Descubriendo sentimientos, Licántropo
Durante los últimos días que siguieron, solo se hablaba en el castillo sobre Sirius Black y la manera de cómo pudo entrar al castillo. Reemplazaron el lienzo rasgado de la Sra. Gorda por el retrato de un caballero chiflado llamado Sir Cadogan, quien solo se la pasaba la mitad del tiempo retando en duelo a todo el mundo y la otra mitad cambiando la contraseña al menos dos veces a la semana.
Varios alumnos se quejaron de él y preguntaron si alguien más no podía hacer el trabajo, y les decían que fue el único valiente en aceptar el trabajo, los demás estaban asustados por lo que le había pasado a la Sra. Gorda.
A Harry le incomodaba que lo estuvieran vigilando constantemente desde Halloween; y un día después de Transformaciones, tuvo que convencer a McGonagall que lo dejara ir a los entrenamientos de Quidditch. La profesora aceptó, pero con la condición que de Madame Hooch vigilara las sesiones de entrenamiento.
Rini seguía yendo al despacho de Lupin para tratar de descifrar el boggart, pero no lo lograba, hasta que al final —y de manera definitiva— se rindió.
-Ya, me doy -declaró la chica, dejándose caer en una silla-. No sé de quien se trata y tampoco tengo idea de porque toma esa forma.
Lupin sirvió un poco de té y le ofreció una taza a la chica antes de sentarse en otra silla, enfrente de ella.
-Entonces ¿no lo reconoces?
-No -le dio un sorbo a su té y volvió su mirada a la ventana-. Quisiera saber quien es
Lupin le dio un sorbo a su té antes de hablar.
-¿Y bien?
-¿Y bien... que?
-¿Desde cuando te gusta?
-No entiendo -la chica volvió a darle un sorbo a su té
-¿Desde cuando te gusta el profesor Snape?
Rini se atraganto con su té y Xóchitl le dio unos golpecitos en la espalda. Cuando logro estar mejor, miró al profesor con los ojos bien abiertos como platos.
-¿Por... qué pregunta eso?
-Por la forma de tu boggart
-¿Eh?
-Después de varías sesiones logre reconocerlo. La ropa negra, al igual que los ojos y el cabello; el profesor Snape es la única persona que conozco que luce así.
-Eso es ridículo, Rini no esta enamorada de Snape ¿verdad? ¿Rini?
La chica estaba sumergida en sus pensamientos. Ahora que lo mencionaba, no pudo evitar notar algunas cosas; este año miraba a Snape de una manera diferente, creía que era la admiración y respeto que sentía por él desde primero, pero ese año... las últimas veces que se había encontrado con él no podía evitar ponerse nerviosa ante su simple presencia, lo miraba más de lo debido en clase y cada vez que sus amigos hablaban mal de él no podría evitar salir en su defensa.
Y Rini podía probar que podría ser verdad lo que dijo Lupin por lo que paso hace un par de días en la biblioteca.
FLASHBACK
Rini y Xóchitl estaban en la biblioteca buscando unos libros para el trabajo de Historia de la Magia. La brije se había ido por un lado y la chica de otro para poder encontrar los libros que necesitaba con más facilidad.
Recorrió los pasillos hasta que al final lo encontró al final en uno de los estantes del fondo, el problema es que estaba fuera de su alcance. Trató de alcanzarlo a brincos y con el brazo en alto pero no lo alcanzaba, así que tomó una silla para poder treparse en el estante y poder alcanzar el libro.
Estaba a punto de alcanzarlo, cuando...
-¿Se puede saber, que rayos hace ahí arriba?
Rini perdió el equilibrio y cayó de espaldas, no llego al suelo porque alguien la había sujeto de espaldas y en lugar de sentir el suelo de la biblioteca, sentía que estaba recargada sobre el pecho de alguien. Levantó la vista y en cuanto su mirada se topó con unos ojos negros, se sonrojo bruscamente.
-¡Profesor Snape!
El profesor la aparto de él con delicadeza, la chica todavía seguía algo roja y trato de disimular su rubor.
-¿Me va a decir que intentaba hacer?
-Pues... yo... -no dejaba de mover las manos y la vista la tenia pegada en el librero que estaba detrás del profesor-. Trataba de alcanzar unos libros... para mi tarea de Historia de la Magia
Severus se acercó al estante, quitó la silla y alcanzó algunos libros.
-¿Estos eran los que necesita?
