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Tarde de chicas

En la noche que regreso, Severus vio que Alex y Xóchitl se habían quedado dormidas en el sillón esperándolo y no era para menos porque ya era muy tarde cuando regreso. Con un movimiento de varita colocó a la loba en su canasta y se llevó en brazos a Alex al dormitorio; la deposito en la cama y con un movimiento de varita le puso su pijama y la cubrió con las sabanas.

Siguió mirando a la chica dormir por un rato más todavía pensando en el Juramento Inquebrantable que hace solo unas horas había hecho con Narcisa Malfoy. Escuchó ruidos fuera de la ventana, como si algo le estuviera dando picotazos; se paró y se acercó a la ventana. Lo único que vio fue un pergamino enrollado y una larga pluma roja.

—Fawkes

Abrió la ventana y tomó las cosas que estaban ahí. La cerró, desenrolló el pergamino y comenzó a leer la carta:

Severus:

Sé que en estos momentos debes de estar algo estresado por lo que paso hace unas horas en tu casa con las hermanas Black «¿Cómo rayos es que se entera de todo?» y que quieres estar en paz y tranquilo con Alex, pero necesito que vengas a mi despacho ahora mismo, es... urgente.

Ven lo más rápido posible, y por favor no le digas nada a Alex.

Atentamente

Albus Dumbledore

Terminó de leerla y soltó un suspiro de fastidio y cansancio. Guardó la carta y la pluma del fénix en el bolsillo interno de su levita, miró a la chica por unos momentos antes de salir a su encuentro con el viejo director. Al salir del edificio se dirigió hacia un callejón para poder desaparecer y aparecer enfrente de los altos pilares que flanqueaban la verja, coronados con sendos cerdos alados. Con un movimiento de varita la abrió y entró; le parecía agradable la tranquilidad de los jardines sin el escándalo de los alumnos.

Entró al castillo y subió rápidamente hasta la gárgola que cuidaba la entrada del despacho del director. Dijo la contraseña, la gárgola se hizo a un lado y comenzó a subir las escaleras de caracol; tocó la puerta y en seguida se escucho la voz de, director decir «Pase».

—Me alegra que hayas podido venir, muchacho

—¿Te tomaste todas las pociones que te dije?

—Sí, y a la hora que me especificaste

Severus sacó su varita y se acercó al director. Él levantó su mano derecha, la cual estaba negra y marchita, como muerta. Severus la tomó con cuidado entre la suya y paso con la otra mano la varita.

—Las pociones están haciendo lo que deben hacer —informó el pocionista. Dumbledore no dijo nada, por lo que continuo—. Te prepararé más para detener la maldición... Aunque sería mejor si me permitieras...

—Ya te le he dicho Severus, no quiero la cura

—¡Sigues empeñado con eso por lo que te dije de la misión de Draco! ¡Él no lo hará!

—Lo sé, lo harás tú —Severus lo ignoró y siguió con la revisión—. Acabas de hacer el Juramento Inquebrantable con Narcisa Malfoy y ahora debes cumplir con tu palabra

Eso fue lo que colmó el vaso. Bajo su varita, soltó la mano del director y se alejó del anciano.

—¡No me ignores, Severus! Ambos sabemos que el joven Draco no lo hará y que la única forma de salvarlo a él y a su familia es que tú te ocupes de su tarea

—Eso era lo que quería evitar

—Pero no puedes hacerlo —Dumbledore soltó un suspiro de agotamiento y se puso en pie—. Sé que te preocupa lo que pueda pasarle a Alejandra en cuanto se enteré de esto —Severus apretó con fuerza sus puños y la mandíbula—, pero debes entender que es por...

—¿Por su bien? ¿POR SU BIEN? —el oscuro profesor dio la vuelta con agresividad para encarar al director, quien lo miraba con tristeza—. Todo este tiempo, todo lo que me has pedido hacer siempre ha sido "por el bien de todos" y eso es bueno, lo que me pase y en especial mi felicidad no sirve para el bien de los demás...

—Severus... —Dumbledore nunca había visto a su muchacho tan alterado

—He espiado por ti, he mentido por ti, he puesto mi vida en peligro por ti y por todos. Se suponía que todo eso lo hacía para proteger a Potter y ahora a Alex pero ahora quieres que proteja a Draco Malfoy sin importarte que tal vez yo muera por conseguirlo.

