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Capitulo 6: Noche de caza

"Estaré en paz, cuando todo se vea sumido en un profundo mar rojo"

Jueves 10 de Marzo de 2134. Nuevo Gran Continente, Barrios Bajos de Ciudad Cometa.

—"Que hermoso aroma..."

Desde muy pequeño he tenido problemas con la vida que tengo. A mis seis años, mi padre... cansado de mi y de mi madre, nos abandono dejándonos en la nada. Lo odie por dejarnos solos...

Se bien que a pesar de todo, no estaba solo realmente, tenia a mi madre conmigo. Pero ella nunca me demostraba amor. Al contrario, para ella yo no existía. Lo único que hacia, era recostarse y llorar cada maldito día, lamentándose por la partida de mi padre. Mi vida se resumía en miseria.

A mis doce años, me vi obligado en abandonar mis estudios, el dinero que teníamos ya no nos sustentaba para nada, casi ni siquiera para sobrevivir. Desde que cayo el meteorito y se perdió la comunicación con el resto del planeta, los precios aumentaron enormemente.... ya que los recursos eran extremadamente difíciles de conseguir. Y todos estaban preocupados por desarrollar sus malditas empresas de mierda...

—"Que será ese olor tan puro y delicioso... tiene que ser nuestro..."

Luego de abandonar el colegio, las amistadas que había formado allí, eran mi reconforte. O al menos eso creí. A mis 16 años, fui detenido por un supuesto vandalismo, que yo ni siquiera cometí.

Resulta que uno de los jóvenes, hijo de un ricachón, había cometido algo muy terrible. En una pequeña fiesta a la que fui invitado en el centro de la Ciudad Cometa, alguien tuvo una intoxicación la cual derivo a su muerte, debido a tantas sustancias consumidas. Nadie quiso dar la cara con respecto a de donde se habían conseguidos tales drogas. Fue entonces que sin dudarlo, me culparon a mi... Que mas podía hacer yo, ellos tenían mucho dinero... mucho poder.

Todas las repercusiones al ser yo menor... cayeron en mi madre. Ella decidió cargar el peso de ese delito, fingiendo ser la poseedora legitima de las drogas. Fue extraño, dio su vida entera en cárcel, por mi. Muy en el fondo sentí que tal vez, solo tal vez... un poco le importaba. Obviamente me engañaba a mi mismo, yo sabia que ella me odiaba, que no le importaba. Solo lo hizo para alejarse de una buena vez por todas de mi. Al igual que mi padre lo hizo.

Toda mi juventud en lugar de disfrutarla, la había desperdiciado en las calles, solo, sin saber hacia donde ir o que hacer.

A mis 18 años, casi en la ruina, una pareja de ancianos me brindo su techo, me acogieron y pronto comencé a trabajar en un pequeño deposito. Creí que lo que me daban era afecto. Pero lo hacían por necesidad... yo les cargaba todo el peso que ellos no podían. Mis horas de trabajo eran extremas y a veces hasta sin descansar. Mi cuerpo en ese entonces, era muy flaco y débil, me destruía.

Pero tanto esfuerzo daba sus frutos, a mis 23 años ya tenia mi dinero. Era poco, pero lo había ganado por mi propia cuenta y bajo mi propio esfuerzo. No necesitaba el reconocimiento de nadie, me sentía bien. Comencé a salir, conocer gente... Fue cuando la vi a ella. Mi bella rosa, su nombre era Ofelia.

Desde el principio, ella se notaba muy interesada en mi, eso era extraño... muy extraño. Debí haberlo sabido.

Comenzamos a salir debido a que teníamos mucho en común y pronto, se convirtió en mi primer todo...

Recuerdo su hogar, este se encontraba alejado de la gran ciudad, pero aun así se veía bonito. Fui a verla una noche, ya que se suponía que ese día, se cumpliría nuestro primer aniversario. A mis 24 años, sufrí una gran traición, otra de las tantas traiciones, que me convirtió hoy en día... en lo que soy.

