Al siguiente día mis doncellas me despertaron, yo como siempre me quejaba pero al final tuve que abrir los ojos.

Me paré de malas y bostecé. Había hermosos vestidos esperando por mi, pero ninguno me llamaba la atención, ninguno era de mi estilo. Suspiré. Extrañaba casa, los reconfortantes abrazos de Aspen, la charla de May, papá y su forma de ser, Gerad y su balón. Incluso extrañaba los regaños de mamá.

Pero ahora estaba aquí, en el Palacio, con una vida que no era para mí. Luchando por alguien que no sabía si quería. Y para agregar problemas estaba Aspen.

Me puse el vestido que a mis doncellas les gustaba más, no era el más cómodo pero no estaba mal. Y era azul.

Era hora del desayuno, y tenía un hambre voraz. Me encontré con la encantadora Marlee. Y nos enfrascamos en una charla sin importancia. Pese a mis quejidos (y los de mi estómago) todas tuvimos que esperar a Celeste.

Todo porque su maquillaje no estaba listo. Sinceramente no entendía la necesidad de muchas chicas de cubrir cada centímetro de su cara con maquillaje. A mí me gustaba usarlo, pero solo un poco.

Entramos al gran comedor, donde el rey y la reina nos esperaban, hicimos una reverencia. Me impresionaba la forma que tenía la reina para lucir siempre lista. Y también me impresionaba como soportaba al rey Clarkson.

Faltaba Maxon y sinceramente no estaba dispuesta a esperarlo, afortunadamente Silvia nos anunció que él no vendría a tomar el desayuno con nosotros, pero al final hizo un comentario peculiar:

—Y... Maxon precisa la presencia de Marlee Tames, America Singer y Celeste Newsome para dar un pequeño paseo por el jardín, espérenlo después del desayuno.

Me sentí aliviada pues eso significaba que me perdería las clases de geografía que Silvia daría al terminar el desayuno, pero no entendía por qué Maxon nos quería ahí a las tres juntas, y no me apetecía mucho el hecho de estar con Celeste y Maxon al mismo tiempo. Bueno, en realidad nunca me apetecía estar con Celeste en ningún lugar ni momento. Me tendría que resignar.

El desayuno era exquisito y me concentré únicamente en disfrutarlo, pese a las miradas fulminantes del rey y de Celeste. Luego les pondría atención, en ese momento estaba disfrutando un omelette de queso con algo verdoso que no sabía que era pero estaba muy bueno.

Al finalizar el desayuno las tres nos dirigimos al jardín, Celeste tenía cara de pocos amigos. Y pronto comenzó a decir tonterías ofensivas.

—Oigan pobretonas, creo que el príncipe se equivocó al ponerlas como seleccionadas, debería haberlas puesto como unas sucias sirvientas. Pero creo que ni para eso sirven—. Ambas ignoramos su comentario. Y en lo personal no tenía ánimos de meterme en líos por culpa de ella.

—Marlee, ¿con cuantos te acostaste para terminar aquí?—. Dijo Celeste de forma ofensiva. Al ver que nadie hacia caso empezó a molestarme.

—Sabes America, seguro Maxon necesita hablar contigo para correrte, vio que eras demasiado fea—. Ya llevábamos un poco más de cinco minutos esperando por Maxon y escuchando las horribles frases que Celeste decía.

—Si me hace el favor de ir a empacar sus cosas, Lady Celeste, ya escuché suficiente—. Dijo Maxon saliendo de una pequeña puerta.

—Tú... ¿escuchaste?—. Balbuceó Celeste asustada.

—Claro, ¿le dije que tengo buen oído?, ahora retírese—. Celeste comenzó a gritar histérica y salió corriendo del lugar.

—Lamento tanto lo que les pudo haber dicho Celeste—. Se disculpó Maxon, me miraba atentamente y asentí suavemente, perdonándolo.

—Bueno, me reconforta saber que ya no la veré más—. Sonrió Marlee y juntos nos encaminamos al jardín.

Bueno este es el primer capítulo que he editado, y ustedes se podrán dar cuenta de que el capítulo está editado cuando tenga dos palomitas. Así:
✔️Chuchito y chuchita✔️