Epílogo
16 AÑOS DESPUÉS
El Bosque Prohibido estaba en silencio, las criaturas mágicas estaban tranquilas, parecía que nada podía perturbar esa calma... De pronto se escuchó el ruido de las hojas y las ramas, una respiración agitada y los gruñidos de un animal grande.
Una chica de cabello negro corto y el flequillo castaño y ojos color chocolate corría por el bosque saltando y esquivando todo lo que le estorbaba a su paso. Miró sobre su hombro, la criatura que la perseguía gruñía y arrancaba ramas al pasar con fuerza; en cuanto la criatura saltó sobre un arbusto finalmente lo vio: un hombre lobo grande y gris corría con todas sus fuerzas para alcanzarla.
La chica alzó los brazos y levantó un muro de tierra entre ella y el lobo. El animal chocó y quedó aturdido por un momento, lo cual la chica aprovechó para escapar.
Siguió corriendo y levantando obstáculos de tierra hacia el lobo. Ya estaba por llegar a los límites del Bosque Prohibido, pero de repente algo la golpeó por la espalda y la derribó, cayendo de boca y llenándose de tierra. Se puso boca arriba y de pronto unas enormes patas se posaron sobre sus muñecas; el hombre lobo la había alcanzado.
Miró al animal a los ojos, el lobo respiraba agitadamente por la carrera, gruñía mostrando los colmillos y haciendo que su respiración golpeará en la cara de la chica.
El lobo hizo la cabeza hacia atrás a la vez que abría grande el hocico, la chica al verlo negó con la cabeza y comenzó a moverse.
—No, no, no, no ¡NO!
El hombre lobo bajó la cabeza a la cara de la chica y... ¿Le hizo una pedorreta? Al momento de hacerlo, babeó a la chica. Cuando el lobo terminó, la chica parpadeó varias veces y su expresión pasó de confusión a total molesta.
—¡EDWARD REMUS LUPIN! ¡Sabes que odio que hagas eso!
El hombre lobo comenzó a reírse. Sacudió su pelaje y este enseguida se volvió ¿azul eléctrico? Se quitó de encima de la chica y siguió riéndose con ganas.
La chica se limpió la baba con las mangas de su suéter, se puso de pie y puso los brazos en jarra totalmente enojada.
—¡Eres un infantil! ¿Cuántas veces tengo que pedirte que no haga eso, Ted?
—Vamos, Leen. No seas aguafiestas —respondió Ted. Mientras seguía riéndose, poco a poco había vuelto a su forma original—. No puedo evitarlo, me da risa la cara que pones cuando lo voy hacer.
—Ha... Ha... Que maduro —respondió con sarcasmo Leen cruzándose de brazos—. Será mejor que regresemos antes de que Hagrid, o peor, mi padre nos encuentre aquí
—Está bien, vamos —el chico se puso de pie y caminó junto a su amiga
Los dos caminaron con calma por el bosque, llegaron a los límites y antes de salir se aseguraron de que no hubiera moros en la costa. Al ver el lugar despejado, salieron del bosque, pero su calma se terminó.
—¡Papá les dijo que no fueran a jugar al Bosque Prohibido!
Los dos se encogieron de hombros, pero después rodaron los ojos. Se acercaba a ellos un niño de once años con el cabello castaño oscuro y el flequillo negro, ojos obsidiana y expresión seria para ser pequeño.
—Tranquilo, Alex. —dijo Ted al niño—. Solo estábamos jugando, ya te dijimos que lo hacemos desde que llegamos a Hogwarts
—Además, ya nos conocemos el lugar y a sus criaturas. —dijo Leen quitándole importancia—. Así que no te preocupes, hermanito
—¿Cómo no quieres que me preocupe? Ya sé que pueden defenderse solos ¿pero qué harían si se encuentran con una criatura realmente peligrosa, Eileen? ¿Xoxoutik* vino con ustedes?
