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Preparando un regalo especial

Desde que Xóchitl se fue, Alex se sentía muy sola a pesar de estar siempre con Hermione y los chicos, y más ahora que tenía un dormitorio para ella sola. Esa misma noche cuando Xóchitl tuvo que irse McGonagall le indicó que de ahora en adelante dormiría ahí y ya no con los chicos, sólo asintió y se dejo caer en la cama.

Era fin de semana y ese día sería el primer partido de la temporada con el clásico Gryffindor vs Slytherin. No tenía muchas ganas de bajar, pero les había prometido a los chicos que los iría a ver, en especial a Ron porque era su debut en el equipo.

El partido fue, en palabras de Ron, un desastre por su actuación. Pero lograron ganar, gracias a que Harry logró atrapar la Snitch. Sin embargo, como mal perdedor que era, Malfoy comenzó a burlarse de los Weasley y de Harry; el equipo trató de contener a los gemelos y a Harry, pero el azabache y George lograron soltarse y golpearon a Malfoy.

Después de eso, la Sra. Hooch los envío al castillo y ahí fuero a hablar con McGonagall, pero por desgracia, llegó Umbridge a interferir y castigo a Harry y a los gemelos suspendiéndolos de por vida del equipo de Quidditch. Aunque no todo estuvo tan mal, esa misma noche, Hagrid regresó al castillo.

Sin importarles que fuera tarde, los cuatro bajaron a ver al semi gigante. Al verlo, se sorprendieron de verlo herido, pero más al descubrir cómo se los hizo y la misión que Dumbledore le había encomendado: ir a ver a los gigantes y convencerlos de unirse al director. El guardabosque siguió con la historia, hasta que se escucho que alguien tocaba la puerta; con la capa de Harry, los cuatro se escondieron en un rincón y se asustaron de ver al sapo entrar.

Comenzó a interrogar a Hagrid sobre su tardanza al colegio, provocando que el semi gigante se pusiera nervioso, porque no sabía que excusa ponerle. Lo peor fue que cuando Hagrid dijo que había salido porque quería "Cambiar de aires", el sapo le insinuó el "aire de montaña", con lo que se dio a tender de que Umbridge sabía algo de la misión del guardabosque.

Comenzó a caminar hacia la puerta y le advirtió al hombretón de que ella estaba supervisando las clases, por lo que dejo más preocupado de lo que ya estaba Hagrid y a continuación salió de la cabaña, cerrando la puerta, que hizo un ruido seco.

Después de que el sapo se fue, los cuatro decidieron que lo mejor sería regresar al castillo. Durante el camino, siguieron tratando de adivinar que le había pasado a su amigo para tener esas heridas y la mejor manera de convencerlo de que no llevará ninguna criatura peligrosa para no meterse en problemas con el sapo.

El día de su primera clase con el semi gigante, nadie —a excepción de los cuatro amigos— lo recibieron bien. El guardabosque los llevo al Bosque Prohibido, a una parte oscura. Las criaturas que Hagrid les enseño —o que trato de enseñarles— fueron los thestrals, solamente Harry, Alex y Neville pudieron verlos, porque solamente pueden verlos lo que han visto la muerte.

La clase transcurrió normal hasta que llego el sapo para supervisar la clase. Ante los comentarios y las preguntas que hacía a los alumnos, Hagrid se ponía nervioso y eso alegraba a Umbridge. Al finalizar le dijo que le entregaría sus resultados en diez días, pero lo dijo como si el hombretón no le entendiera. Con eso, los cuatro entendieron que las cosas no saldrían bien para su amigo a partir de ahora.

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Severus y Alex seguían viéndose en el despacho del primero desde que ella salió de la enfermería y su amistad de hacía cada vez más fuerte. La chica más de una vez había tratado de declarársele pero terminaba callándoselo y más de una vez, Severus se daba cuenta de su actitud.

Una noche, después de que la chica se fuera de regreso a su Sala Común, llego Dumbledore y eso al pocionista le "sorprendió".

—Ahora ¿qué quieres, Albus?

