Brian me ha estado visitando durante este tiempo, se molestó cuando supo que estoy embarazada, no tuve que decirle el nombre del padre de mi bebe, él lo dedujo al instante, ha insistido en que me mude a una casa más grande, donde el bebe pueda crecer con comodidad, he estado valorando esa posibilidad, por lo que estoy viendo opciones de casas no muy grandes, al menos de cinco habitaciones, una gran cocina, con espacio para una mesa grande, biblioteca, sala de juegos finalmente un amplio patio para que mi hijo juegue con una mascota, una que yo nunca tuve.

Escojo tres posibles propiedades, ninguna cumple con todo lo que deseo, sin embargo, con la mayoría de los espacios que quiero, el resto es cuestión de remodelación. Me levanto de mi escritorio este intruso se mueve cada vez más, ya pronto sabremos si es niña o niño, no es que me emocione en género en específico, lo importante es que nazca bien de salud. De camino a la cocina me encuentro con Phillip.

-Iba a buscarte. Llevamos muchos días encerrados. Creo que es hora de tomar un poco de aire fresco. ¿Qué te parece? - medito.

-Tienes razón. ¿En que has pensado? -Lo veo sonreír.

-¿Has navegado? -Niego contundente.

-Bueno he rentado un velero y obviamente la tripulación. Solo falta que digas cuando nos marchamos -Sonrío contenta.

-Mañana a primera hora -Aplaudo como niña pequeña.

-Toma, mandé a traer esto para ti, para que puedas tomar el sol sin problemas. Lo necesitas –

-Gracias -Lo tomo de sus manos y me marcho a mi habitación, debo preparar lo necesario para mañana.

-Gracias, Phillip. Gracias por sugerir este viaje. Lo necesitaba -Vi la sonrisa del ahora mi hermano.

-Es lo menos que puedo hacer como tu hermano mayor –Lo abrace. El trato afectivo no se me da bien, pero con él es diferente, ha estado conmigo en diferentes facetas de mi vida.

-¡Auch! -Me queje cuando el intruso hizo un movimiento brusco.

-Se le está acabando el espacio -Puso su mano en mi vientre, como era de esperar el intruso volvió a moverse.

-Al intruso le agrada tu voz -Le dije honestamente.

-¡Oye, intruso! El tío Phil te va a consentir -Y ahí estaba de vuelta moviéndose.

-¡Hey, es a mí a la que le saca el aire! -Ambos reímos. Me sentía tranquila y relajada. Había ganado suficiente dinero para pasarla bien por al menos el resto de mi embarazo y dos meses más. Al menos me recuperaría y podría disfrutar de mi intruso. Dentro de un mes sabría si es niño o niña.

-Sabes, Phillip. Tengo un conflicto -Él me miró intrigado.

-¿Cuál conflicto? -Preguntó curioso.

-Con respecto a que sea niña o niño. No he pensado en nombres o en comparar ropa -suspiro.

-Tranquila, el próximo mes ya veremos que hacer. Por cierto ¿Dónde dormirá? Solo tenemos dos habitaciones -No le he comentado nada de la casa que pienso comprar.

-He estado viendo casas. No quiero nada ostentoso, solo quiero un hogar para nosotros. Quiero ir a verlas a nuestro regreso. Comprar la que elijamos y mudarnos antes de que el intruso nazca –

-Me parece genial -Pasamos el resto del día disfrutando del agua y el sol.

Después de un magnífico fin de semana, hoy vamos a ver dos de las casas de las tres que había elegido, la señora Belma Roy, es la agente de bienes de raíces a cargo de la venta de las propiedades.

-Bienvenidos -La señora Roy nos recibe.

-Gracias –

La señora Roy nos hace el recorrido. La casa solo cuenta con cuatro habitaciones, con una biblioteca estudio, y el resto de las comodidades que deseaba, lo bueno de todo es que cada habitación tiene su propio cuarto de baño. El patio trasero es muy pequeño para mi gusto.

-¿Podemos ver la otra propiedad? -Le pregunto a la mujer.

-Si claro. Síganme la propiedad esta a unos pocos kilómetros de aquí -Asentimos de acuerdo con ella.

-La seguimos por una carretera bordeada de bosque, con a ambos lados de la carretera se dejan ver algunos portones de rejas y seguridad privada -Eso llama mucho mi atención.

Llegamos a un portón de rejas, no se puede ver hacia la propiedad ya que tiene una tapia bastante alta denotando privacidad, la mujer teclea un código en un panel, al terminar el portón se abre dejando ver una calzada empedrada con plantas a los costados.

Al llegar a la entrada principal la señora Roy, nos explica que este es un barrio muy exclusivo, donde la s propiedades no se ven, pero están ocultas detrás de las arboledas.

-Está casa lleva muchos años desocupada, si no me equivoco alrededor de quince años. Le perteneció a una de las familias más reconocidas del estado, sus dueños un día simplemente liquidaron a todos los empleados, para luego desaparecer ellos. Estuvo ocupada por uno de los socios del propietario por alrededor de siete años -Una idea me viene a la cabeza.

-¿Quiénes eran los dueños originales? -Quiero saberlo, aunque la respuesta ya la sé.

-Los propietarios fueron Carla y Raymond Steele -Debo de agarrarme de Phillip quien me toma del brazo para servirme de apoyo.

-La compro -Le digo de una vez, ella me mira sorprendida.

-No importa el costo, la quiero -La mujer sonríe, se ha ganado una buena comisión.

-Esta de suerte, señora. Está a la venta por parte del municipio, ya no quieren seguir costeando los gastos de mantenimiento –

-Le he dicho que la compro. Asegúrese que no aparezcan otros interesados, envíeme a mi móvil el número de cuenta para hacerle la transferencia y por último nos puede dejar solos -Ella asiente.

-Tome, este es el código del portón. Asegúrese de cambiarlo al salir -Ella se despide con un apretón de manos y se devuelve por dónde venimos.

-¿Por qué la has comprado sin verla? -Phillip me cuestiona.

-Porque está era la casa de mis padres. Donde yo viví por un corto tiempo -Camino como autómata. El salón principal es amplio, subo las escaleras para dirigirme a las habitaciones. Abro la primera puerta es una habitación amplia. Así seguimos hasta que llegamos a una habitación con un tapizado infantil. Nunca sacaron la cuna del lugar.

Recorremos toda la casa en absoluto silencio. Hay partes que requieren mantenimiento y un poco de remodelación, el patio trasero tiene vista al lago Washington, un pequeño muelle, la piscina está vacía y llena de basura.

-Vamos a casa, Phillip. Estoy cansada -Asiente en silencio.

-¿Cómo debo llamarte en realidad? ¿Por qué no me has dicho tu verdadero nombre? Siempre había creído que te llamabas Rose -Phillip me cuestiona.

-Con los Lincoln, era Ana, en realidad no sabía mi verdadero nombre. Cuando Brian me rescató del hospital, me hizo llamar Rose para desviar a los que desean que muera. Eimy es mi nombre profesional ese ya lo sabes. Sin embargo, sigue llamándome Rose, por favor -Está dolido por los secretos que tenía. Regresamos al apartamento. La llegar a mi apartamento le realizo la transferencia a la señora Roy. Le envió un mensaje a Brian pidiéndole que venga, necesito que me preste dinero para la remodelación de la casa. Estoy muy cansada así que me ducho para luego tomar una siesta.