—Uno: Sabes que prefiere que le digan Xoxo. Segundo: Siempre —respondió la chica levantando su mano derecha, mostrando una especie de tatuaje azteca en su muñeca
La marca brilló a la vez que los ojos de la chica. Un brillo azul cielo salió de su pecho posándose en el suelo; cuando desapareció dejó en su lugar una ardilla blanca con detalles azul cielo en las orejas, patitas, estómago y cola. Las mejillas las tenía amarillas al igual que los ojos.
—Hola Alex —saludo la brije ardilla, Xoxo
—Hola —saludo el niño—, sigo sin poder creer que los dejes seguir haciendo esto
—Es divertido, además de que los dos tienen mucho cuidado y yo los cuido
Alex negó con la cabeza ante esa respuesta.
—Mejor regresemos al castillo
—OK, hermanito —Eileen se agachó hacia su brije, la ardilla subió por su brazo y se acomodó en su hombro derecho—. Por cierto ¿y Manky?
—¡Aquí arriba!
Los presentes miraron hacia los árboles, en uno de ellos había un mono color morado con amarillo en las orejas, estómago, patitas y en la punta de su cola. Tenía ojos negros y una sonrisa traviesa. Bajo del árbol y se acomodó en los hombros de Alex.
—Me da envidia verlos con esas criaturas mágicas —dijo Ted haciendo puchero ya de camino al castillo
—Ya te dijimos cómo tener uno —dijo Eileen acariciando a Xoxo en la barbilla—. Pero prefieres a una rubia mitad francesa y herencia veela...
—¡Eileen! —exclamó Ted sonrojado, incluso su cabello se volvió rojo—. En estos casos lamento haberte dicho mis sentimientos hacia Victoire
—Sabes que solo lo digo para molestarte, pero admite que te doy consejos para que intentes hablar con ella y la conquistes. No obstante, cada vez que intentas hablarle, toda tu cara (sin excepción, por tu condición de metamorfomago) y cabello se ponen rojos y se te traba la lengua
—Realmente no me ayudas en estos momentos
—Ya sabes que así es mi hermana, Ted —interrumpió Alex
—Pero los dos admitan que así me quieren —dijo Eileen con arrogancia
Los dos chicos solamente rodaron los ojos, pero igualmente sonriendo.
Estaban por llegar a la puerta del castillo, cuando vieron que esta estaba abierta. Caminaron más aprisa para ver qué pasaba, pero en cuanto llegaron desearon no haberlo hecho. En la puerta los esperaba un hombre vestido totalmente de negro, cabello negro (alguna que otra cana) y largo hasta los codos, ojos negros (expresando molestia y preocupación) de brazos cruzados y un murciélago extraño. Era negro a excepción del hocico, la parte interna de sus orejas y la parte interna de sus alas de color verde y ojos negros como su dueño.
—Oh, oh... —murmuró Ted, pálido al ver que estaban metidos en problemas.
—Ya nos cayó el chahuistle* —murmuraron en español los hermanos Snape—. Eh... hola, papá
Severus Snape negó un par de veces con la cabeza, le preocupaba bastante la actitud "aventurera" de su hija.
«Idéntica a su madre» pensó Severus
Bajó los brazos, pero su expresión seria no desapareció. Los tres jóvenes sabían que les iba a caer una buena regañada, así que se acercaron al oscuro hombre.
—¿Otra vez jugando en el Bosque Prohibido? —preguntó Severus secamente, aún sabiendo la respuesta
—Sí —admitió Eileen cabizbaja. Cuando su padre se enojaba no tenía el valor de verlo a la cara
—Eileen, mírame —pidió Severus. La chica se encogió un poco más por el susto, pero finalmente miró a su padre—. Sabes que no me gusta que vayan al Bosque Prohibido solos, y no creas que no tomo en cuenta a Xoxo y que pueden defenderse bien tú y Edward, pero aun así podrían cruzarse con alguna criatura peligrosa o lastimarse con la vegetación
—Lo sabemos, papá. Pero sabes que es único lugar en el que Teddy puede practicar sus transformaciones de animales grandes y yo mi magia elemental y Sincronía Brije sin que nos estén molestando
Severus suspiró, realmente su hija había heredado el carácter terco de su madre. Le alegraba ver que su hijo heredó su carácter y sentido común.
