Desde el incidente con la Poción Multijugos, Snape vigilaba de cerca a Rini y a sus amigos para asegurarse de que no volvieran a cometer otro "delito". Rini no se atrevía a confesarle a sus amigos que Dumbledore y Snape la dexcubrieron y que sabían que fueron ellos quienes robaron los ingredientes para la poción del armario privado de Snape; porque tenía el presentimiento de que los chicos creerían que fue de "soplona" a contarles.

La castañita salía de la biblioteca con unos libros que necesitaba para que pudiera seguir con sus deberes, pero al pasar por un pasillo desierto, sintió que alguien la seguía; más de una vez se volvió para ver quien era pero no veía nada y seguía con su camino.

Estaba a dos pisos de llegar a la enfermería cuando otra vez sintió que alguien la seguía; sacó su varita y se volvió otra vez rápidamente.

-¿Quién esta ahí? -pregunto, apuntando con su varita a todos lados

Nadie respondió

-¿Quién esta ahí? -volvió a preguntar, pero tampoco contestaron

Bajo la varita pero no la guardo, siguió con su camino pero de pronto le pareció ver algo en el pasillo que estaba a su derecha.

-¡Lumus!

Una pequeña esfera de luz apareció en la punta de su varita, haciendo que pudiera iluminar el pasillo y por una fracción de segundo le pareció ver un montón de escamas desaparecer en el pasillo.

Se asusto mucho y salió corriendo de ahí, pero le pareció que todavía la seguían. Dio vuelta en un pasillo y chocó con algo haciendo que se le cayeran los libros que traía en el brazo desocupado pero antes de caer sintió que alguien la sujetó de la muñeca para evitar que cayera.

Levantó la vista y se encontró con unos ojos negros.

-Profesor...

-¿Qué le ocurre? ¿Otra vez robo algún ingrediente de mi armario privado?

-No es eso... es que... - vio por encima de su hombro al pasillo por si alguien venía, pero estaba vacío.

-¿Qué le pasa?

Rini se volvió hacia su profesor, quien la miraba con la misma expresión seria que lo caracterizaba.

-Nada -se hincó para levantar los libros pero vio que Snape comenzó a levantar los libros también.

Cuando terminaron de recogerlos, se incorporaron y Snape le deposito los libros en los brazos.

-Gracias

-Ahora ¿me va a decir que rayos le pasaba?

-Pues... me pareció que alguien... o algo me seguía

-Pues yo no veo nada

-Ya sé

-Será mejor que la acompañe a donde quiera ir, que a juzgar por los libros y por la prisa que lleva, va de regreso a su Sala Común.

Rini solo asintió. Snape la llevo hasta la Torre de Gryffindor y no se fue hasta que vio a la chica pasar por el retrato de la Señora Gorda; pero mientras iba de camino de regreso a las mazmorras, un pensamiento le daba vueltas en la cabeza ¿Quién la estaría siguiendo? Entonces le llego la respuesta le llego de golpe... El Heredero de Slytherin.

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Comenzó el mes de Febrero y las mandrágoras estaban cada vez más maduras; tampoco hubo más ataques y Lockhart decía que fue gracias a él que el Heredero de Slytherin se había acobardado porque sabía que él, Lockhart, lo iba a capturar pronto. Pero no se detuvo ahí, dijo que en el colegio necesitaba una buena dosis de "inyección moral" para borrar los malos momentos del trimestre pasado y que él se la iba a dar.

Fue hasta el 14 de Febrero que toda la escuela vio la "inyección moral" que se le ocurrió a Lockhart. Las paredes estaban cubiertas de flores grandes de un rosa chillón. Y, aun peor, del techo de color azul pálido caían confetis en forma de corazón.

-Con esto, va a provocar que odie San Valentín -comento Rini, estando sentada en la mesa de Gryffindor, quitando el confeti que caía en su desayuno.

Hermione no le hacia caso, su vista estaba posada en la mesa de profesores y Rini no tuvo que preguntar la razón por la que no quitaba su mirada de ahí.

Unos minutos después llegaron los chicos, Ron parecía que estaba muy enojado y Harry confundido por ver el Gran Comedor en ese estado.

-¡Feliz día de San Valentín! —Gritó Lockhart—. ¡Y quiero también dar las gracias a las cuarenta y seis personas que me han enviado tarjetas! Sí, me he tomado la libertad de preparar esta pequeña sorpresa para todos ustedes... ¡y no acaba aquí la cosa!

Lockhart dio una palmada, y por la puerta del vestíbulo entraron una docena de enanos de aspecto hosco. Pero no enanos así, tal cual; Lockhart les había puesto alas doradas y además llevaban arpas.

