Navidad en Hogwarts
Las vacaciones de invierno ya estaban casi encima de todos en el castillo. Rini decidió quedarse en el castillo, entre que quería saber cómo eran las fiestas navideñas en el castillo y que sus padres habían decidió ir a Tijuana a visitar a su tía y a sus primas, no tenía los papeles muggles necesarios para tomar un avión de Londres a México y de ahí a Tijuana (como se había ido por medio de Aparición con el profesor, no hubo necesidad de hacerlo). Buscó una lechuza en la lechucería que pudiera resistir un largo viaje de Gran Bretaña a Latino América, para decirle a sus padres todo lo que le había pasado en esos meses en el castillo y donde pasaría las fiestas de Navidad (y de paso unos encargos navideños).
Después de enviar la carta se fue a sus últimas clases del día, ya que al día siguiente todos los estudiantes se irían a sus casas. Harry y los Weasley se quedarían en el castillo mientras que Hermione si se iría. La castaña les indicó que mientras estuvieran en el castillo siguieran con su búsqueda en la biblioteca, pero no encontraban nada. Rini no les había comentado lo que el profesor Snape le había dicho porque los chicos pensarían que Snape se lo había inventado para confundirla.
A la hora del desayuno un día antes de las vacaciones llegó el correo. Rini miraba impacientemente entre las lechuzas hasta que encontró la que buscaba; una lechuza grande y de color café y ojos ámbar aterrizo junto a ella y atado a la pata un paquete un poco más grande que el ave.
—¿Qué es eso? —preguntó Ron
Rini no le hizo caso y desató el paquete de la pata de la lechuza, le dio una tostada y el ave salió volando. Rini abrió el paquete y vio que había nota adentro. La desdobló y leyó:
Mija:
Espero que estés bien en ese colegio de magia, aquí tu papá y yo extrañándote un montón, aquí esta lo que nos pediste y de paso nuestro regalo de Navidad. Nos sorprendió mucho cuando nos diste esa lista de regalos y tremendo susto que le sacaste a tu papá cuando llegó ese tecolote a la casa, se la mentó a más no poder tu papá al pobre animal, en fin; espero que les guste estos regalos que les mandas a tus amigos y espero que te diviertas mucho.
Ale se puso muy triste al ver que no venías con nosotros y que te quedaste en Londres, pero espera poder verte pronto y también te manda su regalo de Navidad (le encantó esa mariconera COACH roja que nos pediste que le diéramos)
Tu papá de veras que te extraña y espera que para las otras vacaciones que tengas ahora si te puedas venir.
Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo, hija.
Besos
Mamá
Rini dejó escapar una sonrisa, puso la carta junto a su plato y revisó el contenido de la caja. Esperaba que les gustara a sus amigos los regalos que les iba a dar, ya que eran parte de su cultura.
—Rini
La niña levantó la vista y vio que los tres amigos la miraban fijamente.
—¿Estás bien? —preguntó Hermione
—Sí
—¿Qué hay en la caja? —preguntó Harry sin poder esconder su curiosidad
—Solo son unos regalos de Navidad
—¿Para quién? —preguntó Ron
—Para Malfoy y sus amigos —contestó Rini de manera sarcástica—. Obvio que para ustedes, tonto
—Perdón...
—Gracias —dijeron Harry y Hermione
Rini buscó en la caja y sacó un paquetito envuelto en papel rosa mexicano y se lo dio Hermione.
—Como no te voy a ver hasta regresando de las vacaciones te lo doy de una vez.
—Gracias Rini
Hermione abrió el paquetito y se sorprendió de ver una pulsera de piedras negras y hermosas.
—Rini... esto es muy hermoso, gracias —dijo Hermione mientras se ponía la pulsera en la muñeca derecha.
—Es obsidiana
—¿Obsidiana?
—Son residuos volcánicos y se encuentran en diferentes minas del Estado de Hidalgo.
—Se podría decir que esta piedra es como un distintivo de tu país
—Más o menos
—¿Y mi regalo? ¿Y el de Harry? —preguntó Ron impaciente
Hermione le dio una patada bajo la mesa y el pelirrojo contuvo las ganas de gritar.
—A ustedes se los daré en Navidad ya que nos quedaremos los tres aquí.
—En serio, muchas gracias Rini
—De nada Hermione
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Las vacaciones comenzaron y tanto la torre de Gryffindor como otros rincones del castillo estaban casi vacío. Harry, Rini y los Weasley tenían toda la Torre de Gryffindor para ellos, pero los tres chicos de primero ocupaban su tiempo en buscar más información respecto a Nicholas Flamel, pero no encontraban nada; Rini veía algunos libros sobre alquimistas, pero solo hacían una que otra mención de Flamel, no decían que había hecho.