—Eso lo entiendo. Pero de verdad, por favor vayan al bosque al menos en compañía de Hagrid ¿de acuerdo?
—Sí, papá
—Por favor dime que tú no fuiste con ellos, Alexander —preguntó Severus a su hijo
—No, claro que no —negó el niño—. Cuando te escuché preguntándole a mamá por ellos, supuse que estarían en el bosque. Así que Manky y yo fuimos a buscarlos
—Menos mal —dijo Severus, más tranquilo—. Ya íbamos a enviar a Xóchitl y Batwing a buscarlos ¿verdad? —esto último se lo dijo a su brije, acariciándole la cabeza
—Ya sabes que no importa en lo que sea, siempre te voy a ayudar —dijo el brije murciélago, Batwing
—Será mejor entrar, nos están esperando —dijo Severus, haciéndose a un lado en la puerta para que sus hijos y Ted pasaran primero.
Entraron y se dirigieron al Gran Comedor. Apenas los jóvenes pasaron la puerta, un par de brazos los rodearon.
—¡Eileen!/¡Ted! ¿están bien? —preguntaron las dos personas que los abrazaban
—Estamos bien mamá/padrino
Los adultos se separaron un poco de los adolescentes, pero no los soltaron. Eran Ale Snape (después del nacimiento de su hijo, decidieron que lo mejor era llamar a la latina "Ale" para evitar confusiones) y Harry Potter.
—Realmente esos dos se parecen a ustedes —dijo Severus, detrás de los jóvenes—. Igual de temerarios y con el afán de romper las reglas
—Es lo que más nos preocupa —dijo Ale a su esposo—. Les pegamos nuestras malas mañas
—Y vaya que sí —dijo la brije de la mujer, Xóchitl—. Nada se hurta, todo se hereda. Y sí que les pasaron lo peor
—Gracias, Xóchitl —agradeció con sarcasmo Harry
La loba solamente sacó la lengua en gesto infantil.
—¿Ya están todos? —los presentes voltearon. Acababa de llegar la directora McGonagall—. Ya casi es hora
Los presentes asintieron y siguieron a la animaga. Ese día era el aniversario luctuoso y de la victoria de la Batalla de Hogwarts. La Orden del Fénix, el Ejército de Dumbledore y algunos aurores estarían presentes; a pesar de ser entre semana, se programaba una visita a Hogsmeade (ahora si permitido desde primer año) para que los alumnos que no estuvieran relacionados con los caídos de la batalla salieran por ese día del castillo.
Llegaron a la orilla del Lago Negro y ya todos sus amigos y familiares los estaban esperando. Usaron los botes para ir a una pequeña isla que se encontraba en el centro del Lago Negro; ahí se encontraban sepultados el profesor Dumbledore y todos los caídos en la Batalla de Hogwarts. En el lugar ya se encontraban los familiares de los combatientes.
Llegaron a la orilla del Lago Negro y ya todos sus amigos y familiares los estaban esperando. Usaron botes para ir a una pequeña isla que se encontraba en el centro del Lago Negro; ahí se encontraban sepultados el profesor Dumbledore y todos los caídos en la Batalla de Hogwarts. En el lugar ya se encontraban los familiares y amigos de los combatientes.
En cuanto tocaron tierra, la gran familia Weasley se dirigió a la tumba de Fred (a la cabeza George con su familia). Los Potter tardaron más en acercarse, Harry se sentía impotente; cada vez que era el aniversario de la Batalla de Hogwarts y tenía que ir a ver a los caídos, la culpa que cargaba en sus hombros se hacía cada vez más pesado. Ginny se dio cuenta de la actitud de su esposo; se acercó a él y poso una mano sobre su hombro en señal de apoyo. Harry le sonrió agradecido por el gesto; respiró profundo para darse valor y fue a ver a Fred junto con su familia.
