Fin del Segundo Año
Desde el último ataque del Heredero de Slytherin, la seguridad en Hogwarts aumento más que nunca, los alumnos eran llevados a sus clases, ni siquiera podían ir a los baños solos y tenían que estar en sus dormitorios a las seis de la tarde. Pero todas esas reglas no impidieron que Harry y Ron siguieran investigando.
La noche después del ataque de sus amigas, los dos fueron a ver a Hagrid y tratar de hablar con él, pero de pronto llegaron algunas personas: el director Dumbledore acompañado del Ministro de Magia, Cornelius Fudge y -para desagrado de todos -Lucius Malfoy, quien llego con una Orden de Suspensión hacia Dumbledore de parte del Consejo Escolar. El anciano director lo acepto sin replicar pero antes de irse le dijo a Malfoy que solo abandonara Hogwarts cuando no quede nadie que le sea fiel; y los chicos tuvieron la ligera sospecha de que el viejo director sabía que estaban ahí escondidos.
Después de que se fueron los dos amigos regresaron al castillo todavía con la conversación dándole de vueltas en la cabeza y más por la extraña pista que el guardabosque les dio antes de irse. "Sigan a las arañas" ¿Qué significaba eso?
Los días iban pasando y todavía no había señales del Heredero de Slytherin ya que otra vez cesaron los ataques. Aunque eso no evitaba que Malfoy hiciera comentarios desagradables sobre los hijos de muggles, y Dean, Seamus y Neville tuvieron que sujetar a Harry y Ron, quienes casi se abalanzan sobre el rubio cuando lo escucharon lamentar que ni Hermione ni Rini habían muerto ante el ataque del monstruo de Slytherin. Aunque Harry podría jurar que después de que Malfoy dijo eso, Snape murmuro demasiado bajo "Cincuenta puntos menos para Slytherin" aunque eso sabía que era imposible; pero resulto que fue verdad, porque cuando Snape los llevaba a su clase de Herbología vio a las serpientes comenzaron a quejarse de que habían perdido cincuenta puntos. Harry no le dijo a nada a Ron pero no pudo evitar hacer una expresión de asombro... Snape, ¿quitándole puntos a su propia casa? Extraño...
Durante la clase de Herbología, Harry y Ron vieron algunas arañas dirigirse al Bosque Prohibido; entonces Harry recordó lo que Hagrid les había dicho antes de ser enviado a Azkaban y decidió que esa noche él y Ron seguirían a las arañas al Bosque Prohibido.
Aunque a Ron no le hizo gracia, acepto acompañar a su amigo. Así en la noche fueron al bosque y descubrieron la verdad de Hagrid gracias a una Acromantula de nombre Aragog, pero al final las cosas no salieron muy bien porque Aragog le ordenó a sus crías que se devoraran a los chicos y si no fuera por el Ford Anglia (que estuvo en el bosque todo el tiempo) no habrían salido con vida.
Aunque nos les hizo gracia casi ser comida de arañas gigantes, los chicos lograron descubrir que la única persona que podría decirles la verdad era Myrtle la Llorona y tenían la intención de preguntarle pero con toda la seguridad que había no sabían como ir a los baños solos.
Tres días antes de que empezaran los exámenes, McGonagall anuncio que las Mandrágoras ya estaban listas y que pronto los que estaban en la enfermería volverían a la normalidad. Otra noticia descubrieron los chicos ese día; después de lograr escaparse de Lockhart (los llevaba al aula de Historia de la Magia) trataron de ir a los baños de Myrtle pero como McGonagall los descubrió cerca, le inventaron de que iban a visitar a sus amigas; McGonagall les creyó y los dejo ir.
Los dos se quedaron mirando a sus amigas cuando Harry noto algo inusual. En la mesita de noche junto a Rini había una macetita con una rosa roja y un lirio. Ron al ver como estaba su amigo levantó la vista y la vio también.
-Harry ¿tú le pusiste esas flores a Rini?
-No ¿y tú?
-Tampoco
El chico bajo la vista hacia la mano de la chica y entonces vio lo que tenía, apretado en un puño había una hoja de papel estrujado y parecía arrancado de un libro. Con trabajos logro sacarlo y se lo mostró a Ron y entre los dos comenzaron a leer.