-¡Mis amorosos Cupidos portadores de tarjetas! —Sonrió Lockhart—. ¡Durante todo el día de hoy recorrerán el colegio ofreciéndoles felicitaciones de San Valentín! ¡Y la diversión no acaba aquí! Estoy seguro de que mis colegas querrán compartir el espíritu de este día. ¿Por qué no le piden al profesor Snape que les enseñe a preparar un filtro amoroso? ¡Aunque el profesor Flitwick, el muy pícaro, sabe más sobre encantamientos de ese tipo que ningún otro mago que haya conocido!

El profesor Flitwick se tapó la cara con las manos. Snape parecía dispuesto a envenenar a la primera persona que se atreviera a pedirle un filtro amoroso.

-Por favor, Hermione, dime que no has sido una de las cuarenta y seis —le dijo Ron, cuando abandonaban el Gran Comedor para acudir a la primera clase. Pero a Hermione de repente le entró la urgencia de buscar el horario en la bolsa, y no respondió.

-Es oficial... Lockhart es un demente -murmuro Rini al salir del Gran Comedor y ver a los feos enanos de aquí para allá.

La chica no era la única malhumorada por esos enanos, los maestros también o tal vez peor, puesto que los enanos entraban e interrumpían las clases para repartir las tarjetas de San Valentín.

Pero el que tal vez estaba más enfadado que nunca era Snape. Tuvo que hechizar la puerta de su aula para que esos condenados enanos no entraran, pero cuando acababan las clases y abría la puerta, los enanos se colaban y repartían las felicitaciones de San Valentín.

Severus salió hecho una furia de su clase con los alumnos de quinto curso, con la intención de irle a reclamar a Lockhart por su "fantástica idea" pero al doblar la esquina chocó con alguien.

-¡Macías!

La chica se sobaba el trasero y se levantó del suelo.

-Profesor ¿Qué le pasa?

-¿Qué me pasa? ¡Pues es culpa de una escoria que se llama Gilderoy Lockhart!

-Los enanos Cupido ¿verdad? Créame que todos los profesores están igual.

-Pero si llego a ponerle las manos de encima lo voy a...

Rini dejo escapar un suspiro y fijo su vista en el suelo y entonces vio algo que le llamo la atención. Un pañuelo negro con bordados verdes en las orillas, un bordado de un lirio con una S bordada que parecía una serpiente. La chica se agacho para tomarlo y por las características que tenia, enseguida supo de quien era.

-Este... profesor...

Snape poso su vista en ella.

-Este... se... -no pudo continuar porque alguien exclamo

Y hablando del Rey de Roma...

-¡Vaya, vaya! ¡Fabuloso! -Exclamo Lockhart acercándose a ellos y sujetando a Severus por los hombros-. ¡Sabia que tenias una admiradora por ahí, pillín!

Rini se sonrojo tanto que pensó que le salía humo de la cabeza, y Snape estaba también rojo, pero en lugar de vergüenza era coraje.

Lockhart le quito el pañuelo de las manos a la chica y lo examino determinadamente.

-Esta muy bonito y muy bien hecho, ya que obviamente esta hecho a mano -poso su vista en Rini-. Si que es usted muy hábil en esto, Macías

-Yo... no lo hice...

-No seas modesta, y esta hermoso, estoy seguro que le encanto a Severus. ¿No lo crees Se...?

No terminó la frase porque se puso de piedra al ver la expresión de enfado del profesor de pociones. Tomó a Lockhart del cuello de su túnica y tuvo que contener una sonrisa burlona al ver la expresión de horror del rubio.

-Escucha Lockhart, averigua las cosas primero y luego abres tu enorme bocota. Ese pañuelo me lo regalaron hace años, se cayó de mi bolsillo y Macías solo quería devolvérmelo ¡ASI QUE CIERRA LA BOCA DE UNA BUENA VEZ O TE LA CIERRO COMO ESE DIA EN LA SALA DE PROFESORES Y DEVUELVEME EL PAÑUELO!

Lockhart no necesito que Severus se lo dijera dos veces, y cuando se lo devolvió se fue de ahí casi corriendo.

-Bueno, no le reclamo por la imitación región 4 de Cupido pero al menos le grito -dijo Rini

-¿No debería de estar en clase?

-Me toca con Lockhart y honestamente no quiero entrar

-Pues tiene de hacerlo quiera o no

-Ya sé -se dio media vuelta resignada para irse, pero antes, se volvió hacia Snape y con un leve sonrojo le dijo-. Feliz Día de San Valentín, profesor

Severus se sonrojo un poco también y desviando su vista contesto:

-Gra... gracias. Igualmente -y regreso a su aula y Rini fue a  la "clase" de DCAO.