Ale había visto la interacción del matrimonio Potter, le alegró ver el apoyo que Ginny le brindaba a Harry; la guerra los había marcado a todos, en especial a él. Ella también se sentía así, sobre todo porque se sentía mal de ser la única de los que fallecieron durante la guerra que se le dio la oportunidad de regresar.
—Ale
La mujer volteó hacia donde la llamaban y vio a su familia y a Ted esperándola.
—¡Voy! —y corrió a su encuentro
Caminaron entre las tumbas hasta que finalmente llegaron a dos que se encontraban bajo la sombra de un castaño y rodeados de claveles. Al llegar, el semblante de Ted se volvió triste a la vez que su cabello se volvía gris y en un tono muy apagado; estaban ante las tumbas de Remus Lupin y Nymphadora Tonks Lupin. María Eileen y Alexander Vladimir le tomaron la mano en señal de apoyo, a lo cual el pequeño metamorfomago les sonrió en agradecimiento.
Ale estaban apartada de ellos, Severus se dio cuenta y fue junto a su esposa.
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La puesta de sol se reflejaba en el Lago Negro, en la entrada del castillo solamente quedaban los matrimonios Potter, Weasley-Granger y Snape.
—Será mejor volver ahora que todavía hay luz de sol —sugirió Hermione
—Cada año se me hace más difícil venir a verlos a todos —susurró Harry para sí mismo sin darse cuenta de que todos lo escucharon.
Los hijos de los tres matrimonios y Ted estaban jugando en la explanada delante de la puerta de Hogwarts junto con los brijes, así que nadie los escuchaba. Ginny le tomó la mano tratando de tranquilizarlo.
—Créeme que yo estoy igual —concordó la latina.
Severus abrazó por los hombros a su esposa y la acurrucó en su pecho. Ron, Hermione y Ginny se miraron y en un silencioso acuerdo decidieron que lo mejor sería irse. Se despidieron de Eileen y Ted y se fueron a sus respectivos hogares.
Al llegar a su hogar cerca de la calle Baker. Alexander y Manky subieron corriendo las escaleras hacia el cuarto del primero seguidos por los brijes de sus padres, mientras que ellos se quedaron en la sala de estar. Ale se dejó caer en uno de los sillones, se cubrió el rostro con las manos y comenzó a sollozar. Severus se sentó junto a ella y la abrazó.
—Tranquila —le decía Severus acariciando su espalda—. No llores, por favor
—Lo siento, Sev —respondió Ale entre sollozos—. Pero es que de verdad no puedo evitar sentirme así. Yo fui la única que se le dio la oportunidad de volver y a los demás no, sobre todo Remus y Dora... su hijo se crió si ellos...
—Pero también recuerda que después del funeral, de algún modo, tú y Potter se pusieron en contacto con ellos y les pidieron que lo criaran
Ale se tranquilizó un poco, se secó las lágrimas sin apartarse de su esposo. Recordaba muy bien ese momento:
FLASHBACK
Hacía dos días que habían ganado la batalla, estaban en una isla en el centro del Lago Negro; trasladaron el cuerpo de Dumbledore a la isla (en un momento de descuido de los magos encargados de los cuerpos, Harry regresó la varita de saúco al féretro del viejo director) justo en el centro y a su alrededor a los caídos.
Sollozos y lamentos se escuchaban por todo el lugar, más que la felicidad de la victoria, el ambiente era de tristeza ante la pérdida. Harry se encontraba apartado de todos, en especial de la familia Weasley; seguía sin atreverse a verlos a cara, al igual que los familiares de los caídos.
—¿Todavía con remordimiento de conciencia? —preguntó una voz junto a él. Harry volteó y se encontró con Alex
—¿Tú qué crees? —preguntó Harry con una media sonrisa triste
—Pues ya somos dos...
—Tu magia es diferente a la de nosotros —interrumpió el azabache adivinando lo que su amiga iba a decir—. Ni siquiera tú sabías que eso iba a pasar, así que deja de martirizarte —bajo la cabeza, se notaba cansado—, al menos tú no ocasionaste estas muertes
—¿Ahora quién es el que se está martirizando? —Harry levantó la mirada hacia su amiga—. Esta batalla no fue por lo que tú crees, fue para liberar al mundo mágico de un mago tenebroso con aire de dictador y un racismo excesivo. ¡Así que ya córtale!