De las muchas bestias pavorosas y monstruos terribles que vagan por nuestra tierra, no hay ninguna más sorprendente ni más letal que el basilisco, conocido como el rey de las serpientes. Esta serpiente, que puede alcanzar un tamaño gigantesco y cuya vida dura varios siglos, nace de un huevo de gallina empollado por un sapo. Sus métodos de matar son de lo más extraordinario, pues además de sus colmillos mortalmente venenosos, el basilisco mata con la mirada, y todos cuantos fijaren su vista en el brillo de sus ojos han de sufrir instantánea muerte. Las arañas huyen del basilisco, pues es éste su mortal enemigo, y el basilisco huye sólo del canto del gallo, que para él es mortal.
Y de bajo de estas solo estaba escrita la palabra "Tubería"; entonces los chicos lo entendieron todo: el monstruo de Slytherin es un basilisco. Salieron corriendo de la enfermería directamente a la Sala de Profesores para decirle a McGonagall lo que acababan de descubrir, pero por las prisas ni se enteraron de que un par de ojos negros los vio alejarse de ahí.
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Desde el último ataque, los profesores habían aumentado la seguridad de los alumnos para cada rincón del castillo. Severus se había ofrecido a hacer las rondas nocturnas de la enfermería por que el Heredero de Slytherin podría acercarse a sus victimas para intentar asesinarlas mientras estuvieran petrificadas.
Cada noche, después de que Madame Pomfrey se iba a dormir, Severus vigilaba la enfermería pero casi siempre se la pasaba toda la noche sentado en la cama de Rini y le dejaba siempre una rosa roja y un lirio blanco. No sabia porque hacía eso, tal vez porque desde que esa niña llego, siempre se portaba muy bien con él; nunca se asustaba ni se intimidaba cada vez que él la miraba sino que al contrario, siempre que lo veía le regalaba una sonrisa.
No sabía como, pero había logrado entablar una amistad con esa niña casi desde que la vio por primera vez y fue él quien le dijo quien era en realidad, por eso sentía cariño por ella. Esa niña si que de verdad se había vuelto su amiga.
Aun le parecía imposible que el Heredero de Slytherin lograra hacerla una más de sus victimas, él tenia el presentimiento que cuando la chica estuvo sola pudo haber sido atacada, por eso siempre se aseguraba de que nunca lo estuviera, pero no fue atacada estando sola sino en compañía de otras dos alumnas y que igual eran hijas de muggles.
Todavía seguía mirándola y no supo como una de sus manos estaba acariciando la mejilla de Rini que a él le pareció, era un gesto paternal. Tampoco supo como fue que se fue acercando al rostro de la chica hasta plantarle un dulce beso en la frente. Esa chica si que se había ganado su cariño.
Escuchó ruidos fuera de la enfermería, se puso rápido de pie y apuntó a la puerta con su varita. La puerta de la enfermería se abrió y Severus estuvo a punto de lanzar un maleficio pero se detuvo a tiempo al ver quien era.
-¿Profesor Dumbledore?
-Buenas noches, muchacho
-¿Qué... qué hace aquí? Pensé que no podía estar aquí porque lo suspendieron...
-Tuve el presentimiento que tenía que estar aquí -el director camino hasta quedar junto al profesor de pociones y poso su vista en Rini-. Tengo el presentimiento de que todo terminara
-¿Qué? -Severus desvió su mirada de la chica hacia el director-. ¿Cómo puede estar tan seguro?
-Sabes que cuando tengo un presentimiento o algo por el estilo, este siempre resulta certero. Y tengo la sensación de que descubriremos cosas que nunca imaginamos que llegaría pasar.
Severus se le quedo viendo al director sin entender ni una palabra de lo que digo.
Al día siguiente, Severus tuvo sus clases normales; Malfoy le había propuesto que se postulara para director, él se sintió alagado pero después de escuchar su comentario sobre que lamentaba que Rini no hubiera sido una victima mortal, por primera vez le bajo puntos a su casa (sin que nadie se diera cuenta, sino hasta que revisaran el reloj de los puntos) y no pudo evitar ir a la enfermería para asegurarse que Rini estaba bien. Pero no pudo entrar porque ahí estaban sus amigos Potter y Weasley; alcanzó a escuchar que Rini y Granger habían descubierto que era el monstruo de Slytherin y que querían ir a la Sala de Profesores a avisarle a McGonagall. Severus se hizo a un lado para que los chicos no lo vieran en cuanto salieron.