—"Además de sentirse... ese mismo aroma se ve tan... precioso, hermoso... apetitoso."

Cuando llegue, su hogar estaba iluminado y con música. Dentro de la misma casa, había mucha gente. ¿Una fiesta? Pensé. Una fiesta en la que yo no había sido invitado.

Entre y vi mucha gente a la cual no conocía, no era de sorprender... a mis 24 años de edad, mi circulo social se resumía en tres personas. No mas que eso. A pesar de todo, me recibieron. Me hicieron sentir como su rey. Todos me conocían. Me invitaban tragos y pastillas que yo jamás había visto antes.  "La casa invita" eran siempre sus palabras. Obviamente, rechace todo.

Pronto, subí las escaleras en busca de Ofelia. Su casa, si bien estaba alejada, se veía muy lujosa por dentro y tenia unas escaleras internas, que conectaban con el primer piso de su hogar. Subí.

Yo conocía mucho a Ofelia, o al menos eso creía. Desconocía totalmente su lado "Fiestero", ella no me lo había comentado nunca, acerca de sus amistades, ni mucho menos de sus "Fiestas"...

—"Siempre dicen que uno persiga lo que quiere, que persiga sus sueños... persíguelos hasta conseguirlos... —Decía con un tono bajo y un poco desquiciado, mientras sacaba su navaja y al mismo tiempo, su esclerótica iba tornándose roja."

Abrí la puerta de su habitación y lo que vi me destruyo. Era Ofelia, engañándome, en pleno acto, con un hombre el cual no era yo... Ella sonrió.

Su larga cabellera castaña, la cual hacia juego con su codiciosa mirada, aun las puedo recordar. En voz alta se rio y luego sus movimientos continuaron...

Inevitablemente salí y cerré la puerta. Yo no sabia como reaccionar. La persona en la que confié, resulto ser como todos los demás. Traicionera. Vi como todos los integrantes de la fiesta me comenzaron a rodear, con sus vasos llenos de bebidas extrañas, que ni siquiera acepte a probar. Me miraban serios con su miraba en alto, casi juzgándome por ser lo que soy.

Pronto... la puerta de la habitación detrás de mi, se abrió.

—"Sabes, los cuchillos además de usarse para cortar, también sirven para escarbar y así encontrar lo que uno busca —Decía arrodillado mientras lamia el contenido impregnado en sus manos."

De tal puerta salió ella, Ofelia, con una copa en su mano y rodeada de una gran bata rosa. A su lado, tomándola por su cintura y con otra copa, había un hombre. Su rostro era extraño, pero me resultaba familiar. Yo solo lloraba y quería salir de ese maldito sueño.

Ambos sonrieron, alzaron sus copas y todo el mundo, gritó de festejo.

—¿Qué esta sucediendo? ¡Basta, deténganse! —Decía mientras lloraba y me tomaba mis rodillas, mientras miraba todo a mi alrededor.

Algunos me empujaron, patearon, escupieron. Recuerdo incluso que me tiraban encima bebidas. Pronto, todo calmó, cuando una conocida voz, pidió silencio.

—Ay Luky, Luky... A veces me sorprendo lo incrédulo que llegas a ser...

Pocas personas me decían así, prácticamente era un apodo que en mi infancia utilizaban y pronto, en la adolescencia fue desapareciendo a ser solamente Lucas, o Riley, el cual el ultimo, era mi apellido; Lucas Steve Riley, mi nombre completo. Luego, le mire, yo reconocía esa voz, pero no ese rostro y miradas... ¿De quien se trataba ese hombre?

—¿Que? ¿Por qué me miras así? No me recuerdas por lo que veo... deja que el macho alfa, refresque tu memoria...

Abrí mis ojos y no entendía que pasaba, solo sentía un enorme terror, al cual no podía ni siquiera disimular.

