CAPÍTULO 25
NATHAN
Dicen que a veces no recordamos lo que soñamos, que solo podemos saber si el sueño fue bueno o malo, pero que en la mayoría de los casos se desvanece casi por completo su contenido, aunque por alguna extraña razón todo había quedado grabado en mi memoria como si realmente hubiera sucedido.
¿Habrá sido real?
Tenía que descubrirlo y salir de la duda, así es que tomé un baño rápido y me dirigí a toda prisa al cuarto de Elizabeth. Aún era muy temprano, faltaba una hora para el desayuno y como supuse todavía permanecía dormida.
Abrí la puerta con cuidado y entré a hurtadillas sin hacer el menor ruido. Verla así era demasiado tentador como para quedarse solo observando, llevaba un camisón negro de seda que dejaba entrever unas piernas de infarto, y su cabello estaba recogido en una trenza muy sensual de la cual algunos mechones rebeldes escapaban.
Sentí la tentación de despertarla con un beso, pero me detuve y solo me limité a sentarme en el borde de la cama. El movimiento fue un poco brusco e hizo que se despertara, sus ojos se abrieron poco a poco y al advertir mi presidencia dio un respingo sentándose en la cama con una velocidad increíble.
-¿Qué haces aquí? -pregunta llevándose la mano al pecho -¿Me quieres matar de un infarto?
-Vine a hacerte una pregunta -digo y pienso la manera de hacerlo sin decir exactamente lo que sucedió.
-¿Y no podías esperar al desayuno?
-No quiero que tengas más problemas con mi madre.
-Está bien, pero al menos toca la puerta -dice apuntando a la misma - ¿entones?
-¿Entonces qué? -por un momento sus ojos me trasladaron hacia un limbo temporal.
-La pregunta.... -me recuerda y me mira receptiva -Nathan estas muy extraño últimamente.
¡Maldita sea!
-¿Fuiste a mi cuarto anoche? -pregunto al fin y se sorprende.
-¡¿Perdón?!
-¡Olvídalo! -exclamo y me levanto dispuesto a marcharme avergonzado por semejante papelón.
-¡Espera! -me detiene y volteo para mirarla.
-¿Por qué crees que fui a tu cuarto anoche?
-Es que yo...bueno....tuve un sueño y creí que había sido real -le suelto y yo mismo me sorprendo.
Al escuchar aquello, Elizabeth pone los ojos como platos y me lanza una mirada de asesina en serie. Cada vez que abría la boca solo decía estupideces, ¿qué estaba pasando conmigo hoy?
-¿Soñaste conmigo?
-Soñé que llamabas a mi puerta y querías preguntarme algo pero al final nunca supe que era -miento.
-Ahhh..
-¿Acaso estabas pensando algo indecente? -mi pregunta la sorprende y se levanta del colchón ofendida.
-¡Claro que no! -habla más alto de lo normal -y ya desaparece de aquí antes de que me metas en problemas.
Su altura y la mía no encajaban, su cabeza me llegaba por los hombros y cada vez que se enfadaba y quería reclamarme algo se ponía en puntitas como si eso consiguiera aumentar su tamaño y su ira.
-Solo te hago una pregunta y ya estas gritando como loca, haz el favor de ser más discreta.
Mi comentario solo consiguió acrecentar más su molestia y terminó por echarme de su habitación casi a empujones, cosa que más que en lugar de enfadarme solo me causó gracia y me alejé por el pasillo solo para que no continuara gritando y lograra enterar a todo el palacio.
Orgulloso de mi intromisión regresé con una sonrisa de oreja a oreja a mi cuarto para que nadie sospechara. Los pasillos aún se encontraban desiertos y eso hizo que pudiera caminar libremente sin tener que dar explicaciones de nada.
Al entrar en mi cuarto noté que la puerta no estaba completamente cerrada y eso me extrañó porque recordaba haberla cerrado completamente. Una sombra se trasladó desde el baño hacia mi escritorio y me puse en alerta, tomé una de las espadas que decoraban la habitación y con pies de plomo me dirigí al asalto.
¿Se habrían colado los rebeldes?
La sola idea me aterraba, imaginaba a mi familia amordazada o muerta y eso me encogió estómago. La sombra volvió a moverse consiguiendo que mis músculos se tensaran nuevamente y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Lo tenía a dos metros de distancia, no podía ver su cara porque además de que estaba de espaldas, tenía un pasamontañas negro y vestía una camisa ancha del mismo color con unos jeans muy apretados. Sigilosamente continué acercándome y cuando me disponía a agarrarlo por el cuello se volteó de repente. La persona que estaba frente a mí me dejó completamente sin palabras, al punto de que tuve que disimular el asombro que me casó verla.
-Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña -dice con una amplia sonrisa.
-¿Qué haces aquí Camille?
Viernes 24 de julio
¿Qué tal con el capítulo?
¿Que se traerá entre manos Camille?
La próxima actualización será el Lunes 3 de agosto
He decidido tomarme un descanso porque he tenido días muy agitados, disculpen y espero que me puedan entender.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro