Segunda Prueba. La "Primicia" de Skeeter
Alex se sentía en las nubes y seguía sin poderse creer lo que acababa de pasarle. Había bailado con Severus Snape, el más temido y odiado profesor de todo Hogwarts y además Jefe de la Casa Slytherin, pero también era la persona que ella más quería. Estaba tan feliz que incluso se pudo a tararear la canción de una película muggle e incluso hasta la cantaba bajito.
-Eres tú, el príncipe azul que yo soñé. Eres tú, tus ojos me vieron con ternuras de amor... ¡Me siento muy feliz!
Llegó a la Sala Común, pero su felicidad se opacó al ver a Ron y Hermione discutir y ver como su amiga subía hacia los dormitorios sumamente molesta y conteniendo el llanto. Enfrente de ella estaba Harry, también mirando sorprendido la escena de sus amigos.
-Harry ¿Qué pasó?
-Según entendí... Ron se puso celoso porque Hermione fue al baile con Krum
-¿Eh? Eso es ridículo
-Pues díselo a él
Alex sólo rodó los ojos y subió casi corriendo hacia los dormitorios de las chicas y vio que Xóchitl trataba de consolar a Hermione.
-Tranquila... ya vez que Ron es un idiota de primera, ya se le pasara
-Pero es que eso no le da derecho a gritarme de esa manera y decirme con quien puedo salir y con quien no
-Hermione -Alex le llegó por atrás, acariciándole un poco el cabello-. Dame solo una razón para no salir y golpearlo
-Tranquila, no es necesario que hagas eso -dijo la castaña, con una pequeña sonrisa en su rostro, limpiándose las lagrimas
-Conste
-Y haciendo a un lado las tristezas ¿Cómo les fue en el baile?
-Muy bien. Viktor es un buen chico. Me trató con mucha caballerosidad
-Uh... me parece que huele a novio -dijo Xóchitl, picándole un poco el brazo
-O... oye, con eso no se juega, además es muy pronto para eso -contestó Hermione, toda roja
-Si, chulita, como no. ¿Y a ti como te fue, Alex? -Entonces Xóchitl se percató de algo que no encajaba en el atuendo de la chica-. ¿Y esa levita?
-¿Eh? -Hermione también apenas se había dado cuenta de la prenda
A Alex se le volvió a dibujar una sonrisa en el rostro. Abrazó a Xóchitl como si de un peluche se tratara y comenzó a dar vueltas.
-¡Ay Xóchitl! ¡Te juro que fue la mejor noche de mi vida!
-Si, ya entendí... ¡Pero suél... ta... me! ¡Me ahogo, no respiro!
Alex se detuvo, pero no soltó a Xóchitl.
-Alex, ya dinos que paso -insistió Hermione
-Pues verán... yo...
-Alex... dime por favor que esa levita no es de quien creo que es -pidió Xóchitl
Alex miró el rostro de la loba y se dio cuenta de que parecía algo tensa.
-¿De que hablas, Xóchitl? -preguntó Hermione
-Pues...
-¡Alex!
-Si es de quien estoy pensando... y de seguro tu también lo estas pensando... pues si
-¿¡EEEHHH!? ¡ESTAS LOCA!
-Loca... ¡PERO DE AMOR! -y volvió a ponerse a dar vueltas con la brije entre sus brazos
-Oigan -Alex se detuvo y miro a su amiga-. ¿De que rayos están hablando? Y que yo recuerde, Curio no traía eso puesto
Alex se tensó y, sin previo aviso, soltó de golpe a Xóchitl. Entonces palideció y recordó lo que le dijo el búlgaro. Por estar tan metida en su nube de ensueños, olvidó por completo a Curio.
-Oye ¿ahora que te pasa? -preguntó la loba
-¿Qué? ¡Ah! Es que... pasaron varias cosas hoy
-¿Cómo cuales?
-Pues...
Les contó todo, incluyendo su baile con Snape. Cuando terminó, se dio cuenta que las dos estaban realmente sorprendidas, incluso podría decir que el hocico de Xóchitl casi podía tocar el suelo.
-Alex...
-Por favor dime que no estas hablando en serio
La latina solo se limito a asentir tímidamente
-¡ESTAS LOCA! ¡TIENES A ESE BULGARO TRAS TUS HUESITOS Y TU PREFIERES ESTAR CON EL MURCIELAGO! -gritó Xóchitl fuera de sí
-¡Por favor no grites!
-Alex ¿desde cuando estas enamorada de Snape? -preguntó Hermione
-Pues... -comenzó a jugar con sus dedos índices y estaba totalmente roja-. Desde el año pasado
-¿Qué? Espera... entonces tu boggart del año pasado... era...