-S...si, gracias
Sus manos se rozaron haciendo que Rini sintiera un cosquilleo extraño en el estomago. Le quitó los libros, sin fijarse si eran los correctos.
-¡Gracias profesor! -le agradeció sin siquiera mirarlo y salió corriendo de la biblioteca
FIN DEL FLASHBACK
Nunca se había puesto de esa manera con él, ni siquiera el año pasado cuando lo encontró ahí mismo en la biblioteca y un libro le cayó en la cabeza haciendo que el oscuro profesor riera.
Regreso a su mente la imagen del boggart, lo analizó por un momento en su mente y se dio cuenta que Lupin tenia razón, el boggart se parecía a Snape. Entonces no había duda... estaba enamorada de él.
Pero ¿Cómo había pasado? El profesor era frío, calculador, sarcástico y no perdía ninguna oportunidad para burlarse de los Gryffindor. No encontraba alguna explicación lógica, solo escuchaba los latidos de su corazón que le decían que sentía algo por Snape y era algo que no cambiaría.
Sintió una mano alborotándole un poco el cabello, levantó la vista y se topó con los ojos color miel de Lupin.
-Está bien sentir lo que sientes, aunque tus sentimientos sean hacia una persona que no debería de ser -Rini desvió la mirada hacia si taza medio vacía-. Además, me alegra que sientas algo por Severus -Rini lo miro sorprendida-. Hace años que no veía que nadie, aparte de Dumbledore, se preocupara por él. Y se que lo que sientes por él es puro, inocente y verdadero.
-Profesor...
-Remus
-¿Eh?
-Para estas circunstancias, puedes tutearme. Sé que de esto no te sentirías cómoda hablando con tus amigos porque no te entenderían.
Rini le sonrió tímidamente.
-¿TIENES QUE ESTAR BROMEANDO?
Alumna y profesor miraron a la brije que parecía a punto de enloquecer.
-¿TE GUSTA EL AMARGADO DE SNAPE? ¡AHORA SI PERDISTE LA CABEZA!
-Xóchitl, entiende que ella no escogió esto. Como su brije deberías de apoyarla no regañarla.
-Está bien
Las dos salieron del despacho de Lupin de regreso a la Torre de Gryffindor pero en el camino se encontraron con...
-Profesor Snape...
-Macías ¿Se puede saber que hacen aquí a estas horas?
-Yo... nosotras... -Rini se había puesto roja y tenía la vista en el suelo
A Severus le sorprendió ver a Rini así, ella normalmente lo miraba a la cara, pero ahora no.
-¿Te encuentras bien?
-¿Eh? Sí. Bueno... ya nos tenemos que ir
-De acuerdo, que descanse
-Igualmente -y salió casi corriendo de ahí.
Severus la vio alejarse todavía sorprendido por la actitud de la chica. Rini estaba a dos pisos del cuadro de Sir Cadogan pero antes de llegar fue a unos de los baños más cercanos y se mojó la cara para tratar de aclararse las ideas.
-Todavía estas confundida ¿verdad?
Vio a través del espejo el reflejo de Xóchitl que estaba parada en la puerta y se le acercaba poco a poco.
-¿Tu crees que esta mal lo que estoy empezando a sentir?
-La verdad si; él es mayor que tú, es Jefe de la casa de Slytherin y sobre todo es tu profesor
-Entonces ¿Qué hago?
-Pues creo que ya no puedes hacer nada. Es como dicen "En el corazón nadie manda"
Rini se dejó caer enfrente al lavabo con las manos todavía sujetándolo y con la mirada perdida.
-Entonces... es cierto...
Xóchitl rezaba porque Rini no dijera lo que ella creía, pero le fallo.
-Creo que ya no puedo seguir negándolo ni evadirlo...
«Que no lo diga, que no lo diga»
-Creo que... me gusta Severus Snape
«Y lo digo»
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Se acercaba cada vez más el día del primer partido de Quidditch con el clásico Gryffindor vs Slytherin, pero un día antes del partido a los Gryffindor les avisaron que abrirían la temporada jugando contra Hufflepuff porque Malfoy estaba "incapacitado". A ninguno de los leones le agrado pero no tenían opción.
Un día antes del partido el clima empeoro demasiado. Harry y el equipo de Quidditch pensaba que no podrían jugar en estas condiciones; pero al capitán del equipo, Oliver Wood, no le importó y les indicó que jugarían ese día quisieran o no.
