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Fin del Cuarto Año. El comienzo de la obscuridad

Después del torneo, las cosas se pusieron de mal en peor. En el banquete de Fin de Curso, Dumbledore honró a Cedric y les explicó a los estudiantes y docentes lo que había pasado esa noche, pero tal parecía que nadie le creía al director. El animo de Harry y Alex estaban como a tres metros bajo tierra y no era para menos ya que cualquiera se traumaría con lo que vivieron en el cementerio.

Quien estaba peor era Alex, cada noche se encerraba en el baño y se revisaba esa horrible marca. De tan solo verse de esa manera, pensaba que era Voldemort quien la miraba; ante eso siempre desviaba la vista del espejo y se cubría el rostro con las manos ante la vergüenza. Aun no le decía nada a Ron, Hermione y mucho menos Xóchitl ya que no quería saber como reaccionarían ante eso.

También le preocupaba mucho el profesor Snape, no lo veía desde esa noche en la enfermería y honestamente estaba muy preocupada y asustada por él. No sabía a que clase de misión lo envió Dumbledore pero lo único que quería es que él estuviera sano y salvo.

Un día antes del fin de curso, Alex no lo soporto más y salió corriendo a las mazmorras a ver si el profesor Snape estaba bien. Tuvo cuidado de no toparse con nadie en especial con los Slytherin; llegó a la puerta del despacho y tocó suavemente, no recibió respuesta y eso la preocupo. Volvió a tocar y nada.

No sabía que hacer pero optó por entrar y buscarlo; cierto que se metería en problemas por entrar sin permiso, pero no podía seguir con la duda. Abrió la puerta con cautela y se asomo un poco, el lugar estaba vacio, a oscuras y en completo silencio.

-¿A quien buscas? -dijo una voz detrás de ella

Alex solo brinco del susto y se volteo para ver quien era.

-¡Xóchitl! ¡Mensa, me espantaste!

-Uy, perdón

-Ya, como sea

-Oye ¿Y que haces husmeando por aquí?

-Kitty

-¿Eh?

-Ki Ty-mporta

-Ha... ha... que chistosa ¿de dónde sacaste eso?

-Kitty

-¡Ya cámbiale! ¡Y ya dime que haces!

-No te burles ni me critiques pero... vengo a ver si el profesor Snape esta bien

-¿Y cómo para qué?

-¿Cómo que "cómo para qué"? desde lo que paso en el laberinto, el profesor Dumbledore lo ha enviado a varias misiones y no lo hemos visto mucho, solamente en clases...

-Mejor para mí...

-¡Te escuche! Y tal vez a ti no te interesa ¡Pero a mi si!

-OK, ya entendí

Xóchitl giró la perilla de la puerta con su pata y se adentró al despacho como si nada.

-¿Qué rayos haces?

-Tu tenías la intención de entrar ¿o no?

Alex se sonrojo un poco

-Si... bueno... yo...

-¿Entonces?

-¡Bueno ya!

Alex también entró al despacho pero con mucha desconfianza, ya se estaba arrepintiendo de entrar sin permiso al despacho del profesor Snape.

-Xóchitl, no podemos entrar como Pedro por su casa

-Cálmate ¿si?

Las dos miraban el despacho esperando encontrarse con el profesor, pero no estaba en ninguna parte.

-Bueno... ya vinimos, ya vimos, ya vámonos -dijo Alex, cada vez más inquieta

-¡Ah, que nerviosita! Tú eras la que quería ver si Snape estaba bien

-Pero no significa entrar de metiches a su despacho aprovechando que él no esta

-Ya no chilles y ven acá

-Quiero evitar broncas, Xóchitl y me las buscas... caramba

Alex solo se quedo parada en medio del despacho mirando por todos lados mientras que Xóchitl se acercaba a los estantes a mirar en ellos.

-Xóchitl... en serio ya vámonos, mejor regresemos cuando él este.

-Ya, tranquila -de pronto a Xóchitl se le ocurrió algo-. Oye ¿nunca te ha dado curiosidad saber donde duerme?

Alex casi se cae de solo escuchar eso y se sonrojo bruscamente.

-¿QUÉEE? ¿ESTÁS LOCA? ¿POR QUÉ LO PREGUNTAS?

-Tampoco te pongas a gritar como vieja histérica. Lo digo, porque si no lo encontramos en su despacho (como ahora) tal vez este ahí y puedas hablar con él ¿no?

-Bueno... si lo pones desde ese punto de vista.

Xóchitl seguía dando vueltas en el despacho pero ahora con el hocico levantando olfateando todo a su paso.

-¿Buscando su rastro? -pregunto Alex, pero con tono sarcástico

-Sipi

Alex siguió olfateando hasta que llego a uno de los estantes que estaban al fondo del despacho, tomo su forma humana y comenzó a caminar de un lado a otro enfrente del estante.