Severus respiraba muy agitado y Dumbledore simplemente lo miraba desahogándose y no era para menos; desde hace años que el profesor estaba trabajando para él —más allá del trabajo docente— y en más de una ocasión casi no salía con vida de esas misiones, pero antes a Severus no le importaba ya que su vida le parecía que no valía la pena, pero ahora... ahora tenía una razón por la que seguir luchando y por la cual se levantaba día con día con el único propósito de ver a Alejandra junto a él.

Severus volvió a darle la espalda al director y de manera impulsiva le dio un puñetazo muy fuerte a la pared haciendo que se sacara sangre de los nudillos. Dumbledore se le acercó y tomando la mano del profesor entre las suyas, la reviso con cuidado.

—Sé que quieres desahogarte muchacho, pero por favor trata de no lastimarte

—Como si ahora te importará lo que me pase —se soltó del agarré de Dumbledore de un jalón y salió del despacho sin mirarlo y/o decirle algo

Ya que estuvo unos pisos lejos de la gárgola, volvió a darle un puñetazo a la pared pero ahora con la otra, la cual acabo igual o peor que la primera. Seguía respirando con dificultad a causa de la frustración que tenía y no sabía cómo descargarse, lo único que se le ocurrió hacer fue ir a su despacho y tomar una gran botella de whisky de fuego y tener a la mano una poción para hacer que el olor a alcohol y la cordura estuvieran en él.

Alex se estaba despabilándose y al abrir los ojos se dio cuenta que estaba en la cama y con su pijama puesta.

—Severus —Miro a un lado de la cama y se disgustó al ver que él no estaba ahí—. Y ahora ¿adónde se fue? —Se levantó y fue a buscarlo al baño pero no lo encontró. Se puso una bata de él y fue a buscarlo a la sala—. ¿Severus?

—Buenos días —saludó el oscuro profesor

La chica sonrío con alivio al verlo en la barra de la cocina acomodando todo para desayunar. Xóchitl estaba en su forma humana leyendo un nuevo cómic de los Vengadores.

—Buenos días, dormilona

—Que chistosa —se sentó junto a su brije y al mirar a Severus vio que tenía las manos vendadas—. ¿Qué te pasó?

—Me distraje un poco mientras estaba preparando unas pociones en Hogwarts

—¿A qué hora fuiste a la escuela?

—Hace unas horas. Tranquila, no es nada que deba preocuparte —dijo esto último al ver la cara de Alex—. Por cierto, hoy llegan los resultados de tus TIMO's y la lista de útiles

—Gracias, ya se me hacía extraño que no llegarán

Y como dijo el profesor, cuando terminaron de desayunar una lechuza que llevaba un gran sobre cuadrado en la pata derecha, la cual levantó hacia la chica cuando se posó en la mesita enfrente del sillón. Con manos temblorosas desató la carta, abrió el sobre y saco el pergamino:

TÍTULO INDISPENSABLE DE MAGIA ORDINARIA

APROBADOS: Extraordinario (E) Supera las expectativas (S) Aceptable (A)

SUSPENSOS: Insatisfactorio (I) Desastroso (D) Trol (T)

RESULTADOS DE MARÍA ALEJANDRA MACÍAS DEL CASTILLO

ATRONOMÍA: S

CUIDADO DE CRIATURAS MÁGICAS: E

ENCANTAMIENTOS: S

DEFENSA CONTRA LAS ARTES OSCURAS: E

ADIVINACIÓN: S

RUNAS ANTIGUAS: S

HERBOLOGÍA: S

HISTORIA DE LA MAGIA: D

POCIONES: E

TRANSFORMACIONES: S

Revisó sus notas varías veces y se sorprendió bastante de ver que le había ido mejor de lo que esperaba, aunque no le sorprendió que reprobará Historia de la Magia si ese día no se había sentido bien y no lo acabo. Severus se paró detrás de ella y vio sus calificaciones.

—Unas calificaciones casi perfectas —Alex levantó el rostro hacia él y le sonrió—estoy muy orgulloso de ti

—Gracias

De pronto se escuchó que algo picoteaba la ventana, los dos vieron a una lechuza blanca y otra gris.

