Si los cuatro amigos pensaban que ya tenían bastantes preocupaciones por saber que Quirrell había rajado, ahora tenían que aumentar otro problema; desde hace unos días veían que Hagrid actuaba muy extraño —y como los cuatro amigos no son curiosos— decidieron averiguar que traía entre manos, además de ponerlo al tanto que ya sabían que ocultaban en el tercer piso.

Una noche salieron a visitar a Hagrid y ahí descubrieron que tenía metido en su cabaña... ¡un huevo de dragón! La especie era un ridgback noruego, pero sabían que su amigo podría meterse en problemas por tener un huevo de dragón ilegal en su cabaña, pero eso dejo de ser problema porque justamente que estaban discutiendo sobre la mala idea que era tenerlo escondido, el dragón nació, así que los cuatro se ofrecieron ayudarlo, pero también tratarían de hacerlo entrar en razón para que se deshiciera de la criatura.

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Rini estaba en la biblioteca tratando de buscar algo que le ayudara para su tarea de Herbología y de paso para saber un poco más sobre la crianza de Norberto (así Hagrid había decido llamar a su dragón). Encontró un libro que decía Manual Botánico para Principiantes que le serviría para su trabajo, pero estaba muy alto; se puso de puntitas para alcanzarlo, pero ni así, buscó una silla para poder treparse en ella, nada. Aunque sintió que se vería ridícula, con el brazo estirado, trató de alcanzarlo saltando, pero no estaba ni a diez centímetros de alcanzarlo.

—¿Necesita ayuda?

Rini aterrizó mal y otro poco se caía de no ser porque se sujetó al estante a tiempo, se volvió y vio que era...

—¡Profesor Snape! Eh... bueno, yo... —Rini sentía que se ponía algo roja.

No habían dicho nada respecto a lo que había sucedido en vacaciones de Navidad y en clases la chica estaba más callada que nunca, de por si ella era muy tímida y ahora que Severus la había salvado y ella lo había abrazado, se hizo más reservada.

Severus vio la reacción de la niña y supuso lo que estaba pensando, así que desvió su vista hacia el libro que ella trataba de alcanzar. Se acercó al estante y bajó el libro de botánica que la chica quería.

—¿Es este el que trataba de alcanzar?

Rini levantó la vista algo colorado y vio que efectivamente era le que buscaba. Lo tomó con manos temblorosas y lo estrechó contra su pecho.

—Gra... gracias

Severus vio que todavía estaba algo nerviosa, posó una mano sobre su hombro y eso hizo que Rini se pusiera más nerviosa, pero también hizo que le levantara la vista y lo mirara.

—Se que todavía sigue nerviosa y asustada por lo que paso esa noche, pero no debe preocuparse, mientras se mantenga al margen nada malo le pasara ¿de acuerdo?

—Eh... Sí...

Severus quitó su mano del hombro de Rini y se dispuso a irse, pero antes se volvió hacia ella otra vez y en un susurro le dijo:

—Si necesita algo, no dude en acudir a mi —y se fue dejando a Rini algo perpleja

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Ya había pasado una semana desde que Norberto nació y cada vez era más grande que ya apenas si cabía en la cabaña; todavía no resistían en tratar de hace que Hagrid entrara en razón y lo liberara.  Entonces a Harry se le ocurrió una idea: enviar a Norberto a Rumania con la ayuda del segundo hermano mayor de Ron, Charlie.

Al día siguiente Ron le escribió a su hermano y mientras esperaban su respuesta ahora se turnaban en ir a ayudar a Hagrid con el cuidado del dragón. El miércoles por la noche, Ron volvió de la cabaña de Hagrid con una mano vendada a consecuencia de que Norberto lo mordió, pero esa misma noche llegó la respuesta de Charlie diciéndoles que lo llevaran a la torre más alta del castillo el sábado a medianoche y que unos amigos suyos irían a recogerlo.

Los cuatro se pusieron felices ante la noticia, en especial Ron, y acordaron con decirle a Hagrid mañana en cuanto se lo encontraran; pero no contaban con un pequeño inconveniente.

La mano de Ron estaba cada vez mas hinchada y verde, al parecer los colmillos de Norberto tenían veneno, así que lo llevaron a la enfermería, pero no contaban con otro percance. Malfoy había ido a la enfermería a "pedirle prestado" un libro a Ron y resulto que en ese libro venía la carta de Charlie y ya era demasiado tarde para cambiar los planes.

El sábado en la noche, Harry y las chicas llegaron a la cabaña de Hagrid y con trabajos llevaron la jaula de Norberto hasta la torre más alta, pero en el camino se encontraron con algo que les alegro la noche. ¡McGonagall había pescado a Malfoy fuera de la cama y lo había castigado! De ahí, el resto del camino parecía demasiado fácil. Se quitaron la capa y esperaron a que llegaran los amigos de Charlie.

