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Capítulo 9


Julia POV

Me levanto muy temprano, aunque llevo días sintiéndome enferma, pero uno no puede faltar a su propia graduación, ¿verdad?, yo esperaba que fuera por la tarde, pero ¡NO! Tenían que programarla para las once de la mañana. Como deseo seguir durmiendo. Sin embargo, hay algo que realmente me tiene preocupada, como le explico a Gabriel el nombre de Julia Mitchell en mi título, tengo que hacer algo, hasta donde sé Rose nuca le ha dicho a Gabriel que tiene una hermana gemela y eso por su lado juega a nuestro favor.

Sin chucharme bajo a tomar el desayuno, su pongo que Gabriel ha bajado a hacerlo y me dejo descansar, el muy hijo de su madre me ha mantenido despierta casi toda la noche con el pretexto de celebrar mi graduación, miro es la sala principal, no hay nadie, me dirijo al comedor y ahí están mis dos amores, Gabriel y Maia desayunando en silencio.

-Buenos días traidores- Les digo a ambos en son de broma.

-En nuestra defensa- Replica Gabriel.

-Anoche casi no dormiste, le pedí a Maia que no te despertara- Maia se ríe a escondidas, pero yo lo noto.

-Ahora tengo que comer sola- Lo digo con fingido enojo.

-Nosotros te esperaremos mami- La pequeña sonríe.

Terminamos de desayunar entre risas, para luego cambiarnos, como es sábado Maia nos acompañaría a mi graduación y celebraríamos como familia. Primero me di una ducha y me puse ropa ligera.

- ¿Qué vestido usarás hoy, preciosa? – Me pregunta mientras besa mi cuello.

-El azul rey, amor-

-Me encanta ese color resalta tu piel- Me levanta los brazos quitándome la blusa de un tirón y desbotona mi sujetador.

- ¿Qué haces Gabriel? Tenemos que ir a una graduación-

-Será uno rápido, para desestresarte-

-Gabriel, Maia puede aparecer en cualquier momento y tengo que ir a vestirla y... y ...- Me hace callar con un beso demandante que me hace olvidar mi entorno, invade mi boca y yo lo dejo hacer. Masajea mis senos lo cual provoca inmensas descargas eléctricas por todo mi cuerpo, últimamente están más sensible que nunca.

-Me gustan... Ummmm- Me muerde el pezón aumentando mi excitación.

-Ga...Gabriel, por favor-

-Sabes que tus senos me encantan; juraría que han crecido y están un poco más duros- Me muerde el otro pezón.

-Gabriel, por favor no me tortures más y hazme tuya-

-Sus deseos son órdenes para mí, señora Emerson- Me baja el pantaloncillo corto que tenía puesto de un tirón junto a las bragas. Me levanta tomándome del trasero y haciendo que enrolle las piernas en su cintura y me pega a la pared.

-Nena, esto será rápido y rudo. Tenerte así me pone mucho- Me rio de sus palabras.

-Deja de hablar Gabriel y hazme tuya de una vez, que llegaré tarde a mi graduación-

-Si, usted lo pide, ¿Quién soy yo para negárselo señora Emerson-

De una estocada me penetra en su totalidad y comienza a moverse de manera acelerada, mi sexo lo recibe gustoso y me sujeto firme a él, gracias que me ha pegado a la pared para sostenerme, una y otra vez me penetra hasta que ciento el calor en mi vientre, lo que significa que estoy cerca de alcanzar mi liberación, algunas estocadas más y ambos terminamos juntos, nos quedamos quietos por unos segundos para recuperar el aliento.

-A la ducha- Nos lleva a la ducha y por más que deseo que me tome ahí, tengo que agarrarme de mi auto control para no pedirle a Gabriel que lo hagamos nuevamente, de lo contrario no llegaremos a mi graduación. Una hora después estamos listos; Gabriel sube a Maia al auto, sentándola en su silla de seguridad con nosotros a cada lado de ella. En el trayecto a la universidad, las náuseas y los mareos me atacan; debe ser por los nervios, debo de controlarlos o Gabriel y Maia se preocuparán por nada.

