CAPÍTULO 20
ANNA
Al llegar el amanecer del día siguiente todavía estaba consternada. No sabía que era peor, si el ataque de los nuevos rebeldes o el acercamiento de la otra noche con el príncipe, cualquiera de las dos era muy perturbadora.
Hoy me levanté más temprano que nunca, en el palacio iban a hacer varios arreglos y además se transmitiría el primer Illéa Capital Report de lo que han sido estos días en palacio y debíamos ensayar casi todo. Mi asistente, Jennifer me ayudó a prepararme como cada día, tomé una ducha y lucí uno de los vestidos diarios que albergaba mi enorme armario de ropa. Esta vez, me decanté por uno blanco bien atrevido, ni siquiera sé por qué lo hice, pero disfruté mucho escogerlo.
Al salir del cuarto y bajar la gran escalera, pude darme cuenta de que en la planta baja habían algunos trabajadores, unos trabajaban en el cableado, otros constituían una escena imitando el plató. Pasé entre ellos, sin ser advertida y fui directo a la sala de mujeres. Por suerte, había llegado antes que lo hiciera reina y sin hacer el menor ruido, me dirigí hacia mi lugar en la mesa. Angie aún no estaba en el lugar, cosa que agradecí porque no estaba lista para verla ni escucharla, Lara apenas comenzaba a entrar por la puerta y en cuanto me vio, me saludó con la mano y fue a mi encuentro.
-¿Te caíste de la cama? –pregunta sonriente mientras se sienta a mi lado.
-No dormí mucho la verdad –le cuento y su sonrisa desaparece.
-Me imagino que aún estás asustada por el ataque de ayer –dice y asiento –estábamos preparándonos para la primera clase de equitación cuando vimos al arquero disparar la flecha. Fue toda una locura, los caballos se asustaron y salieron disparados, todas salimos corriendo hacia los establos, y luego llegó el rey vestido de armadura y espada, como en las películas, a rescatarnos pero el hombre comenzó a temblar, y se desvaneció en el piso.
-¡Qué horrible!
En ese momento y para variar, se presentaron en el salón la reina, el rey y el príncipe. Todos con semblantes muy serios nos invitaron a sentarnos y a prestar atención a sus palabras.
-¡Buenos días señoritas! –exclama el rey desde la cabecera de la mesa –como ya deben saber, el día de ayer fuimos atacados por un grupo criminal que incita el desorden y el cual aún se mantiene bajo investigación de nuestros expertos. Para su seguridad y la del resto del palacio hoy se cambiará toda la cristalería de las ventanas del palacio por cristal blindado, a prueba de balas, flechas y cualquier otra arma mortal –toma agua y continúa –además se trasladará la cede del Illéa Capital Report hacia nuestro salón principal hasta hayamos podido erradicar por completo a los agresores.
-¡Mi rey! –interviene la reina –me gustaría decir unas palabras.
-Adelante.
-Además de las nuevas adecuaciones ya mencionadas por nuestro monarca también se le añadirán las siguientes: quedan prohibidas las clases de equitación por el momento y en su lugar tomarán clases de natación en la piscina interior de palacio, no se permite ningún tipo de visitas a partir de ahora y está de más decirles que no está permitida la salida de nadie ni siquiera al jardín.
-A partir de mañana –comienza a hablar el príncipe –se iniciará la reconstrucción de las habitaciones del pánico, así que calculo que para finales de esta semana o de la que viene tendremos simulacros para aprender de que modo se enfrentarán si sucede una situación como la de la otra vez. Para concluir, agradecer a la señorita Elizabeth Morrison el haberme salvado ayer, si no fuera por ella no estaría aquí.
Aquellas palabras me sorprendieron demasiado, los camarógrafos que como cada día nos acompañaban me enfocaron con sus cámaras dejándome un poco aturdida pero feliz de haber cumplido con mi deber.
Luego de la entretenida charla, desayunamos en total y absoluto silencio, esta vez para mi sorpresa fue el príncipe el primero que se retiró de la mesa y tras él, el rey.
-Chicas esperen a Gavril aquí para el ensayo preliminar mientras las alcanzo luego en el ensayo general –añade la soberana y se retira del lugar.
Minutos después, mientras las demás participantes conversaban animadamente apareció el presentador de moda con una amplia sonrisa y dispuesto a convertirnos en las estrellas de la noche. Cuando nos agrupó a todas nos explicó el orden del programa, aseguró que nuestra parte era sumamente sencilla y en pocos minutos de ensayo ya lo dominábamos todo a la perfección. Luego fuimos al gran salón donde nos esperaba la familia real, ensayamos nuevamente y nos felicitaron por nuestro esfuerzo.
¡Un día agotador!
El arreglo para el primer report se me hacía demasiado, los vestidos estaban un poco exagerados, pero de igual manera no había escapatoria. Jennifer trató de combinarlo lo más que pudo con el maquillaje y no le salió demasiado bien, así es que al final tuvo que llamar a Marla.
-Niña, estas despampánate –exclama entrando por la puerta de mi habitación con su carisma característico –pero ese maquillaje, ohh no, horrible.
El vestido era largo hasta rosar el piso, con un escote muy pronunciado y abierto en una pierna. Su color era lo que lo hacía lucir tan llamativo, rojo oscuro, le daba un toque de misterio y elegancia.
Marla me maquilló tan rápido que casi ni lo noté, en un abrir y cerrar de ojos delineo mis ojos, me aplicó sombra oscura y gris y rímel negro en las pestañas, y también pintó mis labios de rojo a juego con el vestido.
-Ahora sí estas perfecta –dice y se va a maquillar al resto.
-Señorita, el príncipe quedará impresionado con usted –dice mi asistente que no podía dejar de admirar el hermoso vestido.
-Entre tantas chicas, no lo creo.
-No se ha dado cuenta como la mira a usted –me suelta y me sonrojo.
-No.
-Pues debería, la mira como si fuese única en el mundo.
De pronto la puerta se abre dejando ver a una enfadada Angie tras ella.
-¡¿Cómo?!
Viernes 17 de Julio
¿Como les fue con el capítulo de hoy?
¿Les ha gustado?
¿Cuál será la reacción de Angie?
Descubre eso y mucho más en el próximo capítulo.
Próxima actualización Lunes 20 de julio
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