A la medianoche habían llegado los cuidadores, y con la ayuda de los niños, ataron la jaula a las cuatro escobas y vieron como poco a poco los cuidadores y Norberto se iban alejando hasta que se perdieron de vista. Felices de haberse librado del dragón, bajaron para regresar a la Sala Común pero...

—Vaya, vaya, vaya. Que tenemos aquí, tres alumnos de Gryffindor fuera de la cama —dijo Filch acariciando las orejas de la Sra. Norris.

El conserje los llevó hasta el despacho de McGonagall y en cuanto la profesora los vio se encolerizo y no venía sola, Neville estaba con ella y en cuanto el chico vio a Harry trató de decirle que los estaba buscando respecto a algo de un dragón o algo así, pero lo único que hizo fue empeorar las cosas. McGonagall se enfureció más y les quitó a los cuatro cincuenta puntos a cada uno y después los mandó de regreso a sus dormitorios.

Al día siguiente toda la casa de Gryffindor estaba sumamente furiosa con Harry, Hermione, Rini y Neville, pero más que nada con el famoso Harry Potter. Ron intentó animar a sus amigos, pero nada de lo que dijera los hacía sentir mejor.

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Rini estaba en la lechucería viendo las lechuzas que entraban y salían y entonces le llamó la atención una en particular, una lechuza grande y de color café y ojos ámbar. Era una de las lechuzas de la escuela y traía una carta atada en la pata, pero no se dirigía al Gran Comedor como las demás sino hacia la lechucería donde estaba ella, se posó en el alfeizar del orificio donde podían entrar las lechuzas y le tendió la pata donde tenía la carta.

Se acercó y le quitó la carta al ave, la cual al verse libre de su carga voló hacia una percha donde poder descansar. Al ver la letra se le dibujo una sonrisa en el rostro, esa carta era de su prima, rápido sacó la carta y después de desdoblarla la leyó:

¡Prima tocayita!

¿Cómo te va? Me encanto la bolsa que me mandaste para Navidad, pero me extrañó más que no viniera con mis tíos a pasar Navidad, pero me dijeron que te habías ido a estudiar al extranjero ¡y que para variar, Londres! Triste suertuda... que envidia ¿no hay manera de que me pueda ir a estudiar contigo? Espero que estés bien y que cuando regreses me platiques todo sobre tu escuela ¿va?

Bueno, espero poder verte pronto ¡te extraño mucho tocayita! Saludos y te quiero un chorro prima.

Con cariño

Ale "Bonnie"

Rini se sentía feliz de haber recibido una carta de su prima, pero la felicidad no le duro mucho ¿Cómo rayos le iba a explicar a su prima que estaba en una escuela de magia? ¿Y que no podría venir con ella a menos de que tuviera magia también? Sintió un horrible vacío en el estomago, no quería hacer sentir mal a su prima diciendo que esta escuela era "exclusiva", pero también tenía una duda. Ella fue aceptada en Hogwarts por tener una mínima sangre inglesa ¿será que su prima igual era bruja, pero fue aceptada en el colegio de magia de México? No sabía si había una escuela ahí, pero de seguro si debía de existir una.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de una puerta abriéndose detrás de ella, se volvió y vio que era —cosa rara— el profesor Snape. El profesor se quedó quieto al ver a la niña ahí y en lugar de mirarla como lo hacía con los demás alumnos, en especial de Gryffindor, le sonrió de manera burlona.

—Vaya, si aquí está la pequeña que ayudo a Slytherin a estar a la cabeza

Rini se sonrojó levemente.

—Por favor profesor, no estoy de humor

—Era de esperarse, gracias a usted y sus amigos Gryffindor perdió toda posibilidad de ganar la Copa de la Casa

—Que amable en recordármelo —le dio la espalda y fijo su vista en el límite del Bosque Prohibido

—Escuché que la profesora McGonagall tenía pensado ponerles de castigo ir ahí —dijo el Profesor Snape

Rini dio un brinco por el susto, ya que de pronto tenía al profesor junto a ella

—Creo que ahora aprenderá a no ayudar a esconder de manera ilegal un dragón

—Con todo respeto, profesor ¿podría dejar sus comentarios sarcásticos de lado, por favor?

Severus se le quedo viendo impresionado, nadie se había atrevido a hablarle de ese modo, ni siquiera los profesores —excepto Dumbledore, claro— pero no le dijo otra cosa. Se dio la vuelta con la intención de irse, pero antes sin siquiera volverse para verla le dijo.