Cuando vio que ya se habían perdido de vista, entro a la enfermería y vio con alivio que la chica seguía sana y salva (bueno, mas bien a salvo) así que salió de la enfermería de camino a sus aposentos en las mazmorras pero a mitad de camino se escucho la voz de McGonagall amplificada por magia.
-Todos los alumnos volverán inmediatamente a los dormitorios de sus respectivas casas. Los profesores deben dirigirse a la Sala de Profesores. Les ruego que se den prisa.
Ese aviso le dio un mal presentimiento a Severus y se fue corriendo a la Sala de Profesores. Fueron llegando los profesores rápidamente y al final llego McGonagall.
-Ha sucedido -dijo a los demás profesores, que la escuchaban en silencio-. Una alumna sido raptada por el monstruo. Se la ha llevado a la Cámara.
Flitwick dejo escapar un grito, Sprout se tapó la boca con las manos y Severus se cogió con fuerza al respaldo de una silla y preguntó:
-¿Esta usted segura?
No se mostraba en su rosto pero estaba sumamente preocupado... ¿y si el monstruo había capturado a Rini en cuanto él se había ido de la enfermería? Si era así, nunca se lo perdonaría. Debía de haberse quedado con ella para protegerla.
-El Heredero de Slytherin -dijo McGonagall, que estaba pálida-, ha dejado un nuevo mensaje, debajo del primero: "Sus huesos reposaran en la Cámara por siempre"
-¿Quién ha sido? -pregunto Hooch
-Ginny Weasley -dijo McGonagall-. Tendremos que enviar a los alumnos a casa mañana. Éste es el fin de Hogwarts, Dumbledore siempre lo dijo...
La puerta de la sala se abrió bruscamente y los profesores -en especial Severus- pensaron que se trataba de Dumbledore, pero en realidad se trataba de Lockhart.
El rubio se disculpo por llegar tarde porque se había quedado dormido, ninguno de los profesores estaba feliz de verlo y menos Severus. Entonces se le ocurrió una idea para quitarlo de en medio para que los profesores pudieran resolver el problema en paz.
Sugirió que Lockhart fuera el que rescatara a la niña Weasley, ya que era el más "calificado" para el trabajo y vio con placer que Lockhart palidecía y se asustaba.
El rubio salió con la excusa de que iría a arreglar las cosas que necesitaría para vencer al monstruo y salió de la Sala de Profesores.
En cuanto se fue, McGonagall le pidió a los Jefes de las Casas que fueran a avisar a los alumnos sobre lo ocurrido y que mañana el Expreso de Hogwarts los conduciría de regreso a sus casas. Así, de uno en uno fueron saliendo de ahí.
Severus caminaba deprisa hacia la Sala Común de Slytherin, pronuncio la contraseña y entró. Como la entrada no hacia ruido y estaba oscura, los alumnos que estaban ahí no escucharon ni vieron venir al Jefe de su Casa, por lo que seguían con su conversación. El en centro de la Sala Común estaba Malfoy haciendo comentarios horrendos otra vez sobre los hijos de muggles.
-Me sorprende que el monstruo de Slytherin se llevara a una Traidora a la Sangre y no uno de los Sangre Sucias p que están petrificados en la enfermería. De seguro el Heredero de Slytherin quiere mostrarle a los Traidores a la Sangre lo que les podría pasar si siguen fraternizando con muggles; y tal vez el Heredero quiera dejar a esos Sangre Sucias como bocadillo.
Algunos alumnos soltaron algunas risitas, de acuerdo con el comentario de Malfoy. Severus apretaba los puños y la mandíbula al escuchar eso.
-Sr. Malfoy -tanto Malfoy como los alumnos de Slytherin se pusieron de piedra al escuchar al Jefe de su Casa-. ¿Podría repetirme lo que acaba de decir?
Malfoy se asusto mucho, tanto que no podría articular ni una palabra. Severus les dijo lo que McGonagall le había pedido que hiciera y sin más dio media vuelta y salió de la Sala Común de Slytherin, claramente molesto.
Iba hacia su despacho cuando alguien lo llamó.
