Un par de chicas miraban desconcertadas a una bella jovencita pelinegra.

Milk, ¿en verdad es por ello que quieres volver?, dijo Dieciocho mirando preocupada a la pelinegra.

Si, dijo Milk.

Bueno, ya que tu padre ya mando a alguien por ti está bien solo te voy a pedir algo, dijo la rubia.

¿Dime?, respondió Milk.

No le niegues la oportunidad a tu corazón de conocer el amor de manera real, dijo Dieciocho.

Si Milk, Dieciocho tiene razón, no te aferres a algo que no existe porque aunque no quieras decírnoslo yo estoy segura que tú quieres volver porque te sientes incomoda con tanto chico que se te acerca pero es normal eres linda, ellos solo buscan una oportunidad contigo creo que Dieciocho tiene razón aferrándote a alguien que solo estás en tu imaginación solo te harás daño, dijo Bulma.

¿No comprendo porque dicen eso?, dijo Milk confundida.

Porque hemos notado que el viaje no sirvió de nada, sigues poniéndole barreras a los jóvenes que intentan acercarse a ti con la intención de tener un romance y ello es porque sigues buscando a ese chico con el sueñas, a ese chico que solo vive en tus sueños, Milk es momento de que te des la oportunidad de tratar a chicos reales no te obsesiones con alguien que no existe porque con el tiempo podría hacerte daño, respondió Dieciocho con nostalgia mientras la peli azul asentía.

La pelinegra solo bajo la mirada y no contesto nada, después de unos minutos el chofer enviado por su padre paso por ella.

Milk se despidió de sus amigas y abordo el auto al tiempo que un grupo de jóvenes llegaban junto a la rubia y la peli azul.

¿No han visto a Milk?, dijo Broly.

Acaba de volver a su casa, respondió Bulma con calma.

¿Qué?, ¿cómo que volvió a su casa?, dijo Freezer.

Pues así es volvió a su casa, dijo Dieciocho.

Pero, ¿por qué?, pregunto Cell.

Parece que alguien la incomodo, dijo Bulma mirando disimuladamente al joven cabello de flama.

¿Quién de ustedes gusanos incomodo a esa adorable niña?, dijo Vegueta con molestia mientras los demás jovencitos se miraron entre sí.

Horas después: "Paoz"

El ruido de un auto hizo que un apuesto jovencito que estaba sobre una cama se pusiera inmediatamente de pie y se dirigiera al balcón de la habitación en la que se encontraba.

¡Milk¡ dijo Gokú feliz al ver a su amada bajar de un auto y a la velocidad de un rayo fue a darle el encuentro.

Milk, mi niña bella, dijo Gokú abrazándola haciendo que la pelinegra sintiera que algo la apretaba sin entender que era.

¿Qué me está pasando?, decía Milk tratando de mover sus brazos sin lograr su objetivo.

¡Te extrañe¡ ¡te extrañe muchísimo¡ decía Gokú dándole pequeños besos en el rostro a la jovencita que hicieron que esta empezara a tornarse pálida debido a que no entendía porque sentía cosas tan extrañas.

¡Papá¡ fue lo último que dijo la pelinegra al ver a su padre acercarse hacia el lugar donde ella estaba antes de que ella se desmayara.

¡Milk, mi niña¡ dijo Gokú desconcertado arrodillándose junto a ella para tratar de tomarla en sus brazos pero al ver llegar al padre de la jovencita solo decidió quedarse junto a ella sin hacer nada para no complicar más las cosas en ese momento.

¡Hija¡ ¡hija¡ ¿Qué te sucede?, dijo el señor Ox tomando a la pelinegra en sus brazos.

¿Qué le paso a la niña?, dijo una de las empleadas que al escuchar a su patrón salió al jardín.

Llama al médico de la familia, no comprendo que le paso a mi hija, dijo el señor Ox mirando al chofer.

Yo tampoco señor, la niña estaba bien, dijo desconcertado y a la vez preocupado el chofer.

Fue mi culpa por mi imprudencia se desmayó, debí ser más prudente, más prudente, decía Gokú con nostalgia mientras caminaba tras el gigantesco hombre.

Minutos después:

Un hombre de mandil blanco se encontraba en la habitación de la pelinegra junto al padre de esta y al apuesto jovencito de cabello alborotado.

Los signos vitales de su hija están normales, creo que solo sufrió una crisis nerviosa, por el momento la sede para que descanse ya que lo que me dijo me dejo preocupado, ella estaba un tanto alterada cuando me comentaba lo que había experimentado por ello decidí sedarla, dijo el médico.