—16 de diciembre de 2110. Pleno centro de Ciudad Cometa. Una fiesta enorme y descontrolada, alcohol, sexo... drogas. Tu estabas allí, recuerda santurron.

El terror y la desesperación inundaron por completo mi cuerpo. Era el... abrí mis ojos y lo vi, reconocí su rostro de inmediato.

—Al fin... —Dijo para luego soltar una carcajada y continuar—. Hola Luky, soy yo, Santino. Tanto tiempo...

Si hubiera podido describir mi rostro en ese momento con una sola palabra, esa seria odio... un odio puro e inigualable. El, no era ni mas ni menos, que la causa de muchas desgracias en mi vida. Era aquel joven en quien confié como amigo y cuando menos me lo esperaba... me quiso meter en la cárcel. Santino Feurolla.

—"No te resistas —Dijo sosteniendo algo con su mano derecha, mientras con la otra, hundía su navaja—. Deja que todo se tiña de rojo..."

Ofelia, debes echar a toda esta gente de tu casa, ya mismo... —Le decía con lagrimas en mis ojos mientras me levantaba tembloroso del suelo... ella solo reía.

Fue entonces cuando Santino, me sentó de una patada en mi estomago. Yo estaba cada vez consumiéndome mas por la ira y el odio... Sus siguientes palabras, apagaron todo sentido en mi vida.

—¿No ves aun la realidad? Ofelia ni siquiera existe. Su nombre es Virginia y ella, es una actriz tan impresionante... y fogosa... —Decía mientras la besaba para luego continuar—. Te usamos Luky, te U SA MOS. Ella, en todo este año, sutilmente se dedico a sacar todos tus datos, identificaciones, tarjetas, direcciones... toda tu vida. ¿Impresionado verdad? Pero eso no es lo mejor, querido amigo...

Impresionado abrí mis ojos, era increíble a lo que puede llegar la maldad humana... ¿Existía algo así en este mundo?. Continúe con mi mirada de odio mientras le escuchaba atentamente sus siguientes palabras.

—Lo mejor es que... esta pequeña que tengo aquí —Sacando de su bolsillo una tarjeta—. Es tu tarjeta... con todo tu jodido ahorro... o lo poco que había dentro de ella.

Me levante furioso a tomarlo del cuello pero dos personas me sostuvieron por mi espalda, sometiéndome por completo.

—Quieto ahí tigre... que aun no termine. Trátenlo con cuidado inútiles, no ven que esta fiesta se monto con su dinero... al igual que toda la mantequita que compramos para luego procesar y revender... No te das una idea de la droga que voy a crear con todo esto...

De repente deje de forcejear... esta pasmado por todo lo que me estaban revelando. Era mucho para mi. Mis piernas me fallaron, ellos me soltaron. Pronto caí. Yo ya no tenia fuerzas.

Mi vista comenzó a fallarme, era tanto el odio que sentía en ese momento. Tenia tanto acumulado que... ya no podía controlarlo... eso debía salir.

—"Tíñela en rojo vivo... hazla verse carnosamente hermosa... y solo ahí... recién ahí... devórala..."

Uno de los muchachos, entre risas quiso patearme el rostro mientras estaba arrodillado, lo esquive. Su pie impactó con la pared, fue entonces cuando mientras me levantaba rápidamente, incruste mis dedos en sus ojos. Al retirarlos, el tomó su cara, ya era tarde, de sus ojos caía un liquido, era rojo... se veía tan bien.

Mire mis dedos rojos del ataque, mientras los gritos comenzaban a estallar y la ronda poco a poco se extendía, alejándose del centro... alejándose de mi.

Pronto el infeliz muchacho, cayo... el fluido no paraba de salir... la herida había sido realmente profunda. Pronto comenzó a temblar en el mismo suelo mientras bramaba de dolor. Mis manos estaban completamente rojas, se veían hermosas... pero no lograba ver la punta de mis dedos, ya que el extasis difuminaba mi visión. Sentía placer.