Llegamos a la universidad y somos testigos de la marea de estudiantes y familiares que acuden para este evento.

-Voy a ir por el programa de las actividades y ver donde estarán ubicados ustedes- Le informo a Gabriel.

-Ve nosotros te esperamos aquí-

Llego a la mesa encontrándome con el personal de registro. Miro a mi derecha, encontrándome con la mirada asesina de Paul, esta acompañado de sus padres, es una lástima que este aquí ya que se gradúa por ser un buen deportista y no un buen estudiante. Paso de él y me centro a lo que vine.

-Señorita Mitchel. El decano desea hablar con usted antes de la graduación. La espera en su despacho - Me informa mientras me entrega lo que vine a buscar.

-Bien iré en un momento- Me despido de ella y me voy a buscar a mis acompañantes.

-Regresé. Gabriel, el decano a pedido hablar conmigo antes de que empiece la graduación. Toma aquí dice donde están ubicados sus asientos y el programa. Vayan a ubicarse, todavía no sé dónde está mi lugar, así que me tardaré unos minutos más – Gabriel rodea mi cintura con su brazo libre y me besa bajo la atenta mirada de Paul. ¿Por qué no supera que no me gusta?

Me dirijo al despacho del decano, en el camino me detengo para contener las inmensas ganas de vomitar que tengo y el mareo me vuele a atacar. Sin embargo, me armo de fortaleza para continuar. Llego al despacho del decano y toco la puerta.

-Pase- Se deja oír al otro lado de la puerta. Y me dispongo a entrar.

-Buen día señor decano, me han informado que desea hablar conmigo-

-Buen día señorita Mitchel o ¿Señora Emerson? –

-Julia estaría bien, señor decano-

-Bien, Julia. Le tengo dos noticias-

-Así, ¿Cuáles serían? - Este hombre ya me intrigo.

-Bueno, que hoy dará el discurso de graduación, por haber alcanzado la excelencia académica y que vino un representante del Museo del Louvre anda en busca de un asistente para su curador, con todos los beneficios. Pero el hecho de que usted esté casada es un problema-

El sueño de mi vida está frente a mí y mientras Rose no regrese y ojalá nunca lo haga no podré tomar esa oportunidad, dejar a Gabriel y a Maia se me haría imposible.

-Es un honor dar el discurso. No he preparado nada. ¿Por qué hasta ahora me lo dice? -

-Bueno, sobre el discurso, había presión de la junta de profesores para que fuera otro estudiante quien lo diera, pero ese estudiante no tiene méritos académicos para ganarse ese honor, pero usted sí. ¿Qué hay de la propuesta del Louvre? –

-Gracias, será un honor dar el discurso, veré en el camino que se me ocurre y con respecto al museo ¿puedo pensarlo unos días? –

-Puede, sin embargo, no tarde mucho en darme una respuesta-

-Así lo haré. Ahora me iré a buscar mi asiento-

-Estará en el área con el personal académico y los demás estudiantes de honor, Julia-

-Gracias-

Salí aturdida por la revelación del decano, le envió un corto mensaje a Gabriel informándole del discurso y me voy a posicionar en mi lugar.

Se inicia la graduación con las palabras del decano y luego seguir con las del director académico, así pasa el tiempo hasta que es mi turno, me levanto un poco mareada sin perder el equilibrio, mis ojos buscan a Gabriel y ahí lo encuentro al lado de Maia, la familia que nunca imaginé tener, sin embargo, soy consiente de que no me pertenece y que Rose algún día regresará y yo regresaré a mi vacío mundo de soledad.

-Buen día, damas y caballeros para mi ha sido una...- Hago una pausa por las ganas repentinas de vomitar que tengo, de repente me siento mareada y aturdida. Con la vista nublada busco a Gabriel quien me mira con preocupación, de pronto todo se oscurece.

Voy entre la consciencia y la inconciencia, trato de hablar, no obstante, las palabras no salen. Busco el rostro de Gabriel y logro a duras penas reconocerlo, levanto la mano y toco su mejilla, están húmedas.