—Sólo quería ver cómo te iba con la Srta. Macías

—No sé de que hablas

—Hablo de tus sentimientos hacia ella

—Albus...

—Mejor díselo tú. Parece que es demasiado tímida para decírtelo primero

— ¿Decirme qué?

—Creo que ya hable de más

—Albus...

—Bueno, es hora de que me vaya a dormir

— ¡Oye, no! ¡Espera! —pero el viejo director ya se había ido—. ¡Qué afán tienes de dejarme con la duda, viejo loco!

Se fue a sí dormitorio y trató de dormir, pero las palabras del director seguían dándole vueltas en la cabeza. ¿Qué era lo que Alex quería decirle?

A la mañana siguiente, era sábado. Y descubrió un sobre en su mesa de noche, lo abrió y reconoció la letra del director:

Severus:

La Srta. Macías, junto con las Srtas. Granger, Weasley, Lovegood y hasta con Nymphadora, irán a dar una vuelta a Hogsmeade. Sé que no es fecha de visita, pero Nymphadora me pidió que las dejara ir con ella para tener una "tarde de chicas".

La Srta. Lovegood las acompañará porque escuchó la invitación que le hizo a la Srta. Weasley y quiso acompañarlas.

Te agradecería que las siguieras para asegurarnos de que las cinco estarán bien. Sé que estarán bien porque —obviamente— estarán con Nymphadora y más porque es auror, pero un poco más de protección extra no les vendría mal.

¡Disfruta tu fin de semana!

Atentamente

Albus Dumbledore

«Ya te habías tardado de arruinarme un tranquilo fin de semana»

No le agradaba la idea en absoluto, pero al leer el apellido de Alex, le cambió la cara y decidió cumplir el "favor" del director.

Mientras en la Torre de Gryffindor, Hermione y Ginny estaban con Alex en su dormitorio, tratando de arreglar a la latina.

—No es necesario que lo hagan, sólo seremos nosotras, Luna y Tonks

—Pero aún así tienes que lucir linda —respondió Ginny

—Ayúdame, Hermione

—Prefiero no meterme en esto

La latina sólo soltó un suspiro de resignación. Cuando al final las chicas la dejaron, se miró en el espejo y se sorprendió al verse: Estaba peinada como siempre con su coleta de caballo, pero tenía unos mechones sueltos y ondulados al igual que su coleta. El maquillaje era de colores naturales y no estaba cargado, hasta parecía que no tenía. Y su ropa era una blusa a cuadros morado y negro, pantalones entubados de mezclilla negro y unas botas de gamuza moradas, y una mariconera negra con listón morado al estilo gótico.

— ¿Verdad que quedaste hermosa? —pregunto Ginny, como no queriendo

—Eh...

—Chicas, será mejor irnos ya. Luna y Tonks ya deben de estar esperándonos —recordó Hermione

—Es cierto. Nos vamos adelantando Alex. Nos vemos abajo

—Eh... Sí

Escucho la puerta cerrarse. La chica continúo mirándose en el espejo. Le sorprendió como la dejaron sus amigas pero le gustó. Tomó su mariconera y salió de su habitación.

Salió de la Sala Común y camino hacia la puerta, pero al doblar la esquina, chocó con alguien.

— ¡Ay! Perdón, no era mi... ¡Profesor Snape!

Severus la miraba algo embobado. Ya se estaba mejorando y cada vez se veía más hermosa.

«¡Contrólate, Severus!»

—Te vez bien, Alex —comentó el profesor con una sonrisa

Alex se sonrojó un poco pero le agrado el comentario.

—Gra... Gracias, Severus

—Y... ¿A dónde vas?

—Eh... Am... Bueno, yo...

—Sólo tenga cuidado en el pueblo. Sé que va con Nymphadora y sus amigas pero no bajen la guardia ¿de acuerdo?

—Sí, Severus —entonces, Alex se dio cuenta de que estaban solos y que era su oportunidad de confesarle sus sentimientos.

—Severus... Hay algo que he querido decirte desde hace mucho

— ¿Y qué es?