-¿Ahora que haces?

Pero Xóchitl solo respondió esto:

-De tín... Marín... de do... pingüe -mientras decía eso, Xóchitl señalaba un libro-. Cucara... macara... títere... ¡Fue! -tomó un libro de cuero negro y grueso, haciendo que el estante se hiciera a un lado y revelara una puerta de madera negra.

Se dio media vuelta y sonrió de medio lado al ver la expresión de sorpresa de Alex.

-Taran

Xóchitl se acercó a la puerta, levantó una mano y comenzó a acercarla poco a poco al picaporte.

-¡Oye! ¿Qué haces?

-Abrirla... Da

-Se toca antes de entrar, genio

-Si en el despacho no esta ¿Qué te hace pensar que estará aquí?

-¿Quién fue la que me dijo «Si no lo encontramos en su despacho, tal vez este en su dormitorio y puedas hablar con él»? ¿Te suena?

-Cuando te conviene me haces caso ¿verdad?

-Xóchitl

-No va a pasar nada -la "loba-humana" iba a abrir la puerta, pero Alex le tomó la muñeca para impedirlo.

-No lo hagas

-No seas princesa

-Xóchitl, no lo hagas

-Ay, por favor

-Vámonos

Las dos comenzaron a forcejear a tal punto que abrieron la puerta de golpe y cayeron en el dormitorio. Se incorporaron y vieron a Severus Snape... ¡pero semidesnudo! Se estaba secando el cabello con una toalla negra y tenia otra atada a la cadera. Se notaba que acababa de salir de ducharse porque estaba escurriéndole agua por todo su cuerpo.

El profesor volteo de golpe y vio a las chicas y ellas a él. Los tres se miraban y no decían nada, hasta que poco a poco los tres se empezaron a sonrojar y gritaron por la sorpresa.

-¡LO SENTIMOS!

-¿SE PUEDE SABER QUE ESTAN HACIENDO USTEDES DOS AQUÍ?

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-Muchas gracias, Xóchitl. Apuesto a que voy a acabar con un castigo de por vida -dijo Alex claramente molesta, pero todavía con su rostro completamente rojo.

Las chicas estaban afuera del dormitorio del profesor, paradas a cada lado de la puerta como si fueran guardias de seguridad. Xóchitl estaba en su forma de lobo pero lograba notarse un matiz rojo a través de su pelaje.

-No lo creo

-¿Por qué estas tan segura?

-No creo que exista ese tipo de castigo

-Graciosa... ya vez lo que dice el dicho «La curiosidad mato al gato»

«Pero murió sabiendo»

-Repito: graciosa.

Se escuchó el sonido del picaporte moviéndose, Alex y Xóchitl se alejaron de la puerta y se colocaron enfrente de esta pero a una distancia prudente. Snape salió, ya vestido con su atuendo de siempre, pero también estaba sonrojado haciendo que Alex se sintiera incomoda más de lo que ya estaba.

-Ahora ¿me podrían decir que rayos estaban haciendo aquí?

-Eh... pues... nosotras... solo... estábamos...

Xóchitl volvió a tomar forma humana y se puso enfrente de Alex para interferir.

-Alex estaba preocupada por usted así que vino a verlo. Pero de una vez le aclaro que fue mi idea andar husmeando donde no debíamos.

-¿Qué?

-Aunque usted no lo crea... si hay gente que se preocupa por usted...

-¡Xóchitl!

-Creo que me pase

-Solo un poquito

Hubo un incomodo silencio entre los tres que podría cortarse con un cuchillo. Snape carraspeó, llamando la atención de las chicas.

-Le agradezco que se haya preocupado por mi Señorita Macías. Pero como habrá logrado observar hace poco... solo tengo algunas heridas, pero estoy bien.

-De hecho... no vi nada. Me alegra saber que solo son heridas superficiales y nada de gravedad.

-¿Se le ofrece algo más, Señorita Macías?

-No, profesor

-Bien, ya pueden retirarse

-Que delicado

Alex le dio un codazo a Xóchitl para que se callara. Las dos se dirigieron hacia la salida del despacho, Xóchitl abrió la puerta y salió, pero Alex se detuvo a mitad del camino.

-Alex ¿qué tienes?

Snape se dio cuenta y también se preocupo de ver a la chica así. Alex de repente se dio media vuelta y corrió hacia Snape, echándole los brazos al cuello del hombre.

Tanto la loba como el hombre se quedaron sorprendidos por la actitud de la chica. Después de un rato, al profesor le pareció eterno, Alex lo soltó pero tenía la mirada baja y estaba totalmente roja.