-Si... era el profesor Snape
-No puede ser
-Te dio Toloache, té de calzón ¿o qué te dio?
-¿Qué te pasa? No me dio nada de eso
-¿Segura?
-Xóchitl
-Sólo quiero asegurarme de que no te dio nada extraño
-Pero Alex ¿Qué le vas a decir a Curio? Si le dices que Sí, tendrás que alejarte de Snape (que por cierto, creo que es lo más recomendable). Pero si le dices que No, de seguro te preguntara si lo cambiaste por él.
-En pocas palabras... estoy entre la espada y la pared -la chica se sentó en la cama y se dejo caer para recostarse. Al hacerlo, le llegó un aroma peculiar; era un aroma muy varonil y le agrado, era alguna loción combinado con el olor del pergamino y menta; se abrazó a sí misma e inhaló un poco más el aroma haciendo que en seguida apareciera Snape en su mente.
-Oye, tierra a Alex -dijo Xóchitl acercándosele por atrás y dándole unos golpes en la cabeza como si tocara una puerta-. Tienes un dilema presente. ¿Qué vas a hacer con Curio?
-Ay... se me olvidaba. Pero... ¿Qué puedo hacer?
-Ahora si te la debo, porque no sé como
-Muchas gracias -y se volvió dejar caer sobre la cama
-Sera mejor que descansemos, para que puedas pensar las cosas con calma
-Gracias por el consejo, Hermione
Las tres se metieron a sus respectivas camas para descansar, pero Alex no podía dormir; aun rondaba en su cabeza lo que le dijo Curio y lo que pasó después de que el chico se fuera. Ahora más que nunca, Alex estaba muy confundida respecto a sus sentimientos.
-De verdad, nunca me pasó por la cabeza que algo así me llegara a pasar... ¡Necesito ayuda!
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Severus estaba a más no poder de lo feliz que estaba, aunque lo disimulaba muy bien. Hacía años que no se sentía de esa manera, no recordaba cuando fue la última vez que sonrió y se sentía en paz y contento puesto que, cuando llego a las mazmorras, no sintió nada de frío ya que le dio su levita a Alex.
Estaba acostado en su cama, con las manos detrás de la cabeza y con la mirada perdida en algún punto del techo; tenía una sonrisa discreta en su rostro. A pesar de la oscuridad, le parecía seguir viendo el rostro sonriente de Alex después de que bailaran; continuó recordando ese momento hasta que le vino a la mente lo que vio y escuchó antes de bailar con ella y provocó que volviera bruscamente a la realidad.
-Alex, se que apenas llevamos tres meses de conocernos pero... quiero decirte... que te quiero mucho, mucho más de lo que llegue a querer a alguien
-Curio
-Alex ¿quieres ser mi novia?
En esos momentos le dieron ganas de lanzarle un buen maleficio a ese chico, pero sintió una punzada en el corazón ¿Cómo esperaba competir con eso? Él era un adulto, el Jefe de la Casa de Slytherin y sobre todo... el profesor de pociones de Alex. Era más que obvio que era imposible que pudieran llegar a ser algo más que profesor y alumna, porque para empezar estaba prohibido, la diferencia de edad era de veinte años, sus casas eran rivales por siglos.
Cerró un momento los ojos y al hacerlo varias imágenes le vinieron a la mente:
Alex paseando por los jardines del colegio de la mano con el búlgaro, el chico declarándole su amor a la latina, quien le sonreía dulcemente pero separó su mano con delicadeza del extranjero.
-Curio, de verdad me halagas, pero mi corazón le pertenece a alguien más
-¿Lo conozco?
-Si... es la persona que siempre interviene entre nosotros porque, al igual que él, siento un gran amor hacia su persona
-¿Quién es?
-Soy yo
De la nada él, Severus, aparecía detrás de Alex y la abrazaba posesivamente de la cintura, ante la atenta mirada del búlgaro.
-Severus...
-¿Cómo es posible...?
-Entiendo que tus intenciones hacia Alex son sinceras. Pero yo también la amo y la conozco por más tiempo que tú, por lo que te pido que te alejes de ella.
-No lo permitiré... ¡No permitiré que se quede con ella!
-Curio, por favor no hagas esto más difícil...
Severus la interrumpió, colocándola detrás de él, a modo de protegerla. Curio levantó su varita para atacar, pero Severus fue más rápido y le regresó su ataque dándole de lleno en el pecho al búlgaro y dejándolo tendido en el suelo.
-Curio esta...
-Tranquila, aun sigue con vida -Severus se encaró a la chica, quien se veía preocupada-. Tranquila, no haría nada que te molestara o te pusiera triste.
-Severus...
El oscuro profesor le sonrió de manera sincera y cariñosa. Alex no pudo evitar que unas pequeñas lágrimas se le escaparan y lo abrazara.