— ¡Quiero decirte que tú me...!

— ¡Alex!

Severus y Alex se quedaron en shock por la interrupción y más la chica porque sintió que alguien se le colgó del cuello por detrás. Como pudo, volteó un poco el rostro para ver quién era.

— ¿LUNA?

— ¿SRTA. LOVEGOOD?

—Ah, hola profesor

—Luna ¿qué haces aquí? «¿Y porque esta manera de interrumpir me parece familiar? De qué me llegara por atrás y se colgará del cuello»

—Es que no llegabas y ya nos estábamos preocupando por ti

—Nymphadora sabe comunicarse usando el encantamiento Patronus —dijo Severus, algo enojado—, por lo que pudo avisarle a su compañera de esa manera

—Lo sé

— ¿Entonces, Luna?

—Yo quise venir a buscarte

—Ay niña

Luna la soltó y se le colgó del brazo, como lo haría una chica con su novio. Alex y Severus la miraban como diciendo "Ahora ¿qué le pasa?"

—Eh... Luna...

—Vámonos, que se nos hace tarde —y sin más, se la llevo de ahí

— ¡Oye! ¡Luna, espera!

Severus ya no pudo hacer nada porque las dos chicas ya se habían ido.

—Se fue otra oportunidad de que me dijera eso. Me pregunto, que me querrá decir

Entonces recordó el encargo de Dumbledore y las siguió. En la entrada del castillo ya las estaban esperando Ginny, Hermione y Tonks cuando Alex y Luna llegaron.

— ¡Hasta qué aparecen! —Dijo Tonks—. ¿Dónde estaban?

—Alex estaba hablando con el profesor Snape

— ¿Qué? ¿Y de qué? —pregunto Ginny

—Pues... De nada importante «si les digo la verdad, me cuelgan» ¡Ya vámonos chicas! ¿Sí?

Ninguna insistió y las cinco salieron del castillo, seguidas de cerca por un par de ojos negros.

Llegaron al pueblo y las chicas comenzaron a curiosear.

—Vaya, hay tiendas que ni sabía que existían —comentó Ginny, mirando por el escaparate de una pastelería

—Es porque siempre visitan los lugares más populares del pueblo y ni se molestan en conocer otros lugares —dijo Tonks

Siguieron caminando y mirando por todos lados, hasta que a Alex le llamó la atención algo en particular.

—Oigan, miren eso

Las cuatro hicieron caso les gusto lo que vieron.

— ¡Qué lindo! —exclamo Luna, corriendo hasta el escaparate

—Es un osito de felpa —dijo Hermione

—Luna tiene razón. Está bonito —concordó Ginny

—Pero, no parece que haya sido hecho con magia —observó Tonks

—Está hecho a mano —dijo Alex. Levanto la mirada y vio el nombre de la tienda—. "Mercería Osito de Felpa", eso explica porque hay uno aquí

Las cinco siguieron mirando el osito, hasta que Luna se enderezó y miro a sus amigas

—Oigan ¿ustedes saben cuándo es el cumpleaños de los ositos de felpa?

— ¿Eh?

— ¿El cumpleaños...? —preguntó Ginny

— ¿... de los ositos de felpa? —finalizó Hermione

«¿Por qué esa pregunta me parece familiar?» se preguntó Alex

— ¿Cuándo los inventaron?

—No, Ginny. Lo que pasa es que no sabemos cuando fueron hechos los regalos o las cosas que adquirimos en las tiendas. Por lo tanto a los ositos de felpa el primer día se les pone un nombre, un listón rojo y ese es un día de cumpleaños

«Insisto... Esto me parece familiar y me está asustando»

—Esa idea es muy linda —opinó Tonks

—También existe la costumbre en el extranjero —continuó Luna—, de que el osito de felpa que haces tú misma, lo bautizas con tu nombre y se lo regalas a un ser querido, y así su amor siempre será correspondido

— ¿Correspondido? —preguntaron las cuatro

Entonces las cuatro pensaron cada una en ese ser querido y enseguida se pusieron rojas.

