vio que había varios paquetes en su cama.
-No te iba a echar a perder la sorpresa -dijo Xóchitl, adelantándose a cualquier comentario de Alex
-Eres una traviesa
-Pero así me quieres
Comenzó a revisar los regalos que los chicos, Sirius y el profesor Snape le enviaron. El de Harry, era una caja de calaveras de chocolate rellenas de crema pastelera; Ron le había enviado unas ranas de chocolate; Hermione le regalo la novela muggle "Drácula" de Bram Stoker. Cuando Alex abrió el regalo de Sirius, que venía en una pequeña caja aterciopelada de color azul y no pudo evitar sonrojarse porque le pareció que era un detalle muy lindo e inesperado de su parte, se trataba de un anillo plateado con piedras azules y en medio una piedra morada en forma de corazón con borde plateado.
-Woh
-Vaya, Sirius si que se lucio ¿no crees?
Xóchitl se sorprendió al ver que Alex estaba muy sonrojada.
-Oye ¿estás bien?
-¿Eh? Sí, no es nada
Sacó el anillo y se lo colocó en el dedo anular derecho. Lo miró por unos momentos y entonces se le vino una idea loca por la cabeza ¿Sirius estaba intentando cortejarla? Sacudió la cabeza para alejar ese pensamiento ya que eso era una locura; apenas el año pasado lo había conocido y él estaba intentando ligársela, ahora si perdió la cabeza.
Tomó el último regalo que le quedaba, el del profesor Snape. Últimamente el oscuro profesor le enviaba cosa muy bonitas y eso no era normal en él, pero no podía evitar sentirse agradecida con él porque sentía que de esa manera él le quería decir que ella le importaba.
Al abrir la caja aterciopelada verde, volvió a sentir que se sonrojaba pero esta vez un poco más intenso. Snape le había regalado un collar con seis dijes plateados, tres de luna y tres de estrella.
-O.K.... estos regalos de Sirius y Snape ya me están asustando -comentó Xóchitl al ver el bonito regalo del oscuro profesor. Alex seguía sin reaccionar porque todavía le parecía extraño ese gesto-. Parece como si esos dos intentaran ligarte a su manera.
Alex dejó caer sobre la cama la caja con el collar y miró más sonrojada a su brije. Xóchitl notó la reacción de Alex y deseó no haber mencionado eso enfrente de ella.
-Oye... ¡solo bromeaba, como crees que ellos te quieren de esa manera! Además, tú no eres de esas chicas que se ganan con facilidad con regalos bonitos ni nada.
Alex posó su mirada en el anillo y en el collar y entonces recordó parte de una conversación que había tenido con Sirius antes de que este tuviera que huir.
-Oye, creo que les recuerdo a ella...
-¿A quien?
-¿No recuerdas como me llamaron esos dos cuando me puse en medio de su pelea?
-Como olvidarlo
Alex la miro con seriedad. Xóchitl puso una expresión mas seria.
-Estoy hablando en serio. Recuerda que los dos me llamaron Alexandra y por lo que esos dos quisieron dar a entender, les recuerdo mucho a esa chica y tal parece... que solo me ven como un reemplazo de ella.
-¡Ay, por favor!
-¿Eh?
-No lo tomes tan personal. Si, tal vez te confundieron con ella, pero tú ni siquiera la conoces y esa chica debió de haberse mudado o algo así. No creo que sean tontos como para confundirte con ella.
-Si, tal vez tengas razón. Tal vez solamente estoy exagerando.
Se puso el collar, recogió todo y bajo a comer con sus padres. En la noche le hicieron una cena para celebrar su cumpleaños. Ana la estuvo molestando al ver el collar y el anillo diciendo que eran regalos de "su novio"; más de una vez tuvo que callarla para que su papá no escuchara las bromas de su prima y no se metiera en problemas.
En la noche, antes de acostarse, sacó la fotografía mágica del profesor Snape y la miró por unos momentos. Sintió que una lágrima resbalaba por su mejilla izquierda, se la limpio y siguió mirando la fotografía.
-De verdad, gracias por los regalos... yo también te quiero mucho, Severus
Le dio un beso a la fotografía, y sin soltarla se quedo dormida; sin imaginar que un hombre de cabello y ojos negros no podía dejar de pensar en cierta castañita con una loba molesta de compañera.
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