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La Seducción de Un Demonio


( Capítulo 1)

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Holis mi gente linda ♥️  ¿cómo andan? Espero que super 🙏

¿Otra historia Abby? ¿Y las que tienes? Me imagino sus caras 😅

No se apresuren! Jeje Este es solo un escrito que he hecho hace un largo tiempo atrás para la página de Es Sesshome quienes con mucho amor lo publicaron dándome su aliento 🫶.

Por aquel momento para quienes tuvieron la oportunidad de leerlo, gustó mucho y me pidieron una segunda parte la cual también será publicada a continuación de esta 👇 osea las dos al mismo tiempo.

La diferencia de esta primera parte es que es más larga que la segunda que se trata de solo un pequeño lemon para darle un final a este one-shot que se convirtió en Drabble a pedido de uno de los admis de la página ♥️.

Como dije es un tanto viejita pero quería colocarlo por aquí para quienes gusten guardarla en sus bibliotecas o compartila y puedan leerla cuando lo deseen 🙌

Sin más, los dejo con la lectura 📖 espero lo disfruten y hasta que logre actualizar uno de mis fics les dejo esto 🥰 les mando un fuerte abrazo de 🐻

PD: Agradecida por las bellísimas portadas que me realizaron los chicos de la Página Es Sesshome ♥️

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El demonio se estaba desesperando, su protegida llevaba tres días con un alto estado febril.
Ninguna sanadora, ninguna bruja, absolutamente nadie había logrado bajarle la temperatura corporal a la pequeña infante y ni que hablar del clima que era totalmente desfavorable, el frío y la nieve era intensa y eso dificultaba la llegada de más brujos del Sengoku al palacio.

__ ¿ Cómo se ecuentra Rin? __ preguntó, sin levantar su mirada a Jaken quien apenas ingresaba a su despacho.

__ A..amo bonito, la niña ha empeorado, ahora en su piel han aparecido manchas circulares en color rojo, todo el castillo se ecuentra enloquecido porque pueden sentir las dolencias de la pequeña Rin y ninguno de ellos sabe que hacer.__

__ Mataré a todos si no encuentran una cura para Rin__

Sesshomaru levanto su cabeza y clavó sus dorados en los ojos de su fiel sirviente, sabiendo que no era una amenaza y no una advertencia.

__ ¿ Qué es lo que quieres decirme Jaken? Habla de una vez ! Tu nerviosismo es detestable!
__

Se había percatando que su fiel mano derecha se econtraba más inquieto de lo normal.

__ Se... señor no quiero que se enoje, pero... __

El demonio solo arqueó una ceja esperando a que continuara.

__ La miko del híbrido.__

( El cadáver)

El platinado entrecerró sus ojos.
Jaken estaba agotado su ínfima paciencia con su extraño actuar.

__ Q.. quizás podría servir de ayuda...
He observado en varias ocasiones cuando Rin suele visitar la aldea humana.
La manera en que la muchacha se encarga de curar a los enfermos de una manera muy extraña.. quizás, ella podría ser de ayuda para Rin.
Además pude oler el peculiar aroma de la joven sacerdotisa y doy fe que ella aprecia a la pequeña Rin, nose el motivo pero lo hace. _ terminó, rogando a los kamis no ser cortado en dos por su sugerencia.

__ Con que no te refieres al cadáver, sino a la extraña Miko...

Afiló aún más su mirada de manera amenazadora y ladeo su rostro, Jaken solo asintió temerosamente.

¿ A caso, tú crees que Inuyasha le permitiría venir, hasta aquí?.__

__ Esa niña osada no obedece al hanyo, tampoco le teme , si usted se dirige hacía la aldea y cuenta lo sucedido con Rin, estoy seguro de que ella, vendría sin dudarlo.__

( Mi lady) Yako estaba emocionado.

__ Está bien, iré en busca de la extraña humana y si no encuentra una cura para Rin, morirás por haberme hecho traer a tan despreciable y apestosa mujer a mí castillo.__

( Sin con despreciable te refieres a deliciosamente perfecta, te perdono la insolencia...)

El ojidorado bufó por la bajo ante lo dicho por su bestia y observó como el cuerpo de Jaken se tensó, asintiendo ante lo dicho.

