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Capitulo 44
Decir que estaba molesta era mucho.
Barbara sentía que la ira y la decepción le harían hervir la sangre en cualquier momento.
Haber escuchado la confesión de Verónica fue impresionante.
¿Cómo alguien podía tener tanto odio en su corazón?
Le dieron ganas de arrancarle los ojos por ser una mujer tan despreciable pero ella no se rebajaría tanto, ella era una dama y tenía lo que queria, a su esposo y a su bebé que estaba recuperándose favorablemente.
No podía decir mucho de su amiga que al escuchar la confesión de Verónica dejo la sala como poseída y se fue a la contigua.
Con la ayuda de dos oficiales la sacaron de la sala porque había agarrado por los cabellos a Verónica para estamparle la cabeza en la mesa varias veces.
Le había roto la nariz haciendo que manchara la mesa y su uniforme de reclusa.
Le Parecía increíble la agilidad con la que salió y la golpeó, ella aún Estaba dolorida por la cesárea, pero Alejandra... Alejandra se había recuperado de manera impresionante.
Ya luego estaba llorando porque le dolía la herida Pero los paramédicos de la estación policial le administraron fármacos endovenoso ya que no quería irse hasta que no llegara Sofía y verla tras las rejas.
Así que ahí estaban nuevamente en la sala viendo por el vidrio espejo escuchando como Sofía lloraba con lágrimas de cocodrilo diciendo que todo fue una pequeña broma que no pensó que pasara a mayores.
Hasta que Kevin le dijo que Verónica la había delatado.
Sofia sonrió maleficamente.
—Si, ella tenía que morir, ella y la criatura que llevaba en su vientre.
—¿Pero que te hizo Alejandra? ella no tenía la culpa de nada— le dijo Eros molesto — en todo caso me hubiera matado a mí
—No, Barbara tenía que morir si la herencia no iba a ser para mí no seria de ella.
Barbara estaba escuchando todo atentamente ¿Herencia? No sabía que su padre hubiera dejado alguna herencia.
Pero como tampoco tenían buena comunicación y Sofía era una mujer extremadamente ambiciosa era de esperarse que se quisiera adueñar de lo que su padre le hubiera dejado.
—No pude manipularla, te metiste en su cabeza y la obligaste a dejarme en la calle así sufrías tú y sufría él — señaló a Kevin que tenía los puños apretados bajo la mesa, la abogada que estaba se mantuvo callada ¿Para que hablaria? Ella solita se estaba hundiendo y con todo lo que esa mujer estaba diciendo se merecía la cárcel, por más que quisiera ganar los casos ese era mejor perderlo y dejar que se pudra en la cárcel. Ella vio a Kevin con odio — te trate como de la familia ¿Y me pagas de esa manera? Me trataste como sirvienta en ese bufet de abogados donde trabajas ¡POR DIOS! Era tu sirvienta eso era muy humillante.
Eros y Kevin se dieron una mirada rápida y salieron de la sala, no había más que decir.
Esa mujer pasaría el resto de su vida en la carcel o se dejaba de llamar Eros Adams.
...
Dos meses después
Verónica y Sofía estaban en la penitenciaria femenina mejor resguardada del país.
En los medios había circulando que La viuda de Ross había Sido llevada a prisión por haber intentado asesinar a su hijastra.
Por otro lado Verónica también estaba encerrada, Pero en un psiquiatrico, no dejaba de decir que ella se llamaba Barbara y tenía una linda bebé que cuidar y un esposo amoroso esperándola en casa.
Barbara no estaba del todo convencida de que ella tuviera realmente serios problemas mentales, no iba a negar que si tenía un tornillo flojo como para montar semejante teatro.
Pero algo en ella le decía que solo lo hacía para no estar en prisión.
Por eso había ido a visitarla.
—Señora Adams, buenas tardes — le dijo la directora del centro médico. —¿A qué debemos su visita?
—Quiero saber el progreso de la paciente Verónica.
—Oh, ella— dijo con un poco de pesar — lo lamento mucho Pero ella murió está mañana.
Barbara parpadeo varias veces sin poder creer lo que le decían.
—Pe.pero... ¿Cómo...?— balbuceo en shock.
— Si verá — la guió a su oficina, amplia con grandes ventanales que daban vista al patio donde podía verse a los pacientes deambular por la zona en su momento de descanso al aire libre. — como sabe ella era sometida a sesiones con el psiquiatra, y él supo que ella estaba mintiendo con su diagnóstico, el doctor al terminar la sesión llamo a la estación policial para darle el reporte Pero ella escucho todo y... — saco de una de sus gavetas del escritorio una hoja y se la dió a barbara— una hora más tarde la encontramos en su habitación con una sobredosis de fármacos.
—¿Pero como es posible?— le pregunto Barbara saliendo de su asombro. — ¿de dónde saco los medicamentos?
—De la enfermería, estuvimos viendo las cámaras de seguridad y las había robado cuando fingió estar descompensada... Tenía una sobredosis cuando la encontramos, no pudimos hacer nada... Lo siento mucho.
—No lo sienta, ella sabía lo que estaba haciendo. Y prefirió terminar con su vida que ir a la cárcel. Gracias por informar.
—Ya las autoridades saben de lo sucedido pero ningún familiar ha venido...
—Ni vendran, ella estaba sola— Barbara sintió un poco de pesar por ella, una mujer tan hermosa terminar de esa manera.
Si tan solo no se hubiera obsesionado por Eros, tal vez un buen hombre la hubiera hecho feliz así como lo era ella.
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