—Es Hedwig —dijo Alex mientras se acercaba a la ventana y les daba paso a las aves, quiénes soltaron las cartas y se fueron volando—. Eso fue raro

—Incluso enviar cartas se volvió peligroso —dijo Severus mientras abría la carta dedicada a él

Alex hizo otro tanto y vio que era de sus amigos: los cuatro estaban en La Madriguera pasándoselo muy bien pero que a la vez estaban preocupados porque no sabían nada de ella desde finales de año. Mientras tanto Severus leía la carta que le envió Dumbledore en la cual le pedía que esa tarde llevará a Alex y a Xóchitl con los Weasley y que ahí pasaría las dos últimas semanas de vacaciones; también le daba una noticia que lo dejo sorprendido pero por dentro algo contento.

Dedicaron lo que quedaba de la mañana a empacar las cosas de Alex ya para en la tarde llevarla con los Weasley. Tanto Severus como Alex estaban callados mientras recogían todo ya que cada uno estaba metido en sus pensamientos: Alex trataba de imaginar la reacción de sus amigos al verla así y Severus aun trataba de asimilar lo que le había puesto Dumbledore en la carta.

«Después de quince años ahora si te dignas a hacerlo»

—¿Severus?

El profesor levantó la cabeza y volteo a ver a Alex.

—¿Dime? —Alex no sabía cómo decirle lo que sentía acerca de lo que pasaría en la Madriguera, pero al ver su expresión Severus entendió que le pasaba—. Honestamente, Potter y tus amigos se llevaran una gran sorpresa, pero no debes dejar que eso te desanime

—Severus...

—Si de verdad son tus amigos, te reconocerán y entenderán lo que te paso

El profesor vio que comenzaban a escapar algunas lágrimas del rostro de Alex y lo único que se le ocurrió hacer fue acercarse a ella y abrazarla para animarla.

—Gracias

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—Aun no puedo creer que Dumbledore enviará a Alex a pasar las vacaciones con Snape —dijo Harry molesto y de brazos cruzados

Él, Hermione, Ron y Ginny estaban hablando en la habitación del pelirrojo, hacia unas horas Tonks llegó a La Madriguera y les avisó que Alex llegaría a las cinco de la tarde en compañía de Snape. A los chicos no les hizo gracia saber donde había estado su amiga en todo el verano y con quien, pero al menos ya estaría con ellos otra vez.

—Dumbledore tendrá sus razones Harry —dijo Hermione, con la intención de calmar a su amigo—. Tal vez quería que estuviera a salvo en casa de algún miembro de la Orden...

—¿Pero por qué no pudieron enviarla con alguien más que no fuera el murciélago?

—En eso Harry tiene razón —concordó Ron

—Hermanito... no ayudes —pidió Ginny

Se abrió la puerta del dormitorio y de él se asomó la Señora Weasley.

—Alex y Xóchitl están a punto de llegar, así que bajen por favor —y cerró la puerta al salir

Ron y las chicas se levantaron y caminaron a la puerta pero se detuvieron en esta al ver que Harry no los seguía.

—¿Harry?

El azabache seguía con los brazos cruzados y mirando por la ventana con el ceño fruncido.

—Harry, ya olvídalo y ven —le pidió Hermione

El chico como respuesta suspiro y se levantó separando sus brazos y metiéndolos a los bolsillos de su pantalón.

—Solo espero que Snape no se quede

—Créeme que no lo hará —aseguró Ron—. Casi todos los de la Orden solo le hablan para lo esencial y ni siquiera en Grimmauld Place se quedaba ¿qué te hace pensar que lo hará aquí?

Eso no pareció animar a su mejor amigo pero ya no dijeron nada más. En la entrada de la Madriguera Alex, Severus y Xóchitl hablaban con el profesor Dumbledore.

—No era necesario que vinieras —dijo Severus

—Bueno, tengo el presentimiento de que las cosas se pondrán algo... complicadas, por lo que decidí venir

—Se refiere a mí ¿cierto? —dijo Alex con la cabeza baja

—¡Claro que no, Alex! Es solo que...

—A tus amigos no les hará gracia saber que estuviste conmigo todo este tiempo —intervino Severus

—Exacto

—Y eso no me sorprende —opinó Xóchitl

—¿Qué dijiste? —dijo Severus apretando un puño

—Mejor entremos antes que estos dos quieran matarse —dijo Alex

—Estoy de acuerdo —concordó el director

Los cuatro llegaron a la puerta; Dumbledore llamó y después de responder a la pregunta del Señor Weasley, él y Severus fueron los primeros en entrar. Harry frunció más el ceño al ver a su odiado profesor de pociones pero se calmó un poco al ver al director aunque se preocupo más al ver la condición de su mano.