Levante mi mirada, todo se veía borroso pero logre notar que me miraban aterrorizados... Yo lo sentía. ¿Qué estaba pasando?

Pronto, sentí un ruido de metal y una explosión en frente de mi. Sentí calor en mi frente... Mas gritos se escucharon. Corrí hacia mi derecha y gire mis brazos hacia adelante, como dos fuertes puñetazos de boxeo. Sentí un hermoso aroma, me enamoraba. Continúe realizando el mismo movimiento con todo lo que se me acercaba. Mi vista estaba completamente roja, al igual que el extasis que me inundaba por dentro. Satisfacción. Pura satisfacción.

Pronto, varios estallidos me acariciaban el pecho. Sentía cosquillas y a su vez... hambre. Abrí mi boca de par en par y me abalancé hacia el causante de esas explosiones. Probé su cuerpo, sabia delicioso, quería mas.

Salte de ser en ser, todos eran sabrosos, pero no me lograba llenar, necesitaba consumir mas...

Lamentablemente, el pasillo estaba vacío, allí no había nadie mas. De repente empezó a reinar el silencio... dentro de ese apagado hogar. Al cabo de unas horas, ya no quedaba nada que comer... fue entonces cuando un dolor inmenso recorrió todo mi cuerpo. Sentí que esa chispa de placer se estaba apagando. Había vuelto a ser yo en mi mísera existencia. Mire mi alrededor y quede fascinado.

Todo ese gran pasillo, estaba inundado de un color rojo intenso. Ese color le sentaba perfecta a la situación. Por fin, en toda mi vida, estaba viendo algo realmente hermoso y lo había provocado yo.

Me levante y camine decidido a salir para afuera, cuando sentí que pise algo. Baje la mirada y la vi... caída en el piso, sin vida y completamente destripada. Era mi Ofelia, sentí felicidad al ver lo que le había hecho. Se veía hermosa, cubierta de rojo. Cubierta de sangre...

Así fue como comencé a perseguir el placer, ese placer proveniente de la sangre humana. Cazando sin parar a gente débil, enferma, o solitaria...

Niños, ancianos, adultos... todo me daba igual. Yo solo quería su interior, un interior sangriento y delicioso.

Actualidad...

—En fin... no se porque te cuento todo esto... hermosura, pero sentí que después de cazarte tan intrépidamente en este oscuro callejón, debería como mínimo presentarme sabes... aunque hablar con la comida es un poco extraño —Le decía al inerte cadaver de una joven muchacha recientemente asesinada, ultrajada y con múltiples cortes, mientras lamia la sangre de su navaja.

—Tu... eres muy importante para mi sabes? Ya que sin ti... yo no podría comenzar esta noche con mi cacería —Deteniéndose para toser, soltar su navaja y caer sosteniéndose con las palmas de su mano sobre el suelo— 

—Esto es mi extasis, mi droga, mi placer. La sangre de seres inservibles como tu... es lo justo y necesario que necesito para alcanzar esta satisfacción que busco —Dijo y luego pego un monstruoso gruñido seguido de un gran grito. La esclerótica de sus ojos se tornaron completamente rojas, con un ligero iris amarillo... —La satisfacción de cazar y asesinar a alguien... es única.

Grandes fauces comenzaron a surgir de sus, ahora entonces, largas mandíbulas. Su cuerpo, comenzó a tornarse de un color rojo intenso, tan claro como la mejor de las pinturas rojas. A su vez, sus extremidades se agrandaron, aumentando su masa muscular y rompiendo incluso sus ropajes. Largos pinches comenzaron a salir de su espalda y codos. Sus anteriormente manos, ahora eran filosas, similares a tener navajas en lugar de los dedos, estas poseían un claro color amarillo. Su trasformación era tenebrosa y abominable, logrando que ese pequeño hombre de pelo corto y un metro sesenta, alcance los dos metros cuarenta de altura. 

