ANNA

No tenía sentido todo lo que estaba pasando, y fuera lo que fuera, me estaba molestando un montón. Se había atrevido a arrinconarme contra la pared una vez más y parecía que le encantaba hacerlo, pero lo peor fue que creí que me iba a besar pero lo que hizo fue dejarme ir. Cuando ya pensé que se había calmado invita a Angie a una cita y lo hace mirándome directamente a los ojos, estaba segura de que intentaba darme celos y lo estaba logrando.

Por si eso no fuera suficiente, tuve que soportar la euforia de la que había sido mi mejor amiga por años y aunque quería estar feliz porque su sueño se estaba haciendo realidad, no podía evitar los celos que me carcomían por dentro. ¿Será que me estaba enamorando? No, no lo podía permitir, estaba segura de que solo estaba molesta con él y lo estaba malinterpretando todo.

Ese día fue muy largo, acompañé Angie durante todo su proceso de preparación, desde los masajes hasta el vestuario y los maquillajes, ella se empeñó en que lo hiciera y no podía decirle que no.

Cuando se fue a su cita, me retiré hacia mi habitación. Traté de olvidar el asunto y tomar una ducha fría, pero por algún motivo que desconocía la idea de ellos dos juntos me taladraba en el cerebro y no me dejaba en paz, así es que llamé a Jennifer, necesitaba saber que estaba sucediendo en esa cita de cualquier manera.

-¡Sí, señorita! –exclama mientras cerraba la puerta a su paso – ¿Usted me llamó?

-¡Si Jennifer! –le confirmo –necesito un pequeño favor suyo.

-Usted dirá, estoy aquí para lo que necesite.

Pensé un poco antes de hablar, no estaba segura si lo que estaba a punto de decir sonaría muy decente o si rompería las reglas de alguna manera.

-Hay alguna manera de ver la cita del príncipe –le suelto y abre los ojos.

-Ehh…..señorita Elizabeth……yo….

-Por favor, se lo pido –le suplico y me mira con cara de lastima –te juro que nadie se enterará.

-Si alguien se entera me podrían expulsar de palacio –me cuenta afligida –es mucho riesgo.

-Yo te juro por mi abuela que en paz descanse que no se lo diré a nadie –la calmo y comienza a cambiar su cara de terror –ese será nuestro secreto.

-¡Está bien! –accede al fin – ¿tiene usted algún ordenador?

-Aquí está –le muestro y se sienta en el escritorio.

Jennifer abrió el ordenador con cuidado y comenzó a teclear sin cesar una numeración larguísima. Abrió y cerró muchas ventanas en la computadora y la pantalla se tornó oscura. Luego de unos minutos tecleando números sin cesar, al fin la cámara se abrió y entonces la imagen del jardín se vislumbró por completo.

-Esto es algo muy serio – me advierte.

-Ya lo sé, solo quiero ver la cita y ya está –le vuelvo a decir –por cierto.... ¿como lo hiciste?

-Todas las cámaras transmiten en directo hacia la sede central donde se ubica el set de Illéa Capital Report –empieza a decir –los editores trabajan por turnos y arreglan los videos para que estén listos para la transmisión, lo que hice fue hackear la señal de las cámaras y crer una señal de canal hacia aquí.

-¡Valla! –exclamo asombrada –estoy muy impresionada.

-Estudié seguridad informática en la universidad –me explica y comienzo a comprenderlo todo –tengo un doctorado.

-¡Tienes un doctorado y trabajas aquí! –digo casi gritando y me tapa la boca con la mano.

-Shhhh……, hable bajo –asiento y retira la mano de mi boca –la crisis económica señorita, es por eso que trabajo aquí por ahora.

Mientras discutíamos sobre el futuro brillante que estaba desperdiciando Jennifer, el príncipe, tras la pantalla del ordenador caminaba de un lado a otro observando unos lirios muy hermosos.

-¡Ahí viene la señorita Sophia! –exclama mi asistente consiguiendo que desviara mi atención hacia la pantalla.

Mientras Angie se pavoneaba para impresionar al príncipe yo quería matarla, el vestido estaba increíble y aunque me doliera admitirlo lucía hermosa. Nathan se la comía con la mirada, se notaba a leguas que se había impresionado mucho con su aspecto y ella no perdía oportunidad para insinuársele cada vez que podía. La conversación que habían entablado luego de que se sentaron en la mesa se me hacía muy aburrida, pero cuando mencionaron mi nombre y vi la cara de sorpresa del heredero al trono casi muero de la risa.

Jennifer me miraba desconcertada, como si estuviera loca, y técnicamente, lo estaba. Hacía una semana no me interesaba para nada estar en este lugar, y menos conocer a ese chico, pero ahora estaba hackeando las cámaras que grababan la cita porque me había puesto celosa.

-¡Ya se van! –exclama mi asistente –el príncipe se está poniendo de pie.

-Espera….. –digo y miro con detenimiento la imagen –¿pero y esta tonta que hace?

Angie se levantó y como vio que su oportunidad estaba a punto de alejarse se acercó y lo besó en los labios.

-¡¿Queeeeee?!

Estaba muy alterada, la imagen me había descolocado por completo. Angie le había dado un beso en la boca y él no había hecho absolutamente nada, se había quedado inmóvil y para colmo le había correspondido el beso.

-Ayyyy….. señorita –exclama Jennifer preocupada mientras me observaba caminar de un lado para el otro –tiene que calmarse y bajar la voz.

Cuando la vi tan desesperada entré en razón y detuve la marcha, fui a su encuentro y le pedí una disculpa. Ésta la aceptó y me obligó a guardar la calma alegando que estas cosas sucedían pero que no debía preocuparme tanto.

-Que no me preocupe pero….. pero……si ella……él –las palabras no me salían de la boca.

-Nunca pensé qué estaría tan enamorada –agrega ella y me sobresalto.

-¿Enamorada yo? –comienzo a entrar en razón –no, no solo estoy molesta.

-No estaría molesta si no le gustara, pero aún no está dispuesta a admitirlo.

No quería pensar en esa posibilidad, no podía haberme enamorado, era solo la molestia que sentía por nuestras discusiones. Mis planes de irme cuanto antes de esa Selección no podían cambiar, estaba en juego mi familia y eso era algo más que sagrado, era la razón de mi existencia.

Lunes 13 de julio

¿Qué tal con el capítulo de hoy?

¿Se pueden creer lo que hizo Anna? ¿Qué opinan de ello?

¿Cómo reaccionará Nathan cuando se entere?

¿Qué hará Anna para disimular su enfado?