Muy a su pesar se pondría en marcha para ir en búsqueda de la tonta Miko.
El pequeño cuerpo de Rin había comenzado a oler raro y eso era una pauta de alarma para él, sabía que no era nada bueno su fiebre, debía traer a aquella despreciable mujer, haría todo por su cachorra incluso humillarse ante la atractiva sacerdotisa.
Y con ese pensamiento el demonio tomó sus espadas y se dispuso a marchar.

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El platinado había tardado un poco más de lo debido por la molesta nevada y había llegado a media noche a la aldea.
Rápidamente se percató que no se econtraba nadie, tampoco lograba sentir el peculiar aroma de ella, aparentemente todos dormían o al menos eso pensaba hasta que a lo lejos
pudo detectar el olor del Hanyo, asíque simplemente se encaminó por el medio del bosque hasta llegar al viejo pozo.

__ Tsk.. serán solo unos besos Kag, porfavor, como en los viejos tiempos. ___

__ Ya Basta Inuyasha! Detente!
Acabo de llegar y solo lo he hecho porque necesito abastecer a los aldeanos con medicamentos, abrigos, y demás cosas por el frío.

Debes recordar que hemos terminamos hace más de un año, aléjate, porfavor. __ suplicó, la azabache cansada del comportamiento hostil de su ex-amor y colocandole una bufanda roja en su cuello.

Ecuchó un gruñido proveniente de Inuyasha que miraba hacía atrás de ella , mientras llevaba su mano hacía la empuñadura de colmillo de acero.

__Apartate Kagome.__ advirtió, había percibido el olor de su medio hermano.

La azabache no comprendió y se giró mirando en la dirección que veía detenidamente Inuyasha.
Se sorprendió al notar que el temido demonio venía con su elegante caminar hacía ellos.

__ Humana. __

Se había dirigido a la ojiazul ignorando por completo a su medio hermano, quien lo miraba con asombro ya que en muy pocas ocasiones lo había oído hablar.

__ ¿Qué es lo que quieres aquí, Sesshomaru?__ soltó, con sorna aquella pregunta, mientras echaba hacía a un lado a Kagome, colocandose en posición de ataque.

Sesshomaru lo siguió ignorando como de costumbre y posó su vista en la fémina que tal y cual lo había dicho su fiel sirviente no siguió la orden de Inuyasha y se acercó hacía él quedando frente a frente.

( No nos teme eh-)

__ ¿Sucede algo Sesshomaru?__ Volvió a preguntar.

Kagome era perspicaz y muy consciente que el demonio si quería matarlos lo haría en un abrir y cerrar de ojos sin ni siquiera hablarles.
El hecho de que él, a su extraña manera la haya llamado significaba algo.
Y su suposición no estaba muy lejos presentía que algo andaba mal, para que él temido Demonio, vaya hasta a la aldea solo para poder hablar con ella.

__ Rin. __

Inuyasha se mantenía atento a la conversación de su hermano mayor y de según el "su mujer", le molestaba la cercanía y la manera en que Sesshomaru observaba a Kagome , como si estuviera analizando su comportamiento y justamente era lo que él se econtraba haciendo.

__ ¿Rin? ¿Qué le ha sucedido a mí niña?__

Ella destilaba preocupación, y sin percatarse acortó aún más la distancia entre ambos, sin percatarse que había chocado con la peligrosa y afilada armadura de
Sesshomaru, cortando levemente su mejilla.

__ ¡Auch! __ Exclamó, llevando una de sus manos hacía su delicado rostro, preocupando a ambos peliplatas que estaban cerca de ella.

( La hemos herido)

__¡ Aléjate de ella, maldito!__

Inuyasha gritaba pero la joven no le permitió más y de un solo grito lo mando al suelo unas tres veces dejandolo inconciente por un rato.

__ Lo siento mucho Sesshomaru.

Kagome hizo una leve reverencia limpiando unas cuantas gotas de sangre que habían caído por su mejilla.

__Tú hermano es un idiota, no debí acercarme tanto a ti, iré contigo y veré que es lo que agobia a Rin. __

Kagome no esperó respuesta y corrió hasta donde se econtraba su mochila repleta de medicinas y cosas que había traído para el sengoku.

(Es hermosa y dulce no lo crees?)

El Platinado ignoró a su bestia como se le había hecho costumbre y se acercó para tomarla por la cintura sin previo aviso sacando un rubor de parte de la pequeña azabache que solo pudo mirarlo con asombro.