—Buenas tardes a todos, espero que hayan estado bien

—Buenas tardes, profesor Dumbledore. Profesor Snape —saludaron a la vez los chicos y hasta Tonks, quien últimamente se veía demacrada y deprimida, ya ni siquiera llevaba el cabello rosa chicle como le gustaba sino castaño y sin vida.

—Disculpe profesor —dijo Hermione algo apenada—. ¿Y Alex?

—Está afuera, pero antes necesito decirles algo importante respecto a su amiga

—¿Qué le pasó? —preguntó Ginny, algo preocupada

—Hace un mes... Ella tuvo un "accidente automovilístico" —dijo el director haciendo énfasis en lo último

—¿Por qué tengo el presentimiento que esto no se oye muy convincente? —dijo Harry

—Porque no fue exactamente eso lo que pasó. Lo que pasó fue que los mortífagos intentaron matarla y al encontrarse en el mundo muggle a ellos les pareció una buena idea matarla de esa manera

—¡No puede ser! —exclamó Hermione tapándose la boca con las manos

—¡Usted les ayudo ¿verdad?! —exclamó Harry molesto acusando a Severus

—¡Te puedo asegurar, Potter, que yo no sabía nada de eso!

—¡Sí, como no! ¡Lo que sea que le haya pasado es su culpa!

—¡Harry! Ya es suficiente —interrumpió el director. Dumbledore miro de reojo a Severus y vio que las palabras de Harry le afectaron un poco, por lo que decidió continuar—. Severus, efectivamente, no sabía nada de eso. Pero de no ser por él Alex no habría podido sobrevivir. Por desgracia, como fue en un área muggle tuvo que ser traslada a un hospital muggle y tratada ahí por un largo tiempo.

—Pero ya está bien —dijo Ginny de manera afirmativa, ya que de no ser así ella no estaría esperando afuera

—Exacto

—Disculpe profesor —dijo Tonks—. ¿Por qué espero a decirnos hasta ahora?

—Porque ella aun no se sentía bien

—Al menos ya está con nosotros y eso es lo que importa —dijo la Señora Weasley con la intención de liberar la tensión

Dumbledore asintió y llamó a la chica. En cuanto Alex cruzó la puerta todos los presentes se le quedaron viendo pero nadie decía nada. Después de un silencio sepulcral, finalmente Ron hablo.

—¿Dónde está Alex?

«¡Bien hecho Ron!» pensó Xóchitl estando detrás de la chica

Severus sintió el impulso de ahorcar a Ron por decir eso y Dumbledore simplemente se quedo de pie sin decir o hacer nada. Alex bajo un poco la cabeza.

«Esto era de esperarse» se tranquilizó y levantó la cabeza con una pequeña sonrisa discreta.

—Hola —fue lo único que atinó a decir

Nadie de la Madriguera entendía lo que pasaba pero tampoco dijeron nada. Harry se acercó a Alex con expresión seria pero la chica no se movió de su lugar.

—Hola —repitió Alex está vez extendiéndole una mano para saludar

Harry la miro por unos segundos, levantó la mano para saludar pero de repente cambio bruscamente. Se escuchó un puñetazo y todos en la casa, sin excepción se quedaron en shock; Alex sujetaba el puño de Harry a la altura del pecho con una sola mano mientras él la miraba con desconfianza.

—Nosotros estamos esperando a otra persona —dijo Harry con un tono molesto—, y no sé porque tengo el presentimiento que tienes algo que ver con Snape —Alex se sorprendió un poco, pero la ventaja de estar con Severus era que había aprendido su manera de disimular sus emociones—. Así que dime ¿Dónde está Alex?

Todos en la casa estaban en silencio. Alex soltó el puño de su amigo y lo miro a los ojos por un momento, luego volvió a levantar la mano y la posó en su hombro.

—Una tiene un accidente y, literalmente, nadie te reconoce

3...

2...

1...

—¿EEEEEHHHHH? —exclamaron todos en la Madriguera

Tardaron unos minutos en calmarse y disimular lo qué pasó, en especial Harry quien estaba realmente apenado.