-Estoy bien Gabriel, esto no es nada-

-Maldición Rose, claro que no estas bien. Sé que no has dicho nada, te he visto estas enfermas. Esperaba que me lo dijeras en cualquier momento, pero mira como estas-

-Debe ser por el estrés Gabriel-

-Yo quiero una respuesta médica-

Me resigno, bajo protesta soy conducida a uno de los consultorios de emergencia; Gabriel aparece minutos después con el doctor Dereck

-Rose, me dice Gabriel que te sentiste mal-

-Así es doctor, pero ya estoy bien-

-No, no lo estas. Llevas días sintiéndote mal y tu creías que no lo había notado – Creí que no lo había notado que tonta fui.

-Gabriel era por el estrés- Inquiero con evidente molestia.

-Bueno Gabriel, déjame revisar a Rose y veremos si es estrés-

-Bien espero- Dice bufando.

-Señor Emerson, déjeme recordarle que Rose es una persona adulta y tengo que revisarla. Puede salir y esperar a fuera. Por favor- El doctor esta molesto por la insistencia de Gabriel.

-Gabriel, ve a tranquilizar a Maia, que debe estar preocupada, ve a calmarla y luego llévala con tus padres, yo estaré bien, ¿Verdad doctor? –

-Si le haremos algunos exámenes de urgencia y tal vez cunado vengas ya este todo claro-

Gabriel se retira sin despedirse y sin mirarme, no quiero que este presente porque mis sospechas con respecto a mis malestares se revelaran hoy.

-Rose, Gabriel me hablo de tus síntomas, de camino aquí. Voy a tomar muestras de sangre para confirmar o descartar cualquier condición de salud- Asiento con la cabeza, pero lo detengo antes.

-Sé que eres amigo de Gabriel por años, no quiero que hagas nada que pueda afectar su amistad, no obstante. quiero ejercer mi derecho al secreto médico y ser yo quien le dé la noticia a Gabriel de cualquier resultado de los estudios que me vallas a hacer-

-Estas en todo tu derecho, si Gabriel me pregunta, le diré que lo hable contigo- Confirma mi petición mientras me extrae una muestra de sangre.

-El resultado por ser de emergencia estará en veinte minutos. Mientras están los resultados descansa-

-Muchas gracias, Dereck- Él se marchó con la muestra de sangre.

Minutos después mi móvil suena con una notificación de mensaje, lo saco del pequeño bolso, miro el remitente del mensaje.

<<Julia>>

Pulso el mensaje y lo que leo me deja de piedra.


Infinidades de lágrimas corren por mis mejillas, mi mundo y la vida que había vivido durante estos dos años se ha ido y volveré a ser la solitaria Julia Mitchel de antes, mi amor por Maia y Gabriel seguirán en mi corazón y si mis sospechas resultan ser ciertas al menos tendré un consuelo para poder vivir. Los veinte minutos pasan super lento para mi gusto cuando, Dereck regresa, viene con una genuina sonrisa dibujada en su rostro, ¿Por qué sonríe? Toma una silla de ruedas, la acerca a mí.

-Sube, quiero confirmar algo- me extraña su petición. Pero le hago caso, tomo mi bolso dirigiéndonos a otro consultorio.

-Entra por aquella puerta es un vestidor, ponte una bata- Así lo hice y luego regresé.

-Acuéstate y descubre tu vientre- Cumplí su pedido extrañada.

Me unta un gel frio en mi parte baja, lo que me ocasiona un escalofrío. Enciende la máquina, para luego pasar un aparato que está conectado a la máquina en cuestión.

-Ahí está, lo que sospechaba- Dice con una sonrisa como si estuviese solo. De pronto es escucha un sonido en todo el lugar.

- ¡BUM! ¡BUM! ¡BUM! – Eso lo confirma, estoy embarazada, cuando paso no lo sé, si me he tomado las píldoras.

- ¡Felicidades, Rose para ti y Gabriel! Realmente me sorprende que puedas concebir, por tu condición médica. Pero los milagros existen-

- ¿Cuánto tengo? - Le pregunto con lágrimas.

-De ocho a diez semanas- Realizo cuentas mentales y recuerdo el fin de semana de aniversario, Gabriel me mantuvo distraída con sexo y luego mis píldoras no aparecían. Mi cuerpo se pone rígido al pensar que Gabriel las haya encontrado, sin embargo, nunca me preguntó, ni dijo nada. El debe de sospechar es por ello por lo que deseaba estar presente en la revisión.

