Capitulo 23

La familia Adams estaba en el ojo público gracias al papá de Verónica, esa mujer definitivamente no dejaba de ser un grano en el culo.

Y todo porque a ella se le ocurrió la brillante idea de denunciar a Barbara por. Intento de homicidio cuando todo fue al revés y eso lo sabían perfectamente, pero la prensa no opinaba lo mismo.

Todos se preguntaban ¿Quién era esa mujer que de la noche a la mañana es nombrada la señora Adams? ¿Los celos la llevaron a cometer ese acto de violencia?.

Verónica estaba más que contenta, y como no, si era una mujer ambiciosa y envidiosa, no toleraba la idea de que Edin la haya dejado y tampoco que Eros no le prestará la más mínima atención, si sentía cierto pesar de que por su culpa (porque ella sabía que todo ese accidente fue por causa de ella) el haya estado al borde de la muerte y para colmo le practicaran un trasplante de hígado.

Le molestaba que a pesar de que el estaba delicado de salud, le prestará tanta atención a su esposa, y ella que se supone fue su mujer y la mujer de su hermano no tiene ni un poco de su atención.

Detestaba escuchar a las enfermeras decir que el señor Eros mando a decorar su habitación con flores y globos y que su familia estaba cuidándola mucho.

Por eso llamo a la prensa y los lleno de mentiras, ahora los reporteros estaban rondando el hospital y hasta vistiéndose del personal de salud para tener alguna exclusiva.

Y aún así ella estaba quedando de lado, quería decir que por culpa de ella perdió a su bebé pero ya la familia sabía que no estaba embarazada así que iba a ser una perdida de tiempo.

Así que optó por amenazar a su papá con quitarse la vida si ellos no pagaban su cirugía, el accidente no le sentó nada bien, estaba totalmente desfigurada, las incrustaciones de vidrio en su rostro fueron muy profundas y requirieron de muchas puntadas, se le podía comparar fácilmente con el muñeco diabólico que tiene la cara cortada.

La pobre tenía tal crisis que pidió que todo espejo que estuviera cerca lo retiraran de su presencia.

Víctor estaba contra la espada y la pared, por una parte no quería hacerle mas daño a esa familia que nada le habían hecho, de echo eran buenas personas, a pesar de todo lo que su hija les había causado ellos prefirieron ignorarla y dejarla tranquila y por otro lado estaba su hija, con depresión por todo lo que le estaba pasando, no era que ella se haya llevado la peor parte, claro que no, ya que lo pero se lo llevo Eros y Barbara, pero ella era hermosa y esa belleza estaba opacada con todas esas cicatrices en su rostro y brazos.

y no quería que su hija cometiera una locura.

Así que tomo la desicion mas prudente, ir a rogarle a Edin que pagara por la cirugía de Verónica.

- Por favor Edin, hazlo por mí, por la amistad que tengo con tu familia de hace años, no por mi hija porque se que no merece su perdón pero... por favor, no puedo verla en se estado esta horrible.

- No se, Víctor, todo lo que esta pasando es por culpa de ella misma, por sus locuras y egoismo, pero lo hablare con mi hermano y ya veremos.

-Gracias, se que algo podrás hacer.

se dieron un apretón de manos y víctor entro a la habitación de su hermano y cuñada ya que estaba hablando en el pasillo cuando Edin estaba llegando a la habitación.

-¿todo bien?- pregunto Barbara cuando lo vio entrar con cara de circunstancia.

-Si. si, claro, ¿como te sientes?

- mejor, ya quiero ir a casa- dijo ella sentándose en la cama y no era mentira ya tenían una semana en el hospital y era una real locura, Eros estaba que se lanzaba por la ventana si volvía a escuchar que algún reportero quiso violar la seguridad para tomar alguna foto ¿es que no se daban por vencidos? eran una peste.

- lo se, espero que pronto puedan salir de aquí, en la oficina todo preguntan por su jefe gruñón.

- Y seguirán preguntando- dijo Eros saliendo del baño de la habitación, secándose el cabello con una toalla, estaba cansado de usar ese diminuto baño, y no era por la higiene, porque estaba reluciente de pulcritud pero, era muy pequeño no era el de su casa y para colmo no podía bañarse a gusto con su mujer, era lo que mas lo volvía loco. - no voy a volver a la empresa.

-¿que? ¿te volviste loco' eso no es algo de lo que tu puedas decidir, la empresa no es tuya y...

-tu lo has dicho bien, la empresa no es mía, es del abuelo, así que puede poner a otro en la presidencia, estas tú por ejemplo- hablaba mientras se dirigía a la ventana y acomodaba un jarrón con rosas rojas que habían traído esa misma mañana.

Edin no daba crédito a lo que estaba escuchando, en definitiva el accidente lo dejo medio loco.

-Y no me veas así, ya tomamos esa decisión y no hay vuelta atrás.

-¿tu y quien mas decidió eso? ¿porque con el abuelo no has hablado?

- con la única persona que tengo que hablar de mis asuntos, mi esposa

-pero...

-No esta en discusión Edin, el abuelo que te de el cargo a tí y todos felices.

-No puedes dejar que se arruine la vida así Barbara, ¿de que van a vivir? ¿que van a hacer cuando vengan los hijos?

- Por ahora no estamos pensando en reproducirnos si es lo que te preocupa- dijo Barbara tomando una toalla para ducharse también- es lo que quiere y lo apoyo en lo que el decida.

-ademas tengo mis propios ahorros y lo voy a invertir.

Para Edin no tenia caso seguir con esa conversación, si ya lo había decidido no había mas que hacer, el sabia que Eros era un hombre muy talentoso en los negocios y era accionista en otras compañías a parte de las Adams.

solo esperaba que el abuelo no lo tomara a mal.

cuando llego la tarde la habitación era un caos por un lado estaba Kevin y Alejandra comiendo gomitas, sentados en el sofá, disfrutando de la discusión que tenia la familia Adams con respecto al retiro auto impuesto de Eros, y por otro estaba Barbara apoyando a un Eros con una meta entre ceja y ceja, no volver a la presidencia de las Empresas Adams.

una hora después, todos se marcharon con la decisión tomada, Eros había entregado el cargo y Edin tomaría su lugar desde ese mismo día.