Su mirada, fue la ultima en cambiar, siendo tapada por completo por esta coloración roja. En el medio de lo que seria su frente, se formo un pequeño ovalo, el cual era rodeado por un parpado superior e inferior. Este, se abrió revelando un gran y único ojo completamente de color amarillo.

Sus fauces abiertas, similares a las de un perro, no paraban de secretar una interminable baba, la cual caía proveniente de una enorme lengua negra que llegaba hasta su cuello. A continuación, una larga melena amarilla comenzó a brotar de la cabeza de tal abominable criatura.

Eso... se levanto. Era muy formidable y musculoso a simple vista. La sangre, podía sentirse a muchos metros de distancia y el terror, aparecía con solo verle.

Fue entonces... cuando un gran farol ilumino tal oscuro callejón. Un ambiente tétrico se formo en aquel lugar. El ser sanguinario, voltio su cuerpo entero, dejándose iluminar por tal luz. Su respiración era muy rápida similar a la enorme brutalidad que demostraba su cuerpo. Una pequeña y aguda voz, se escucho detrás del enorme farol.

—Con que Lucas Riley eh... un placer conocerte animalito —Dijo la pequeña voz.

—Comida... —Susurro la criatura.

—¿No respondes de esa manera acaso? Como debo llamarte entonces, criatura —Dijo con un tono burlesco, la pequeña voz.

—Nosotros... somos... —Contesto la criatura, para luego dar un horripilante rugido, similar al grito de miles de voces juntas.

—No creo que te llames rawr —Dijo riéndose la pequeña voz—. A ver... deja que te ayude monstruo... Lu... Cas... —Pronuncio muy burlonamente.

—Nosotros... somos... Ethryl... —Dijo la enorme criatura mientras tensaba sus garras y los músculos de sus piernas, para luego cargar muy rápida y agresivamente contra el farol, el cual se encontraba a veinticinco metros de distancia.

—Alexander... te dejo los honores, no busco ensuciar mi elegancia... —Dijo la pequeña voz

—Sera un placer, Gino —Contesto muy galanamente una figura alta y delgada adelantándose para luego ubicarse a un costado delante del farol.

Este hombre, levanto su brazo, el cual sostenía un objeto similar a una cámara, este le apunto y luego toco un botón del mismo. Pronto se sintió un fuerte sonido *Clic* . Instantáneamente, el cuerpo del sanguinario Ethryl, se detuvo casi como congelado justo en frente de ese hombre mencionado como Alexander. El enorme ser, estaba a punto de realizar un gran corte con las afiladas garras de su mano. En cuestión de unos pocos segundos, había recorrido esa gran distancia que les separaba.

Su figura, agresiva a simple vista, se notaba congelada pero a su vez, temblaba muy borroneada y detenida en el tiempo.

—Tanta locura y fuerza sin control... nosotros haremos que ese festín que buscas, sea eterno Ethryl.... eterno —Dijo la aguda voz, mientras caminaba y dejaba ver su presencia. Se trataba de un pequeño niño, de unos once años aproximadamente. Su piel, era blanca casi pálida. Sus ojos, de un celeste similar al cielo y su cabello, el cual rodeaba toda su cabeza, similar a un honguito, era de un rubio muy claro. Su mirada, expresaba locura y avaricia. El, se presentaba como Gino. Alexander sonrió y se ubico detrás de la sanguinaria criatura y con un movimiento de su brazo, pronto... la vista de Ethryl, se sumergiera en una vasta oscuridad. Luego, Alexander, de su traje azul Francia, saco un par de hojas plastificadas y comenzó a leer resumidamente.

