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CAPÍTULO 15

Nathan

La cercanía de Elizabeth me tenía muy confundido, aun no podía sacarme de la cabeza ese beso y menos su reacción. No estaba acostumbrado al rechazo y el de ella me había dejado un muy mal sabor de boca. Ya estaba claro que lo que estaba comenzando a sentir era algo más que una amistad y eso hacía que me odiara a mí mismo, es por eso que quise averiguar por qué no podía sacármela de la cabeza.

-Claro que estoy nerviosa –responde a mi pregunta y sonrío -¿Tú crees que esto es un juego?

-¿Por qué no te atreves a decir que estas sintiendo algo por mí? –le suelto y se ríe a carcajadas.

-Tú si eres muy engreído…. ¿verdad?

De una manera u otra estaba dispuesto a averiguar la verdad y no había mejor forma de hacerlo que a las malas porque ya había descubierto que, con ella, el camino fácil era una ubicación desconocida para la sociedad.

-Está bien, si así lo crees –acepto su ofensa, me acerco a ella logrando incomodarla aún más y abro la puerta -¡Adelante!

Los camarógrafos que se encontraban aun rodando pequeñas entrevistas a algunas de las participantes nos enfocaron y dispuesto a todo me enfrenté a ellos.

-¡Señores! –comienzo a hablar para lograr captar la atención de todos –he decidido que hoy escogeré a una de las chicas para una cita.

Los fotógrafos comenzaron a hacer su trabajo y los camarógrafos estaban muy atentos de mi anuncio, y aunque estaba un poco nervioso, eso no me detuvo, dediqué una última mirada a Elizabeth que se encontraba al lado de dos chicas muy hermosas y supe que esa era mi oportunidad de hacerla enfadar.

-La cita será una cena en el jardín –continuo.

-¿Quién será la afortunada príncipe? –pregunta un reportero muy ansioso.

Miré a ambos lados, disimulé una sonrisa triunfal y sosteniéndole la mirada a mi seleccionada favorita dije:

-La señorita del vestido verde –dije sin preámbulos –disculpa que no recuerde tu nombre, pero es que no soy muy bueno aprendiéndolos, aunque confío que después de esta noche no lo olvidaré.

Se escucharon algunos silbidos y algunas risitas nerviosas, la cara de Elizabeth era indescriptible, al parecer conocía a la chica y no le había gustado nada que la eligiera. La muchacha primero puso cara de horror, pero luego no lo podía creer y se reía como loca.

¡Qué rayos hice!

Luego de haber hecho mi anuncio me retiré dejando a Elizabeth con la boca abierta y sin saber qué hacer, había logrado paralizarla, y eso me había hecho sentir muy bien. Fui directo hacia mis aposentos, cerré la puerta con cerrojo y me lancé sobre la cama. No había estado muy calmado en los últimos días, así es que aproveché el momento para reflexionar sobre lo que estaba haciendo y después de mucho pensarlo decidí que no me arrepentía de nada. Lo que estaba a punto de hacer serviría para aclarar mis sentimientos de una vez, no podía continuar confundido de esa manera. Las horas pasaron volando y cuando me vine a dar cuenta ya casi estaba oscureciendo, así es que me levanté de la muida cama y me dirigí hasta el baño donde terminé mi sesión de relajación con una tina de agua caliente que yo mismo me esforcé en preparar. Cuando salí, fui en toalla hasta los cajones de mi cuarto, escogí un bóxer negro y me lo puse mientras abría, con el mando a control remoto, el enorme armario. En él, habían decenas de trajes de gala, esmóquines perfectamente colocados en maniquís que decoraban el pasillo del cuarto de la ropa. Esa noche quería lucir bien guapo, así es que me decanté por una camisa negra con chaqueta y pantalones blancos de pliegues negros y pajarita blanca. Me peiné hacia atrás con un poco de volumen y me puse mi perfume favorito: Dior Sauvage de Christian Dior, según mi antigua institutriz, la señorita Seller, este perfume enloquece a las mujeres, creo que por eso se convirtió en mi preferido.