— ¿Ustedes ya tienen a ese ser querido, verdad?

— ¿Qué? ¡No! ¡Nosotras...!

Luna solamente les sonrió y entró a la mercería.

— ¡Luna! —exclamó Hermione

— ¿A dónde vas? —preguntó Ginny

—Pues a entrar a ver —contestó la rubia como si eso fuera lo más normal del mundo

Las cuatro chicas, rojas como un tomate, entraron a la mercería siguiendo a la rubia.

—Luna ¿qué planeas hacer? —preguntó Alex

—Miren, aquí están —dijo Luna, señalando un estante llenos de cajas medianas con el dibujo de un osito

Las cuatro miraron y se pusieron más rojas

— ¿PATRONES PARA OSOS DE FELPA?

—Oye ¿qué quieres hacer? —preguntó Tonks

Pero Luna no le contesto, sólo tomo una de las cajas y se la dio a Alex en sus manos

— ¿Por qué me lo das?

—Porque necesitas confesarle esos sentimientos a ese ser querido. Y creo que la mejor manera de confesárselo es dándole este osito, ya que a veces uno no encuentra las palabras adecuadas para expresarlo

—Luna...

La rubia tomó tres cajas más y se las dio a Ginny, Hermione y Tonks.

—Ustedes también tienen a un ser querido ¿cierto? —Las tres sólo se sonrojaron y Luna lo tomó como un sí—. Entonces. Igual necesitan un apoyo

—Oye Luna —la rubia miro a Alex—, ¿no comprarás el material para hacer el osito?

—No

— ¿Por qué?

—Porque... Todavía no encuentro a ese ser querido —las chicas la escuchaban con atención—. Además, si lo encontrara... Preferiría que ese ser querido encuentre el amor con otra persona aunque sea lejos de mí, al ver su desdicha a mi lado todos los días

—Luna... ¿No te importa que ese ser querido te muestre su amor, con que sea feliz es más que suficiente? —preguntó Ginny

«¿Qué hoy es un día de puro Deja Vù?» pensó Alex a la vez que miraba la caja en sus manos

—Claro, sería muy feliz si esa persona me demostrara su amor, pero es más importante para mí que ese ser querido sea feliz, su alegría es como si fuera la mía

—Luna, espero que encuentres a esa persona —le deseó Alex—, y de seguro esa persona debe ser muy feliz en su vida

— ¿Tu lo crees?

—Sí

—Gracias, chicas

Las chicas pagaron el material del osito y siguieron con su día de chicas.

Severus las vigilaba muy de cerca y se sorprendió al verlas entrar a la mercería, ya que no se veía que alguna de ellas les interesará ese tipo de cosas.

En la tarde, Tonks las fue a dejar a la entrada del castillo.

—Entonces, ¿así quedamos? —preguntó Tonks

—Sí, cuando todas terminemos el osito, sortearemos a ver quién se lo entrega primero a ese ser querido —dijo Hermione, algo roja

—Y las demás ayudarán a que nadie interrumpa —continuó Ginny

—Pero lo más importante —prosiguió Luna—, tienen que hacerlo a mano y sin magia —dijo, calcando las últimas palabras

—Sólo espero que me salga bien —dijo Tonks—. Bueno, tengo que irme. Nos vemos

—Adiós

—Bueno, será mejor regresar a los dormitorios —dijo Alex

Las demás asintieron y se fueron a sus respectivas Torres.

Esa noche, las cuatro comenzaron a trabajar en su osito de felpa, imaginándose como le harían entrega del mismo a ese ser querido. Alex estaba nerviosa por dos cosas:

Una: ¿Cómo reaccionaría Severus al ver el osito? Porque era claro que este no es el tipo de cosas que más le agraden

Y segundo: La reacción de las chicas cuando se enteren a quien le va a dar ese osito

—Estoy en problemas... ¡Auch! —se llevó el dedo a la boca porque se distrajo y se pinchó el dedo con la aguja

Siguió cosiendo y entonces sintió su conexión con Xóchitl porque su marca del brazo comenzó a brillar

«¡Xóchitl! Hola ¿Cómo estás?»

