Julia POV

Mientras miro hacia la entrada de la casa, Gabriel me toma de la mano, él sabe lo nerviosa que estoy; lo estoy desde el día que el tío Thomas le transmitiera a mi esposo el interés de mis padres adoptivos, querer visitarme. Ese día me sentí extraña ya que ellos nunca me quisieron, su amor sólo se lo expresaron a Rose; ella era su favorita. Sin embargo, he accedido a recibirlos, a darles una oportunidad, de lo contrario pasaré página y continuaré con lo que la vida me ha ofrecido, mi propia familia, de todas maneras, ya tengo una, una que me durante la brinda todo el amor que tuve durante mucho tiempo.

-Estoy contigo amor- Gabriel me abraza desde atrás, lo que me conforta. El tío Thomas, llego hace una hora y está jugando con Maia y los mellizos.

-Lo sé y gracias –

-Eres mi esposa y siempre estaré contigo para apoyarte –

-Los Mitchel bajan de su auto y se tardan unos minutos admirando la fachada de nuestra mansión, se dirigen miradas entre ellos y no puedo descifrar que están pensando. Continúan su camino hasta llegar a nosotros.

-Señor y señora Michel. Bienvenidos – Les dice Gabriel.

-Buenos días y bienvenidos – Es lo único que sale de mi boca, ellos nunca me vieron como su hija no tengo porque llamarlos padres. Sharon mira a mi abultado vientre de ocho meses, dándome un asentimiento de cabeza.

-Hermoso, hogar- Dice ella mientras su esposo continuo en silencio.

-Gracias- Respondemos ambos mientras los conducimos a la sala principal.

Los Mitchell toman asiento en el sofá frente a nosotros, Sharon me mira y estudia detenidamente como evaluado sus palabras.

- ¿De cuánto estas? - Pregunta para abrir la conversación.

-De ocho meses - Respondo.

-Supongo que ya sabrán que es? – Pregunta su esposo.

-Si un niño y llevara mi nombre – Responde Gabriel.

-Imagino Julia que estarás contenta con tu primer hijo –

-Contenta sí, pero no es mi primer hijo. Gabriel y yo tenemos más niños - Le respondo con orgullo. Mis hijos en ese momento aparecen con su hermana y el tío Thomas.

-Buenas tardes – Saludan los cuatro.

-Niños vengan a saludar – Los tres se dirigen hacia nosotros.

-Sharon, John estos son nuestros hijos – Ambos nos miran y se que notaron la diferencia.

-Buenas tardes – Responden los tres.

-Niños, creo que deben ir a asearse para la cena – Les informa el tío Thomas.

-No sabía que vivías aquí – Le comenta John con un deje de molestia.

-No, no vivo aquí. Sólo suelo visitar a mi familia – Responde con orgullo mi tío.

-A nosotros no nos visitas, Tom - Inquiere Sharon.

-Bueno yo voy donde soy bien recibido – Tenemos que cortar esto antes de empezar una discusión.

- ¿Algo de tomar, un jugo o una bebida alcohólica o agua? – Pregunto un poco nerviosa.

Mientras nos tomábamos un aperitivo los niños se dieron una ducha, para estar aseados en la cena, durante la conversación obviamente me preguntaron ¿que había hecho con mi vida?, se sorprendieron cuando Gabriel les contó de lo orgulloso que se sentía de mí, el que trabajara en el museo de arte como curadora. Pero Sharon tenía que lucirse nombrando a Rose, lo cual incomodo a Gabriel, sin embargo, el tío Thomas salió con sus comentarios ácidos.

-Sin embargo, Sharon; por Rose Gabriel y Julia se conocieron. Por suerte conoció a Jeronimo, quien la puso a raya y ahora tienen una encantadora familia-

- ¿Rose vive con otro hombre? Digo esposo- Pregunta Sharon.

-Si, así es. Es un buen hombre – Le respondo a Sharon y los niños vienen bajando, señal de que es hora de comer.

La cena es servida y todos comemos en un incomodo silencio, hasta que Owen dice algo gracioso casi todos reímos menos los Mitchell, creo que esta será la primera y la última vez que los invitemos, no han hecho ni el más mínimo esfuerzo por hablarle a los niños y eso es incómodo, que fueron ellos quienes quisieron este acercamiento y siendo honestos nunca los he visto como mi familia, sólo Rose, Thomas y luego los Emerson, no los necesito. Cuando es la hora que se marchen lo hacen de la misma manera en que llegaron.

-Creo que no los volverán a ver- Expresa mi tío.

-Eso espero, Thomas y si vuelven a comunicarse contigo Tom, mándalos a la mierda – Le comunica Gabriel.

-Será un placer, Emerson. Son unos estúpidos el día que mueran no habrá nadie que los llore o que sientan su ausencia – Expresa Thomas.

*****

Ha pasado una semana desde que los Mitchell nos visitaron, en mi pecho se ha instalado un sentimiento extraño, no sé a qué se debe, pero está ahí.

- ¿Qué piensas tanto? - La voz de Gabriel me trae al momento, estamos en nuestra cama, Gabriel tiene su mano en mi vientre mientras nuestro hijo cree jugar a la pelota.

-Tengo un mal presentimiento – Le cuento.

- ¿Cómo qué? –

-No lo sé, es como si alguien estuviese en peligro. Sólo espero que no sea Rose y su familia –

-Geronimo te avisaría –

Pero como invocado el teléfono de Gabriel, anuncia una llamada entrante.