-Te amo, Severus
-Yo también, pequeña
Los dos volvieron a mirarse y poco a poco sus rostros se fueron acercando, cerraron sus ojos, sentían la respiración del otro...
-¡Severus! Muchacho ¿estás aquí?
El oscuro profesor sentía que su sien palpitaba con fuerza y él tenía una clara expresión de fastidio.
-¿En serio? -murmuró para sí-. Tiene que ser una broma
Se levantó con pesar y abrió la puerta.
-¿Ahora que se te ofrece, Albus?
-Tranquilo muchacho, no debes enfadarte tan fácilmente solo por una pequeña visita
El director entró sin ser invitado y se sentó en la cama. Severus se enojaba cada vez más y más, pero disimulaba a la perfección.
-¿Qué quieres esta vez?
-Solo quería saber si has cumplido con mis encargos
-Si te refieres a que me tengas de niñero -dijo Severus-. Pues sí, si he cumplido
-Me alegra. Por cierto -Severus arqueo un poco las cejas ante eso-. Me pareció muy lindo de tu parte bailar con la Srta. Macías.
Severus sintió que el alma se le iba a los pies y que el corazón le daba un brinco brusco. ¿Cómo...? ¿Cómo rayos fue que supo eso? Su respuesta apareció casi enseguida.
-Sabes que en este castillo no pasa nada de lo que no pueda enterarme
«Lo que me faltaba» -No... no es lo que tu piensas
-¿Qué cosa? ¿Qué al fin te diste la oportunidad de amar de nuevo, aunque fuera de una alumna?
«Viejo entrometido»
-Tal vez sea algo entrometido... pero sabes que lo hago por tú bien
-¿¡Podrías dejar de usar la Legeremancia!?
-No es mi culpa que solamente conmigo bajes la guardia
-Ya te he dicho más de una vez que hacerte el gracioso no va contigo
-Disculpa, pero no puedo evitarlo
-Tú sí que de verdad nunca cambias
Dumbledore rió un poco ante ese comentario y Severus dejó escapar un suspiro de resignación. Sí que ese anciano lo conocía mejor que nadie.
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Después de Navidad, las cosas se pusieron muy feas. Para empezar, Harry no empezaba todavía a tratar de descubrir el enigma que ocultaba el huevo de oro; de alguna manera, Rita Skeeter descubrió que Hagrid era en realidad un semi-gigante y ahora toda la comunidad mágica lo sabía.
Los cuatro amigos se sorprendieron ante la noticia, pero a ninguno le importó la condición de su gran amigo y trataron de hacer todo lo posible para que regresara a dar clases (aunque sus compañeros de clase no ayudaban mucho —en especial Malfoy y compañía— porque repetían más de una vez que les agradaban más las clases de la profesora Grubbly-Plank que las del guardabosque).
Pero las cosas no se quedaron así, en una visita a Hogsmeade, se encontraron con la oxigenada de Skeeter, quien intento tener una entrevista con Harry respecto a Hagrid. Alex y Hermione se molestaron mucho por eso y le reclamaron a la periodista, quien lanzó una mirada malvada a las chicas; Harry tenía el presentimiento de que sus amigas metieron la pata en grande y entre él y Ron las sacaron de Las Tres Escobas, donde se encontraban.
En un arrebato de rabia, las chicas corrieron hacia los jardines del castillo para tratar de hacer entrar en razón al semi-gigante. Al principio se sintieron apenadas con lo que le gritaron porque cuando la puerta se abrió, se toparon cara a cara con Dumbledore, quien invitó a los cuatro jóvenes a entrar. Finalmente, entre los chicos y el director hicieron entrar en razón a Hagrid.
Harry terminó aceptando la sugerencia que le dio Cedric sobre como resolver el acertijo del huevo de oro; se fue a los baños de prefectos a descifrarlo. Aunque al principio se sentía como un tonto haciéndolo, al final se sorprendió al descubrir de qué trataba la segunda prueba.
El oji-verde le contó a sus amigos sobre la prueba y —después de media hora de regaños por parte de Hermione— los cuatro se pusieron manos a la obra para encontrar el modo por el cual Harry pueda respirar bajo el agua por una hora. El tiempo corría contra ellos y Harry se notaba cada vez mas tenso; los cuatro amigos estaban en la biblioteca, siguiendo todavía revisando en varios libros como poder respirar bajo el agua por una hora, pero nada.
De repente llegaron Fred y George diciéndoles que McGonagall quería que fueran a su oficina Ron y Hermione. Extrañados, los dos siguieron a los gemelos y se despidieron de Harry y Alex. Los dos se llevaron varios libros y se fueron a la Sala Común para seguir con la búsqueda, pero tuvieron el mismo resultado: nada.