—Linda, perdón por no haberte reconocido —se disculpó la Señora Weasley mientras le servía té a Alex

—No se preocupe. Ya estaba con la idea pero no pensé que de verdad me viera demasiado irreconocible

Están terminando de cenar y la Señora Weasley les estaba sirviendo el postre. Ni el profesor Dumbledore ni Severus se quisieron quedar, los dos alegaron que tenían cosas que hacer, pero en realidad era que Severus se había enfadado con Harry con lo que hizo y si se quedaba en la misma habitación que "El Elegido" sentía que en cualquier momento haría una estupidez.

—¿De verdad Snape se preocupo por ti todo este tiempo? —preguntó Ginny, aún sin poder creer lo que oía

—De verdad

—Es que es imposible de creer —dijo Tonks

—Si tan solo supieran porque —susurro Xóchitl

Alex se atraganto un poco con su té, y como Xóchitl estaba cerca de ella pudo escucharlo y los demás no, pero aún así le piso la cola para callarla. La loba contuvo un grito pero no pudo disimular la expresión de dolor.

—Pero, después de que saliste del hospital ¿por qué no fuiste a San Mungo? —preguntó Hermione

—Bueno, yo...

—Creo que fue porque te desesperaste en ese hospital y no querías ahora internarte en otro —comentó Tonks. Alex bajo un poco la mirada, afirmando lo que la metamorfomaga había dicho. Tonks dejo su taza en la mesa, se levantó y se acercó a la chica—. Tengo una amiga allá que podría ayudarte a verte como antes

—¿En serio?

—Sí. Me comunicaré con ella ahora mismo por Red Flu y le preguntare cuando puede recibirte

—¡Gracias Tonks!

—Sé que no debería de decir esto y menos en estos tiempos, pero... Cuando ya estés mejor ¿quieres que tengamos una tarde de chicas? Hermione y Ginny pueden acompañarnos y si quieren también Luna

—¡Me parece buena idea! —afirmó Ginny

—Estoy de acuerdo en eso con Tonks con respecto a tiempos peligrosos —dijo Hermione—. Pero también me parece una buena idea

—¿Van a invitar a Lunática Lovegood? —preguntó Ron

—¿Algún problema, hermanito?

—No, nada. Solo decía... —y siguió comiendo su rebanada de tarta de cereza

Después de cenar, Tonks habló con su amiga y le dijo que mañana podría recibir a la chica. Las cuatro acordaron que irían con Alex al hospital, pero antes irían a recoger a Luna para que después del hospital las cinco se fueran a divertir.

—Creí que mamá se opondría a la idea —dijo Ginny, recostada boca arriba en su cama

Alex y Hermione estaban instaladas ahí también pero ellas estaban en sacos de dormir.

—Supongo que como Tonks es auror no tiene problema —respondió Hermione

—Lo que me alegra es que Flegggrrr no venga con nosotras

—De verdad que no la aguantas ¿cierto? —dijo Alex con una sonrisa en su cara, ya sabía la respuesta pero lo dijo únicamente para hacer enojar a su amiga

Ginny simplemente gruño y se tapó la cara con la almohada. Alex y Hermione se rieron por eso. Las tres siguieron charlando hasta que la Señora Weasley las fue a callar y les dijo que se durmieran.

En la mañana temprano Tonks ya la esperaba en la cocina. Alex se sorprendió de ver que la auror traía el mismo aspecto que ayer y eso le preocupaba. Las cuatro desayunaron, fueron a terminar de arreglarse y salieron de camino a casa de Luna.

—No sé porque tengo el presentimiento de que la casa de Luna será algo excéntrica —comentó Alex

—Pues cuando lo veas te darás cuenta —dijo Ginny

Llegaron hacia la cima de la colina, y ahí había un enorme cilindro negro que se erigía en vertical. Allí había tres letreros pintados a mano y clavados en la verja de la casa: el primero, «El Quisquilloso. Director: X. Lovegood»; el segundo, «Permitido coger muérdago»; y el tercero, «Cuidado con las ciruelas dirigibles».

Ginny ya estaba acostumbrada a ver esa casa desde la suya pero al ver la expresión de incredulidad de sus amigas no pudo evitar reírse.