Todos ya estaban en el aula de DCAO esperando al profesor Lupin; desde que Lupin le había revelado a Rini sobre el significado de su boggart y descubrir lo que sentía por Snape, ya no lo iba a visitar a su despacho tan seguido y la pasaba paseando por el castillo tratando de aclarar sus pensamientos; pero ese día, el universo le había jugado una mala pasada (según ella), el profesor Lupin no llegaba, cuando se escucho que alguien abría la puerta, sintió que el alma se le iba a los pies y se sonrojaba bruscamente al ver quien era el que entraba al salón en lugar de Lupin.
Todos miraron sorprendidos a Snape ¿Por qué él estaba ahí y no Lupin? Lo bueno es que ni Ron ni Hermione habían notado la reacción de su amiga al ver al oscuro profesor entrar, pero cierta brije si.
-Silencio y todos siéntense ahora
Todos obedecieron sin replicar.
-Disculpe... profesor
-¿Qué quiere, Macías?
-¿Qué le pasó al profesor Lupin?
-Eso no le concierne
Severus no pudo evitar notar que la chica bajaba la mirada apenada.
-De lo único que deben saber es que Lupin no se encuentra en condiciones de enseñar hoy, por lo que me pidió que impartiera las clases de hoy...
La puerta del aula se abrió y vieron que se trataba de Harry.
-Lamento llegar tarde, profesor Lupin. Yo...
Harry se quedo sorprendido al ver que era Snape y no Lupin el que estaba en la mesa del profesor.
-La clase ha comenzado hace diez minutos, Potter. Así que creo que descontaremos a Gryffindor diez puntos. Siéntate.
Pero Harry no se movió.
-¿Dónde está el profesor Lupin? —preguntó.
-Como le indique a sus compañeros; No se encuentra bien para dar clase hoy —dijo Snape con una sonrisa contrahecha—. Creo que te he dicho que te sientes.
Pero Harry permaneció donde estaba.
-¿Qué le ocurre?
A Snape le brillaron sus ojos negros.
-Nada que ponga en peligro su vida —dijo como si deseara lo contrario—. Cinco puntos menos para Gryffindor y si te tengo que volver a decir que te sientes serán cincuenta.
Harry se fue despacio hacia su sitio y se sentó. Snape miró a la clase.
-Como decía antes de que nos interrumpiera Potter, el profesor Lupin no ha dejado ninguna información acerca de los temas que han estudiado hasta ahora...
-Hemos estudiado los boggarts, los gorros rojos, los kappas y los grindylows —informó Hermione rápidamente—, y estábamos a punto de comenzar...
-Cállate —dijo Snape fríamente—. No te he preguntado. Sólo comentaba la falta de organización del profesor Lupin.
-Es el mejor profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que hemos tenido —dijo Dean con atrevimiento, y la clase expresó su conformidad con murmullos. Snape puso el gesto más amenazador que le habían visto.
-Son fáciles de complacer. Lupin apenas les exige esfuerzo... Yo daría por hecho que los de primer curso son ya capaces de manejarse con los gorros rojos y los grindylows. Hoy veremos...
Lo vieron hojear el libro de texto hasta llegar al último capítulo, que debía de imaginarse que no habían visto.
-... los hombres lobo —concluyó Snape.
-Pero profesor —dijo Rini, antes de que Hermione dijera algo—, todavía no podemos llegar a los hombres lobo. Está previsto comenzar con los hinkypunks...
-Señorita Macías —dijo Snape con voz calmada—, creía que era yo y no tú quien daba la clase. Ahora, todos abran el libro por la página 394. —Miró a la clase—: Todos. Ya.
Con miradas de soslayo y un murmullo de descontento, abrieron los libros.
-¿Quién de ustedes puede decirme cómo podemos distinguir entre el hombre lobo y el lobo auténtico?
Todos se quedaron en completo silencio. Todos excepto Hermione y Rini, cuyas manos, como de costumbre, estaban levantadas.
¿Nadie? —preguntó Snape, sin prestar atención a las chicas. La sonrisa contrahecha había vuelto a su rostro—. ¿Es que el profesor Lupin no les ha enseñado ni siquiera la distinción básica entre...?
-Ya se lo hemos dicho —dijo de repente Parvati—. No hemos llegado a los hombres lobo. Estamos todavía por...
-¡Silencio! —Gruñó Snape—. Bueno, bueno, bueno... Nunca creí que encontraría una clase de tercero que ni siquiera fuera capaz de reconocer a un hombre lobo. Me encargaré de informar al profesor Dumbledore de lo atrasados que están todos...
-Por favor, profesor —dijo Hermione, que seguía con la mano levantada—. El hombre lobo difiere del verdadero lobo en varios detalles: el hocico del hombre lobo...
-Es la segunda vez que hablas sin que te corresponda, señorita Granger —dijo Snape con frialdad—. Cinco puntos menos para Gryffindor por ser una sabelotodo insufrible.
Hermione se puso muy colorada, bajó la mano y miró al suelo, con los ojos llenos de lágrimas. Un indicio de hasta qué punto odiaban todos a Snape era que lo estaban fulminando con la mirada.
-No era necesario que le dijera eso. Hay maneras de pedir silencio y esa no es una de ellas -dijo Rini, sonrojada pero mirando con el entrecejo fruncido a Snape
Todos se le quedaron viendo sorprendidos en especial Snape, era la primera vez que Rini le contestaba a un profesor de esa manera y más al atreverse a hablarle a Snape de esa manera. Era cierto que todos, en alguna ocasión, habían llamado sabelotodo a Hermione, y Ron, que lo hacia por lo menos dos veces a la semana, dijo en voz alta:
-Usted nos ha hecho una pregunta y ella le ha respondido. ¿Por qué pregunta si no quiere que se le responda?
Sus compañeros comprendieron al instante que había ido demasiado lejos.
-Te quedarás castigado, Weasley —dijo Snape con voz suave y acercando el rostro al de Ron—. Y si vuelvo a oírte criticar mi manera de dar clase, te arrepentirás.
Xóchitl, que había estado escondida bajo el pupitre de Rini todo el tiempo, estaba a punto de salir a replicarle, pero de pronto —como adivinando que la brije estaba ahí— le dijo a Rini también de la misma forma que Ron.
-Si no quieres estar castigada también Macías, o controla a su mascota o la saca del aula. Que más bien preferiría que hiciera la segunda opción.
Antes de que Rini hiciera o dijera algo, Xóchitl salió de debajo del pupitre y se salió sola del aula. Rini vio preocupada como su brije salía, con una expresión de enfado en su rostro.
-Deje de vigilar la puerta y ponga atención Macías
Rini se acomodo en su lugar y siguió con lo que Snape les encargo.
Nadie se movió durante el resto de la clase. Siguió cada uno en su sitio, tomando notas sobre los hombres lobo del libro de texto, mientras Snape rondaba entré las filas de pupitres examinando el trabajo que habían estado haciendo con el profesor Lupin.
Snape no dejaba de criticar los trabajos anteriores de los alumnos y la manera de evaluar de Lupin. Cuando paso por la mesa de los cuatro amigos, Harry y Ron se contuvieron de abalanzarse sobre él, Hermione tenía la vista baja sobre su trabajo todavía algo deprimida y Rini... ya no podía controlarse, ya con el simple hecho de sentir la presencia del profesor detrás de ella hacía que se desconcentrara y se pusiera muy nerviosa.
-¡Macías!
-Eh... ¿Sí?
-No creo que los hombres lobo sean tan aterradores como para que este temblando
Rini miró su mano y comprobó que estaba temblando, pero no era por los hombres lobo sino por tener al profesor tan cerca de ella.
Severus les mando de tarea hacer una redacción de dos pergaminos sobre la manera de reconocer y matar a un hombre lobo. Obviamente a nadie le hizo gracia la tarea; a Harry le pareció extraño que Snape se portara de esa manera tan desagradable con Lupin, los chicos se sorprendieron de ver a Xóchitl sentada junto a la puerta esperándolos, los chicos creyeron que se había ido a caminar o algo por el estilo; y Ron salió furioso del aula por el castigo que le había mandado (limpiar los orinales de la enfermería, sin magia).
-¿Por qué Black no pudo haberse escondido en el despacho de Snape? ¡Pudo haber acabado con él!
-¡No es divertido, Ron!
Los cuatro se le quedaron viendo. Rini se había quedado parada en medio del pasillo con la mirada en el suelo y los puños fuertemente apretados.
-¿Por qué lo defiendes? Él siempre se ha portado terrible con nosotros, en especial con Harry...
-No es por eso... es que... -levantó la mirada hacia sus amigos-. ¡No me parece bien que le desees un mal solo por un estúpido castigo! -y salió corriendo de ahí
Xóchitl salió detrás de ella. Los tres amigos se quedaron ahí de pie sin entender que le pasaba.