Los dos se fueron a acostar. Alex seguía preocupada por Harry y no conocía ningún método que le fuera de utilidad a su amigo para la prueba de mañana.
-¿Cómo les fue? -preguntó Xóchitl, quien estaba en la cama de la castaña leyendo "Sentido y Sensibilidad"
-Mal -contestó Alex muy desanimada, dejándose caer en la cama a lado de la loba
-Eso le pasa a Harry por dejar las cosas de último momento
-Oye, eso no ayuda
-Perdón, oye ¿Y Hermione?
-Los gemelos fueron por ella y por Ron porque McGonagall los mandó llamar
-¿Para qué?
-Yo que sé
-Que genio. Y... ¿ya le diste una respuesta a Curio?
Alex dejó escapar un puchero y se cubrió la cara con su almohada.
-Se me había olvidado por estar ayudando a Harry. Es mas, últimamente no lo he visto
-No pues quien sabe
-Ya sé
La segunda prueba llegó, Alex y Xóchitl se levantaron y se sorprendieron al descubrir que Hermione no estaba en su cama; las demás chicas del dormitorio seguían profundamente dormidas, Alex se levantó y reviso la cama de su amiga.
-¿Qué haces?
-Buscando una nota o algo por el estilo, pero no hay nada
-Esto es muy extraño
-Ni me lo digas
-Sera mejor que nos arreglemos y vayamos con los chicos, tal vez ellos sepan donde esta Hermione
-Está bien
Las dos se arreglaron y fueron a la Sala Común, pero los chicos tampoco estaban. Se encontraron con Neville y le preguntaron sobre Harry y Ron, pero el chico les dijo que ellos no durmieron en el dormitorio la noche anterior.
-Esto ya me esta asustando -dijo Alex mientras caminaban al Gran Comedor-. ¿A dónde rayos se fueron esos tres?
-La pregunta del millón
-¡Alex!
-Ay...
-Creíste que te lo ibas a quitar de encima con facilidad
-Cállate... ¡Hola, Curio!
El búlgaro se acercó a ellas con una sonrisa sincera. Alex se sintió muy mal con eso, aún no le daba una respuesta a Curio desde el Baile de Navidad y seguía sin saber que decirle.
-¿Cómo has estado, encanto?
-Bien... gracias
-Oye... ¿Pensaste en lo que te dije en el Baile de Navidad?
-Si... si lo... he pensado
-¿Y bien? ¿Qué dices?
-Yo...
-¿Se puede saber que están haciendo?
Atrás de Curio apareció la persona que menos quería ver en esos momentos Curio justamente detrás de él y la persona que más quería Alex.
-Profesor Snape
Curio rodó los ojos y se encaró a Snape, quien se veía claramente molesto con la presencia de ese mocoso.
-Con todo respeto, Señor. Pero es un asunto que no le incumbe; así que por favor... largo de aquí
-Tú no me hablas de ese modo, mocoso...
Alex vio que las cosas se iban a poner feas y se puso en medio de ellos.
-Los dos, ya es suficiente.
Como estaban en el vestíbulo y muchos alumnos iban al Gran Comedor, les llamó mucho la atención lo que estaba pasando. Alex, al ver el grupo de curiosos que se empezaba a formar, tomó a Curio de la mano y lo llevó hasta la mesa de Gryffindor.
Severus veía con profundo odio al muchacho, pero no podía hacer nada para impedirlo. Caminó a grandes zancadas hasta la mesa de los profesores y se sentó al lado de Dumbledore, como siempre.
-Deberías de controlar tus emociones, muchacho
-No me ayudes, Albus
-En lugar de hacer ese tipo de escenas, deberías de ser sincero con ella
-Si, como no. Y con ese mocoso estorbando...
-Eso te pasa por no ser sincero desde antes
-De nuevo. No me ayudes
Después del desayuno, todos fueron al Lago Negro para presenciar la Segunda Prueba. Todos los campeones ya estaban, excepto Harry; todos los jueces se preocuparon y McGonagall mandó a Dobby a buscar a Harry, quien diez minutos antes de la prueba, llego derrapando.
-Ya... estoy... aquí -dijo Harry, sin aliento
-¿Dónde rayos estabas? -preguntó Alex, entre preocupada y enojada
-Luego... te cuento
-Bien, toma esto -le paso a Harry un traje de baño de dos piezas-. Cámbiate rápido entre los árboles y ven enseguida
-Claro
Después de que Harry estuvo listo, dio comienzo a la Segunda Prueba. Nadie sabía que estaba pasando ahí abajo, y Alex se tensaba más porque desde anoche no veía ni a Ron ni a Hermione. Apenas paso media hora de la prueba, Fleur fue descalificada porque la atacaron unos grindylows; el tiempo límite de la prueba término, cuando finalmente salió Cedric Diggory junto con Cho Chang. Dos minutos después los siguieron Viktor Krum y ¿Hermione?; en cuanto la vieron, Alex y Xóchitl bajaron a ayudarlos.