Harry ya no dijo nada más. La ceremonia continuó, Harry y Alex seguían apartados de los demás, ni siquiera se dieron cuenta de que (igualmente apartados de los demás) eran observados por Severus Snape. Aún era visto como mortífago fiel a Voldemort y asesino de Dumbledore, así que por eso permanecía a la distancia.
De pronto vio que detrás de los dos jóvenes apareció una esfera de luz que a simple vista podría ser un Patronus. Alex fue la que se dio cuenta primero.
—¡Harry!
El aludido volteó y también se sorprendió con lo que vio.
—¿Y eso? —preguntó el chico confundido
—¡No sé! —contestó Alex—. ¿Acaso eso... es un Patronus?
—Podría ser... pero ¿qué hace aquí? —la luz se movió alejándose un poco de ellos, pero a la vez haciéndole señas para que lo siguieran—. ¿Acaso quiere...?
—Al parecer sí
Se miraron y con un asentimiento siguieron la luz, sin darse cuenta de que Severus iba detrás de ellos con discreción. Usaron uno de los botes para regresar a tierra firme porque la luz los guiaba hacia el Bosque Prohibido.
Llegaron a los límites del bosque, antes de entrar sacaron las varitas y la siguieron con cautela. Ya estaban lo bastante apartados para que alguien pudiera verlos o escucharlos; de pronto la luz se detuvo y los chicos hicieron lo mismo a unos metros de distancia de esa luz. Entonces de pronto esta se dividió en tres y comenzaron a tomar formas humanas. Los dos soltaron las varitas por la impresión a la vez que abrían mucho los ojos: ante ellos estaban los espíritus de Fred, Remus y Dora.
Las lágrimas comenzaron a recorrer las mejillas de los jóvenes, estaban sin habla.
—¿Van a seguir con esa cara de susto todo el día o qué? —preguntó Fred con su característica sonrisa burlona
Harry y Alex reaccionaron, trataron de limpiarse las lágrimas, pero les salían más.
—No te burles de ellos, Fred —pidió Dora—. Ahora para ellos son momentos difíciles
Fred solamente se pasó la mano por el cuello. Remus aprovechando el silencio, se separó un momento de su esposa y se acercó a Harry y Alex.
—Remus...
—Chicos, no se sientan mal —dijo el licántropo con una sonrisa—. Finalmente, Voldemort fue derrotado y la paz regreso al mundo mágico; ahora disfrútenlo lo más que puedan, siendo felices al lado de las personas que más quieren y viviendo sus vidas.
—En eso Remus tiene razón —dijo Fred con una sonrisa—. Por favor cuiden mucho a mi familia, sobre todo a George. A partir de ahora estará muy apagado a causa de mi ausencia —su expresión de volvió seria—, pero no quiero que frene su vida por mi culpa. Ayúdenlo a seguir adelante; que trabaje en Sortilegios Weasley, que encuentre una pareja y tenga su propia familia. Que viva su vida
—Fred...
—Alex —la aludida miró a la metamorfomaga—, por favor tú y Harry cuiden mucho a nuestro pequeño Ted
—Dora...
—Teddy ya no se criará con nosotros, pero al menos en ustedes tendrá las figuras paternas que tanto necesitará. Además, también cuenta con el amor de mi madre.
— Aparte de que Alex también tiene una hija y tiene que esforzarse por sacarla adelante junto con Severus —agregó Remus
—Es cierto —concordó Dora
—Esperen... ¿cómo que Alex tiene una hija? —preguntó confundido Fred —. ¿Y qué tiene que ver en eso Snape? —entonces lo entendió —. Alex... por favor no me digas que te acostaste con Snape y tuviste una hija de él
—Créeme que todavía Ron y yo seguimos sin poder digerir bien la noticia —reconoció Harry, ganándose un codazo por parte de la latina, quien estaba sonrojada
Fred se quedó en shock, después se recuperó y tenía una expresión de incredulidad en el rostro.
