Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 29

ANNA

Los nervios comenzaron a apoderarse de mí una vez más mientras esperaba ansiosa en la sala de música con las demás chicas. Durante la hora que me dio el príncipe de plazo, tomamos un merecido descanso, aprovechamos para merendar algo y charlar un poco. Descubrí que había chicas muy lindas además de Lara y también bastante serviciales y buenas personas, pero ni con todo eso podía olvidar las palabras de Nathan, le debía un favor, ¿pero que podría ser?

De pronto tocaron a la puerta y tras ella dos chicos menudos de unos veinte años trataban de entrar torpemente con un enorme piano en las manos.

-¡Llegó el piano! –exclama una de las chicas.

Fui hasta la puerta para ver si veía al príncipe, pero no estaba por ningún lado, así es que, decepcionada, entré y observé mientras todas desempacaban el enorme artefacto.

-¿Qué?...pero pensé que era más pequeño –exclamo sorprendida –es idéntico al que tenemos.

-En apariencia, solo por fuera querida –trata de explicarme mi asistente, pero sigo sin dar crédito a lo que veía.

-Y cómo es que…. –pienso en voz alta – ¡maldito mentiroso!

-Oye…shhhh… ¿Por qué gritas? –dice Jennifer en un susurro acercándose a toda prisa.

-Dime una cosa, ¿le explicaste al príncipe lo que necesitábamos exactamente? –pregunto contrariada.

-Claro, el príncipe sabe perfectamente lo que es un piano Bösendorfer, es parte de la educación que recibió durante toda su vida.

-¡Lo mato! –grito y lanzo una patada al aire.

-¿Qué es lo que está pasando? –pregunta asombrada por mi reacción.

-Se aprovechó de mi ignorancia para hacer que le debiera un favor.

-¿Y? ¿No consiguió el piano?

-Sí, pero yo pensé que era algo oculto y que nadie podía enterarse entonces me hizo creer que lo trasladaría por la sa….. –hablo y me detengo de golpe –no es nada, olvídalo.

-Pero Elizabeth…..

-Mejor vamos a ensayar que ya hemos perdido tiempo de más –la interrumpo y me dirijo hacia el ya listo piano Bösendorfer.

Pensé que sería más difícil aprender a usarlo, pero fue todo lo contrario y después de cinco horas de ensayo ya estábamos preparadas para el recital. Comenzaba a oscurecer cuando abandonamos la gran sala. Estaba muy cansada y aún estaba por venir lo peor. Me dirigí hasta mi cuarto y tomé una ducha caliente en lo que Jennifer escogía el atuendo de la noche.

Al salir me quedé estupefacta con el maravilloso vestido que había elegido. Era de un color rojo vino que dejaría a cualquiera sin aliento, su falda se extendía hasta el suelo con una sugerente abertura en ambos lados, mostrando ambos muslos en todo su esplendor. El escote era bastante pronunciado y no dejaba nada a la imaginación y la tela, era seda muy fina. Simplemente perfecto.

-Jennifer, ¿de dónde has sacado esta belleza? –pregunto sin despegar los ojos de la cama dónde reposaba.

-Eso no es importante, lo que tienes que tener claro es que Camille va con todas, y la ropa es su especialidad, sabe muy bien como dejar al príncipe sin aliento, pero para su mala suerte, el tuyo es para dar un infarto –me cuenta y nos reímos juntas.

-¿Y cómo sabes que el mío es mejor? –pregunto extrañada.

-Bueno, le di una ojeada a su cuarto –dice y se tapa la boca par no reírse.

De pronto alguien toca la puerta y cuando mi nueva cómplice abre, entra Marla con todo un equipo de personas.

-¿Lista niña? –pregunta con una sonrisa pícara y asiento –Entonces que comience la función.

Rápidamente, todos me rodearon y comenzaron su trabajo. Primero me soltaron el cabello y lo secaron un potente secador, hablaron entre ellos y decidieron ponerme unas extensiones para darle más volumen y en lo que una de las chicas del combo de la transformación lo ondulaba con unas tenazas, Marla comenzó con el maquillaje, utilizó tonos oscuros que combinaban con el impresionante atuendo y pintó mis labios de mate en tono marrón. Cuando decidieron que estaba lista, Marla despachó a todo el equipo y me ayudó a colocarme el vestido y los zapatos de tacón alto lleno de tiras y brillantes.

