"Las personas no piden ser como son, sino que nacen como son. Las cosas no pasan por coincidencia, todo pasa por alguna razón y espero que lo que me paso, tenga algún motivo"

Todo se veía normal en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería; Minerva McGonagall revisaba la lista de los estudiantes que entrarían a Hogwarts este año y se cuenta que Harry Potter entraría ese 1 de Septiembre, pero un nombre en la lista le llamo mucho la atención, no parecía ser un nombre inglés ni americano, sino Español o Hispanoamericano; anotó ese nombre en un pergamino aparte y se fue a su despacho.

La profesora comenzó a escribir las cartas de admisión a Hogwarts —incluso la del nombre que le llamo la atención— cuando terminó, tomó esa carta y fue al despacho de Albus Dumbledore. Llegó a la gárgola, dijo la contraseña y pasó, al llegar a la puerta tocó y espero a escuchar que le dijeran "Adelante", entró en el despacho circular del director y vio que Dumbledore no estaba solo; un hombre vestido totalmente de negro, como sus ojos y su largo cabello, estaba con él.

—Buenas tardes, Minerva ¿Qué te trae por aquí?

—Buenas tardes Albus —la profesora entró y pasó junto al hombre—. Severus

—Minerva

—Albus, quería mostrarte algo que encontré en la lista de admisión de este año

—¿Qué cosa, querida? ¿Será acaso por Harry Potter? Ya sabemos que entrará a Hogwarts este año

Severus dejó escapar un gruñido de enfado, pero los mayores lo ignoraron.

—No me refiero a eso Albus, encontré un nombre que no parece ser ni Inglés ni Americano

—Déjame ver —Dumbledore leyó la carta y sonriendo miró a la profesora—. No hay de que sorprenderse Minerva, recuerda que algunos ingleses se mudaron a ese país, es mas, estoy seguro que alguna que otra cosa inglesa se quedo ahí y ahora es distintivo de ese lugar.

—De acuerdo Albus, pero también hay otro detalle; esta persona es nacida de muggles y no se me da muy bien el español

—Pues es una pena. Yo iría con gusto, pero sabes que el director no puede ir a hablar con los nacidos de muggles que ingresen a Hogwarts —entonces su mirada se posó en el oscuro profesor quien enseguida capto lo que quería decirle el director—. Por favor, Severus. Tú sabes hablar algunos idiomas y el español entra en ese grupo; por favor, hazme este pequeño favor.

Severus dejó escapar un suspiro de fastidio y miró al director.

-Esta bien, lo hare

—Gracias, pero espera ir como a las 9 p.m. para que allá sean las 3 p.m. recuerda que nuestro horario tiene seis horas de diferencia con el de ellos.

Severus volvió a dejar escapar otro suspiro de fastidio

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En la Bella Airosa en la Republica Mexicana, una pequeña niña de once años de sexto año de primaria estaba sola sentada en el patio de la escuela viendo a los demás niños jugando y divirtiéndose; el nombre de la pequeña era María Alejandra Macías Del Castillo, pero por alguna razón prefería que le dijeran Rini. Era una pequeña de cabello ondulado rebelde hasta la mitad de la espalda, ojos color chocolate y lentes rectangulares que las niñas de su salón calificaban como "lentes de Betty la fea" y desgraciadamente así luego llamaban a la niña.

Desde que ella podía recordar, era extremadamente diferente a sus compañeros, siempre que pasaba algo extraño cerca de ella siempre la culpaban, no tenía amigos y siempre se la pasaba rondando sin un camino fijo por todo el patio. Era tachada de fenómeno y siempre imaginaba que algo pasaba —cualquier cosa— y se alejaban de ese lugar.

El descanso terminó, con pesar Rini se levantó y camino hacia su salón; siempre era la primera en llegar, no era la más aplicada de su salón, pero la habían educado a que fuera puntual para todo. Su día en la escuela fue normal, apenas eran inicios de Agosto y ya todos en el salón la molestaban (ya que era el mismo grupo desde que inicio la primaria)

Su mamá la recogió de la escuela y regresaron a casa, vivía con sus padres y era hija única y eso le molestaba, ya que siempre la tenían sobreprotegida y además de que a sus padres no les gustaba la magia.

Su padre llegó del trabajo y los tres comieron juntos, media hora después de comer sonó el timbre, Rini se asomó por la ventana de la sala para ver quien era.

—¿Quién?

Rini se sorprendió al ver a un hombre vestido completamente de negro y con el cabello largo hasta los hombros.

—Buenas tardes, ¿es la casa de la familia Macías del Castillo?

—Sí ¿Quién es?

—Me llamo Severus Snape ¿Usted es la Srta. María Alejandra Macías del Castillo?

Rini se espantó un poco, nunca había visto a ese hombre y le parecía extraño que supiera su nombre

—¿Quién es, hija? —preguntó su mamá al ver que su hija se había tardado tanto en regresar

—No sé mami, es ese señor vestido todo de negro. Y no sé como sabe mi nombre

Su mamá se asomó y comprobó que realmente había un hombre vestido de negro, ahora fue su mamá que se asomó por la ventana

—¿Sí, que se le ofrece?

—Quisiera hablar con usted y su esposo respecto a su hija

—¿De qué tiene que hablar de mi hija? Ni siquiera lo conocemos

—Lo sé, pero es necesario que hable con ustedes

La Sra. Macías lo dudó por unos momentos, pero al fina salió a abrirle y lo dejo pasar. Cuando el Sr. Macías escuchó que se abría la puerta, salió a ver que pasaba y se sorprendió de ver a Severus.

—Disculpe ¿Quién es usted?

—Mi nombre es Severus Snape y vengo desde Londres, Inglaterra. Me gustaría hablar con ustedes respecto a su hija

—¿Qué tiene mi hija?

–Siéntese Sr. Macías y les contaré todo

La familia se sentó en un sillón grande mientras que Severus se sentó en uno individual.

—Lo que les voy a decir será difícil de creer y tal vez se molesten

—De por si ya estamos molestos con que un extraño venga a nuestra a casa a hablar sobre nuestra hija la cual usted nunca ha visto —reprochó el Sr. Macías

—Como sea, vengo del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería

—¿Perdón? —dijo la niña—. Escuela ¿de que?

—De magia y hechicería

—Para que nos hable de una escuela como esa yo tendría que ser...

—¿Una bruja?

Tanto la niña como sus padres se quedaron sorprendidos

—Sí, Srta. Macías usted es una bruja de nacimiento

La niña se quedo boquiabierta. Ella ¿una bruja? eso explicaba porque pasaban cosas extrañas a su alrededor. Su mamá seguía en shock, pero su padre reacciono de manera negativa.

—Por favor señor, no diga tonterías. No existe la magia, además de que es algo Satánico

—La magia no tiene nada que ver con eso; eso los muggle lo hicieron por temerle a la magia

—Disculpe señor —Severus miró a la niña, quien lo miraba con timidez—. ¿Qué es muggle?

—Así llamamos los magos a las personas sin magia. Como le dije Sr. Macías, su hija es bruja de nacimiento, o sea que de alguno de sus lados familiares debió de haber heredado la magia y creo que tal vez es de su lado

El papá de Rini no sabía que decir así que su mujer hablo.

—¿Y usted viene a invitarla a que se inscriba a esa escuela?

—De hecho, de manera mágica la Srta. Macías esta inscrita en Hogwarts desde que nació y cuando los niños cumplen 11 años se les envía una carta de admisión como esta.

Del bolsillo de su saco, sacó un sobre hecho con pergamino amarillento y se lo dio a la niña. El sobre estaba sellado con un escudo de armas que tenía un león, un águila un tejón y una serpiente unida por una H y en ese mismo sobre tenía escrito con tinta verde esmeralda:

María Alejandra Macías del Castillo
Habitación pequeña del Segundo Piso
Av. Cuauhtémoc #236 Colonia San Javier
Real del Monte
Hidalgo

La niña abrió el sobre y comenzó a leer:

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA

Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe supremo, Confederación
Internacional de Magos).

Querida Srta. Macías:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de un puesto en el Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios.
Las clases comienzan el 1 de Septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de Julio.