Sesshomaru rápidamente se había quitado su armadura.
La azabache nunca lo había visto sin ella.
Comenzaba a resultarle más atractivo de lo que ya lo consideraba, aunque esos pensamientos debían morir en lo recóndito de su mente.

__ Volaremos.__

La joven asintió y se tensó al sentir como Sesshomaru con su pelaje envolvía todo su cuerpo sujetandola fuertemente contra él.

__ No resistirás el frío en las alturas. __

La azabache solo asintió parecía que el demonio leía la mente.

Y de un momento otro a velocidad luz se econtraban en la inmensidad del cielo nocturno. Su cabeza le decía que no mire hacía abajo pero su curiosidad ganó y notó cuan impresionante era la altura en la cual se encontraban, esto solo hizo aferrarse al cuello del temido demonio, temblando de miedo o de frío ya no sabía exactamente de que, pero el vértigo le era inevitable.

( Calmala!)

__ No te dejaré caer, tu obligación es salvar a Rin.__

El peliplata lograba oler cada una se sus emociones y en su dulce aroma podía sentir el temor, cosa que por una extraña razón le incomodaba de sobremanera y a su bestia alteraba.

__ Lo sé, es.. solo miedo a las alturas. __

La joven sacerdotisa, tímidamente con sus manos tomaba la parte de su traje, escondiéndo su rostro en el pecho del demonio, tomándolo totalmente por sorpresa.

( La quiero para mí, mí hembra, mi lady, mí princesa. )

Sesshomaru quedó perplejo al oír a su bestia rugiendo por la humana.
Bajo su vista y ella parecía buscar consuelo en su pecho que mientras con sus frágiles manos apretaba sus vestimentas sus ojos se mantenían totalmente cerrados.

Siempre le había parecido una hembra peculiar, diferente y de una muy buena figura, se preguntaba, ¿qué era lo que llevaba puesto?

Era demasiado indecente, sobre todo para ella, quien era una mujer sagrada.
El demonio no dejaba de pensar en la Azabache mientras disimuladamente la observaba ,no se había percatado que su respiración se había tranquilizado y que se había soltado cayendo totalmente contra su fornido cuerpo, se econtraba dormida.

__ ¿Humana?.___

Apartó parte de su cabello de su rostro, con sumo cuidado sus garras también eran un peligro.

-- ¿A caso es una desquiciada? ¿Cómo osa dormirse en mís brazos?--

( Me la quiero quedar para mí. )

Sesshomaru ignoró nuevamente a su bestia y se dedicó a seguir detallando su belleza que según él, no tenía una explicación.
Le parecía la hembra más hermosa que había visto, pasó una de sus garras suavemente por su rostro dejándose deleitar por la extrema suavidad de la piel de la azabache.

Apartó el cabello aún más y observó como sus pestañas eran muy largas y renegridas y su nariz era pequeña.
Hasta que llegó a su boca que se encontraba levemente entre-abierta, Yako hizo estragos en su interior.
Y el demonio no pudo evitar rugir de deseo.

-- ¡Detente Yako! Ella tiene la cura para nuestra cachorra y tú maldito la espantaras! --

( No te ha escuchado, recién despierta nuestra bella humana .)

__ Mujer. __

Kagome sentía que la llamaban a los lejos pero no quería despertar, necesitaba descansar solo un poco más, entre el estudio y la vida en dos mundos distintos la tenía agotada.

__ Solo un ratito más, mamá.__

__ No soy tú progenitora, sacerdotisa.__

Sesshomaru respondió en un tono alto provocando que kagome abriera los ojos de golpe.

La joven se encontraba siendo cargada por el demonio que alguna vez quizo terminar con su vida.
Y eso en vez de asustarla, la había avergonzado.
Ahora ya que había entrado a la adultez, sabía apreciar la belleza masculina y vaya que Sesshomaru se llevaba el puesto número uno, al demonio más sensual y perfecto que había visto, una pena por el pequeño detalle que era tan hermoso como peligroso.

__ Hemos llegado.__

Anunció, para ingresar en el jardín del Palacio del Oeste.

Sesshomaru había ignorado las miles de emociones de la humana cuando había despertado de su sueño.
Pero ahora ella parecía impactada, asíque con cuidado la dejó en el suelo.

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Los temidos demonios de alto rango se econtraban en la puerta, cual estatuas firmes custodiando la entrada del castillo.
Rápidamente se percataron de la llegada de su amo y de una extraña compañía.

Sesshomaru sin haber terminado de llegar observaba de soslayo a la joven humana que miraba con adoración el lugar.
Estaba embelesada por la belleza aparentemente de su palacio, el demonio sonrió de lado sin saber muy bien el porque.

Los demonios de la entrada se tensaron y sus ojos cambiaron de matices cuando el exquisito aroma que desprendía la pequeña hembra humana que acompañaba a su amo, inundó el lugar.
Los tres generales se miraron entre si, y se cubrieron con una especie de escudo, para esconder lo que había provocado aquella jovencita con su tan sola presencia que aún se econtraba alejada de la entrada.

__ R..yu__ dijo, uno de los generales cayendo arrodillado, tratando de controlar su instinto salvaje.

__ ¿Qué es lo que sucede, Yue? __ Preguntó preocupado, tratando de levantar al ojiverde que se econtraba con una pierna en el suelo y respiraba agitadamente.

__¡ La humana es mía!__ exclamó, y el general principal no pudo capturarlo asique rápidamente junto a su otro soldado salieron tras Yue.

Sesshomaru por un momento se dejó cautivar por la belleza de la azabache.
Sus dorados recorrieron su hermosa figura y yako danzaba en su interior al percibir como su aura era tan pacífica haciendo que el demonio no se percate de nada a su alrededor, solo de ella.

Sus largos y azabaches cabellos ondeaban con la cálida brisa, contrastando con su nivea piel así como las estrellas en un cielo nocturno.
Su fascinante aura, que doblegaba a quien no tuviera la fuerza suficiente para mantenerse cerca de ella era simplemente impresionante.
El platinado sabía perfectamente que eran enemigos por naturaleza, pero a la humana parecía no importarle y tampoco parecía tener rencor hacía el.

(¡¡Debes protegerla!!)

Yako rugió en su interior, pero ya era demasiado tarde porque sacando el Platinado fue sacado de su transe cuando se percató tardíamente como uno de sus fieles generales, la tomó entre sus brazos y la arrastró lejos de él.

__ ¡¡Eres mía!! Rugía el demonio dragón, lamiendo su cuello con desesperación__

__ ¡¡Sueltame!! __

Gritaba la bella ojiazul con pánico y terror, mientras gruesas lágrimas caían por su rostro.
Apretó sus pequeñas manos en los fornidos brazos del demonio, purificandolo por completo.
Fue tan fuerte su descarga de Reiki que no permitió, que ni siquiera el peliplata se acercara por completo hacía ella.

Los tres demonios contemplaban la escena y una temerosa azabache que no quería salir de su campo de energía por temor a perder su vida, temblaba cual hoja de papel.
Miles de cosas pasaban por su cabeza, se sentía repulsiva de ella misma.

¿Porqué aquel demonio que ni conocía, había querido matarla?, Se preguntó para ella misma.

¿ Es que, a caso Sesshomaru la había traído engañada, solo para que sus soldados la maten?.

Una de las tantas interrogantes que se le cruzaban por la mente.
Desde adentro de su campo, podía ver como se iban acercando, el ojidorado con otros dos demonios casi tan elegantes como él.

__ ¡Alejensen de mí!__ gritó con claro terror y furia a la misma vez.

( Nos teme, auhh)

Sesshomaru trataba de tranquilizarse pero con Yako alterado le era prácticamente imposible.

__ ¿Qué ha sido lo que acaba de ocurrir?__ preguntó, a sus generales sin apartar la mirada de la joven que apuntaba con un arco y una flecha de energía sagrada a los tres.

__ S..su aroma, Mí Lord, su aroma ha enloquecido a Yue.__ respondió Ryu, al saber que la hermosa joven, no solo era bella, también era peligrosa.

__ Es hermosa.__ agregó el otro soldado sin tapujos.

Sesshomaru giró levemente su rostro,y clavó su fría mirada en ambos, oliendo en ellos el olor a exitacion.

(¿Cómo se atreven? Mátalos!)

__ Cortaré la cabeza de quien ose tocarla, ella tiene la cura para Rin.__ amenazó, el demonio caminando hasta quedar frente del campo de energía.

Kagome temblaba al notar lo cerca que de econtraba Sesshomaru.
Sabía que podría defenderse y quizás purificarlo, pero él era más fuerte, más veloz, más, más todo...

-- Rayos!--

__ ¡Me engañaste, Sesshomaru! __ gritó, soltando una flecha que el demonio, esquivo solo corriendo su cabeza y arqueó una ceja.

__¿ Crees que necesito engañarte, para matarte?__ preguntó, sin cambiar su semblante.

Si una parte de él, quería cortar su cuello por su insolencia pero esa posibilidad estaba extinta en él, desde ya mucho tiempo atrás, pues su bestia estaba enloquecído con la pequeña mujer del Hanyo.

Y también comprendía perfectamente su temor pues en un pasado el había intentado dañarla en más de una ocasión y ahora su general la había atacado, pero recién comprendía la situación y de solo pensarlo se le revolvía el estómago, vio el cuerpo de Yue en el suelo calcinado y algo en el se enorgullecía, se agachó hasta el cadaver y con una mano arrancó su cabeza del cuerpo para mostrarsela a la joven.

__ ¿Q.. qué haces?__

__ La colgaré en el hala principal del castillo, será en modo de advertencia, a quien ose poner una mano sobre tí, Rin te necesita necesita, le duele.__

Los demonios que se econtraban pasos atrás, observaban la situación asombrados, aún no comprendían como su Lord no mataba a la joven, luego de que ella lo atacara con una flecha sagrada pero claro estaba, la preciosa miko sería la sanadora de la pequeña princesa del Oeste.

La azabache quería ver a Rin , pero de todo modos temía, quizás Inuyasha debió haberla acompañado, pensó por unos momento.
Sin querer deshacer el campo de energía.

( Auhhh)

-- ¡Que te calmes! Ella está asustada, qué más Quieres? Si es una simple humana miedosa --

Sesshomaru metió la mano en el campo de energía tendiendole la suya, sintiendo como su piel se quemaba intensamente con un picor difícil de manejar.
Era la misma piel de su brazo, aquel, que hacía tan poco tiempo había recuperando, si seguía descargando tanto reiki en él, lo volvería a cortar.

__ No te haré daño humana, detente!__ Exclamó, el demonio tensando su mandíbula.

Por un momento Kagome se permitió recordar que el platinado que tenía en frente había sido el mismo que la había protegido dentro del cuerpo de Naraku aquella vez cuando apenas tenía 15 años de edad, o cuando la había salvado de ser abusada por Mukotsu, porque eso es lo aquel ser del inframundo quería hacer con ella.

Notó la gran quemadura en su brazo e inmediatamente deshizo el campo tomando su mano y mirándolo fijo notó como el demonio cerró los suyos y suspiró.

Se sentía aliviado nuevamente con ella en calma, ya no olía el temor en su ser.
Solo podía sentir su aroma mezclado con culpa.

__ L..lo sien..__

__ No te disculpes, sacerdotisas y demonios hemos nacimos para esto, para exterminarnos, solo lo hago por Rin.__

Sintió un gran impulso de abofetearlo pero un su interior contó hasta tres y decidió controlarse, alejando su mano de él.

( Grrr )

__ Bien, ¿ dónde se ecuentra mí niña?__ preguntó, de manera altiva caminando delante del platinado siendo observada por los dos demonios que disimuladamente detallaban las curvas de la azabache y su vista se clavaba en aquellos bien dotados atributos de su espalda baja.

( Imbécil)

-- ¡Cállate! Y agradece que aún no la he matado...--

El ojidorado se acercó a ella y la miró detenidamente tomandola por la cintura y sin emitir ninguna palabra corrió a velocidad luz.
La azabache abrió los ojos enormemente por la adrenalina que sintió y se sujeto con mucho miedo, se aferró a él con todo su pequeño cuerpo, sus piernas enrolladas en su cintura sus intimidades golpeando y su cabeza que reposaba en el cuello del platinado sin querer ver nada porque era todo distorsionado para su visión humana.

El demonio que por dentro sentía arder de deseo y quería darse de patadas mentales hacia acopio de su autocontrol. La nariz de la azabache que rozaba la piel de su cuello en una especie de caricia, su aroma delicado a vainilla que lo iba embriagando mientras el subía las escaleras a su máxima velocidad, era inevitable para él que había caído ante su belleza aquella primera vez donde la vio en la tumba de su padre, tenerla así aferrada de ese modo, por un momento se permitió pensar que ella era de él, solo de él.

Pero ahora no había tiempo de pensar en ello ya demasiado era el tiempo que habían perdido fuera con el raro actuar de sus fieles demonios.
Ignoró las miles de sensaciones que sentía en esos momentos y domó a su bestia comportándose como el Lord que era.

¿ Desde cuándo iba a enloquecer por una hembra? y peor aún de la raza más débil y repugnante que existía__

-- Repudiable--

( Idiota)

La única humana que aceptaba era a Rin pero ella era su cachorra la más valiente de todas, la princesa del Oeste su legítima heredera.
Y la humana del Hanyo, estaba allí para sanar su malestar, solo por ello.

__ Llegamos. __

Dijo, en un tono serio mientras sentía el pequeño cuerpo de la humana temblar contra él sin parecer querer despegarse

( Solo un momento más)

__ Sueltame Humana. __

Kagome se puso de todos los colores y bajo lentamente, no queriendo mirar a esos dorados que la llenaban de inquietud.

Se dejó maravillar al ingresar a una hermosa habitación digna de una princesa toda en tonos rosa con blanco luego miró la gran cama y corrió al ver qué era lo que le había sucedido a la pequeña Rin-Chan, kagome inmediatamente notó sus puntos rojos y solo por un momento sintió alivio.

-- Varicela --

__ Ella tiene varicela .__ dijo, rápidamente poco más tranquila.

El platinado observaba la situación viendo como ella sacaba un especie de palito blanco y se lo colocaba bajo el brazo de su cachorra.
El demonio, no entendía absolutamente nada pero prestaba atención con su habitual silencio.

__ ¡Oh! por dios mí niña... Vuelas en fiebre.__ Exclamó, angustiada buscando el antifebril de niños que tomaba su hermano pequeño Sota que tan solo tenía 9 años.

__ Sesshomaru cuántos años tiene Rin?__

__ 4 años humanos. __

A kagome le enternecío la edad ya que cada vez que la veía, la niña no sabía responderle más que se llamaba Rin y que le gustaban demasiado las flores.

__ Estás pequeñita, hermosa.__

Decía dulcemente mientras con su nariz rozaba la pequeña nariz de la infante.

( Digna)

Sesshomaru abrió sus ojos por tal atrevimiento, esas muestras de afecto en su raza solo eran dadas por las madres a sus cachorros o entre compañeros.
Más no dijo nada porque sentía el increíble aroma dulce que desprendía cuando observaba a Rin y eso lo hacía mantenerse calmo.
Sus ojos estaban puesto en un líquido rosado que la joven estaba haciendo beber a la pequeña.

__ Creo que con esto bastará. __

Colocó una crema por las ronchas que cubrían la piel de la pequeña para evitar que la comezón comenzara.
Después de todo Kagome también había tenido varicela en su niñez como la gran mayoría de los niños.

Ella señalaba el frasco mientras el demonio observaba atento cada cosa que hacía.

__ Esto es un ungüento para que sus heridas no piquen, si ella se rasca las infectara,¿ comprendes?

Sesshomaru solo asintió con la cabeza y se sentó en uno de los lujosos muebles que solo un Lord como el podía tener por aquellos tiempos y que por supuesto su cachorra poseía.

Echó un vistazo a Rin, no había pasado ni media hora que la temperatura de su pequeña había vuelto a la normalidad.

-- ¿Qué clase de extraña brujería utiliza ?--

Se preguntó, mientras la observaba colocar un extraño objeto en su dedo y mirar un extraño aparato en su brazo.

__ Bien. __ Dijo, la Azabache.

__Ella satura bien Sesshomaru , su fiebre ha disminuido, es varicela, es un virus no se le puede dar medicación, solo para bajar su fiebre y poner cremas para que calme su comezón dura alrededor de unos 15 días en desaparecer.__

Kagome miró seria al demonio que arqueaba una ceja, estaba claro Sesshomaru no comprendía nada.

-- Hembra Desquiciada--

Tomó su frente y negó su cabeza sonriendo, recordando que aveces se le olvidaba que esta, no era su era.

__ Es cierto aveces se me pasa por alto que estoy de este lado, lo siento. __

-- Ella está loca Yako --

( Cállate! Ella es una mujer muy inteligente y tú... Tú eres un demonio tonto y altanero.)

Debes de entender que las manchas de Rin desaparecerán recién en 15 días aproximadamente. __ aclaró, para que él platinado comprenda.

__ ¿Tendré que ir en busca de ti a la aldea de humanos durante 15 días?__

__ Si tu me lo permites, podría quedarme aquí y cuídar de ella, luego me iré. __

( Quédate siempre conmigo princesa, por toda la eternidad )

-- Ya calla Yako!--

__ 15 días humanas, no más. __

Sesshomaru salió rápidamente de la habitación hasta su despacho enojado con el mismo, sin lograr comprender porque su corazón latía tan a prisa, el delicado y embriagante aroma a vainilla parecía traspasar su ser envolviéndolo en un tormentoso deseo por esa pequeña hembra humana.

-- Detente Yako, ella es del Hanyo--

( No, claro que no es de él y si así lo fuera, déjame decirte que no me interesa, tu podrás haberte resignado con colmillo de acero, yo no me rendiré con mí hembra. )

-- ¿Por qué ella? A caso no existe otra maldita?--

( No existe otra para mí y tú... Tú has sido quien se ha enamorado primero. )

--Hmph, sandeces--

Sesshomaru dió por finalizada su absurda charla con su bestia, no quería irritarse más de lo que ya estaba.

Los días iban transcurriendo amenamente calmos y cada vez que ella solía verlo, le regalaba una de sus más dulces sonrisas.
El demonio comenzó a devolverle los gestos, solían caminar en los atardeceres mirando la postal de la bella nieve juntos, le encantaba ver como la bella humana, jugaba saltando por todo su castillo, quería retenerla para siempre junto a él y le daba temor saber que su estadía pronto se acabaría, aunque también podría poner como excusa la próxima tormenta de nieve que se aproximaba.

Rin ya se econtraba mucho mejor de salud, solo faltaban tres días para que la Azabache se marchara del palacio, asíque debía actuar rápido.

Durante ese tiempo, no había existido un solo día en que los demonios bajo su mando que no se hayan acercado a su despacho para solicitar el permiso de cortejear a la azabache.

Su bestia enloquecía enojado ante tal falta de respeto y le pedía habitualmente marcarla y cortar la cabeza de quienes miraban más de lo debido.

La respuesta del platinado era siempre la misma.

__ Largo! __

Se agarraba su cabeza sabiendo que había repudiado el mal actuar de su padre con la madre de Inuyasha.
Y ahora el estaba allí, en la mismas condiciones aspirando el dulce aroma a vainilla que había quedado impregnado en su mokomoko cuando ella simplemente había decidido quedarse dormida sobre él justo
cuando compartían unas frutas viendo el paisaje totalmente blanco bajo de unos de los tantos cerezos que habían en su enorme jardín.

Se despertaba sudando cada vez que la Azabache se colaba en sus sueños sin permiso.
Y por primera vez experimentaba el ardiente deseo de poseer un cuerpo femenino, la situación lo traía mal, era algo que ya no podía contener.
Su cabeza, su corazón y su hombría estaban en sincronía por ella, por " Su Humana".

Definitivamente sería la noche mas difícil para él, suspiró sabiendo que eso nunca sucedería, se sentó en su escritorio y comenzó a escribír en unos pergaminos.

( Grrr)

El olor a excitación de sus guardias llegó a sus fosas nasales, afinó más sus sentidos y escuchó el bullicio de estos, diciendo que se disputarían por quién sería su macho.

( Es mía!!)

Yako rugió fuera de sí, queriendo hacer acto de presencia y al platinado no le quedó más que destruir parte de su despacho con su látigo verde por la furia, en un abrir y cerrar de ojos se posicionó detrás de ellos.
Observando como todos yacían arrodillados tratando de ver por las hendiduras de la gran puerta lo que claramente no debían.

__ ¿Hay algo allí que les interese?__

Los cuatro soldados temblaron aún sin verlo y lentamente se pusieron de pie girando.

__ A... Amo.. Sesshomaru.__ dijeron al unísono.

Sus ojos se mostraban rojos en su totalidad y su rostro se veía levemente deformado avisando que Yako estaba presente.

El demonio movió levemente su nariz y el estómago se le revolvió al sentir cada emoción en ellos, no podía ser cierto que " Su Humana" provocara el desquicio de todos los machos.
Estaba claro que su belleza y su aroma no tenían comparación con nada antes conocido y el único digno para tal hembra era él y solamente él.

__ Largo.__

Fue lo único que dijo ya que sabía que ninguno respondería y no podía ir matando a todo su ejército pues se quedaría sin uno, si seguía a este ritmo.

( La quiero, la necesito, es mía!)

Abrió la puerta sin tocar y lentamente la cerró tras él.

-- Es nuestra respondió en su mente. --

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