—Sujeto 006... Lucas Steve Riley. Un metro sesenta y tres, tes clara, cercana a la pigmentación amarilla. Peinado muy corto, al estilo militar. Poca masa muscular, alrededor de unos 48 kilogramos. Tiene un largo expediente de asesinatos, manejo de drogas, violación, disturbios en propiedades publicas y privadas. Portación de cortopunzantes... Inestabilidad psicológica, es un perfil un poco psicótico. ¿De que nos servirá esto Gino? Después de todo... tu lo elegiste —Dijo Alexander, mientras terminaba de leer y miraba a Gino.

—De donde vengo, cuentan las leyendas que había un dios inigualable en naturaleza, el cual se decía que el... solo buscaba una cosa, sangre. Este dios era tan peligroso y fuerte, que hasta incluso sus hermanos, los otros dioses, le temían. Es por eso que tuvieron que unirse para aprisionarlo en una cárcel eterna en la cual nunca pudiera librarse. Extrañamente, hace miles de años... mi padre sintió una presencia nunca antes vista... esta presencia era única y se podía sentir lo sanguinario que era desde una distancia inigualable —Dijo Gino mientras admiraba el ser frente a sus ojos.

—Continua... —Contesto interesado Alexander, mientras el cuerpo de la criatura llamada Ethryl continuaba quieto.

—Esta presencia se sintió por unos minutos y luego, se extinguió sin dejar rastro alguno —Dio una pausa mientras se ponía enfrente de Ethryl—. La misma presencia, volvió a sentirse hace unos cuantos años por estas zonas... es por eso que fui enviado aquí por mi padre, a colaborar fielmente con esta investigación —Decía mientras posaba su mano sobre el torso del enorme ser—. En busca de esta mítica presencia. Para saber que es y que relacion tiene... con ese dios de nuestro interés.

—¿De su interés? Interés es lo que despiertas cada vez mas en mi, Gino... seria curioso un día tener que matarte... —Dijo Alexander, subiendo una de sus cejas mientras sonreía. Este hombre tenia un rostro muy bello, con una piel impecable, sin marcas de expresión. Sus ojos eran pequeños y brillantes, su sonrisa encajaba perfecta con su mirada. Su cabello negro y oscuro, tenia como peinado a un corto flequillo, que comenzaba desde el costado derecho, cayendo hacia el costado izquierdo. Este, sutilmente tapaba parte de sus cejas. Por otra parte, era un hombre delgado y muy alto, midiendo alrededor de un metro ochenta y tres, con un pesaje de setenta kilogramos. El mismo, vestía un elegante traje de gala completo de color azul, con una elegante corbata color granate. En uno de sus bolsillo, se lograba ver la superficie de una extraña cámara gris, con una lente la cual cambiaba constantemente de colores, teniendo prácticamente todos los de un arcoíris, manifestándose uno detrás del otro.

—A veces, son tan graciosos los pequeños mortales, dime Alexander, ¿Tantas almas atrapadas con ese objeto confundieron tu mente? De ser así, supongo que el día que intentes alzar tu voz, tendré que diezmarte —Dijo con un tono muy arrogante el pequeño Gino, mientras alzaba su miraba. El mismo, vestía un largo traje similar a una túnica celeste con bordeados de líneas doradas, este en su interior, dejaba notar que era de un color rojizo muy intenso. Este, le llegaba incluso por debajo de sus pies, arrastrándolo al caminar. Su pantalón, poseía el mismo color que su túnica, el cual combinaba a la perfección.

El ambiente se torno tenso y aires de maldad comenzaron a reinar en el lugar. La mirada sonriente con los ojos cerrados de Alexander, se cruzaba con la altanera y poco paciente mirada de Gino. Pronto, Alexander rompió el hielo.

—Pequeño camarada, solo pongo a prueba tu temperamento —Dijo riéndose amablemente—. Al fin y al cabo, somos compañeros persiguiendo objetivos similares dentro de esta empresa. No te cabries —Soltando una carcajada.

