Los gemelos eran grandes, catorce los hacían ser unos totales adultos, Jimin dejó de hacer tantas bromas y se preocupó más de su madre, JiKang le reclama por dejarlo a pesar de lo que hizo por él las cosas entre ellos se quebraron.

Su madre comenzó a enfermar de a poco, Jimin, iba al pueblo cada cierto tiempo para poder comprar medicina, y sanar a su madre, la quería mucho y el remordimiento de sus travesuras lo hacían ser más devoto a ella, pues con esas infantilerías provocaba que ella trabajará más de la cuenta.

Su hermano en tanto, mantenía algo de rencor a la mujer, sentía que ella le.quito la atención de su hermano y compañero de travesuras, y le lleva cada día que Mimi no está, frutas deliciosas que tomaba del interior del bosque.

Un arbusto que daba dátiles color morado, dulces como la miel, servía para el dolor de estómago, eso escucho de las naturistas de la comunidad, pero, si comía en exceso era un veneno que consumía lentamente su cuerpo.

JiKang disfrazaba su tatuaje con tintas naturales y dibujaba los dragones que su hermano tenía en su cuello y le daba de comer con la mentira que eso la sanaría lentamente.

Pero la mujer sabía perfectamente quién era quién, había aprendido a diferenciar hasta en su tono de voz o las betas que se dibujaban en sus ojos marrones y aún así, consumía sin chistar porque sabía en lo que se había convertido su hijo.

Hasta que finalmente su madre murió en el lecho y Jimin sintió un gran dolor, en cambio su hermano, estaba más aliviado por qué volvería a tener a su compañero de travesuras a su lado