—¿Qué esperaban de Luna?

—Parece una pieza de ajedrez gigante —dijo Alex, aun si quitar la mirada de la casa

—Ya mejor vengan acá —dijo Ginny, quien fue la primera en llegar a la verja y pasar.

La verja chirrió cuando la abrió. En el zigzagueante sendero que conducía hasta la puerta principal había una gran variedad de plantas extrañas, entre ellas un arbusto cargado de esos frutos de color naranja, con forma de rábano, que a veces Luna usaba como pendientes. Retorcidos a causa del viento, dos viejos manzanos silvestres, desprovistos de hojas pero cargados de frutos rojos del tamaño de bayas y de espesas coronas de muérdago salpicadas de bolitas blancas, montaban guardia a ambos lados de la puerta. Una pequeña lechuza, de cabeza achatada semejante a la de un halcón, las observaba desde una rama.

—Típico de Luna, vivir en un lugar como este —murmuró Alex mirando a todos lados

Ginny dio tres golpes en la gruesa puerta negra, tachonada con clavos de hierro y cuya al daba tenía forma de águila. Unos segundos después la puerta se abrió de par y en par y de ella apareció Luna.

—¡Hola chicas! Que agradable sorpresa —saludo la rubia

—¡Hola Luna! ¿Cómo has estado? —dijo Ginny saludándola con una mano

—Bien, gracias. Hola Hermione, Hola Dora

—Hola —dijeron las dos. A Tonks no le gustaba su nombre pero pasaba que le dijeran así

Por último Luna miro a Alex, quien simplemente levantó una mano como saludo y no se esperaba lo que hizo la rubia.

—¡Alex! —la rubia se le abalanzó y se le colgó del brazo—. Te vez muy diferente ¿quisiste cambiar de imagen?

—Bueno...

De manera rápida le explicó lo que le paso en vacaciones y que irían a San Mungo a dejarla como antes. Por la expresión que Luna tenía, las chicas pensaban que la rubia no les entendió pero después soltó el brazo de Alex para ahora tomarla de la mano y caminar lejos de su casa, a lo cual las demás la siguieron.

Llegaron a San Mungo justo a tiempo, en la recepción las esperaba una medimaga de la edad de Tonks de cabello castaño claro y ojos azules.

—Hola, bienvenidas. Hola Dora —saludo la medimaga con una sonrisa

—Hola Alice. Gracias por recibir a mi amiga —saludo Tonks con una pequeña sonrisa, pero aun notándose su seriedad

—No hay problema. Supongo que es ella ¿no? —dijo esto último mirando fijamente a Alex quien se puso un poco incomoda con la mirada

—Sí... soy yo

—Pasa, por favor —la tomó de la mano llevándola por los pasillos hasta un pequeño consultorio—. Aquí podre ayudarte. No se necesita gran cosa para esto ya que no es como esas cirugías plásticas muggles

—Está bien

En el escritorio había varias pociones y un libro de medicina mágica, Alex se estaba poniendo cada vez más nerviosa porque no sabía que le iba hacer.

DOS HORAS DESPUÉS

—¡Ya estas! —dijo Alice quitándose los guantes de látex que se puso y retrocedía—. En seguida te pasare un espejo

Con un movimiento de varita hizo aparecer un espejo de cuerpo completo ante Alex y la chica se quedo sorprendida con lo que veía: A pesar de que su rostro se veía igual sus facciones se veían un poco más femeninos, las cicatrices del accidente habían desaparecido; lo único que no le agrado mucho fue que a pesar de tener busto otra vez era muy pequeño.

—Lamento habértelo dejado de tamaño Copa A, pero es que desconozco tu talla original y me dijiste que ya no la recuerdas

—Es verdad. Y bueno, es mejor que nada

—Bueno, solo falta que te cambies

—¿Cómo?

—Dora me dejo esto para cuando terminara —le tendió una mochila morada y una bolsa de plástico negra—. Te ayudare para que acabes más rápido

—Muchas gracias, doctora

—Por favor dime Alice

—Alice

Se sorprendió Alex al ver que era un vestido sencillo rojo de tirantes hasta las rodillas y unas sandalias de tacón corrido y bajo del mismo color. En cuanto estuvo lista las dos regresaron a la recepción, en cuanto la vieron sus amigas no podían creer lo que veían.

—¿Alex?