Cuando no estaban en la biblioteca, se la pasaban en la Sala Común divirtiéndose, comiendo dulces, etc. Rini de ves en cuando se quedaba hasta tarde en la biblioteca revisando algunos libros sobre Alquimia, pero de también a veces encontraba algunas historias mágicas geniales y se quedaba a leer en la biblioteca, en la Sala Común los chicos hacían mucho ruido.
En cuanto vio que ya era tarde, puso un separador en la página donde se quedo y salió con el libro bajo el brazo, ya comenzaba a notarse mucho frio y solo llevaba un pequeño suéter verde, y aunque llevara pantalones, todavía tenía mucho frio. Llegó a una esquina y chocó contra alguien y estuvo a punto de caer de no ser que alguien la tomó de la muñeca para que no se cayera.
—Lo siento, no vi por donde iba
—Pues ya se le esta haciendo un mal habito ¿No cree, Srta. Macías?
La niña reconoció la voz y vio que era...
—Profesor Snape. Lo siento, es que soy muy despistada
—Lo note desde el día que la conocí. ¿A dónde va?
—A mi Sala Común. Vengo de la biblioteca
—¿Todavía buscando información sobre Nicholas Flamel?
—No, claro que no —mintió la niña—. Estaba leyendo un libro que tiene varios cuentos mágicos que encontré en la biblioteca —y levantó el libro para que viera la portada.
El profesor leyó la portada y se le dibujo una pequeña sonrisa.
—"Los Cuentos de Beedle, el Bardo". Sí, son buenas todas esas historias
—Nunca había leído cuentos de hadas del mundo mágico, solo me conocía los muggle.
—Era de esperarse viniendo de una hija de muggle —Rini se sonrojó y se sintió tonta por ese estúpido comentario.
Severus vio la reacción de la niña y no pudo evitar recordar a su amiga Lily, ella se había puesto exactamente igual que la niña latina que tenía enfrente al leer por primera vez esos cuentos. No pudo evitar mirarla con ¿ternura? Eso no paso desapercibido para la latina, quien tuvo que carraspear para hacer reaccionar al profesor, quien se sonrojó un poco.
—Será mejor que regrese a su Sala Común, Macías
—De acuerdo
Rini estaba por dar vuelta en una esquina cuando Severus le hablo.
—Macías
—¿Sí?
—Si le interesa algún otro libro como ese, puede ir a verme a mi despacho
—¿En serio? Gracias Profesor
Le sonrió al profesor y se fue de ahí. Cuando Severus se quedo solo, su sonrisa desaprecio para cambiar a una expresión más seria. ¿Por qué se portaba de esa manera con esa niña? Sacudió la cabeza para sacar esos pensamientos y siguió con su camino.
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En la mañana de Navidad, Rini se levantó por unos gritos que provenía del lado donde dormían los chicos, se sentó en su cama y vio algunos paquetes al pie de la cama. De pronto se volvió hacia la cama de Hermione donde había dejado los regalos de los chicos y vio que no estaban, pero entonces entendió que tal vez por medio de magia los regalos habían ido a parar al dormitorio de los chicos, pero uno de los regalos que venían también se lo había querido dar a esa persona personalmente.
Se levantó de la cama y tomó el primer regalo que estaba hasta arriba, el cual tenía una tarjeta que decía "Para: Rini De: Tus padres". La niña no quiso abrir su regalo hasta la mañana de Navidad, era una caja pequeña, la abrió y vio que era un collar Ying Yang de obsidiana y con gemas; sus padres sabían que a Rini le gustaba todo lo referente a la cultura Oriental (en especial Japonesa), pero al parecer querían que fuera algo que también le recordara a su país. Se puso el collar y siguió viendo sus regalos.
Hermione le había regalado una novela de fantasía y terror muggle llamado Coraline de Neil Gaiman; Rini le había comentado que le gustaba las novelas de fantasía y al parecer su amiga pensó que le gustaría, su prima Alejandra le había regalado una mariconera idéntica a la que ella le había dado, solo que la que Rini recibió era azul marino.
No recibió ningún regalo de Harry y Ron, pero supuso que ninguno de los dos supo que regalarle y no sintió mal, ya que la intención era lo que contaba y esperaba que lo que les había dado a los chicos les gustara.
Recogió todo lo que su dormitorio y se fue a arreglar, al bajar a la Sala Común vio a Harry y Ron viendo como los gemelos fastidiaban a Percy.
—¡Feliz Navidad! —felicitó Rini
Sus amigos se volvieron y sonrieron al verla.