-¿Qué rayos fue eso?
-No tengo idea, Ron
-Seguro no debe de ser nada. Será mejor que empecemos con los deberes antes de que se nos acumulen, chicos
-Odio cuando nos los recuerdas, Hermione
-Deja de quejarte y vamos
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Rini caminaba por el borde del Bosque Prohibido sin fijarse por donde iba, todavía lo sucedido hace un momento estaba dándole de vueltas en la cabeza.
«¿Por qué me puse así cuando Ron dijo eso? ¿Será que por lo que estoy empezando a sentir por Snape se esta volviendo mas fuerte?»
-¿¡POR QUÉ RAYOS TIENE QUE PASARME ESTO!?
Varias aves salieron volando ante el grito de la chica. De pronto escuchó que algo se movía entre los matorrales que había en el bosque. Se volvió y vio que se trataba de algo más o menos grande.
-¿Quién esta ahí?
Nadie respondió
Sacó su varita y se acercó con sigilo hacia los matorrales.
-¿Quién esta ahí? No tengo miedo de lanzarle algún maleficio
Lo único que tuvo como respuesta fue otro ruido en los matorrales; se acercó lentamente y aparto las hierbas de un golpe. No sabía si sentir lastima o sorprenderse por lo que veía; un perro negro grande, de ojos color gris y con la pata delantera lastimada. Dudo un momento en acercársele, pero al escuchar sus ladridos lastimeros y ver como se lamia la herida no pudo contenerse mas y se acercó al animal.
-Pobrecito ¿con qué te habrás lastimado?
Tenía la intención de tocarlo, pero el perro aparto la pata y la miró a los ojos, no le gruño ni nada pero se veía en su mirada que estaba asustado.
-Tranquilo, no te voy a lastimar. Solo déjame revisar tu herida.
Rini no sabía si fue su imaginación o si fue real porque le pareció que el perro dudaba en que le dejara revisar su herida; el animal actuaba como si pudiera entenderla sin problemas. Estuvo a punto de cogerle la pata cuando escuchó que alguien la llamaba.
-¡Rini! ¡Oye, responde!
-¡Aquí, Xóchitl!
Escuchó que el perro trataba de levantarse pero Rini lo cogió a tiempo y lo tumbó en el suelo otra vez.
-Tranquilo, es una amiga. No te lastimara
La brije llegó y se sorprendió de ver a su humana con... él.
-¡Alejandra, aléjate! ¡Es peligroso!
-¿Eh? ¿Peligroso? Pero si el pobre no puede caminar. Mira su pata
-No importa, no sabes de donde salió y quien sabe podría atacarte
-No exageres. Ahora, ayúdame a curarlo
-Pero...
-Por favor
-De acuerdo
Tardaron un rato en curarle la pata al perro, Xóchitl había encontrado algunas hierbas curativas y Rini rasgó un poco su túnica para poderle vendar la pata.
-Listo, así estarás mejor en muy poco tiempo
El perro miró su pata recién curada y después a la chica, quien le sonreía sinceramente. El perro volvió a mirar su pata y entonces sintió que le acariciaban detrás de la oreja.
-Eres muy lindo -le soltó la oreja y lo abrazó con ternura
Xóchitl miraba desconfiada a perro y podría jurar que, si los perros pudieran sonrojarse, este perro estaría más rojo que el cabello de toda la familia Weasley junta.
El perro se apartó con delicadeza de la chica, todavía sorprendido por lo que ella hizo. Rini se quito el listón azul marino que tenia en su coleta y se la colocó al perro en el cuello.
-¿Qué haces?
-No se si haya otros perros aquí, así que le puse el listón para diferenciarlo. Por cierto Xóchitl ¿podrías preguntarle su nombre, por favor?
-OK
Antes de que el Xóchitl dijera algo, el perro dio unos pequeños ladridos. La brije rodó los ojos y miró al perro arqueando una ceja.
-¿En serio?
-¿Qué dijo?
-¿Y tí Canito, perrito? -Rini la miró sin entender lo que quiso decir-. El perro dice que se llama Canuto, por eso le pregunte por su Canito.
-Ni que fuera de la caricatura "Canuto y Canito"
-Quien sabe
-Xóchitl
-OK, solo estaba bromeando
Rini acarició un poco más al perro y se puso de pie.