—No sé si asquearme con la idea de que alguien tuvo el valor de hacer "eso" con Snape... o reírme al saber que todavía su "serpiente" se mueve y pudo todavía sacar "veneno" ...
—¡FRED! —exclamaron escandalizadas Alex y Dora.
La latina tenía ganas de golpearlo, pero al ser ahora un espíritu no podía hacerle nada; pero se sintió mejor al ver a la auror golpear al gemelo Weasley por el comentario. Harry y Remus no dijeron nada, pero estaban claramente incómodos con la conversación.
Detrás de un árbol, cerca de donde estaba su prometida y Potter, Severus escuchaba todo. Se sonrojo a más no poder al escuchar a Weasley haciendo esos comentarios y también tuvo ganas de golpearlo.
Después de que se aclararon la cosas y los jóvenes sintieron un peso menos en sus consciencias; Fred, Remus y Dora desaparecieron.
Harry y Alex salieron del Bosque Prohibido, un poco más contentos de lo que estaban.
FIN DEL FLASHBACK
Ale ya estaba más calmada, se limpió las lágrimas y se levantó del regazo de su esposo. Al momento de ponerse a recordar ese día, había recostado su cabeza y Severus le acariciaba el cabello.
—¿Ya te sientes mejor? —preguntó Severus
—Sí, gracias
El hombre sonrió, tomó a su esposa de los hombros y la atrajo hacia su pecho, con un brazo rodeando sus hombros y la otra en su cintura.
Ale se acomodó mejor en el pecho de su esposo, lo abrazó de la cintura sintiendo su largo y sedoso cabello.
—Creí que con el paso de los años preferirías cortártelo o a lo mucho seguir llevándolo hasta los hombros como siempre
—Siempre me ha gustado tenerlo largo, pero con el trabajo de espía me parecía que me estorbaría, así que por eso lo traía hasta los hombros. Pero ahora que mi vida es más tranquila, quise dejarlo crecer más. Además —levantó el rostro de Ale sujetándola del mentón haciendo que sus miradas se encontraran— me da la impresión de que te fascina que lo tenga así
La latina se sonrojo; si le pidieran nombrar tres cosas que le gustara mucho de su hombre sería: sus ojos negros, su cabello y su voz. Al ver la reacción de su esposa, Severus sonrió con triunfo y la beso en los labios, a lo cual Ale correspondió enseguida.
El hombre la recostó con cuidado en el sillón quedando él sobre ella sin dejar de besarla. Poco a poco los besos se volvían más pasionales; olvidando por completo que su hijo menor podría bajar en cualquier momento, Severus coló una mano en la blusa de su esposa y comenzó a acariciarle la espalda y su costado derecho.
Ale gemía entre los labios de su esposo, tratando de no hacer ruido para no ser descubiertos. Ella rodeó el cuello del hombre, enredando los dedos en su cabello. Severus llevó su otra mano al cuello de su mujer, precisamente en los botones, y los empezó a abrir de uno en uno con tortuosa lentitud; a cada botón que abría, acariciaba la piel expuesta de su esposa.
—Sev...—gimió Ale entre besos
—No hagas ruido, o sino Alex y los brijes nos van a descubrir —susurro el hombre al oído de la latina
—Entonces sigamos en nuestra habitación con un buen hechizo silenciador
Severus sonrió. Le gustaba escuchar ese lado candente de su esposa. La tomó en brazos y se apareció en su habitación, con un movimiento de varita cerró la puerta y silencio toda la habitación. Dejo caer la varita y volvió a devorar con pasión los labios de Ale.
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Estuvieron en silencio un rato hasta que éste fue roto por un ruido proveniente de la ventana. Los dos miraron y vieron que era una lechuza parda con una cofia en la cabeza y una carta en el pico. Severus bufó al reconocer al ave; con pesar se levantó de la cama y se puso sus bóxers. Abrió la ventana y la lechuza dejó caer la carta a su pies, yéndose enseguida. El oscuro hombre la recogió y la abrió; leyó su contendió en silencio, cuando terminó rodó los ojos con fastidio y fue a buscar su varita.