¿Qué le dijo mi hija?, dijo el señor Ox intrigado.

Que no es la primera vez que siente que alguien está junto a ella, que se acerca a ella, que besa su mejilla, dijo el médico.

¿Qué?, dijo el señor Ox preocupado.

Puede que sea solo una alucinación de su hija debido a su juventud pero también puede tratarse de un problema psicológico, respondió el médico.

No, no lo creo, mi hija es una niña muy sana, de seguro ha de estar tensionada por algo, dijo el señor Ox.

Si tal vez, de igual manera este muy pendiente de ella, de su conducta, le dejare algunas vitaminas para que las tome, ella le ayudara a mantenerse relajada, respondió el médico.

Está bien, ¡gracias¡ lo acompaño a la salida, dijo el señor Ox mientras salía con el médico de la habitación dejando solos al par de pelinegros.

Mi niña, soy un idiota, solo te hice daño por mi imprudencia ahora piensas que andas mal de la cabeza y eso no es así, creo que por el momento no podré llevarte a la laguna ni escribirte en la arena que existo porque te confundiría más, decía Gokú mientras miraba con nostalgia a la pelinegra.

Horas después:

Un gigantesco hombre hablaba con su bella hija pelinegra.

No, no te preocupes papito, solo debo estar tensionada, no sé porque le dije al médico esas barbaridades, dijo Milk con nostalgia.

Por la tensión hija, por ello, sabes creo que deberías salir más con tus amigas, darte la oportunidad de tratar a chicos como tú, decía el señor Ox.

Tratar a chicos, decía Gokú con nostalgia.

Si papá, seguiré tus consejos, creo que necesito distraerme más, respondió Milk.

Así es hija, dijo el señor Ox.

Luego de la plática del señor Ox con la pelinegra este salió de la habitación dejando solos a los pelinegros.

No te vayas a enamorar de ningún otro mi niña, por favor no lo hagas, decía Gokú con lágrimas en los ojos intentando tomar las manos de la pelinegra pero justo cuando iba a cumplir su objetivo el mismo desistió de ello pues no quería causarle más daño en ese momento pero lo que él no noto era que una de las lágrimas que había derramado mojo la mano de la pelinegra antes de que él se alejara de ella y fuera hacia el balcón.

¿Qué?, creo que estoy enloqueciendo, lo mejor será seguir los consejos de mi padre y de las chicas, dijo Milk confundida mirando la gota que había humedecido su sabana.

Al día siguiente:

Una bella jovencita pelinegra iba a sus clases en la universidad mientras un apuesto fantasmita la miraba desde el balcón de la habitación que ambos compartían.

A partir de hoy no iré contigo, creo que es lo mejor, no quiero atormentarte más por el momento, solo me limitare a aparecer en tus sueños, decía Gokú con nostalgia mientras veía a la pelinegra subir a un auto.

Horas después: "Universidad"

La pelinegra se encontraba dentro de su aula guardando sus cosas cuando sintió que alguien llego junto a ella.

Qué bueno que te encuentro, escucho la pelinegra levantando su rostro.

¡Hola¡ ¿qué te trae por aquí?, dijo Milk con amabilidad.

Tú, respondió Vegueta.

¿Yo?, dijo Milk intrigada.

Si tú, ayer te fuiste del paseo y no me permitiste conocerte más, decía el joven de cabello de flama.

Es que tenía algunos pendientes, mintió la pelinegra.

Comprendo, como te dije en el paseo me gustaría conocerte más, quisiera ser tu amigo, ¿me lo permitirías?, dijo Vegueta con calma mirando a la pelinegra.

¿Ser mi amigo?, dijo Milk confundida.

Si, bueno por ahora, respondió Vegueta en voz baja mientras unos recuerdos vinieron a la mente de la pelinegra.

-.Recuerdo.-

Tres chicas se encontraban platicando fuera de una casa.

No le niegues la oportunidad a tu corazón de manera amar de manera real, dijo Dieciocho.

Si Milk, Dieciocho tiene razón, no te aferres a algo que no existe porque aunque no quieras decírnoslo yo estoy segura que tú quieres volver porque te sientes incomoda con tanto chico que se te acerca pero es normal eres linda, ellos solo buscan una oportunidad contigo creo que Dieciocho tiene razón aferrándote a alguien que solo estás en tu imaginación solo te harás daño, dijo Bulma.

¿No comprendo porque dicen eso?, pregunto Milk confundida.

