Gabriel

¡Un punto mes! ¡Un punto mes! Desde que Rose no duerme conmigo y cuando me cuelo en la habitación desaparece a su disque lugar seguro Jackson no ha podido ubicar el maldito departamento o casa donde ella se refugia, ha ido a clase, si, pero no puedo armar una escena en el lugar porque podrían suspenderla de sus clases y eso ampliaría el abismo entre nosotros. Necesito un consejo, alguien que me de una luz de como resolver las diferencias entre Rose y yo. Si ya se quien me puede ayudar tomo mi móvil, uno, dos y tres tonos responde.

- ¡Hola!, madre. Quiero invitarte a almorzar-

- ¡Hola! Hijo. ¿Va todo bien con Rose? –

-Nos vemos a la hora del almuerzo en tu restaurante favorito a las doce medio día. Te amo madre-

A la hora del almuerzo estoy esperando a mi madre en Le Poêle, es un restaurante francés que hacen el mejor Chucrut y las mejores crepas y ofrecen el vino que más le gusta. La veo ingresar con su porte elegante y aquella belleza que los años no han podido borrar de su rostro, aun con su edad todavía atrae miradas del sexo opuesto, si mi padre viniera con ella esos hombres estarían en problemas, me levanto cuando está a centímetros de mí, la abrazo y le doy un beso en la frente.

-Me alegro de que hayas venido, madre-

-Por mis hijos voy donde sea. Ahora dime, ¿Qué esta sucediendo entre tu y Rose? Todo iba bien, he visto un cambio en ella y hasta podría jurar que es otra persona-

-Si, lo sé. Su cambio ha sido tan repentino que hay momentos en que no puedo creerlo, pero ha sido maravilloso mamá-

-Entonces, ¿Cuál es el problema Gabriel? – Ella achica lo ojos porque sabe que hay algo de fondo

- ¿La has engañado? - Lo pregunta golpeando la mesa. Tan fuerte que las personas a nuestro alrededor nos miran.

-Escúchame bien, Grace. Jamás, jamás engañaría a mi esposa. Porque la amo. Cuando Paulina murió creí que no volvería a amar. Cuando Rose apareció mi corazón volvió a latir y sólo para ella, no hay ninguna mujer más que ella-

-Entonces, ¿Qué está pasando? – Le cuento lo sucedido ese día con Crista, del lugar seguro de Rose y que se ha marchado ahí después de la que me colara en la habitación de invitados para dormir con ella.

- ¿Qué hiciste con esa mujer? -

-La despedí. Dime, madre. ¿Qué puedo hacer para recuperarla? No voy a la universidad para no provocar un escándalo. Puedo seguirla, sin embargo, terminaría huyendo a otro lugar-

-Conquístala de nuevo. Envíale flores, chocolates, llévala a cenar o mejor aún de vacaciones y llevan a Amia como la familia que son-

-Si le había prometido ir de vacaciones al finalizar el semestre, para esa fecha Maia estará también de vacaciones –

-Bueno ve trabajando en como hacer que te crea. Utiliza cualquier cosa o excusas para que te escuche – Pienso en lo que puede servirme y recuerdo que en casa tengo mi arma secreta.

-Ya tengo algo madre y ahora comamos que tengo hambre-

Dos horas después estoy en mi oficina llamando a Jackson.

-Diga, señor-

-Quiero que recojas a Maia en persona y luego vayas a la Universidad y recojas a la señora y la traigas de regreso a casa- El me mira con los ojos achinados.

- ¿Pasa algo Jackson? -

-Es que no creo que la señora quiera venir-

-Si lo hará, Maia lleva preguntando por ella. Cuando la hayas recogido me llamas y me pones a mi hija y yo le diré a ella lo que debe hacer. Se lo dejaremos todo a mi hija-

-Bien señor- Con eso se marcha.

A las cuatro de la tarde Jackson me comunica con mi hija a la cual le explico mi plan y ella gustosa accede. El plan será ir por Rose, Maia a convencerá de que la lleve a comer helado a su heladería favorita de ahí yo me aparezco donde mi querida esposa no podrá escapar ya que mi hija se pondrá a llorar si ella se va. Cuarenta minutos más tarde mi chofer, guardaespaldas y ahora amigo me avisa que están recogiendo a Rose. Apago mi portátil y me marcho con camino a la heladería. Cuando llego las veo en la terraza sonriendo, pero mi adorada esposa se ve como un fantasma, pálida, ojerosa, más delgada y si ese brillo. Hoy volverá a recobrar su luz porque me prometí hacerla feliz siempre.