-Hermione ¿Qué rayos hacías allá abajo? Y al menos, eso explica porque no te vemos desde anoche -dijo Alex, pasándole varias toallas y cubriendo a su amiga
-Es que... se supone que los campeones tenían que rescatar... -se puso un poco roja, dejando algo confusa a Alex-. Su tesoro
-Solo porque me diste un susto de muerte y porque estabas ahí abajo, no hago ningún chiste. ¿Crees que Ron este abajo?
-Si, Harry lo tiene que salvar
-El compadre al rescate de su hermano. Ay, estos chicos
Ya se había pasado de tiempo y Harry no salía, hasta que de pronto se escuchó que algo salió bruscamente del agua y las chicas se alegraron de ver que eran sus amigos y Alex se sorprendió de ver junto a ellos a una niña pequeña. Resultó ser la hermanita de Fleur.
Dieron los puntos y todos se sorprendieron cuando le dieron a Harry casi la misma puntuación que a Cedric haciendo que estuvieran empatados en el primer puesto.
Marzo se hizo presente y con eso noticias de Sirius, hace unos días le preguntó a Harry sobre la próxima salida a Hogsmeade, después de que le contestara, el viernes en la mañana les mandó la respuesta, indicándoles donde quería que se vieran. Harry se preocupó al principio pero luego se calmó porque volvería a ver a su padrino.
Pero la alegría de Harry se fue tres metros bajo tierra cuando llegaron a la clase doble de Pociones. Los de Slytherin como siempre estaban en grupito, chismorreando. En cuanto Parkinson vio a Hermione, rio burlonamente, pero en cuanto ella y los demás Slytherin vieron a Alex, sus miradas se ensombrecieron y —sin que ninguno de los cuatro amigos se dieran cuenta— Parkinson le soltó una sonora bofetada a la latina.
-¿Y A TI QUE RAYOS TE PASA? ¿POR QUÉ RAYOS HICISTE ESO?
-Es solo una advertencia
-¿Advertencia de que?
-De lo que te puede llegar a pasar si no te alejas de nuestro Jefe de Casa
Alex sintió un vuelco al corazón pero también una extraña sensación en el estomago ¿Qué rayos estaba pasando?
Parkinson le tiró la revista a Hermione, que la cogió algo sobresaltada. Los cuatro amigos se encaminaron hacia su pupitre al final de la mazmorra. En cuanto Snape volvió la espalda para escribir en la pizarra los ingredientes de la poción de aquel día, Hermione se apresuró a hojear la revista bajo el pupitre. Al fin, en las páginas centrales, encontró lo que buscaba. Alex y los chicos se inclinaron un poco para ver mejor. Una fotografía en color de Harry encabezaba un pequeño artículo titulado «La pena secreta de Harry Potter»
-No me gusta como sonó eso -comentó Alex y entre los cuatro leyeron el artículo
Tal vez sea diferente. Pero, aun así, es un muchacho que padece todos los sufrimientos típicos de la adolescencia, nos revela Rita Skeeter. Privado de amor desde la trágica pérdida de sus padres, a sus catorce años Harry Potter creía haber encontrado consuelo en Hogwarts en su novia, Hermione Granger, una muchacha hija de muggles. Poco sospechaba que no tardaría en sufrir otro golpe emocional en una vida cuajada de pérdidas.
La señorita Granger, una muchacha nada agraciada pero sí muy ambiciosa, parece sentir debilidad por los magos famosos, debilidad que ni siquiera Harry ha podido satisfacer por sí solo. Desde la llegada a Hogwarts de Viktor Krum, el buscador búlgaro y héroe de los últimos Mundiales de Quidditch, la señorita Granger ha jugado con los afectos de ambos muchachos.
Krum, que está abiertamente enamorado de la taimada señorita Granger, la ha invitado ya a visitarlo en Bulgaria durante las vacaciones de verano, no sin antes declarar que jamás había sentido lo mismo por ninguna otra chica. Sin embargo, podrían no ser los dudosos encantos naturales de la señorita Granger los que han conquistado el interés de estos pobres chicos.
«Es fea con ganas —nos declara Pansy Parkinson, una bonita y vivaracha alumna de cuarto curso—, pero es perfectamente capaz de preparar un filtro amoroso, porque es una sabelotodo. Supongo que así lo consigue.»