-Severus
El hombre se volvió y vio al director cerca de su despacho.
Dumbledore le dijo que las mandrágoras ya estaban listas y Madame Pomfrey quería que fuera a ayudarlo a preparar la poción... y que Harry y Ron se fueron a la Cámara de los Secretos junto con Lockhart para rescatar a Ginny.
A Severus no le sorprendió que esos dos hicieran alguna locura como esa pero si le pareció extraño que se fueran con Lockhart ya que él era un completo idiota. Lo que si le interesaba era las mandrágoras; salió de su despacho y fue a la enfermería para empezar a preparar la poción.
Tardo la poción cinco horas para estar lista. McGonagall, Sprout, Flitwick, Severus, Pomfrey y Filch tenían un vaso con la poción cada uno y se acerco a uno de los petrificados. A la vez le suministraron la poción y esperaron a que reaccionaran.
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Se sentía extraña, no sabía como describirlo bien solo sentía que el cuerpo le pesaba. Trato de moverse pero todavía sentía todo el cuerpo pesado. Escuchaba voces a su alrededor pero no entendía lo que decían ni podía identificarlas, trato de abrir los ojos pero también le pesaban los párpados pero hizo el intento hasta que finalmente logro abrirlos.
Primero vio una luz blanca y una silueta negra nada mas, poco a poco su vista se acostumbro al entorno y le pareció ver que era una de las lámparas de la enfermería pero lo que más le llamo la atención era la persona que estaba enfrente de ella, parecía ser uno de los profesores pero no lograda distinguir quien era.
-Profesor...
El hombre le acerco los lentes y se los puso. Entonces Rini pudo identificar quien era.
-Profesor Snape
El profesor le sonrió de manera disimulada y la ayudo a sentarse en la cama. McGonagall ayudaba a Hermione a ponerse de pie. Flitwick asistía a la prefecta de Ravenclaw y Sprout ayudaba Justin a levantarse de la cama. Pomfrey ayudaba a incorporarse a Colín y trataba de suministrarle la poción a Nick Casi Decapitado, mientras que Filch abrazaba a su revivida Sra. Norris.
-¿Cómo fue que...?
-Yo las encontré a usted, Granger y Clearwater en la biblioteca y las traje aquí
Rini sintió que se sonrojaba y desvió su mirada hacia sus manos.
-Gra... gracias -entonces se percato de que sus amigos no estaban-. ¿Dónde están Harry y Ron?
Severus solo rodo los ojos.
-En problemas
-¿Qué hicieron esta vez?
-Solo que... se fueron a la Cámara de los Secretos
-¡QUÉ!
La exclamación de Rini había hecho que todas las miradas se posaran en ella.
-Severus -McGonagall acomodo a Hermione en la cama de tal modo que la chica escuchara también-. ¿Qué le acabas de decir a Macías?
-Que sus amigos Potter y Weasley se fueron a la Cámara de los Secretos... con Lockhart
-¿Qué esos dos que?
-Fueron a rescatar a la Srta. Weasley
McGonagall se llevo una mano a la frente, claramente molesta, y fue a hablar con Madame Pomfrey. Hermione se quedo mirando al profesor y a su amiga por un rato hasta que Severus se puso de pie y fue a hablar con Pomfrey también.
-Rini -la aludida miro a su amiga-. ¿Estás bien?
-Si ¿Y tú?
-Si pero...
-Te preocupan Harry y Ron
Hermione solo asintió.
Madame Pomfrey no dejo salir a los que fueron petrificados hasta que llegara Dumbledore, quien llego media hora después de lo que dijo la mujer. Dumbledore hablaba de uno a uno con las victimas y todos respondían a lo mismo: Un par de ojos amarillos y nada más, no habían visto a nadie más.
Era más de media noche cuando llegaron a la enfermería Ginny y los Sres. Weasley. Rini y Hermione saltaron de sus camas y se acercaron a los Weasley.
-¡Ginny! -y las dos la abrazaron pero la pelirroja no respondió el gesto
Rini y Hermione se separaron de ella confundidas y sorprendidas por la actitud de la pelirroja.
-Ginny ¿Qué tienes? -pregunto Rini
Ginny solo soltó un par de lágrimas y empezó a llorar. Las chicas se quedaron más sorprendidas por la actitud de Ginny.