-De verdad me alegra que este bien, profesor. Nos veremos el próximo año -y tomando a Xóchitl de la mano, salió corriendo del despacho, dejando más confundido a su profesor.

Cuando ya estaban a dos pisos para llegar al cuadro de la Señora Gorda, Alex y Xóchitl se detuvieron.

-Oye, ¿podrías decirme que fue eso?

Alex le estaba dando la espalda a su brije. Estaba mirando por la ventana hacia los jardines o eso aparentaba hacer porque en realidad la chica estaba pensando; desde lo que paso en el laberinto, se estaba preocupando por sus seres queridos más de lo usual, y no era para menos, cualquiera lo estaría si hubiera visto regresar al mago tenebroso más temido y peligroso de todos los tiempos.

Sin embargo, con el profesor Snape era un caso especial porque él estaba en constante peligro ya que tenía que ir al encuentro de Voldemort casi todos los días y eso la dejaba con los nervios de punta. Severus Snape era la persona más valiosa para Alejandra y el simple hecho de pensar en perderlo...

-Alex... -la chica volteo y vio que la brije regreso a ser una loba-. Si de verdad te importa, deberías de ser honesta con él.

-¿Qué?

-Dile lo que sientes por él. Sabemos que tal vez te rechacé o que piense que solo juegas con él, lo que sea; pero es mejor que saques todo eso a que te lo sigas guardando, ya que solo te harás daño a ti misma.

-Xóchitl

-Sabes que el primer deber de un brije es proteger a su humano, y es lo que debo hacer, no solamente físicamente

Alex se acerco a la loba, se hincó y la abrazó. Al momento de hacerlo, no pudo evitar soltar algunas lágrimas.

-Gracias

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Al día siguiente fue el fin de curso, Dumbledore dio un homenaje a Cedric y les dijo la verdad sobre la muerte del Hufflepuff y el regreso de Voldemort, pero al parecer nadie estaba convencido por eso. También honró a Harry y a Alex, y pidió que todos estuvieran unidos ante los tiempos oscuros que se avecinaban (incluyendo a los alumnos y profesores extranjeros).

Los baúles ya estaban listos, las lechuzas ya estaban de regreso en sus jaulas y los alumnos ya estaban listos para tomar el Expreso de Hogwarts que los llevaría de regreso a casa. Los alumnos de Hogwarts se estaban despidiendo de los de Beauxbatons y Durmstrang, intercambiando direcciones y prometiéndose escribirse durante las vacaciones; Viktor Krum llevo aparte a Hermione para eso y pedirle de nuevo que lo fuera a visitar a su tierra natal.

Alex y Xóchitl estaba lejos de los demás cuando alguien les llego por atrás.

-Espero que ya estés mejor de lo que paso esa noche en la tercera prueba

-Curio

El búlgaro le sonreía tiernamente y sus ojos se mostraba calidez, Alex se incomodó ya que desde esa noche de la tercera prueba no lo había vuelto a ver. Curio sacó una hoja de pergamino doblado y lo dio a Alex.

-Este...

-Espero que podamos seguir en contacto Alex. Se que las relaciones a larga distancia nunca funcionan pero me gustaría que siguiéramos siento buenos amigos.

-Curio...

-Y aunque estemos terminando... quisiera que nos diéramos nuestro último beso

Alex estaba realmente roja y conmovida con la actitud del chico. Escucharon un carraspeo, voltearon y vieron que se trataba de Xóchitl.

-Yo... creo que voy a ver si ya puso el hipogrifo -y se fue dejándolos solos

-¿Qué quiso decir?

-Que nos dejaría solos. Así es ella

-Que original

-Lo sé

Curio le sujetó el rostro con delicadeza y suavemente le depositó un tierno beso en los labios. A lo lejos un hombre vestido totalmente de negro los miraba con enojo, que sentía que le hervía la sangre y de ser posible, estaría exhalando humo de la cabeza por todos lados. Una chica con orejas y cola de lobo le hacia compañía, aunque no de una buena manera.

-Ya no deberías de estar tan celoso. Solo se esta despidiendo de ella, y ya dio por terminada su relación

-Pero hay otras maneras de "despedirse"

-Nunca creí que fueras de esos hombres que se pusiera horriblemente celosos

-Yo-no-estoy-celoso

-No... para nada «Celoso... y de primera»

Los de Beauxbatons subieron a su carruaje y los de Durmstrang a su barco, todo Hogwarts les daba el último adiós mientras los veían alejarse hasta perderse de vista.

Ya en el tren el viaje parecía ser tranquilo. Harry y Ron jugaban ajedrez mágico como siempre y comían los bocadillos que le compraban a la anciana bruja del carrito; Hermione leía El Profeta de ese día, Harry se incómodo un poco porque suponía que Skeeter ya debía de haber escrito algo referente a lo que paso aquella noche. Hermione lo noto y le sonrió a su amigo.

