Capitulo 20

Horas antes

-La estamos perdiendo- Eros escucho, que decían y como pudo abrió los ojos.

- M.mi espo.esposa. - dijo débilmente

-Calmese señor va a estar bien- se sintió somnoliento pero aún así pudo hablar, subió una mano a su costado y sintió la barra de metal. - mi co.corazon, denle m.mi corazón, si el iba a morir lo haría sabiendo que su mujer iba a poder vivir con su corazón, ella merecía ser feliz aún si el no estaba a su lado, le quedaría la satisfacción de que con ella estaría una parte de él.

Los paramédicos y bomberos no entendían a qué se refería, estaba delirando pensaban ellos.

Eros perdió en conocimiento y fue trasladado a una ambulancia.

Al momento de sacar a Barbara tenía bradicardia, si no hacían algo pronto moriría.

La subieron en otra ambulancia y se dirigieron al hospital, en el trayecto Barbara entro en paro cardíaco.

- preparen el desfibrilador... Carguen... Retiren...

Era el procedimiento que se repetía una y otra vez antes de llegar al hospital.

- No responde- decía el paramédico

-carguen nuevamente...

Pocos minutos después llegaron al área de emergencia y rápidamente los doctores y enfermeras se ocuparon de ellos.

-paciente femenina de unos treinta años aproximadamente signos estables, se le aplicó morfina, tiene el brazo derecho roto - explico uno de los paramédicos quien llevaba el cuerpo de una Verónica inconsciente mientras un doctor los guaba a uno de los quirófanos. - múltiples incrustaciones de vidrio en el rostro y brazos.

-paciente femenino, con lesión en la cabeza y lesiones por los vidrios...- otro médico con un grupo de enfermeras llevaron a Estefaní a realizarle una tomografía para descartar algún daño cerebral.

Lo mismo con Luca este tenía el hombro dislocado y una herida en la cabeza.

-paciente femenino con paro cardíaco se le dió reanimación...- hablo el paramédico que entró con el cuerpo de Barbara y el médico que estaba por atenderla la reconoció, como director del hospital estaba supervisando la entrada de los pacientes de ese accidente.

-¿hace cuánto entro en paro? - pregunto

-Hace unos ocho minutos.

- Está es una de mis pacientes con cardiopatia.

-Le suministramos...- el paramédico fue interrumpido por otro quien entraba con la persona que manejaba el tercer carro.

Un paramédico estaba sobre el haciéndole compresiones para mantener el bombeo de sangre estable en su organismos.

-paciente masculino, donante de órganos en potencia, lo mantenemos con reanimación asistida, cuando lo encontramos estaba con vida y dió autorización de usar sus órganos tiene un documento en uno de sus bolsillos.

El doctor saco el documento, eran claramente una autorización para donar sus órganos, estaba todo en regla y los exámenes de sangre estaban vigentes.

-Llevenlo al quirófano múltiple.- ordenó a los camilleros y enfermeras- llenen al doctor Álvez y a la doctora Nuñez - estos eran los mejores cirujanos que estaban de guardia esa tarde.

Estaban trabajando contra reloj. Un movimiento en falso y esos órganos podían ser inservibles para cualquier paciente.

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La pesadez que tenía en su cuerpo era tanta que no quería siquiera abrir los ojos, de hecho no podía, por más que lo estaba intentando no tenía las fuerzas suficientes.

Escuchaba un Bip-Bip de la máquina marcando el ritmo cardíaco, podía escuchar también la máquina de oxígeno.

Dejo que la oscuridad fuese su amiga nuevamente.

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Sentía frío, mucho frío y un dolor insoportable en su cuerpo, sentía como si una manada de caballos lo había pateado, pero pronto recordó lo que le habia ocurrido y abrió los ojos de golpe.

Vio a los lados y no alcanzo a ver a nadie a su alrededor, estaba solo en la habitación.

Intento moverse y su abdomen le dolió, dirigió su mano izquierda palpando el lugar donde recordaba tenía una barra atravesandolo.

No le importaba si estaba herido, lo que le importaba era haber protegido a su esposa ¿Dónde estaba? ¿estaba bien? ¿La habían atendido como se debía? Una inquietud lo invadió por completo y su ritmo cardíaco aumento junto con el sonido de la máquina, cosa que llamo la atención del equipo médico el cual llegó de inmediato.

-Tranquilo, tranquilo, le decía un doctor agarrándole las manos ya que se estaba intentando quitar las vías.

- Mi esposa, ¿Dónde está mi esposa? - se agarró la herida, estaba haciendo el esfuerzo de levantarse y solo se estaba lastimando, pero no le importaba solo quería saber de ella, estar con ella.

- señor, cálmense.

- No voy a calmarme, díganme que mi mujer está bien, necesito saber de ella- decía desesperado - tocó su pecho, recordando que había pedido que le dieran su corazón a ella y si estaba vivo era porque no hicieron lo que había pedido.-solo... solo díganme que está bien por favor.

El doctor vio a la enfermera y ésta apretó los labios, Eros vio el gesto y su mundo se destruyó, sintió que el aire se le escapaba de los pulmones y de pronto ya no tenía fuerzas para nada más.

-No... Ella no puede estar muerta. - dijo con la voz ahogada, las lágrimas querían salir.- no puede, no puede.

-señor Adams por favor.

- Nooo, no es justo... ella no tenía que morir, mi corazón era para ella ¿Porque no lo hicieron? Yo pedí que se lo dieran.

Hasta este punto las lágrimas salían sin permiso alguno por más que intentara limpiar su rostro nuevas lágrimas surcaban sus mejillas.

- enfermera, coloquele un sedante.

- si doctor.

-Mi Barbie, mi bella Barbie- fue lo último que dijo en un susurro antes de quedar inconsciente por la anestesia.

Fuera estaban los familiares de Eros esperando saber algo de él, por suerte el doctor salió en ese instante.

Todos de acercaron al doctor para escuchar las noticias que les tenía que dar.

- el señor Eros Adams ya despertó. Pero se alteró después de preguntar por su esposa y tuvimos que volverlo a sedar, ya pueden pasar a su habitación, cuando despierte pueden hablar con él su estado aún es delicado pero está estable.

- Gracias doctor- dijo la madre de Eros

Sus padres, hermanos y abuelo se dirigieron a su habitacion a esperar que despertara.

Su madre al verlo en esa cama de hospital corrió a abrazarlo y besarle el rostro.

- mi hijo. - decía, ella sabía que no podía oírlo, pero no le importaba su hijo estaba vivo y eso era lo más importante.

Unas horas después Eros volviobdma despertar, está vez con una tristeza tan grande que le dolía incluso más que cualquier dolor físico de su cuerpo.

- Hijo al fin despiertas- le dijo su abuelo que estába cerca de él y pudo notar que había despertado.

-Mi esposa, abuelo.- intento moverse y su abuelo lo detuvo.

-No te esfuerces, aún estás débil.

-Ella...- no pudo seguir hablando el nudo en su garganta era enorme, que hasta le dificultaba pasar saliva.

-Ella esta bien, tu esposa está bien.

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