«Hola, estoy bien... Bien aburrida»

«Igual que Sirius, no puedes salir ¿verdad?»

« ¿Tu qué crees? ¡Quiero salir!»

«Aguántate»

De pronto se escucho como si algo se hubiera caído. Alex reviso su cuarto pero no vio nada.

«Fue Tonks, acaba de llegar al cuartel»

«Con razón»

«Que raro, trae una bolsa que parece que trae cosas para coser. No sabía que a Tonks le gustará ese tipo de cosas»

«Eh... Sí, que raro ¿verdad?»

«Alex... Tu sabes algo ¿cierto?»

« ¡Ay, no! ¿Cómo crees?»

«No me obligues a ver tus recuerdos»

La castaña no tuvo de otra más que decirle. Cuando término, sintió la reacción de la loba, que no era nada buena.

«¿Estás loca? ¿Un osito de felpa, en serió?»

«¡Ya viste que no fue mi idea!»

«¿Y luego porque a Luna le dicen lunática?»

«Xóchitl»

«Bueno, pero no te enojes»

«Cálmate, Chavo del ocho»

«¡Mira quien lo dice! Lo del osito de felpa y como Luna evito que le confesarás a Snape lo que sienten sonó a un capitulo de Sakura Card Captor»

«¿Crees que no lo note?»

«Bueno, espero que lo acabes pronto y que al fin le digas a ese murciélago lo que sientes»

«Está bien. Nos veremos en Navidad»

«Sí. Adiós»

«Adiós» y se rompió la conexión

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Mientras Alex seguía sufriendo con su osito, Severus estaba en una situación más peligrosa.

Estaba en el cuartel de los mortífagos (en la Mansión Malfoy) y estaba siendo sometido a varios Cruciatus. Voldemort disfrutaba torturar a sus sirvientes, pero la mayoría de las veces lo hacía porque odiaba que le fallaran en las tareas más simples.

En esta ocasión, Severus no había logrado obtener información decente sobre la Orden, de Harry y —extraño para el profesor y sus seguidores— de Alex

Severus estaba a cuatro patas en el suelo tratando de regular su respiración. Nunca gritaba cuando era sometido al maleficio torturador, pero siempre lograba agotar su energía.

—Sólo porque me eres de utilidad, Severus, no te matare... Por ahora

Severus sólo levanto un poco la mirada y cerró su mente

—Ya puedes irte, pero la próxima vez, avísame de antemano cuando esa mocosa salga del castillo sin protección.

«¿Pero cómo...?»

—Ese día, Yaxley tuvo que ir al pueblo por... Unos asuntos personales, vio a la mocosa y me avisó de inmediato, pero cuando llegue, esa niña ya había regresado al castillo

—De... De verdad lo siento... Mi señor... Pero es que yo...

— ¿No lo sabías? Bueno, eso se te perdona. Porque ahora que lo pienso, ese fin de semana no era de visita de la escuela —el profesor sólo continúo en silencio—. Ya puedes irte. Y la próxima vez, no me falles ¿quedo claro?

—Si, mi señor

Severus se puso de pie con dificultad y salió del salón donde fue la reunión. Salió a los límites de la Mansión y se desapareció para aparecer en la Casa de los Gritos. Regreso por el túnel oculto y regreso a sus aposentos.

Se quitó la capa, la máscara y la levita y se dejo caer en la cama. Estaba realmente exhausto, pero le preocupaba bastante Alex ¿Por qué Voldemort tenía tanto interés en la chica? ¿Qué era lo que estaba tramando?

—Por favor, que Alex no esté en peligro. Quisiera saber ¿Qué es lo que tiene de especial como para que el señor tenebroso quiera saber sobre ella? Demonios... son demasiadas cosas. Alex, por favor cuídate mucho

Severus miraba al techo y en la oscuridad pudo ver el rostro de Alex con claridad, sonriéndole con ternura e inocencia

—Pequeña... te amo —y con ese último pensamiento, se quedo dormido

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