Como es natural, los filtros amorosos están prohibidos en Hogwarts, y no cabe duda de que Albus Dumbledore estará interesado en investigar estas sospechas. Mientras tanto, las admiradoras de Harry Potter tendremos que conformarnos con esperar que la próxima vez le entregue su corazón a una candidata más digna de él.
-¡Te lo advertí! —Le dijo Ron a Hermione entre dientes, mientras ella seguía con la vista fija en el artículo—. ¡Te advertí que no debías picarla! ¡Te ha presentado como una especie de... de mujer fatal!
Del rostro de Hermione desapareció la expresión de aturdimiento, y en su lugar soltó una risotada.
-¿Mujer fatal? —repitió, conteniendo la risa.
-Es como las llama mi madre —murmuró Ron, ruborizándose.
-Si Rita no es capaz más que de esto, es que está perdiendo sus habilidades —dijo Hermione, volviendo a reírse y dejando el número de Corazón de bruja sobre una silla vacía—. ¡Qué montón de basura!
-Espera un momento -dijo Harry, volviendo a tomar la revista-. Todavía tenemos que ver que rayos fue lo que quiso decir Parkinson sobre Alex y Snape
-Ya se nos estaba olvidando -dijo Ron
Alex se puso tensa, lo cual para Hermione no paso desapercibida. El chico comenzó a hojear la revista y al ver lo que encontró, tuvo que taparse la boca para no gritar y Alex hizo lo mismo. Una fotografía a color de Alex y Snape my juntitos encabezaba un titulo muy impactante « ¿Un romance prohibido florece en Hogwarts?»
«Me lleva la chin... Lo que me faltaba»
Esta vez, la hermosa y carismática Rita Skeeter nos sorprendió con una noticia sumamente interesante. Al parecer, la encantadora rubia descubrió un amor clandestino en el famoso Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería; pero no es un amor cualquiera, es un romance entre un profesor y una alumna, un Slytherin y una Gryffindor.
Esta impactante revelación dejo atónita a nuestra querida reportera, pero tuvo el valor de contarnos todo lo que descubrió ya que nos confesó que no quería decir nada sobre ese tema, pero al ver que últimamente esas dos personas involucradas se veían mucho, decidió dejar de callar y contarnos sobre este descubrimiento.
Al parecer, esto sucedió durante el Baile de Navidad del famoso Torneo de los Tres Magos; después de que Skeeter descubriera sobre el "Gigantesco error de Dumbledore", encontró algo que, en definitiva, supera esta noticia.
Skeeter nos comenta que vio al oscuro profesor de Pociones, Severus Snape, patrullando en los jardines del colegio, cuando se encontró con esta jovencita (no se sabe mucho de ella, solo que es extranjera, pertenece a la Casa Gryffindor y es intima amiga del famoso Harry Potter); los dos comenzaron a hablar, aunque se notaba que era una discusión y los dos se dieron la espalda, pero en cuanto la música del Gran Comedor se escuchó en el patio principal, los dos dejaron las hostilidades ¡y comenzaron a bailar! Y no era un baile inocente, que se diga, porque los dos bailaban muy juntitos y se miraban con un brillo especial en sus ojos.
Tal vez, de no ser por la interrupción del director del colegio anfitrión, los dos pudieron haberse besado, pero no se dio el caso y los dos se fueron por diferentes caminos, no sin antes que el oscuro docente de Hogwarts, le diera su levita para que ella no pasara frio y se alejaron.
Muchas conocerán a Severus Snape por su —literal— oscuro pasado y al parecer no ha cambiado en nada pero ¿Quién es esta chica? ¿De donde viene? ¿Cómo es que alguien, que no sea inglés, pudo entrar a Hogwarts? Estas y otras dudas que Skeeter prometió respondernos y contarnos mucho más sobre este amor prohibido.
En cuanto terminaron de leer el articulo, los chicos se miraban boquiabiertos, mientras que Alex estaba totalmente roja y se cubría el rostro con las manos ¿Cómo era posible que esa arpía descubierta eso? ¿Por qué rayos público eso? Ahora entendía porque la agresión de Parkinson de hace poco.
Miraron a los de Slytherin, que los observaban detenidamente para ver si se enfadaban con el artículo sobre Hermione y miraban con odio a Alex. Hermione les dirigió una sonrisa sarcástica y un gesto de la mano, y tanto ella como Alex y los chicos empezaron a sacar los ingredientes que necesitarían para la poción agudizadora del ingenio.
-Alex... por favor dinos que lo que dice ese artículo no es cierto -imploro Harry
La latina no hizo más que ponerse roja y mirar fijamente su caldero, dando por hecho lo que decía en el artículo.
-¿Estás loca? ¿Cómo rayos paso eso?