Gino, apartó su mirada del expresivo Alexander y dio una orden con su mano derecha. Pronto, muchos hombres vestidos con equipos especiales altamente tecnológicos, avanzaron rodeando el cuerpo del detenido y sanguinario ser. Estos poseían extrañas armas de fuego en sus espaldas, similares a fusiles de asalto. Rápidamente, pusieron un pequeño y extraño dispositivo en su pecho para luego entre todos, colocar el cuerpo de Ethryl en una especie de capsula, la cual se cerro de inmediato al tener semejante ser dentro.

El mismo, una vez dentro de la capsula, comenzó a ser rodeado de un liquido extraño de color verde, saliente de unos orificios internos de dicha capsula. Este, inexplicablemente, comenzó a des transformarse, tomando su forma humana. Alexander, mediante un control  ubicado en el panel de la capsula, realizo una secuencia de códigos y la capsula se selló por completo, a su vez, el dispositivo en el pecho de Lucas, se activó, rodeándolo de un ropaje extraño, el cual lo cubría desde los pies, hasta su cuello.

—Este fue realmente fácil ¿No crees Gino? —Dijo Alexander riéndose.

El pequeño Gino, solo le observo de reojo, mirando fijamente el cuerpo dormido de Lucas Riley, o como el se hacia llamar hace unos instantes, Ethryl. El mismo ordeno la retirada y pronto, todo el escuadrón se marchó de tal oscuro callejón, de los barrios bajos de Ciudad Cometa.

Tiempo después, Lucas... abrió sus ojos. El había despertado muy confuso. Su cabeza le zumbaba y su vista se encontraba cansada. Pronto, todo se aclaro. El noto que se encontraba dentro de algo. Se veían parecidas a capsulas de refrigeración o de restauración ya que estas eran muy comunes en su tiempo. Los monopolios farmacéuticos eran muy famosos por diseñar modelos como esa. Pero esta era diferente, su contenido interior era de un liquido color verde. El no tenia ni idea sobre lo que eso era, pero había algo que le comenzó a preocupar aun mas... el no podía recordar nada con respecto a su identidad.

Su nombre, su historia, sus gustos, sus actitudes... todo se había borrado. Era inentendible como es que recordaba cosas externas y hasta actuales del mundo... y aun así, no podía recordar siquiera su nombre.

El mismo, se distrajo de su pensamiento al notar golpes a su alrededor, seguidos de muchos toses y gorgoteos. ¿Había alguien mas con el? ¿Acaso lo habían raptado? 

Respiró profundo y sintió como ese liquido entraba por su cuerpo y luego salía al exhalar, sin embargo, no le ahogaba, su cuerpo ya lo tenía asimilado a ese estilo de vida. Intentó mover su cabeza y pudo hacerlo con gran facilidad, acercando su rostro hacia el vidrio que se encontraba en frente de el. Allí pudo observar hacia el exterior, logrando ver que se encontraba en una especie de gran laboratorio. Giro su cuello fácilmente y logro ver que a su izquierda, se podían ver otras capsulas. Tal vez los ruidos provenían del interior de las mismas... razonó.

Sin duda, era una situación muy extraña. Forzó un poco mas su vista y cercano a una mesa ubicada en el centro del laboratorio, logro identificar a una figura muy extrañaba. Su apariencia era pequeña, incluso mas pequeña que el. Este ser, similar a un pequeño y anciano hombre, se veía levemente encorvado y vestía una larga bata.

Lucas, quería abrir la capsula, así que decidió intentar dar un puñetazo al vidrio ubicado adelante... sin mucho esfuerzo, logro darlo. Se quedo sorprendido, podía sentir como su cuerpo se podía mover libremente.

Pero para su mala suerte, el pequeño hombre... le había escuchado, para luego voltear y observar como en todas las capsulas, los sujetos se encontraban ya semi despiertos... entonces fue que se acercó y habló...

—Oh mis especímenes... queridos animalitos míos... el progreso les espera... —Dijo con un macabro tono, el cual ruborizo la piel de cada uno de los seis héroes... aprisionados.

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