-No viene nada. Puedes comprobarlo tu mismo: no hay nada en absoluto. Lo he estado mirando todos los días. Sólo una breve nota al día siguiente de la tercera prueba diciendo que ganaste el Torneo, Harry. Ni siquiera mencionaron a Cedric. Nada de nada. Si quieren mi opinión, creo que Fudge los ha obligado a silenciarlo.

-Nunca silenciará a Rita Skeeter -afirmó Harry-. No con semejante historia.

-Ah, Rita no ha escrito absolutamente nada desde la tercera prueba -aseguró Hermione con voz extrañamente ahogada-. De hecho, Rita Skeeter no escribirá nada durante algún tiempo. No a menos que quiera que le descubra el pastel.

-¿De qué hablas? -inquirió Ron.

-He averiguado cómo se las arregla para escuchar conversaciones privadas cuando tiene prohibida la entrada a los terrenos del colegio -dijo Hermione rápidamente.

Los chicos tuvieron la impresión de que ella llevaba días muriéndose de ganas de contarlo, pero que se reprimía por todo lo que había ocurrido. Alex le sonrió con complicidad ya que ella también lo sabía.

-¿Cómo lo hacía? -preguntó Harry de inmediato.

-¿Cómo lo averiguaste? -preguntó a su vez Ron, mirándola.

-Bueno, en realidad fuiste tú quien me dio la idea, Harry.

-¿Yo? ¿Cómo?

-Con tus micrófonos ocultos -contestó Hermione muy contenta.

-Pero los micrófonos no funcionan...

-No los electrónicos. No, pero Rita Skeeter es ella misma como un minúsculo micrófono negro... Rita Skeeter es una animaga no registrada. Puede convertirse... -Hermione sacó de la mochila un pequeño tarro de cristal cerrado- en un escarabajo.

-¡Bromeas! -Exclamó Ron-. Tú no has... Ella no...

-Sí, ella sí -declaró Hermione muy contenta, blandiendo el tarro ante ellos. Dentro había ramitas, hojas y un escarabajo grande y gordo.

-Eso no puede ser... Nos estás tomando el pelo -dijo Ron, poniendo el tarro a la altura de los ojos.

-No, en serio -afirmó Hermione sonriendo-. Lo cogí en el alféizar de la ventana de la enfermería. Si lo miran de cerca verán que las marcas alrededor de la antena son como las de esas espantosas gafas que lleva.

Entonces todos comenzaron a recordar que en algún momento del curso les pareció ver algún escarabajo cuando estaban presenciando algún "evento importante" o teniendo "una conversación privada".

Alex dejo escapar una pequeña risa burlona. Hermione y los chicos la miraron con algo de preocupación, porque sonó exactamente igual a Snape.

-Hasta que alguien finalmente le derrumbo el teatrito a Skeeter, ¿verdad Hermione?

-S... si

Alex noto la reacción de sus amigos y se preocupo.

-Chicos ¿están bien?

-Pues tú dinos -dijo Ron, y Hermione le dio un codazo para callarlo

-¿Eh?

-No, nada -se apresuro a decir Hermione

Pero los chicos no pudieron seguir con esa conversación porque llegaron Malfoy y sus compinches para molestarlos y restregarle en la cara a Harry que había "elegido el bando de los perdedores".

Hubo una lluvia de hechizos y los tres Slytherin fueron hechizados, quedando inconscientes en el suelo, los gemelos habían contribuido en el ataque a los presumidos. Fred y George se les unieron en el viaje de regreso; Alex y Xóchitl seguían sin unirse a la conversación con los demás ya que seguían pensando en lo que podría pasar a partir del retorno de Voldemort.

Se avecinaban tiempos oscuros y al parecer en ninguna parte de Gran Bretaña habría tranquilidad a menos de que la oscuridad fuera destruida.

Bien vs Mal

Luz vs Oscuridad

Eran cosas que solamente había escuchado en las películas y que nunca pensó que llegaría a vivirlas; y mucho menos se imagino que existiera la posibilidad que en su cuerpo existiera oculta, dormida o como fuera magia oscura ¿De donde venía? ¿Por qué ella la tenía? ¿Desde cuando la tenía? Y la pregunta que más la atormentaba desde que se entero ¿la convertiría en una amenaza para sus amigos? ¿Se convertiría en su enemiga de ahora en adelante?

Decidió desechar esas preguntas y enfocarse en los acontecimientos que se acercaban y estar alerta a cualquier ataque tenebroso, magia oscura en su ser o no... no permitiría que nadie de sus seres queridos saliera lastimado. Tiempos oscuros los esperan y debían estar listos para la pelea.

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