—¿Llamada del trabajo? —preguntó Ale sentándose en la cama y cubriéndose con la sábana
—Sí —respondió Severus vistiéndose con un movimiento de varita y acercándose al armario—. Es lo malo de ser el único pocionista competente en San Mungo —guardó su levita y sacó una bata verde lima con el emblema del hospital y se la puso—, no saben hacer bien una poción y quieren que yo vaya a verificar que este bien hecha —se recogió el cabello en una coleta baja y se acercó a su esposa—. Odio cuando arruinan mis días libres
—Así es el trabajo —dijo Ale entendiendo a la perfección a su hombre. Su trabajo en el Departamento de Regularización y Control de las Criaturas Mágicas era muy pesado, en especial después de la guerra con el sub-departamento de Apoyo a Hombres Lobo. Gracias a los ataques de Greyback y su manada, muchas personas habían sido mordidas y se buscaba darles el mayor apoyo posible para ellos y sus familias.
Severus sonrió con su comentario. Se besaron y al separarse, el oscuro hombre se levantó.
—Nos vemos en la noche. Voy por Batwing y a despedirme de Alex y los demás
—Esta bien. Que te vaya bien, Sev —deseó Ale
Severus y Batwing usaron la Red Flu para llegar más rápido a San Mungo. En cuanto Ale escuchó las llamas apagarse, se levantó de la cama y se vistió. Fue al cuarto de su hijo y lo vio jugando en el suelo enfrente de su cama con su kit de pociones junto con Manky y Xóchitl cuidándolo; sonrío al verlo, su hijo realmente era idéntico en carácter y gustos a su esposo.
Alex dejó reposar su poción, levantó la mirada y vio a su madre parada en el marco de la puerta.
—¿Tú también tienes que irte a trabajar? —preguntó el niño
Ale se dio cuenta que su hijo le hablo con tristeza, al parecer Alex pensaba que lo iba a dejar solo en casa; no era la primera vez, incluso cuando Eileen todavía no entraba a Hogwarts tenían que dejarlos solos en casa por cuestiones laborales.
La latina se acercó a su hijo y le acarició el cabello con ternura y una sonrisa.
—No, solo vine a ver qué estaban haciendo. ¿Qué poción estás preparando?
—Para curar las quemaduras —respondió Alex más animado—. Cuando esté lista ¿me ayudas a hacerla ungüento, por favor?
—Porque así es más fácil de aplicar en la herida ¿verdad?
—Sí. También me lo dijo papá
—Si no me equivoco, tiene que reposar unos treinta minutos ¿verdad?
—¡Ajá! En lo que espero voy a leer —Alex se levantó y fue a su librero a buscar un libro.
Ale también se pudo de pie, al igual que la loba y el monito. Alex ya estaba acomodado en su cama con el libro abierto y Manky sobre sus hombros para leer también.
—Cuando tu poción este lista ¿qué les gustaría hacer? —preguntó Ale—. Severus y Batwing regresarán hasta en la noche
Alex levantó un momento la mirada de su libro interesado en la proposición de su madre. Los brijes también se alegraron. Terminaron la poción, guardándola en un frasco (ya hecha ungüento) y se alistaron para ir a pasar el día en el Callejón Diagon.
1 DE SEPTIEMBRE
Alex estaba emocionado y nervioso a partes iguales. Finalmente entraría al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, mientras que su hermana entraría a su sexto año. Llegaron al andén 9 ¾ y buscaron a Teddy; lo encontraron casi en el último vagón acompañado de su abuela Andrómeda y su padrino Harry.
—¡Hola! —saludo el joven metamorfomago
—¡Teddy! —saludaron felices los hermanos Snape
Ese día Harry y el matrimonio Snape pidieron permiso (otra vez) para llevar a los chicos a la estación. Harry y Severus subieron las cosas de Eileen y Alex al tren, en el compartimento donde ya estaban acomodadas las cosas de Ted.