Porque hemos notado que el viaje no sirvió de nada, sigues poniéndole barreras a los jóvenes que intentan acercarse a ti con la intención de tener un romance y ello es porque sigues buscando a ese chico con el sueñas, a ese chico que solo vive en tus sueños, Milk es momento de que te des la oportunidad de tratar a chicos reales no te obsesiones con alguien que no existe porque con el tiempo podría hacerte daño, dijo Dieciocho con nostalgia mientras la peli azul asentía.

-.-

Un gigantesco hombre hablaba con su bella hija pelinegra dentro de la habitación de esta.

No, no te preocupes papito, solo debo estar tensionada, no sé porque le dije al médico esas barbaridades, dijo Milk con nostalgia.

Por la tensión hija, por ello, sabes creo que deberías salir más con tus amigas, darte la oportunidad de tratar a chicos como tú, decía el señor Ox.

-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-

¿Qué dices hermosa aceptas mi amistad?, decía Vegueta estirando su mano.

Si, dijo Milk con firmeza tomando la mano del joven cabello de flama.

Entonces te invito algo en el cafetín para festejar el inicio de nuestra amistad, dijo Vegueta.

Está bien, respondió Milk mientras el joven cabello de flama sonreía.

Mientras tanto: "Montaña Paoz"

Un apuesto jovencito de cabello alborotado se encontraba sentado frente a una laguna arrojando pequeñas piedritas a esta mientras pensaba: ¿Y ahora que hare?, ¿Qué hare para poder hacer que mi niña sepa que existo?.

El pensamiento del apuesto fantasmita fue interrumpido por la presencia de alguien que el bien conocía.

¡Cirys¡ dijo Gokú poniéndose de pie para seguir a la peli roja.

El joven de cabello alborotado camino tras la peli roja sin que esta sintiera su presencia, luego de varios minutos de caminata ambos entraron al lugar donde su cuerpo reposaba.

Ese soy yo, dijo Gokú con nostalgia al ver su cuerpo inerte.

Aquí me tienes amor, cumpliendo la promesa que te hice, ayer no pude venir pero hoy me tienes aquí para cuidar tu belleza como lo he hecho durante todos estos años, decía Cirys mientras el joven de cabello alborotado la miraba con molestia.

Universidad:

Un par de jóvenes bebían unos refrescos mientras platicaban para conocerse más.

Vaya nunca imagine que con tu padre el mío cerro ese último negocio, decía Milk sonriendo.

Pues ahora lo sabes hermosa y créeme que ese negocio les dejara muy buenas ganancias a ambos, respondió Vegueta.

Qué bueno, dijo Milk sonriendo.

Milk, puedo preguntarte algo, dijo Vegueta.

Claro, dijo Milk.

¿Tienes novio?, pregunto Vegueta aunque ya sabía la respuesta.

¿Qué?, dijo Milk.

Es que no quisiera tener problemas con nadie, dijo Vegueta sonriendo.

No, no lo tengo, respondió Milk con calma.

Como es posible que una niña tan hermosa como tu este sin novio, dijo Vegueta sonriendo.

Pues ya vez es posible, dijo Milk sonriendo.

Me alegra saber que no tengo obstáculos para acercarme a ti entonces, respondió Vegueta mirando fijamente a la pelinegra.

¿Qué?, dijo Milk.

Me pareces una chica muy hermosa, me gustas, sé que lo primero es ser amigos, pero quiero que sepas que me gustas y mucho, por ello aprovechare esta amistad para cortejarte, yo soy una persona muy sincera, no me gusta andar escondiendo las cosas por ello te lo digo, dijo Vegueta.

No sé qué decirte, respondió Milk nerviosa.

Por ahora nada hermosa solo te pido que me dejes conquistarte, yo haré lo demás, dijo Vegueta tomando las manos de la pelinegra.

Creo que ya debo volver a mi aula, dijo Milk soltándose del agarre del joven de cabello de flama al tiempo que se ponía de pie.

Está bien te acompaño, no era mi intención incomodarte, dijo Vegueta con calma.

No estoy incomoda solo sorprendida, no esperaba algo así, es todo, respondió Milk con calma.

Entonces, ¿seguimos siendo amigos o ya no quieres que lo sigamos siendo?, dijo Vegueta con temor.

Sigamos siendo amigos, dijo Milk con una cálida sonrisa mientras pensaba: No puedo estar huyendo de todo aquel que me habla de amor por pensar que algún día encontrare al chico que aparece en mis sueños, por siempre estar pensando en él.