-¡Príncipe! –grita una voz masculina detrás de la puerta –¡todo esta listo!

Luego de hacerle saber con un ¨está bien¨ que le había escuchado se marchó y yo me quedé unos minutos mirando mi reflejo en el espejo. -¿Qué podría salir mal? –pensé, -Nada –me respondí a mí mismo.

Decidido y con todo perfectamente planificado salí por esa puerta a toda velocidad y en cuanto comencé a bajar los enormes escalones que daban al salón principal los camarógrafos y fotógrafos comenzaron a hacer su trabajo. Me siguieron como celebridad de cine hasta el jardín, donde todo estaba perfectamente organizado. Habían improvisado una mesa pequeña, solo para dos en medio de los lirios blancos y habían colocado sobre ella velas rojas y blancas a juego con la decoración de la vajilla. Como la chica no estaba aún en el lugar, y mientras esperaba, intenté evadir el asedio de las cámaras admirando los hermosos lirios que me rodeaban y que para mi suerte me concedían una enorme paz.

Después de diez minutos de espera comencé a impacientarme, odiaba esperar, y en este caso ya estaba siendo demasiado. En un ademan de volverme, la vi venir, llevaba un vestido rojo estilo antiguo, de mangas largas y escote pronunciado y le habían arreglado el cabello en unos tirabuzones que le rozaban la cintura, todo un espectáculo para mis ojos.

-Buenas noches príncipe Nathan –dice mientras hace la reverencia correspondiente.

-Buenas noches señorita…….

-Sophia….., Sophia Morrison –se presenta debidamente mientras sonríe.

-¿Morrison?

-Sí, conoces a Elizabeth ¿no? –trata de explicarme mientras yo asiento -¡Es mi hermana!

¡¿Qué!?

Pensé que eran amigas o algo por el estilo, pero ese royo de que eran hermanas ya no estaba siendo demasiado atractivo para mí.

-No se parecen mucho ustedes dos –fue lo primero que se me ocurrió.

-Emmm….no…..eso dicen.

No se me ocurrió nada más que decir y ya que la conversación improvisada estaba resultando y desastre total decidí invitarla a sentarse en la mesa.

-Le confieso que no esperaba su invitación –dice emocionada.

-Debo tener citas con todas ustedes –digo siendo un poco cortante –el orden no importa.

-Ah….claro –exclama decepcionada y yo suspiro.

Las cámaras  estaban prácticamente encima nuestro, esperando el más mínimo error para hacer de eso un escándalo y solo por eso me estaba tomando todo con mucha calma y elegancia.

Cenamos ensalada de verduras con carne y de postre pastel de tres leches, todo una delicia. La verdad, la hermana de Elizabeth era demasiado elocuente para mi gusto, pero me lo había ganado por dármelas de Sherlock Holmes e intentar averiguar acerca de mis sentimientos con este lo plan.

-Señorita ha sido un placer cenar con usted –digo con toda la ceremonia que puedo mientras me levanto de la mesa y ella hace lo mismo.

-¿Ya se va príncipe? –pregunta acercándose a mí.

-Sí, ya es tarde y mañana tengo otras obligaciones que me impiden llegar tarde.

La chica había estado a la expectativa de las cámaras toda la noche, me di cuenta antes, pero omití ese detalle a mí mismo para conservar mi paz interior.

-Déjeme darle el beso de buenas noches.

Sophia se acercó demasiado, tomó mi rostro entre sus manos y sin previo aviso me besó en los labios.

Viernes 10 de julio

Primeramente, disculpen el retraso del capítulo pero es que a última hora se me presentaron  problemas de conexión y hasta ahora los pude solucionar.

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Qué creen de él plan del príncipe?

¿Y la actitud de Angie?

¿Como reaccionará Anna cuando se entere de ese beso?

Próxima actualización Lunes 13 de julio

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