—Por fin Alex entra a Hogwarts —comentó Harry, acomodando el baúl de Eileen—. ¿Nervioso?
—Como no tienes idea, Potter —respondió Severus, terminando de acomodar las cosas de su hijo
Después de la guerra y demostrado el apoyo mutuo, los dos comenzaron a llevarse mejor. Se hablaban de "tú", pero seguían hablándose por el apellido. Severus estaba por salir del compartimento, entonces a Harry se le ocurrió algo.
—Snape —el hombre se detuvo en la puerta y miró a su ex alumno
—¿Sí?
—Gracias
—¿Qué quedamos con respecto a agradecerme de ayudarte en secreto?
—No es por eso —Severus lo miró arqueando una ceja, esperando una explicación—. Me refiero a gracias por hacer feliz a Ale —las dos cejas de Severus estaban arriba por la impresión—. Sé que al principio nos costó aceptar su relación, y más al descubrir el nacimiento de Eileen, pero con el paso de los años, al demostrar tu amor hacia ella y la niña (y el maravilloso milagro de que pudo tener a Alex) me enseñaste a no juzgar a nadie por las apariencias y que todos merecen una segunda oportunidad
Severus se sorprendió con las palabras de Harry, pero le sonrió.
—De las pocas veces que te he escuchado decir algo maduro, Potter
El aludido negó un par de veces con la cabeza a la vez que sonreía. Sabía que en el idioma de Snape, se podía traducir como un "Gracias".
De pronto un silbato sonó, ya era hora de que partiera el tren. Los dos hombres se bajaron y se despidieron del niño y los adolescentes.
—Que tengas un excelente año, Teddy —deseó Harry abrazando a su ahijado
—Gracias, padrino
—Cuídate mucho —deseó Andrómeda abrazando a su nieto
—Siempre, abuela
—Si con eso te refieres a que vas a volver a entrar al Bosque Prohibido a escondidas, entonces sí
Ted solamente sonrío con nerviosismo a su padrino.
—Que les vaya muy bien en este año, sobre todo tú, Alex, al ser tu primer año—deseó Ale abrazando a sus hijos
—Sí, mamá
—Recuerda Alex, no importa en qué casa quedes. Tú madre y yo siempre estaremos orgullosos de ti, de los dos —dijo Severus, eso último abrazando a sus hijos
—Gracias, papá
También se despidieron de los brijes y los tres humanos y los dos brijes subieron al tren. Se asomaron por la ventana y se despedían con la mano, viendo alejarse a los adultos hasta que el tren dobló una curva y se perdió de vista.
Harry y Andrómeda se despidieron de los Snape y se fueron del andén. Ale y Severus veían los últimos rastros de humo de la locomotora desvanecerse.
—Muchas gracias, pequeña —la latina levantó la mirada hacia su esposo—. Gracias por amarme, por darme una segunda oportunidad y por darme una hermosa familia
Ale se conmovió con las palabras de Severus. Lo abrazó del cuello y lo besó dulcemente en los labios.
—La Serpiente se enamoro de la leona —dijo Severus al terminar el beso y recargar su frente con la de su esposa
—Que leona tan valiente
—Y que posesiva es la serpiente
Se sonrieron y volvieron a besarse. Dieciséis años llenos de felicidad y paz, todo estaba y seguiría estando bien.
FIN
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*Azul cielo en Náhuatl
Muchas gracias por seguir la historia, disculpen la espera y espero que disfruten el epilogo; ya solamente falta el capítulo extra 😉
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Hola a todos/as:
Debido a las nuevas pautas de la plataforma de Wattpad, las escenas de lemmon explícitas se tuvieron que borrar, ya que de no hacerlo la historia corre riesgo de ser eliminada
Este aviso no solo aparece en el perfil de WattpadFanFictionES, sino es la de AmbassadorsES y otras más.
Muchas gracias por su comprensión y atención.
Ichigo Snape
Editado 10-abril-2024
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