🔶 Atención de Incesto🔶

(Léase bajo su responsabilidad)

La luna alumbraba las aguas, la vela era empujada por un viento cálido, así el barco mantenía su curso y Jimin observaba al horizonte pendiente de alguna cosa que pudiera pasar.

Su hermano había bebido más de la cuenta, como cada día, pero está vez, para tener un poco de valentía para cumplir con esos pensamientos excitantes en su cabeza.

Miraba el perfil de su hermano, si bien eran idénticos, siempre dijo que Jimin era el más hermoso de los dos, el mas sensual, y creía que fue bendecido por la diosa Freyja, cuando todos decían que eran descendientes del dios Loki el convencía a Min que solo él lo era, por qué su contrario era tan hermoso que debía ser de la diosa más bella de todo el Valhalla.

Se levantó de su lugar y caminó hasta Min que miraba expectante la luna, sonriente y perdido en sus pensamientos, no dándose cuenta de cuando Kang tomó de sus mejillas y de una manera loca le comió la boca como alguna vez lo hizo en su juventud.

Su padre los odiaba por ello, y fue un secreto que se llevó a su tumba.

Por un momento Min se contuvo, pero al sentir como se desprendía de la ropa, abrió su boca para recibir la lengua de su propia sangre.

Hace mucho el pecado no tenía un sabor tan rico y delicioso.

Gimieron de manera deseosa al sentir sus miembros rozarse uno contra el otro y bajo la luz de la luna y la sombra de la vela, JiKang recibió por completo el miembro enorme, ancho y jugoso de Jimin, acunando con sus entrañas y gimiendo sin esconder la menor vergüenza por lo que sucedía.

Arrinconado a él mástil que sostenía la enorme tela que empujaba el barco, estaban las marcas de arañazos que Kang dejo por el placer del momento, era la segunda ronda y sus cuerpos no se cansaban de recibirse mutuamente, los besos enloquecidos, y los jadeos liberando sus extrañamientos por no tenerse con anterioridad.

— Déjala —Kang le pidió a Jimin cuando se separó de sus labios— yo seré tu puta las veces que quieras, la mataré si quieres, pero déjala y quédate conmigo.

Mimi se dió cuenta de la absurda situación en la que se encontraba, su corazón se apretó en demasía y vacío el interior de Kang, los dioses estarían decepcionados de sus actos, los vikingos se caracterizaban por ser machos fríos, recios, fuertes, brutales, no dos mariquitas que se poseían al otro y más aún, siendo entre hermanos.

— Olvida lo que pasó —le ordenó— no lo repitas, y no lo vuelvas a intentar, o juro que te mataré.

Kang miro como su hermano lo dejaba con la nueva erección que bajo solo por decepción, con un vacío que se sentía desolador y en una situación tan difícil y confusa que lo único que pensaba era en matar a la mujer que le robó a su hermano.

Mató a su padre por hacerle daño.
Mató a su madre por robarle su atención y cambiarlo a alguien que no reconocía.
Definitivamente mataría a una cualquiera que le daría y recibiría lo que él no tiene por parte de Jimin.

Pero no sé dió cuenta que Freya los observaba mientras se tocaba verlos follar de esa manera tan descomunal.

Ella podría ser la mejor aliada para recibir lo que quería