Salgo del auto con toda seguridad, entro al local camino por el salón a la distancia localizo la terraza donde mis chicas están disfrutando de sus helados, se ven preciosas.

-Buenas tardes mis ballas damas- Las risas cesan y la cara de Rose se vuelve neutra, lo más seguro para no alterar a nuestra hija. Beso en la cabeza a Maia y me siento junto a mi esposa a la cual beso en la mejilla ya que no me devuelve la mirada. Una de las chicas que atienden en la heladería se acerca a nosotros.

-Señor Emerson es un gusto atenderle, ¿Gusta tomar algo? –

-Si señorita, lo mismo que la señora Emerson-

-Tu es un tricheur Emerson (Eres un tramposo Emerson)-

-No sé de lo que está hablando señora Emerson-

-Tu es tombé trop bas pour utiliser Maia pour me garder près de toi (Caíste demasiado bajo para usar a Maia para mantenerme cerca)- Ella vuelve a atacarme, habla en francés para dejar a Maia fuera de nuestra pequeña discusión.

-No entiendo lo que dices Roce- Se queja mi hija.

-Es algo que tu papá entiende, mi niña-

-Épouse bien-aimée à la guerre et en amour tout est juste (Amada esposa en la guerra y en el amor todo se vale) – Le sonrío.

Paso mi mano izquierda por detrás de su cuello y lo jalo con un poco de fuerza para besarla en la boca, el principio trata de vitarme, pero al pasar mi lengua sobre sus labios es como una llave en el llavín ella abre su boca dándole permiso a mi lengua para jugar con la suya y un gemido sale de su garganta, mi amor ni te imaginas lo que te espera hoy en nuestra habitación.

- ¡Iugh...! ¡Que asco! ¿Pueden hacer eso cuando yo no este viendo? – La volvemos a ver y sus facciones es como si se hubiese comido un limón.

Dieciocho meses después

Miro por la ventana de nuestra habitación mi esposa juega con Maia se ven tan felices, pero siento que nos falta algo, sé que Rose ve a Maia como a su hija y poco a poco Maia ha ido viendo a Rose como su madre de hecho ya varias veces se le ha escapado esa palabra y no soy siego he visto como eso le afecta a mi esposa, pero no sé como eso, todos estos meses he tratado de hablar con ella y buscar otros médicos para ver su estado, si su estelaridad es algo que se pueda revertir pero ha sido un tema muy difícil de tratar con ella.

Busco entre su closet el vestido que quiero que use esta noche, hoy celebraremos nuestro cuarto aniversario, sin embargo, algo llama mi atención saco el pequeño sobre, lo abro encontrándome un blíster de pastillas, no hay que ser muy inteligente para saber para que son treinta pastillas, numeradas por día, lo que no entiendo es para que las quiere Rose, sé que algunas mujeres las toman para regular su periodo, pero no hay persona más regular que ella a su periodo menstrual se refiere. ¿Me ha engañado todo este tiempo? ¿Habrá alguna razón particular en esto? Lo vamos a probar. Tomo las pastillas desasiéndome de ellas en el inodoro, no obstante, dejaré el sobre para que no sospeche. Tendré que mantenerla ocupada para que no piense en la puta pastilla. No es que este sin hacer nada esta en lo últimos trabajos para poder graduarse, así que eso también jugará a mi favor. Continuo en la búsqueda del vestido que deseo use hoy para nuestra cena de aniversario, por suerte es viernes y he logrado que Grace y Rachel se lleven a Maia, el fin de semana será para nosotros dos espero que nuestra celebración se extienda hasta el regreso de Maia el domingo por la noche.

Mi madre y Rachel llegan por Maia un rato después de haber llegado de la escuela, Rose y yo nos dirigimos a vestirnos, para empezar este fin de semana de aniversario. Tomo su mano para emprender nuestra aventura.

- ¿Preparada para no dormir todo el fin de semana, señora Emerson? -

Ella me mira con deseo y preocupación, sin embargo, no dice nada solamente me brinda una sonrisa tensa.