En la noche, los cuatro amigos estaban en la Sala Común haciendo los deberes y entonces Rini vio que Harry se iba a su dormitorio, al parecer el chico estaba algo cansado.

Media hora después subió Ron pero al rato regreso diciendo que Harry no estaba en el dormitorio. Esperaron media hora hasta que Ron volvió a subir y encontró a Harry, pero después los dos bajaron y Harry les dijo a las chicas algo que ninguna de las dos podía creer:

-Fue Hagrid, Hagrid abrió la Cámara de los Secretos hace cincuenta años

-¿Qué?

-Harry ¿te estas escuchando? ¡Eso es ridículo!

Harry les contó lo que vio en el diario de Ryddle y las chicas y Ron todavía no podían creerle. Siguieron discutiendo sobre si Hagrid fue quien abrió la Cámara de los Secretos o no hasta que decidieron no decirle nada al guardabosque para no incomodarlo.

En las vacaciones de Semana Santa, los cuatro amigos comenzaron a ver las optativas que tendrían que tomar el próximo año, aunque la elección era muy difícil puesto que lo que escogieran influenciaría las oportunidades de carrera mágica que tendrían que elegir hasta su quinto curso.

Las cosas se pusieron de mal en peor cuando Harry, regresando de su entrenamiento de Quidditch, Neville le aviso que alguien había husmeado en sus cosas, y se preocupo más al descubrir que habían robado el diario de Ryddle.

El día del partido de Gryffindor vs Hufflepuff antes de bajar los escalones, Harry volvió a escuchar esa voz misteriosa, entonces las chicas entendieron lo que pasaba y se fueron de inmediato a la biblioteca.

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-Tiene que estar por aquí en algún lado... -murmuraba Hermione, pasando un dedo por el lomo de los libros

-¡Aquí esta, ven! -indico Rini, tomando un libro de aspecto oscuro

Le quitó el polvo y comenzó a hojearlo hasta la página que necesitaba.

-¡Vientos, esto es! -dijo Rini, señalando el titulo del capitulo

Asegurándose de que la bibliotecaria no estuviera cerca, arrancó la página y regresó el libro a donde estaba.

Hermione escribió una sola palabra en la parte inferior de la hoja y Rini se la llevo, hecha una bola en la mano.

Cuando salían de la biblioteca se toparon con la prefecta de Ravenclaw, Penélope Clearwater. Las tres ya estaban afuera de la biblioteca cuando escucharon algo detrás de ella. Penélope tuvo intención de voltearse pero Hermione se lo impidió y saco un espejo de plata para mirar por las esquinas.

Al principio no vieron nada, pero de pronto vieron un par de ojos amarillos reflejados en el espejo.

-Eso es... -pero Rini no pudo terminar de decir la frase porque de pronto se sintió extraña.

De pronto no sentía ninguna parte de su cuerpo y todo se volvió oscuro.

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Todos los profesores revisaban que todos los estudiantes estuvieran en el estadio, pero Sprout se dio cuenta que faltaban tres alumnas, entre las cuales se encontraban Granger y Macías.

Ante la mención de la latina, Severus corrió hacia el castillo ante la mirada de desconcierto de los otros docentes, a excepción de la de Dumbledore.

Severus corrió con todas sus fuerzas hasta llegar al pasillo de la biblioteca, donde suponía que podían estar las chicas, y en cuanto dio vuelta en la esquina, sintió que el corazón se le paraba de sopetón: tumbadas en el suelo, totalmente inmóviles se encontraban Clearwater, Hermione... y Rini. Las tres habían sido agredidas por el Heredero de Slytherin.

Severus hizo aparecer dos camillas mágicas y coloco a la Ravenclaw y a Hermione en ellas pero a Rini, la llevo en brazos hasta la enfermería, donde Pomfrey estaba atendiendo a los otros petrificados y se llevo las manos a la boca al ver que esta vez fue un ataque triple.

Severus colocó a cada una en una cama y fue a avisarles a los demás profesores. McGonagall canceló el partido y mandó llamar a Harry y Ron para darles la mala noticia sobre sus amigas, quienes al verlas sintieron una extraña opresión en el pecho.

McGonagall los llevó de regreso a la Torre de Gryffindor con trabajos, porque los chicos no querían separarse de sus amigas. Entonces los dos decidieron ponerle fin a esta pesadilla y encontrar por su cuenta al Heredero de Slytherin, el culpable del estado de sus amigas.