-Bueno, ya es hora de regresar al castillo
El perro le puso carita triste para tratar de convencerla de que se quedara un rato más. Rini solo le acaricio la cabeza, se despidió de él y salió del Bosque Prohibido.
-Xóchitl, vámonos
-Espera, quiero hablar con... Canuto por un momento
-De acuerdo, pero no te tardes
Xóchitl espero a que Rini se perdiera de vista y regreso sobre sus pasos hacia donde estaba el animal.
-Me sorprende que no te atrevieras a lastimarla... Black
El perro se transformó en hombre ante la atenta mirada de la brije, se había transformado en el criminal Sirius Black.
-A mi me sorprende que no le dijeras quien era en realidad.
-Ella no me habría creído, porque nunca había escuchado hablar sobre los animagos. Además, a ella le gustan mucho los perros y los lobos y no quiero que deje de quererlos por tu culpa; solo que eso si, te advierto que si le haces algo a ella o a sus amigos, en especial a Harry, bueno solo te diré que... no querrás verme enojada.
-Está bien, como digas
-Ya estas advertido Black
Xóchitl le lanzó una mirada fría, le dio la espalda y regresó al castillo. Durante el camino todavía dudaba si decirle la verdad a Rini y una duda más fuerte rondaba por su cabeza ¿Por qué no le había dicho la verdad? Porque no quería asustarla.
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El día del partido estaba lloviendo muy fuerte, tanto que los jugadores apenas si veían por donde iban. Tampoco se podía decir cuanto tiempo llevaban en el campo y como iban en el marcador, el clima estaba empeorando cada vez más.
Ron y las chicas vieron que Harry y Cedric Diggory —el buscador de Hufflepuff— subían cada vez más y luchaban por alcanzar la Snitch Dorada. Pero de pronto, el frío se puso peor que antes y vieron que varias siluetas negras rodeaban a Harry.
-Lo que faltaba
-Tiene que ser una broma
-¿Qué hacen los dementores aquí?
-Dumbledore se pondrá furioso
Pero los dementores no solamente estaban en el cielo, también había algunos rodeando el estadio de Quidditch y entonces Rini lo escucho otra vez.
-A Harry no. A Harry no. A Harry no, por favor.
-Apártate, estúpida... apártate...
-A Harry no. Te lo ruego, no. Cógeme a mí. Mátame a mí en su lugar...
A Rini se le había enturbiado el cerebro con una especie de niebla blanca. ¿Qué hacía? ¿Por qué estaba en las gradas del campo de Quidditch? Tenía que ayudarla. La mujer iba a morir; la iban a matar...
Rini sentía que se desvanecía entre la niebla helada.
-A Harry no, por favor. Ten piedad, te lo ruego, ten piedad...
Alguien de voz estridente estalló en carcajadas. La mujer gritaba y Rini no se enteró de nada más.
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-¿Por qué creen que a ellos les afecte bastante los dementores?
-No sé, pero mejor cállate sino quieres que te colguemos desde la Torre de Astronomía de tus calzoncillos
-Cállense
Rini oía las voces, pero no encontraba sentido a lo que decían. No tenía ni idea de dónde se hallaba, ni de por qué se encontraba en aquel lugar; ni de qué hacia antes de aquel momento. Lo único que sabía era que le dolía cada centímetro del cuerpo como si le hubieran dado una paliza.
Comenzó a abrir los ojos y se dio cuenta que estaba en la enfermería de la escuela y junto a ella estaban Xóchitl, Hermione, Ron y los gemelos. Trato de incorporarse pero le dolía todo su cuerpo todavía.
-¿Chicos?
-¡Rini! Que bueno que ya estas bien
-¿Qué paso?
-Pues... para empezar te desmayaste
-¿En serio, Ron? ¿Qué paso con Harry? ¿Y el partido?
-Los dementores solo se abalanzaron sobre Harry pero por alguna razón se fueron sobre la gente del estadio.
-Pero ¿Harry esta bien?
-Si, Dumbledore los salvo y hecho a los dementores
-Menos mal que esta bien
Diez minutos después Harry despertó y todos le contaron lo que paso, incluso lo que le había pasado a su escoba; chocó contra el Sauce Boxeador y quedó destrozada.
En la tarde Madame Pomfrey dejó que Rini se fuera pero a Harry lo dejó en la enfermería todo el fin de semana.
Rini y Xóchitl estaban en la biblioteca haciendo la tarea que Snape les había asignado sobre los hombres lobo. Rini se fascinaba con todo lo que leía sobre esas criaturas.