-¡Qué hermosa te vez! –exclama mi asistente personal y mi amiga –simplemente perfecta.

-No –la interrumpe Marla –aún no, falta esto.

De entre las muchas cosas que trajo sacó una cajita negra y la abrió, dejando al descubierto un anillo de diamantes, un collar y unos aretes a juego.

-¡Por dios! –exclamo al verlos.

-Es un regalo del príncipe –me suelta y abro los ojos como platos.

-¡Qué!

Marla tomó los accesorios con cuidado y los colocó en mi dedo, mi cuello y mis orejas y exclamó:

-¡Ahora si estás perfecta!

Cuando vi mi reflejo en el espejo no podía creerlo, parecía otra persona. Nada de lo que me habían puesto convinaba con mi personalidad, pero no podía negar que habían hecho un trabajo increíble porque pese a mis negaciones y reclamos me gustó bastante el cambio.

-Niña no toques un centímetro de tu cuerpo –me ordena y me quedo inmóvil –cuando bajes las escaleras te quiero así.

Asentí con la cabeza aguantando el aire en mis pulmones y cuando lo vi cerrar la puerta lo solté como si hubiese estado a punto de asfixiarme.

-¿Lista? –pregunta mi asistente mientras se pone en pie.

-¡Lista!

-Ah lo olvidaba, hoy habrá eliminación masiva –me cuenta –según escuché toda aquella chica que reciba una tiara estará a salvo.

-Valla, que nervios.

Mi cuerpo estaba tenso, no solo por el recital, sino también por lo que acababa de decirme. Me reocupaba ser expulsada, pero lo peor era que hacía solo unos meses quería quedar fuera.

¿Qué estaba pasando conmigo?

Mi asistente personal acababa de dejarme sola en el pasillo, necesitaba darse una ducha y yo debía comenzar a preparar todo para el recital. Con mucho cuidado de no caerme llegué hasta la enorme escalera, y al darse cuenta, los camarógrafos y fotógrafos me enfocaron dejándome casi ciega con los flashes. De pronto una mano tomó la mía y evitó que me tropezara.

-¡Su alteza! –dije y me incliné ante él a la vista de todos.

-Estás preciosa –dice mirándome a los ojos –no puedo expresarlo con palabras.

-Gracias su alteza, es un honor –soy todo lo cordial que puedo.

-Veo que aceptaste mi regalo –me cuenta al tiempo que comenzamos a bajar los escalones.

-No tenías por qué haberte molestado.

-Recuerda que me debes un favor –me suelta y me viene a la cabeza el engaño por el cual consiguió ese favor y la ira me regresa.

-Eres un tramposo –le digo sonriendo para que nadie note la pequeña riña.

-¡¿Perdón?!

-Me hiciste creer que el piano era más pequeño y además que lo traerías por la entrada secreta.

-Shhh, no tengo la culpa de que fueras ignorante tratándose de esas cosas –la ira se hizo más intensa y apreté su mano tan fuerte que soltó la mía de un tirón.

Estuve a punto de decirle muchas cosas, pero en ese momento se apareció Camille ataviada en un vestido negro hasta los tobillos, con un escote bastante marcado. Al verla entendí por qué Jennifer había escogido mi vestido y a juzgar por su reacción se notaba que estaba demasiado incómoda con eso.

-¿Eres la niña del recital, cierto? –pregunta en un tono despectivo.

-Sí –le confirmo con una sonrisa fingida.

-Espero que hagas un buen trabajo hoy, no me gustaría que te eliminaran –esboza una sonrisa malévola y se retira.

¡Idiota! –pensé.

El príncipe fue tras ella como era de esperar, dejándome sola en medio de la multitud, cosa que me hizo odiarlo aún más, así es que para liberar estrés me dirigí hasta el back stage. Al verme todas soltaron gemido de satisfacción. Jennifer que ya estaba dirigiendo a todas, vino hacia mí con cara de pocos amigos.

-¿Dónde estabas? –pregunta –Casi me vuelvo loca buscándote.

-Con el príncipe, ¿qué pasa?

-Entran en 5 minutos –se escucha una voz al fondo y mi cuerpo se paraliza.

-¡De eso hablaba!

Jueves 6 de agosto

¿Qué les pareció el capítulo de hoy?

¿Les ha gustado?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro