N/A: este capítulo es corto comparado con los demás. Es un tema a tratar que no puedo pasar por alto para demostrar el desarrollo de Ash y Eiji y qué tan lejos han llegado como pareja. 

¡Espero que tengan una buena lectura!

『♡』•『♡』•『♡』•『♡』

Había manos tocándole sin decoro.

Ash sentía que se sofocaba por un fuerte apretón en el cuello, quitándole el derecho de gritar.

Lo estaban ultrajando su intimidad con violencia, el desgarro era caliente y percibía una mezcla de fluidos como semen y su propia sangre.

No podía moverse por efectos de la droga aunque sus ojos horrorizados estaban clavados ante la merced de la imagen borrosa de su violador.

¿Quién era?

¿Barba Azul?

¿Dino Golzine?

¿Marvin?

¿Froggy?

¿Un ricachón?

¿Un poderoso funcionario de gobierno?

¿Una mujer?

¿Fox?

Ya perdió la cuenta, incluso no sabía que edad tenía en aquella en esa re experimentación.

—¿Ash?

¡Aquello no era real!

—¡Ash!

Él ya no tenía esa vida.

—¡¡Ash!!

¿Entonces por qué el suplicio era tangible?

Griffin...

Shorter...

Alguien que lo ayude...

—¡¡Aslan!!

De repente, pudo abrir sus ojos de golpe, encontrándose en una habitación muy familiar y el rostro de Eiji sumamente angustiado mientras que sus jadeos eran incontrolables.

—E-Ei... — no dejaba de temblar y su piel era pálida y helada a pesar que las sábanas cubrían su cuerpo desnudo.

—Shh... no hables... — ordenó el japonés, incorporándose tras alcanzar el rollo de papel higiénico qué se hallaba en su mesa de noche, doblar un poco y limpiar el sudor y lágrimas en el rostro y cuello de su novio. Luego buscó su mano y la entrelazó entre la suya. —, concéntrate en mi agarre y en mi presencia — sonrió con tristeza. —. Aquí estoy, estamos a salvo en Japón...

Ash asintió, sintiéndose ligeramente más tranquilo. De esa manera, siguió el consejo tras inhalar y exhalar al ritmo de la respiración de su amado. Aún percibía inmóvil y entumecido su cuerpo por el terror pero progresivamente fue recuperando la cordura a mitad de la noche. Incluso recordó que hace algunas horas atrás habían tenido intimidad prolongada con Eiji, es por eso que había un rollo de papel toilette, montoncitos del mismo tirados en el suelo junto con condones usados y sus envolturas; también se hallaba una botella de agua que sirvió para apaciguar la sed que provocó la locura pasional del momento pero que ahora Eiji vertió un poco en el mismo vaso que utilizaron para refrescar su seca y ronca garganta.

Con la ayuda de Eiji, pudo sentarse sobre el colchón, este no le permitió que tomara del vaso debido a que sus extremidades todavía se sentían entumecidas. Por lo que el japonés posicionó el cristal en sus labios y así bebió el agua.

—Eso, despacio, Aslan... — comandó con dulzura. —. No hace falta que te esfuerces...

El corazón de Ash se apretujaba.

Su cable a tierra era cada vez que Eiji lo llamaba por su nombre verdadero. Lo pronunciaba con mucha estima, jurando qué podía sentirse como aquel niño de siete años vulnerable en Cape Cod.

Era como decían su pandilla en Nueva York: el único que podía controlarlo era el chico del jefe.

Cuando la cordura volvió en Ash, dejó caer su rostro en el pecho de Eiji, rodeando su cintura con sus brazos y escuchando sus latidos del corazón.

No era necesario confesar a Eiji qué fue lo que pasó. No era la primera vez que rememoraba a través de pesadillas su jodido pasado, pero eran menos frecuentes qué antes al mudarse a ese nuevo país asiático y con las sesiones psicológicas. Sin embargo, al tenerlos pegaban duro, incluso sentía que una parte de él moría y retrocedía su curación.

Ash sentía que era muy injusto para Eiji atravesar esas noches en vela junto con él.

Mierda.

Habían tenido una buena experiencia anoche y la fregó.

¿Acaso podría quitarse de la cabeza a todas las miradas colmadas de lujuria de sus victimarios? ¿Cuándo dejaría de sentirse como un niño dañado?

—Eiji...

—¿Qué pasa?

Ash levantó con debilidad su cabeza y vio a su novio directamente a los ojos mientras continuaban sentados, abrigados de las sábanas hasta la cintura y abrazados en la cama.

—Quiero que me mires...

—¿Cómo? — Eiji parpadeó.

En eso, Ash frunció el ceño en congoja.

—Solo... mira mi cuerpo... por favor. —suplicó, cerrando sus ojos.

En un inicio, Eiji no entendió porqué Ash le pidió aquello mas no rechistó y obedeció; levantó la ropa de cama y con cuidado lo acostó nuevamente.

Entonces, Eiji se acercó un poco más y estando todavía sentado contempló la desnudez de Ash.

El momento era privado de libido, y el japonés podía percibir la vulnerabilidad de Ash mientras lo vislumbraba. No quiso tocarlo, hablarle o interrumpir esa intimidad que se estaba forjando.

Realmente Ash era hermoso sin importar lo que tuvo que vivir o lo que fue.

Estaría con él por siempre.

Por su lado, Ash se sentía indefenso y frágil cuando Eiji repasaba con sus ojos su nudismo, incluso se sonrojó y tuvo que apartar momentáneamente su mirada para controlar su nerviosismo.

La mirada de Eiji hacia su persona era rebosante de amor, aún en situaciones de estrés post traumático, sin cachondeo y expuesto sin prendas, el reflejo de su alma noble por medio de sus ojos es impactante.

Ash se sentía puro ante de Eiji.

En eso, el japonés esbozó una sonrisa, cuya ternura hizo derretir a Ash.

—Te amo...

El recio impacto de sus palabras provocó que el rubio jadeara.

—Eiji... —tragó saliva y su cuerpo comenzó a estremecerse nuevamente, en esta ocasión de felicidad incontenida.

Rápidamente, Ash jaló a su novio para abrazarlo con fuerza, permitiendo que todo su peso recayera en él.

No hablaron.

No durmieron tampoco.

Solo respiraron el olor del otro y se abrazaron el resto de la noche.

Eiji sobaba los cabellos aún húmedos de su pareja y besaba su coronilla casi imperceptible. Mientras tanto, Ash acariciaba con sus manos la espalda del japonés, incluso llegó a tocar insistente y suavemente sus nalgas, carente de deseo sexual, más bien le encantaba esa parte del cuerpo de Eiji y era una forma de demostrar su zalamería. 

『♡』•『♡』•『♡』•『♡』

N/A: al mencionar en las notas de autor sobre que Ash y Eiji serían abiertamente sexual no me refería solamente en el coito. Desde mi punto de vista, el acto sexual también puede ser puro sin rozar a la lujuria. Eso era lo que quiero plasmar con su relación, dándole más peso al PTSD de Ash y cómo ha podido sobrellevarlo con la ayuda de Eiji.

Además, como este es el Eiji thirst week, no hay que olvidarnos del gusto de Ash hacia el trasero pomposo de Eiji akldjalskd 

El siguiente capítulo es más ligero y sorpresivo.

¡Muchas gracias por todo el apoyo!

¡Nos vemos!