-Dime Thomas – Gabriel me mira y en su cara hay algo que no logro descifrar.

- ¿Qué sucede? Y no me engañes u ocultes nada –

-Bien, no sé como lo tomarás, pero deseo que estes tranquila – Ahora si veo preocupación.

-Habla de una sola vez, por favor y sácame de esta angustia –

-Son los Mitchell, han tenido un accidente. Sharon no sobrevivió y John se debate entre la vida y la muerte – Me lo dice mientras tiene el oído pegado a su móvil.

- ¿Dónde están? – Pregunto de inmediato.

-En el Memorial- Responde Gabriel.

-Vamos – Me levando y me pongo ropa cómoda, sé que nunca me quisieron, pero al menos debo agradecerles que nos hayan adoptado y dado un apellido.

En el camino llame a Rose y le informe, ya lo sabía, Tom le había llamado a ella también, sin embargo, se le dificultaba venir, uno de los niños estaba enfermo y no podrían llamar, también me pidió que si John estaba consciente que le llamara para hablar con él.

Al llegar a emergencias del hospital Gabriel pregunta a la enfermera que esta en el mostrador por mi padre adoptivo, la enfermera pregunta por el parentesco, a lo que me identifica como hija, nos informa la mujer que esta en cirugía y nos hace ir a la sala de espera.

Horas después un médico pregunta por los parientes de John Mitchell, acercándonos a él por información.

-El señor Mitchell tiene heridas muy grabes, no creemos que pase la noche, pero si lo hace sería un milagro – Nos informa el galeno.

-Y Sharon Mitchell? – Pregunta Gabriel.

-Ella estaba fallecida cuando la encontraron los paramédicos –

- ¿Qué pasó doctor? ¿Sabe algo? – Gabriel interroga al médico.

-El parte médico dice que fueron embestidos por camión al que le fallaron los frenos –

- ¿Cuándo podemos ver a John? -Pregunto.

-Tendremos que esperar a que despierte. Les recomiendo que vayan a descansar sobre todo usted señora Emerson –

-Volveremos por la mañana – Informa mi amado esposo.

Regresamos a casa de una a dormir, me costo hacerlo, sin embargo, no supe a qué hora me quedé dormida y la notificación de una llamada entrante me despertó, vi mi móvil y era Tom, lo tomé de inmediato al suponer la finalidad de la llamada.

- ¡Dime que ha despertado! – Le imploré.

-Si lo ha hecho y a pedido verte. Yo estoy fuera de la habitación donde lo han ubicado. Ven rápido no creo que llegue a medio día – El corazón se me encogió ante tal noticia.

-Tomo una ducha y salimos para haya – Así lo hicimos, no sin antes que Gabriel me obligara a desayunar.

Al llegar al hospital fue duro ver al imponente John Mitchell en agonía, Tom había llegado después de nuestra partida en la madrugada, él salió para darnos privacidad, viéndolo en esa cama fue impresionante, le pedí su autorización para llamar a Rose, ella igual que yo le agradecimos por habernos adoptado y que deseábamos que se recuperara pronto, recordamos algunos momentos de nuestras vidas y poco a poco se fue quedando dormido hasta que dejo de respirar de ahí en adelante todo fue en cámara lenta hasta que Gabriel entro en compañía de mi tío y me quitaron el móvil.

Al sedarme me tranquilicé, fue cuando regresé de mi Shock, dándome cuenta de que había entrada en labor de parto. Mi hijo no espero a que me prepararán para la cesárea programada para la siguiente semana así que el mismo día que murió mi padre adoptivo nació mi hijo.

En la habitación privada que me asignaron Gabriel lloraba de felicidad, aunque había estado en el nacimiento de Maia, hasta ahora vivía la experiencia conmigo.

-Julia, tu y nuestros hijos son lo más importante que tengo –

-Ustedes son lo más importante, Gabriel-

Lamentablemente no pude asistir al funeral de mis padres adoptivos, Gabriel lo hizo por mi parte y Tom como su familia biológica, me enteré por ellos que sólo pocas personas asistieron, incluidos unos socios, los Michell se caracterizaban por no ser muy sociables.

-No pienses en cosas tristes- Me ruega Gabriel tomando mis manos, se suponía que saldría al patio trasero para apreciar las vistas y relajarme un poco.

-Si tienes razón amor. Ver a Ciara y a Owen jugar con su hermana mayor es la vista más hermosa –

-Si, concuerdo contigo, Julia. Sabes mi Reyna, estoy listo para perdonar a Rose, porque si no fuese por ella no te hubiese conocido, teniendo sólo a Maia. Ella y yo estábamos incompletos. Llegaste tu iluminando todo a tu alrededor y viendo a nuestros hijos y siendo felices como somos, no me importaría si en otra vida pasara lo mismo, si te vuelvo a encontrar –

-A mi tampoco me importaría, Gabriel. Por que ser la señora Emerson, tu esposa, la madre de tus hijos ha sido y será mi mayor felicidad

Fin

Buenos mi gente, gracias por leer esta historia. Cuando la empecé, no estaba segura de terminarla porque algunas personas la compararon con una telenovela mexicana y me desinflo mucho ya que yo no veo telenovelas y fue el consejo de algunas de mis lectoras las que me hicieron continuar y se los agradezco.

Gracias Chicas

Mañana continuo con mi otra historia Renaciendo de las Cenizas.