-Tenemos un acuerdo de ser yo la que le diga a Gabriel, sobre mi estado, ¿Verdad? – Me entrega la primera ecografía de nuestro bebe.

-Lo tenemos, sin embargo, no tardes mucho en decírselo, por su apremio creo que lo sospecha, sé que vendrá a atosigarme para que le hable de tu salud-

-Lo prometo-

-Toma la receta de lo que tendrás que tomar por los próximos siete meses-

Salgo del consultorio acomodándome el vestido, subo mi vista para encontrarme con los ojos acusadores de Gabriel, le dedico una sonrisa que para nada es sincera, le tomo la mano, para salir del hospital, antes que este olor a alcohol y químicos me hagan regresar, tengo el tiempo contado y quiero pasar con él lo que me queda a su lado.

- ¿Qué haces? - Pregunta molesto.

-Ir a casa, Gabriel estoy muy cansada, han sido días de mucho estrés, todos estos días previos a la graduación han sido estresantes, Dereck ha dicho que descanse, me alimente mejor y me tome unas vitaminas que me prescribió- Analiza mi rostro y acepta a regañadientes.

En el auto se hace un silencio y tengo que romperlo de alguna manera, no quiero que este molesto conmigo.

- ¿Maia está bien, cariño? –

-Preocupada pero bien, tiene la tonta idea de que tendrá un hermanito. Gracioso ¿No? – Eso lo dice con un deje de tristeza, sé que anhela un nuevo bebe y me siento miserable por el hecho, pero no puedo quedarme sabía que esto podría suceder. Soy egoísta, pero será lo único que podré llevarme de él y aun así la ausencia de Maia también me matará. Perdóname, Gabriel.

Me suelto el cinturón de seguridad y me acerco a él, lo abrazo con fuerza aspirando su perfume masculino, para que se guarde en mi memoria, disfrutaré las horas que me quedan.

-No quiero que estes enojado conmigo, prometo cuidarme- Las lágrimas se escapan de mis ojos sin poderlas detener, todo me supera. Cuando llegamos a casa los Emerson nos están esperando, de seguro Gabriel les aviso, la mirada que Grace me dedica es de felicidad como madre debe intuirlo.

Como el tiempo es mi enemigo, el fin de semana pasó muy rápido, ayer por la noche Rose me envió un mensaje para recordarme que retomaría su lugar en esta casa, que me estaría esperando a medio día en mi apartamento. El ir por mi titulo a la universidad sería mi pretexto para salir, Gabriel ha insistido en que me quede en casa, pero fui categórica en decirle que, iría por mi título él si o si, además de ir por las vitaminas.

<<Ya te puedes ir a tu casa, estoy en la universidad me llevaré un rato aquí. Cuida a Gabriel y Maia, ambos te aman>>

No recibo respuesta de vuelta de su parte, tampoco me dio las gracias, sólo espero que se haya recuperado de su salud. Llego a la universidad no sólo a recoger mi título, sino a aceptar la oferta de irme a Francia a trabajar en el Louvre.

-Señor decano buenos días-

-Buenos días, Julia. ¿Cómo se ha sentido? – Veo preocupación en sus ojos y es sincero al expresarlo.

-Ya bien, todo se debió al estrés previo a la graduación, mas las noticias suyas todo se junto y ya vio lo que sucedió-

-Me alegro, aquí tiene su título. ¿Has pensado algo de la propuesta? –

-Si señor, voy a aceptarla, ¿Qué necesito hacer para irme? – Me gana la emoción.

-En dos días, si puede; más que nada por el pasaporte. Tome el correo de él para que se comunique, él le dará toda la información pertinente con respecto al viaje. Por la noche le escribo al señor Dupurier, para coordinar mi viaje, el es una persona educada, me brinda la información completa.

Cuarenta y ocho horas después me estoy marchando al otro lado del mundo con el corazón roto.

- ¡OH, Gabriel! Nunca te olvidaré- Murmuro para mí.


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