Se puede reconocer a un licántropo cuando está en su forma humana de muchas maneras:
1. Al igual que todos los cánidos, sus oídos son muy sensibles a los sonidos agudos y al contacto, además que los licántropos tienen mejor oído, esto les afecta a niveles que les molesta o les duele.
2. En cuanto a la personalidad son muy reservados, algunos no sociables, con ego grande. O en cambios demasiado emocionales. Racionalistas, masones en su mayoría, y muy inteligentes. Siempre están a la vanguardia, defendiendo sus pertenencias, sus territorios.
3. Su manera de pensar, hace que el mundo los vea como personas locas, o con defectos mentales, el término inglés "twisted people".
4. No suelen escuchar música ni sonidos armónicos. Los que la escuchan, son quienes lo hacían antes de ser transformados.
5. No sufren enfermedades, al menos que sufran en temperaturas bajas o lastimados gravemente, ya que se pueden identificar fácilmente al ser unas personas de bastante temperatura corporal.
6. Sus ojos son siempre café oscuro o verde esmeralda, en algunos casos poseen ojos cambiantes de color según su estado de ánimo.
7. Conocen el mundo, saben diversos idiomas y sus conocimientos sobre cultura en general son sorprendentes, y su madurez es avanzada para su edad tratándose de los "adolescentes".
8. Son muy observadores y vivaces.
9. Poseen una marca de transformación, clan, manada, etc.; en el caso de los contagiados la herida por la cual fue convertido.
10. Tienen un gran sentido del tiempo.
11. Generalmente poseen piel morena o blanca pálida.
12. Sus ojos tienen algo que cautiva y atrae o bien puede causar un temor profundo e inexplicable.
13. Tiene cambios de estado bruscos, esto le sucede inconscientemente.
14. Tiene ataques de ira repentinos, aunque en los licántropos más viejos son tan pasivos que nunca se alteran.
15. Pueden detectar malas intenciones o sentimientos hipócritas de otras personas que tienen alrededor.
Esos puntos que leyó le hicieron que se pusiera a pensar. De esas características que iba leyendo, no sabia porque hacia que pensara en el profesor Lupin; entonces recordó que su boggart se transformaba en algo plateado como una bola de cristal o...
-Luna llena
-¿Mande?
-El profesor Lupin le teme a la luna llena
-Oye para que Lupin le tema a eso, solo puede significar que él sea...
-Un hombre lobo
Rini y Xóchitl se abalanzaron sobre el calendario lunar y se pusieron a revisarlo; a las dos casi les daba un infarto al comprobar que las fechas en que Lupin había faltado a clase eran días de luna llena.
-Changos
-No puedo creer que Lupin sea un hombre lobo
-¡Ahora si ahorco a Snape!
-¿Qué? ¿Por qué?
-Él les mando ese trabajo a propósito para que descubrieran de su condición
-Y los hombres lobo no son bien vistos en la sociedad
-Que racistas
-Por eso te digo que lo quiero ahorcar
-Bueno olvídalo, no diremos nada. Pero si seguiremos investigando; tal vez encontremos algo para ver si podemos ayudar a Lupin en algo.
-Esa es una buena idea
Al fin volvieron a tener clases con Lupin y lo primero que hicieron los alumnos fue quejarse de lo que hizo Snape y del trabajo que les mando. El profesor los tranquilizó y les dijo que no era necesario que le entregaran el trabajo y que hablaría con Snape respecto a eso. Hermione fue la única que se quejo (en voz baja) porque, también, fue la única en hacer el trabajo.
Después de clases Lupin le pidió a Harry que se quedara. Ron y Hermione se fueron de regreso a la Sala Común mientras que Rini se había ido al Bosque Prohibido.
-¡Canuto! ¡Canuto!
-No creo que sea buena idea que los busques
-Por favor Xóchitl ¡Canuto! ¡Ven, amigo!
De pronto se escucharon ruidos entre los matorrales y antes de que Rini se diera cuenta, algo la había tumbado y sentía que algo húmedo en su cara.
-¡Canuto, ya basta! ¡Me haces cosquillas!
El perro se quitó de ella, moviendo la cola muy feliz.
-Eres un pequeño travieso -le acaricio detrás de las orejas y el perro movió la cola con mas alegría
-Es increíble que se te haga corazón de pollo con los perros
-Cállate, que no fuera por mi amor por los perros y los lobos no te tendría como mi brije
-Duro, pero cierto
Estuvieron jugando toda la tarde con Canuto y cuando se puso el sol las dos regresaron al castillo.