Muy cordialmente
Minerva McGonagall
Subdirectora

Al terminar de leer la carta, Rini todavía no salía de su sorpresa. Sus padres también leyeron la carta con asombro. Severus veía atentamente a la familia leyendo el pergamino y no pudo evitar recordar a una niña de cabello pelirrojo y de ojos verde esmeralda que había puesto la misma expresión al recibir su carta de Hogwarts.

Severus terminó de explicarles todo lo relacionado con la magia y de Hogwarts; también les comentó que la niña tendría que irse a vivir a Londres un mes antes de iniciar las clases, sus padres se opusieron al principio, pero después de que Severus les explicará las razones por las que se tenía que ir, a duras penas los Sres. Macías accedieron a que su hija se fuera a Hogwarts. Acordaron de que la niña se iría mañana con el profesor y Severus les dijo que su hija se quedaría de una vez en Hogwarts. Así que sus padres fueron a dar de baja a su hija de la escuela donde estaba y regresaron a casa para arreglar todo lo que tenía que llevarse.

Al día siguiente Rini ya tenía sus maletas con todas sus pertenencias listas; se despidió de sus padres y partió a Londres con el profesor por medio de un Traslador. A la niña le pareció impresionante y mareado. Cuando se recupero, se dio cuenta de que habían llegado a una calle descuidada; Rini vio un letrero que decía "Calle de la Hiladera" y que estaba repleto de casas exactamente iguales y eso la desconcertó.

—Disculpe profesor —Severus solo dio un gruñido a manera de darle a entender que la escuchaba—. Este no parece ser un lugar mágico donde pueda esta la escuela.

—Es porque estamos en una calle muggle

Los dos se pusieron en marcha hasta llegar a la última casa que estaba junto a un rio; entraron y Severus indicó a Rini que se sentara en la sala y que esperara a que regresara.

Rini pasaba su mirada por los rincones del lugar y parecía una casa embrujada: todo se veía muy viejo y descuidado, tenía un ambiente que hacía que se le pusieran los pelos de punta, comenzaba a asustarse y a preocuparse, ya que el profesor tardaba en regresar; comenzó a tener sueño y cuando estuvo a punto de quedarse dormida una mano se posó sobre su hombro haciendo que la niña gritara del susto.

–Cálmese, solo soy yo

—Lo siento profesor. Es que me asusto

—Eso se noto —Severus tomó asiento en el sillón enfrente de Rini y ella pudo notar que cambio su ropa a otra que parecía ser típica de magos, una túnica negra con una capa—. Acabo de hablar con el profesor Dumbledore, el director de Hogwarts, y me dijo que no será posible que se quede en Hogwarts, pero me pidió que yo la cuidara

—Entonces ¿me quedaré con usted o me quedaré con algún otro profesor de esa escuela?

—Por ahora se quedara conmigo, pero no nos quedaremos aquí

—¿A dónde iremos?

—Al Caldero Chorreante

Severus se puso de pie y sacó su varita, apuntó a las maletas de la chica y los encogió a un tamaño que le permitiera llevarse las maletas en los bolsillos del pantalón. Tomó a Rini de la mano y la acercó a la chimenea.

—Usaremos otro medio de transporte mágico llamado Red Flu

—¿Cómo es la Red Flu?

—Los magos se transportan por medio de las chimeneas

—Suena peligroso

—No tanto, ahora vámonos

Los dos entraron a la chimenea y después de que Severus arrojara los Polvos Flu, llegaron al Caldero Chorreante; Severus pidió dos habitaciones, subieron a las que Tom, el cantinero, les indicó y dejó sola a Rini en su habitación. Antes de cerrar la puerta Severus le dijo:

—Mañana iremos por sus útiles escolares, y si necesita algo solo avíseme ¿de acuerdo? Estoy en la habitación de a lado

Rini solo se conformó con asentir, Severus cerró la puerta y se fue a su habitación. Rini se acerco a la ventana y vio algunas calles de Londres y entonces se puso a pensar en todo lo que le había pasado ese día, todavía le parecía irreal, pero estaba contenta, al fin se sentiría aceptada en algún lugar.

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EDITADO: 10—Julio—2017