—Tenga mucho cuidado, uno nunca sabe que se puede encontrar en el Bosque Prohibido —y salió de la Lechucería

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A las once de la noche Harry, Neville y las chicas salieron de la Sala Común para cumplir con el castigo, llegaron a la entrada del castillo y vieron que Filch, junto con Malfoy, (se les había olvidado que el rubio también estaba castigado) los estaban esperando. Salieron de los jardines hasta la cabaña de Hagrid. Dejó a los niños con el guardabosques y se internaron en el bosque.

—¿Qué vamos hacer, Hagrid? —preguntó Rini a mitad del camino

—Debemos encontrar un unicornio. Debe de estar mal herido y sería el segundo de la semana. Allá, ven —señalo un pequeño charco de algo que parecía pintura plateada—. Es sangre de unicornio, nos dividiremos en dos grupos; Harry y las chicas vendrán conmigo y Neville ira con Malfoy

—Y quiero a Fang —dijo Malfoy

—De acuerdo, pero solo te advierto que es un cobarde. Ahora, si alguien necesita ayuda, lancé chispas rojas con la varita.

Se fueron por caminos separados, pero a la media hora se vieron las chispas rojas, entonces Hagrid fue a ver que había sucedido y regresó algo molesto junto con los niños y Fang, así que hizo un cambio: Neville se quedaría con él y Hermione, mientras que Harry y Rini se irían con Malfoy y Fang. No les hizo gracia, pero entre más rápido encontraran al unicornio más rápido se desharían de Malfoy.

Caminaron un rato hasta que de pronto Harry sintió un agudo dolor en la cicatriz y Rini lo notó.

—Harry ¿Qué tienes? —preguntó sujetando a su amigo por el hombro

Malfoy chocó con ellos al caminar de espaldas y entonces Rini lo vio: alguien encapuchado bebía la sangre del unicornio como si se tratara de un vampiro, el encapuchado levantó la vista y se dio cuenta de la presencia de los niños y del perro.

—¡AAAAAHHHHH! —Malfoy salió corriendo despavorido de ahí seguido por Fang, dejando a su suerte a Harry y Rini.

Los dos retrocedían mientras que el encapuchado se les acercaba, tropezaron con una rama y cayeron al piso y justamente cuando esa criatura se les iba a abalanzar algo saltó sobre ellos salvándolos; cuando la extraña criatura desapareció, los dos niños se dieron cuenta que era un centauro quien los salvo.

Permitió que los niños se subieran a su lomo y los llevó de de regreso hacia donde estaba Hagrid. Ya de regreso a la Sala Común, los tres descubrieron a Ron dormido en un sofá enfrente a los residuos del fuego extinto de la chimenea, lo despertaron y entre Harry y Rini les contaron a sus amigos lo que habían visto en el Bosque.

—Nos equivocamos. Snape quiere la piedra para Voldemort... y Voldemort esta esperando en el bosque... ¡y todo este tiempo pensábamos que Snape solo quería ser rico!

—¡Deja de pronunciar su nombre! —dijo Ron aterrorizado

—Olvida eso, hay cosas más serias en que pensar —replicó Rini

—Debemos impedir que Voldemort obtenga la piedra sino... regresara y... —dijo Harry dejándose caer en un sofá

—Harry, todos dicen que Dumbledore es al único que Quien-Tu-Sabes siempre ha temido. Con Dumbledore por aquí, Quien-Tu-Sabes no te tocará —dijo Hermione

—Gracias Hermione —dijo Rini y se volvió hacia el pequeño azabache—. Además de que la piedra sigue bajo protección, lo que quiere decir que Voldemort no puede hacer nada y menos teniendo a Dumbledore cerca.

—¡Otra que tiene que pronunciar ese nombre!

—No seas infantil

Los cuatro fueron a sus dormitorios; Hermione ya estaba en la cama y Rini estaba por taparse con las sábanas cuando Hermione le hablo.

—¿Por qué crees que Snape es inocente? ¿Qué no quiere robar la piedra?

Rini se volvió hacia su amiga, ya no lograba distinguirla muy bien porque se había quitado los lentes, pero meditó lo que dijo la castaña y entonces cayó en la cuenta: desde que descubrieron a Fluffy y el misterio de la trampilla siempre defendía al profesor, pero nunca supo el porque, ahora lo hacia más gracias a que le salvó la vida.

—¿Rini?

—Debe de ser porque... porque fue él quien me dijo lo que era... y no me parece justo culparlo de algo que, además, no tenemos pruebas de que de verdad quiere robar la piedra.

—Ese es un buen punto

—Ya ves. Bueno, buenas noches Hermione

—Buenas noches Rini —y corrió las cortinas de su cama

Rini siguió despierta pensando en lo que Hermione le había dicho, pero todavía no se le ocurría una buena razón para eso, y con trabajos, se fue quedando dormida.

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EDITADO: 17—Julio—2017