-Tranquila Ginny, no fue tu culpa -trato de tranquilizarla la Sra. Weasley
-¿Qué paso? -preguntó Hermione
Los padre de Ginny les contaron todo y las chicas no podían creérselo: Ginny fue la que abrió la Cámara de los Secretos pero bajo la influencia de lo que había en el diario de Tom Ryddle.
Ni Rini ni Hermione se mostraron molestas, sabían que Ginny no lastimaría a nadie y además de que no lo había hecho voluntariamente sino que estaba siendo controlada.
-Chicas... de verdad lo siento
Rini se le acerco y la abrazo.
-No hay nada que perdonarte -se separo un poco de ella y le regalo una sonrisa-. Tú no tienes la culpa
-Rini tiene razón, no fue tu culpa. Por eso no deberías de sentirte mal
-Chicas... gracias -y abrazo a sus amigas
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De todos los banquetes a los que habían asistidos los cuatro amigos, ese había sido el más inusual. Todos iban en pijama y la celebración duro toda la noche. De todo lo que había pasado, ninguno de los cuatro amigos supo cual había sido el mejor; Rini y Hermione llegaron al Gran Comedor y en cuanto vieron a sus amigos corriendo hacia ellos gritando "Lo han conseguido" y los abrazaron. Bueno, mas o menos. Harry si abrazo a sus amigas pero Ron... le dio un abrazo rápido a Rini y a Hermione... le dio un apretón de manos.
Hagrid llego como a las tres y media de la madrugada y agradeció a los cuatro amigos por demostrar su inocencia. McGonagall se levantó para anunciar que el colegio, como obsequio para los alumnos, había decidido cancelar los exámenes ("¡Oh, no!" exclamo Hermione y Rini no pudo evitar rodar los ojos con una pequeña sonrisa burlona) y Dumbledore anunció que Lockhart no podría continuar dando clases porqué sería enviado a un sanatorio para recuperar la memoria y, aparte de los alumnos, los profesores se unieron a los gritos de jubilo.
Lo que quedo del trimestre transcurrió con tranquilidad, la hora de la clase de DCAO la tenían libres porque habían suspendido las clases a falta de maestro y Lucius Malfoy fue expulsado del Consejo Escolar y Draco ya no se pavoneaba en el colegio como si fuera el dueño y se veía resentido y enfurruñado.
Un día antes de regresar Rini fue a visitar a Severus a su despacho. Tocó delicadamente la puerta hasta que escucho un frio "pase". En cuanto la chica abrió la puerta, vio al profesor sentado en su escritorio leyendo un libro de pociones (según ella creía). El hombre levanto la vista y le sorprendió ver a Rini.
-Srta. Macías ¿Qué la trae por aquí?
-Sé que mañana es cuando nos vamos pero... como no se si lo vaya a ver mañana... quería venir a despedirme de una vez
A Severus eso le sorprendió un poco, todavía recordaba que el año pasado también había ido a despedirse de él, pero esta vez se veía algo nerviosa ¿sería porque le pareció extraño que él se preocupara por ella mientras estaba petrificada en la enfermería? Era verdad que la chica se veía algo nerviosa pero no estaba sonrojada ni nada.
-Bueno, espero poder volver a verla el próximo año
-Yo igual lo espero, profesor
Se dio la vuelta para irse, pero no supo porque Rini se dio la vuelta y le dio un abrazo, dejando sumamente sorprendido a Severus. El profesor no reacciono hasta que sintió que la chica ya se iba a quitar, solo logro darle unas palmaditas en la espalda.
-Nos vemos en septiembre, profesor
-Nos vemos, Macías
La chica se dio media vuelta y se fue de regreso a su Sala Común.
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Llego el día de regresar a casa y en el viaje de regreso se la pasaron jugando Snap Explosivos con los Gemelos y Ginny.
Al llegar a la estación, Harry le dio a Ron y a las chicas el número de teléfono de la casa de sus tíos ya que les dijo que no soportaría otro verano sin recibir noticias de ellos. Los tres recibieron con gusto el número y le prometieron que lo llamarían en el transcurso del verano.
Cuando llegaron junto con sus respectivos familiares se despidieron con la mano y regresaron al mundo muggle, donde estarían separados por poco tiempo.
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