-Ni yo lo sé.... Solo pasó
-¿Solo pasó? Por amor a... ¡Es Snape! Te vas a meter en un buen lio con esto
-¿Crees que no lo se? «Quisiera saber como esa arpía se entero»
-¿Hay algo más de tu vida que no sepamos?
-Curio se me declaro antes de que eso pasara ¿Feliz?
-Por fascinante que sea su vida social, señorita Macías —dijo una voz fría detrás de ellos—, le rogaría que no tratara sobre ella en mi clase. Diez puntos menos para Gryffindor.
«Lo que faltaba»
Snape se había ido acercando sigilosamente a su pupitre mientras hablaban. En aquel momento, toda la clase los observaba.
-¡Ah...! ¿También leyendo revistas bajo la mesa? —Añadió Snape, cogiendo el ejemplar de Corazón de bruja—. Otros diez puntos menos para Gryffindor... Ah, claro... —Los negros ojos de Snape relucieron al dar con el artículo de Rita Skeeter—. Potter tiene que estar al día de sus apariciones en la prensa...
«Tenía que ser»
Las carcajadas de los de Slytherin resonaron en el aula, y una desagradable sonrisa dibujó una mueca en los delgados labios de Snape. Para indignación de Harry, comenzó a leer el artículo en voz alta.
-«La pena secreta de Harry Potter...» Vaya, vaya, Potter, ¿de qué sufre usted ahora? «Tal vez sea diferente. Pero, aun así...»
Harry notaba que le ardía la cara. Snape se paraba al final de cada frase para dejar que los de Slytherin se rieran. Leído por Snape, el artículo sonaba diez veces peor.
-«... las admiradoras de Harry Potter tendremos que conformarnos con esperar que la próxima vez le entregue su corazón a una candidata más digna de él.» ¡Qué conmovedor! —Dijo Snape con desprecio.
Por desgracia, descubrió el artículo que hablaba sobre él y Alex. Los de Slytherin pararon de reír al ver que el Jefe de su Casa estaba tenso y dedujeron que estaba leyendo el otro artículo de Skeeter y se pusieron nerviosos.
A cada palabra que leía, Severus se ponía más tenso y apretaba cada vez más fuerte la revista que parecía que la iba a romper en cualquier momento. Terminó de leer y miró discretamente a Alex y se sorprendió al ver, por primera vez, que la chica estaba asustada ante su presencia. Respiró profundamente, cerró y enrollo la revista con brusquedad.
-Bueno, creo que lo mejor será que los separe a los cuatro para que puedan pensar en sus pociones y olvidar por un momento sus enmarañadas vidas amorosas. Weasley, quédese donde está; señorita Granger, allá, con la señorita Parkinson; Potter, a la mesa que está enfrente de la mía; y señorita Macías, al lado de Malfoy. Muévase, ya.
El cuarteto se puso en marcha y se acomodó como Severus les indico. En cuanto Alex pasó por su lado, el profesor aclaró:
-Lo que dice el artículo de esa periodista de quinta no son más que mentiras. Lo de la fotografía solo fue para fastidiarles el momento a Macías y al chico que estaba con ella; porque honestamente ¿Quién querría estar con ella?
Alex sabía que solo lo dijo para que los Slytherin dejaran de molestarla, pero le dio mucho sus palabras y más porque fueron seguidos por la risa burlona de los Slytherin. Severus pasó junto a la mesa de la chica y hasta ahora se dio cuenta de que tenía roja la mejilla izquierda, como si la hubieran abofeteado.
A mitad de la clase apareció Karkarov, pidiendo hablar con Severus, él le dijo que después de clases, a los cual del director de Durmstrang se colocó detrás de Severus y espero a que terminara la clase.
Cuando la hora llegó, todos salieron casi corriendo de ahí. Malfoy seguía molesto por el artículo sobre su Jefe de Casa, así que al pasar junto a Alex, tiró sus libros al suelo, acompañado de bilis de armadillo. La chica lo miró con odio y comenzó a recoger sus cosas; ni se dio cuenta de que Harry seguía ahí pero le sorprendió la conversación de los dos docentes.
-¿Qué es eso tan urgente? -oyó que Severus le preguntaba a Karkarov en un susurro
-Esto -dijo Karkarov-. ¿Qué te parece? ¿Ves? Nunca había estado tan clara, nunca desde...
-¡Tapa eso! -gruño Severus
-Pero tú también tienes que haber notado... —comenzó Karkarov con voz agitada.
-¡Podemos hablar después, Karkarov! —Lo cortó Snape—. ¡Potter! ¿Qué está haciendo?
—Limpiando la bilis de armadillo, profesor —contestó haciéndose el inocente, al tiempo que se levantaba y le enseñaba el trapo empapado que tenía en la mano.