—Sorpresa

—Alice, de verdad muchas gracias —dijo Tonks

—No es nada. Espero que estés mejor y por favor regresa si tienes alguna molestia ¿de acuerdo?

—Sí, gracias Alice

Las cinco salieron del hospital y fueron al café más cercano a conversar.

—Creí que iríamos al Callejón Diagon a tomar algo —preguntó Alex sentándose en una mesa junto a la ventana

—Con todo lo que está pasando es peligroso ir aun si estoy con ustedes —respondió Tonks—. Además de que es más tranquilo hablar en un lugar así

Pidieron sus bebidas y platicaron por horas, hasta que Luna toco un tema que hizo que Alex se atragantara con su moka frío.

—¿Y cómo vas con tu novio?

Hermione le dio unas palmadas a la chica en la espalda y le paso una servilleta. Cuando se recupero Alex tuvo que hacer un gran esfuerzo por no gritarle a Luna.

—¿Tienes novio y no nos lo dijiste? —preguntó Ginny entre sorprendida e indignada

—La verdad es que...

—Eso explicaría porque te estuviste portando de manera extraña a partir de Navidad

Alex se puso tensa y resignada les confeso todo. Cuando termino vio que Hermione, Ginny y Tonks estaban en shock mientras que Luna soplaba el popote de su café haciendo que de este se hicieran burbujas.

—Chicas...

—¿ESTAS SALIENDO CON SNAPE?

—Si quieren grítenlo con más fuerza. No creo que las hayan escuchado en Transilvania

—¡Por eso es que últimamente lo defiendes demasiado y pasas mucho tiempo con él! —afirmó Hermione

—Aun no puedo creer que hayas tenido el valor de estar con él —dijo Ginny

—Eso no ayuda mucho

—Y me sorprende bastante cómo es que terminaron juntos —opinó Tonks—. Eso suena imposible mires por donde lo mires

—Ya lo sé, pero... —se quedo con la mirada perdida en su vaso y sus amigas se le quedaron viendo—. Nunca me había sentido tan feliz en mi vida, estoy con la persona que más quiero y no lo cambiaría por nada. Además sé que no debería de decir esto porque aun soy joven, pero quiero pasar el resto de mi vida a su lado —cuando levantó la mirada esperaba ver los rostros de negatividad de sus amigas, pero sorprendió con la reacción que le dieron—. ¿Chicas?

—¡Eso fue lo más lindo que he escuchado en vida! —confesó Ginny con una mirada soñadora

—¡Eso es verdaderamente amor puro, quisiera que me pasara lo mismo! —expresó Hermione

—¡Yo también! —concordó Tonks

—Sé que no debería de preguntar esto —dijo Luna sin mirar a nadie en específico—. Pero ¿el profesor Snape y tú ya tuvieron relaciones?

Como si fuera una cascada, el trago de café de Alex cayó desde su boca hasta el vaso ya que estaba boquiabierta por la pregunta de Luna pero a la vez roja a más no poder. Ginny y Tonks la miraban con picardía mientras que Hermione también se ponía roja por el giro inesperado que dio la conversación.

Alex trato de zafarse del tema pero al no poder —poniéndose cada vez mas roja— les confesó su primera vez con él, aunque también tuvo que revelar sobre la marca tenebrosa. Fue entonces que las chicas recordaron que desde hace mucho tiempo Alex había comenzado usar guantes y nunca se los quitaba, incluso ahora que entraron y salieron de San Mungo seguía con estos puestos pero con apariencia diferente.

—¿Alguien más de la Orden lo sabe? —preguntó Tonks

Alex simplemente negó con la cabeza. Luna se acerco más a ella y le dio un abrazo con la intención de confortarla.

—No importa lo que pase, siempre seremos tus amigas y estaremos contigo

—Luna

—Es cierto

Las demás se levantaron y se unieron al abrazo. Alex no podía hablar de la impresión; en toda la conversación esperaba que sus amigas le gritaran o hicieran algo que mostrara negativa pero no, pura demostración de apoyo. Alex se conmovió tanto que sin que ella lo esperara comenzó a llorar y se abrazo más a sus amigas.

—Gracias

Las cinco se separaron, se sonrieron y continuaron con su tarde de chicas. Sin duda esas eran unas verdaderas y mejores amigas que Alex pudo tener.

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