—¡Feliz Navidad, Rini! —felicitó Ron. El pelirrojo llevaba puesto un suéter tejido a mano de color rojo oscuro.
—Gracias por la camisa, esta genial —agradeció Harry.
Se levantó un poco el suéter verde esmeralda para dejar ver una camisa artesanal blanca con costuras amarillas. Ron hizo otro tanto mostrando su camisa que era gris con costuras gris oscuras.
—De nada, que bueno que les gusto chicos, y me alegra haberle atinado a sus tallas.
—¿Eh?
—Adivinado
—Ah
—Las camisas son mexicanas también ¿cierto? —dijo Harry
—Sí, son artesanales
—Genial —dijo Ron
Los tres bajaron a desayunar al Gran Comedor seguidos por los gemelos y de un Percy furioso.
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En las mazmorras de la escuela, Severus se levantó pesadamente de la cama y vio que a los pies de su cama tenía dos paquetes. Rodó los ojos algo molesto, suponía que uno de los regalos era de Dumbledore tratando de hacer que el profesor de pociones se animara en esas fiestas. Tomó el paquete que era del director y al abrirlo vio con fastidio que eran unos calcetines verdes con un fénix plateado bordados, ese anciano con sus ideas locas.
Dejó el regalo a un lado y tomó el otro, vio que era pequeño y envuelto en papel verde con esferas navideñas verdes estampadas y un moño plateado. No sabía de quien era pero vio que había una nota pegada, la desdoblo y leyó:
Profesor Snape:
Espero que le guste este regalo, el profesor Dumbledore me comento que tal vez usted no recibiría algún presente en estas fiestas así que decidí dale un pequeño presente, espero que le guste, ya que es una artesanía hidalguense (como todavía no lo conozco muy bien no sabía que regalarle).
Espero que tenga una Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo
ATTE:
Srta. Macías
Por una parte, Severus estaba molesto con Dumbledore ¿Por qué tenía que decirle eso a una estudiante, en especial una mocosa de 11 años? Desenvolvió el regalo sin cuidado y al abrirlo se sorprendió de ver un brazalete blanco con los bordes negros y una piedra negra ovalada en el medio, el brazalete parecía hecho a mano y adentro había otra nota.
El brazalete es una de las tantas artesanías que se hacen en Hidalgo y la piedra es una obsidiana (residuos volcánicos y se encuentran en diferentes minas del Estado de Hidalgo). Espero que le guste. ¡Feliz Navidad!
Severus tomó el brazalete y trato de ponérselo, pero al parecer se tenía que amarrar o algo así, lo dejó a un lado y se fue arreglar. Cuando salió, tomó el brazalete y lo guardó en el bolsillo de su pantalón, esperaba encontrarse a Macías para agradecerle el regalo y de paso que le ayudara a ponérselo.
Llegó al Gran Comedor y la vio platicando y riendo con Potter y Weasley. Camino hacia la mesa de los profesores y ocupó su lugar al lado del director.
—Feliz Navidad muchacho
—Feliz Navidad Albus
—¿Te gusto mi regalo, muchacho?
—Sí, claro —contestó el profesor de manera sarcástica
—¿Alguien más te regalo algo?
—Ahora que lo mencionas —dejo la taza de café en la mesa y se volvió hacia el director—. ¿Por qué rayos le andas diciendo a los alumnos que me den regalos de Navidad?
—En primer lugar: solo se lo dije a Rini. Y en segundo lugar: me pareció bien que aunque sea ella te diera un regalo, ya que a mi parecer, los dos se llevan muy bien
—Que chistoso
Después de que el profesor terminó de desayunar, se fue del comedor y camino hacia la puerta principal del castillo para salir a los jardines a dar un paseo, pero en camino se encontró con Rini.
—Macías
La niña volteó y miró al profesor con una sonrisa.
—Buenos días, profesor
—Buenos Días
—¿Le gusto mi regalo de Navidad?
—Sí, gracias. A propósito quería pedirle si...
—Ahorita le ayudo a ponérsela
El profesor le dio el brazalete y Rini se lo puso en la muñeca derecha.
—Gracias
—De nada
—¡Rini!
Alumna y profesor voltearon y vieron que Harry y Ron la estaban llamando.
—Me tengo que ir. Nos vemos después —y corrió a juntarse con sus amigos
—¿Qué hacías hablando con Snape? —preguntó Ron con tono incriminatorio
—Solo le deseaba Feliz Navidad
—Como digas —dijo Harry
Y los tres subieron hacia la Torre de Gryffindor.
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EDITADO: 17—Julio—2017
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