Karkarov giró sobre los talones y salió de la mazmorra a zancadas. Parecía tan preocupado como enojado. Como no quería quedarse a solas con un Snape excepcionalmente airado, Harry echó los libros y los ingredientes de Pociones en la mochila y salió a toda pastilla.
Severus soltó un suspiro de cansancio y comenzó a ordenar su escritorio. Alex terminó de arreglar sus cosas pero no se levantó enseguida; se asomó un poco para ver si el profesor estaba distraído. Aprovecho para irse a hurtadillas del salón pero no contaba con que chocara con una banca y se pegara en la cabeza con un pupitre.
Contuvo una exclamación de dolor pero el ruido atrajo la atención de Severus, quien camino a grandes zancadas hasta donde estaba y tiró de su uniforme para levantarla.
-¡Macías! -soltó a la chica y se aparto un poco de ella-. ¿Qué rayos hace aquí?
-Se cayeron mis cosas -junto las manos como su fuera a rezar, colocándolas a la altura de su cabeza y cerró los ojos con fuerza-. ¡Lamento meterlo en estos problemas! ¡Le prometo que no volverá a pasar, es más, me alejar de usted! ¡Ni siquiera me acercare a usted en clase! -y dicho eso, se colgó la mochila y salió corriendo del aula antes de que otra cosa pasara.
Le dolía mucho tener que hacerlo, pero no tenía opción. Gracias a Skeeter, ella y Severus se meterían en graves problemas, y era lo último que quería provocarle a su profesor.
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Al día siguiente, los cuatro amigos fueron a Hogsmeade a ver a Sirius. Al ver al perro negro que estaba al borde de una montaña, los chicos se le acercaron.
-Hola Sirius -saludo Harry
Xóchitl se le acercó al perro, que ladró y dio media vuelta hacia la base misma de la montaña.
-Que lo sigamos, ahí también esta Buckbeak
Los chicos hicieron lo que la loba les indicó y en cuanto entraron, vieron a Sirius normal. Harry se descolgó la mochila y le pasó la comida que traía para su padrino, quien comenzó a comer con avidez. Mientras Sirius comía, los chicos ponían al tanto a Sirius de los sucesos extraños que estaban pasando desde los Mundiales de Quidditch.
Sirius les contaba sobre algunas cosas que él logro enterarse antes de ser llevado a Azkaban relacionadas con Crouch, lo que más les llamo la atención a los chicos fue que Crouch envió a su propio hijo a Azkaban por descubrirlo con los mortífagos y con eso, hizo que saliera Snape en el tema de conversación.
Alex se tensó mucho y los chicos la miraron con mala cara, Sirius se dio cuenta de eso y le pareció extraño.
-¿Y a ustedes que les pasa?
Harry miró de reojo a Alex y le contó a Sirius sobre el artículo de Corazón de Bruja. Sirius se puso tenso, se levantó y comenzó a caminar como león enjaulado. Los chicos se extrañaron mucho, pero no dijeron nada.
Tomo unos minutos calmar a Sirius, cuando se calmó por completo, se volvió a sentar y siguió comiendo. Siguieron haciendo hipótesis sobre las cosas extrañas que pasaban pero no se les ocurrían otras ideas; a las tres y media, Sirius les pidió a los chicos que regresaran al colegio y que tuvieran mucho cuidad, que no salieran a verlo y que si hablaban entre ellos sobre él, le dijeran Hocicos.
Hermione y los chicos ya habían salido de la cueva, cuando Sirius retuvo un momento a Alex. La chica lo miró y le sorprendió ver algo de enfado en sus ojos.
-¿Qué pasa, Sirius?
-No quiero que te acerques a Snape más de la cuenta ¿De acuerdo?
Alex dejo escapar un suspiro antes de contestar.
-Ya se lo deje en claro a Snape ayer, me alejare de él incluso en clases. No quiero más problemas de los que Skeeter provocó
-Me alegra. Y recuerda, si necesitas hablar o la ayuda de un amigo, porque creo que para esto no confías en Harry y los demás, no dudes en decirme ¿De acuerdo?
-Está bien
Sin que Alex se lo esperara, Sirius le dio un abrazo. Pero Alex sentía ese abrazo un poco extraño, no lo sentía de manera fraternal pero de todas maneras le correspondió el gesto.
Sirius los acompañó —en forma de perro, obviamente— hasta los límites del pueblo y regresó a la cueva. Cuando volvió a su forma humana, otra vez se puso a caminar como león enjaulado y se notaba muy molesto.
-No me lo vas a volver a hacer, Quejicus -murmuraba claramente molesto-, ya me quitaste a la mujer que amaba una vez y no permitiré que lo vuelvas a hacer. No me importa si me atrapan, no te quiero cerca de ella y ten por seguro que me encargare de que así sea, maldito mortífago.
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