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Se programo una última salida a Hogsmeade el último fin de semana del trimestre y todos se alegraron —a excepción de Harry, claro— Ron y las chicas trataron otra vez de animar a Harry y de convencerlo de que no era la gran cosa pero otra vez fallaron con eso y se fueron al pueblo.
Ron, las chicas y Xóchitl se fueron directamente a Honeydukes para comprar unos dulces que pudieran animar un poco a Harry; vieron por varios estantes, incluyendo los dulces extranjeros pero no sabían como cuales le agradarían más a su amigo.
-Uf, no, Harry no querrá de éstos. Creo que son para vampiros —decía Hermione.
-¿Paletas con sabor a sangre? Que asco -opinó Rini
-¿Y qué les parece esto? —dijo Ron acercando un tarro de cucarachas a la nariz de Hermione y Rini
-Aún peor —dijo Harry, a espalda de los chicos
A Ron casi se le cayó el bote.
-¡Harry! —gritó Hermione—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo... como lo has hecho...?
-¡Ahí va! —dijo Ron muy impresionado—. ¡Has aprendido a materializarte!
-Por lo menos di algo mas realista, Ron -dijo Rini
-Por supuesto que no —dijo Harry. Bajó la voz para que ninguno de los de sexto pudiera oírle y les contó lo del mapa del merodeador.
-¿Por qué Fred y George no me lo han dejado nunca? ¡Son mis hermanos!
-¡Pero Harry no se quedará con él! —dijo Hermione, como si la idea fuera absurda—. Se lo entregará a la profesora McGonagall. ¿A que sí, Harry?
-¡No! —contestó Harry
-¿Estás loca? —dijo Ron, mirando a Hermione con ojos muy abiertos—. ¿Entregar algo tan estupendo?
-¡Si lo entrego tendré que explicar dónde lo conseguí! Filch se enteraría de que Fred y George se lo cogieron.
-Pero ¿y Sirius Black? —Susurró Hermione—. ¡Podría estar utilizando alguno de los pasadizos del mapa para entrar en el castillo! ¡Los profesores tienen que saberlo!
-No puede entrar por un pasadizo —dijo enseguida Harry—. Hay siete pasadizos secretos en el mapa, ¿verdad? Fred y George saben que Filch conoce cuatro. Y en cuanto a los otros tres... uno está bloqueado y nadie lo puede atravesar; otro tiene plantado en la entrada el sauce boxeador; de forma que no se puede salir; y el que acabo de atravesar yo..., bien..., es realmente difícil distinguir la entrada, ahí abajo, en el sótano... Así que a menos que supiera que se encontraba allí...
Vieron un letrero del ministerio y Harry se alivio un poco, si el pueblo estaba alerta de Black, a él le sería muy difícil entrar a Hogwarts por el pasadizo de la tienda de dulces. Ron evadió el tema llevando a Harry a curiosear por toda la tienda de dulces y de comprar algunos.
Cuando salieron de la tienda, le hicieron un tour por todo el pueblo a Harry, quien estaba sumamente impresionado con el pueblo, incluso le mostraron la famosa y aterradora Casa de los Gritos. Al finalizar, los chicos y Xóchitl se fueron a Las Tres Escobas a que Harry probara una cerveza de mantequilla. Los cinco estuvieron disfrutando de sus bebidas tranquilamente... hasta que vieron entrar a la taberna al profesor Flitwick, a la profesora McGonagall, a Hagrid y al mismísimo Ministro Fudge.
Hermione hizo que se moviera un árbol de Navidad para que se posara enfrente de ellos; y entre las ramas miraban a los adultos. Escucharon una conversación que no debían oír: sobre Sirius Black y la amistad que tuvo con el padre de Harry, James Potter. Pero lo que más le dio a Harry fue enterarse que Sirius Black era su padrino y que por traicionar a sus padres, ellos murieron.
-¿Harry?
Las caras de Ron y las chicas se asomaron bajo la mesa. Los tres lo miraron fijamente, sin saber qué decir.
Los cinco regresaron al castillo y en el camino Xóchitl volvió a debatirse la idea de contarles a los chicos que Sirius Black era un animago y que estaba escondido en el Bosque Prohibido, pero al recordar la cara de felicidad de Rini a la hora de jugar con él, se le hizo imposible decirles la verdad. Así que decidió guardar el secreto un poco más.
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