15
Capitulo 15
Estaba estresado, ya quería que el día terminará y apenas era medio día.
Había mucho papeleo que atender, el inepto de su hermano se suponía que estaría a cargo de los asuntos legales mientras el estaba cuidando a su esposa.
Se suponía que se iba a quedar un par de días más cuidando a Barbara, pero no, Luca tuvo que llamarlo porque habían unos documentos que no estaban firmados y compañías que estaban por fusionarse con los Adams no habían leído y mucho menos firmado las clausulas del contrato, y todo porque Edin Simplemente no le dió la gana de enviar los correos y mucho menos ir en persona a dichas micro empresas, como solía hacer Eros.
Así que ahí estaban, Eros con su amigo y abogado, Luca.
Se habían quitado la corbata, quitaron los primeros botones de su camisa, el saco estaba en el espaldar de sus sillas, el escritorio de Eros estaba infestado en carpetas rojas, negras y blancas, cada una con diferentes logos de las empresas que ibas a fusionarse, ya habían resuelto la mitad del papeleo pero aún faltaban algunas cosas.
El hambre ya los había alcanzado así que Barbara había ido a la sala de descanso de la empresa a preparar un té para ella, y el par de hombres que se estaban secando los ojos en la oficina, suspiro al ver la máquina de café, quería una tasita, pero no podía, su condición de salud no estaba para que pudiera tomar café, la cafeina era como una droga para ella en ese momento, volvió a suspirar y metió en el microondas las viandas de comida que había llevado desde su casa.
Y es que desde la madrugada cuando se había despertado, pocos minutos después el teléfono de su esposo empezó a sonar y ella atendió la llamada, era Luca que estaba en la oficina trabajando, por lo que necesitaba que su jefe estuviera ahí en lo que el sol saliera.
Por más que Eros quiso que ella se quedara termino cediendo, igual no quería despegarse de ella, y era mejor que estuviera cerca de él por si tenía una recaída o algo peor y ella no quería quedarse en esa enorme casa, le había asegurado que se sentía bien y que podía ayudarlos en lo que sea que pudiera.
Estaba terminando de acomodar todo en una bandeja y pensando cómo hacer para llevar todo eso a la oficina sin que se le cayera, era la hora de almorzar y habían varias personas comiendo o simplemente hablando, cuando a Estefani entrar y está la ignora olímpicamente.
Estefani estaba molesta porque Eros no se fijaba en ella por mas que intentaba ser eficiente y coqueta con él, y ahora llegaba está con su cara bonita y su tremendo cuerpo a quitarle que se pudo haber ganado, aunque llevaba días pensando y sabía que nunca iba a tener oportunidad con él m, además se le notaba a millas que él estaba perdidamente enamorado de ella.
Asi que, prefería ignorarla no es que estuviera molesta realmente con Barbara era más bien con ella misma por ser tan estúpida. Además se sentía culpable por lo que le había ocurrido el otro día en la oficina, ella había dejado que Verónica entrara sin ser anunciada solo por molestar a Barbara, pero no creyó que le ocurriera todo eso, esa noche no pudo dormir sentía que si ella moría iba a ser por su culpa, Eros No tuvo siquiera tiempo de gritarle por su inteligencia al no anunciarla, cuando salió con ella en una camilla junto con un grupo de paramédicos, ahí supo que realmente no tenía chance con él, porque el no tenía ojos para nadie más que no fuera ella.
-Oye, Estefani, se que estás en tu ora de descanso pero ¿Me ayudaría a llevar esto a la oficina?- le pregunto Barbara señalando con la cabeza las cosas que estaban en dos bandejas, no quería molestarla, aunque estaba casi segura que le diría que no le importaba en lo absoluto en ayudarla con eso, pero es que realmente no podía sola, a menos que diera dos viajes y eso sería un real fastidio.
Estefani saco los ojos de Su teléfono ya que se había sentado y lo que hizo fue distraerse en el teléfono para no verla. Apretó los labios cuando la escucho hablarle cuando la vio siento un malestar terrible, ella se veía cansada, tenía notorias ojeras a pesar de que estaba bien maquillada, y también porque hablaba de forma mucho más pausada como tratando de evitar hacer esfuerzo para no cansarse.
-Si, claro.
Se levantó de la silla donde estaba, guardo el teléfono en el bolsillo de su pantalon y se acercó a las bandejas y tomo las que estaba más llena y por ende más pesada, la culpa la estaba aplastando, ya el chisme de que la esposa del jefe había Sido agredida por la ex había volado en las diferentes áreas de la empresa. Y ella supo por el mismo Luca de su problema cardíaco y peor se sintió.
Barbara le sonrió agradecida, realmente no sabía porque ella le tenía tanta rabia, no es como si le hubiera hecho algo. A demás trabajaban juntas, lo mejor era que se llevaran bien.
- Te lo agradezco- Barbara Hizo un movimiento con su cabello para quitarlo del frente y colocarlo tras sus hombros que no pasó de inadvertido por Estefani, quedó impresionada, ¿Cómo era posible que con una acción tan insignificante podia verse tan... ¿Sensual? Sabía que lo había hecho sin intenciones de coquetearle a nadie a su alrededor. Pero caray, esa mujer era realmente bella, que estando aun tan... ¿Débil? ¿vulnerable? Seguía viendose bien.
Caminaron al ascensor y Barbara tocó el botón al piso de su esposo, Estefani no pudo evitar observar el hermoso anillo que tenía en su dedo.
-Wow. Es... Es hermoso ese anillo.
-Gracias, es mi anillo de compromiso.
-Debe de costar una fortuna.
-Tal vez, realmente no lo sé.
-¿No te da miedo salir con el y que se te pierda?
-No, Eros lo tiene asegurado- le dijo cuando las puertas del ascensor se abrieron y salieron en dirección a la oficina de Eros -y si te cuento un secreto, realmente no creo que se me pierda así de fácil - vio como Estefani estaba con una expresión de que no sabía de qué hablaba. Y le dijo en un susurro cuando estaba cerca de la puerta para abrirla. - es que tengo las manos un poco hinchadas y el anillo está atorado en mi dedo. - a Estefanía le causó gracia ese comentario, y se rió junto con Barbara, claro Estefani de forma más recatada y Barbara más abiertamente, ella realmente era muy espontánea, y de eso se dió cuenta Estefani, era una mujer llena de vida, bueno, la que le quedaba.
Ambos hombres sacaron la cabeza de los documentos al escuchar la risotada de Barbara, Eros no pudo evitar sentir alegría al escuchar a su esposa reír de esa manera tan alegre aunque vio un poco extrañado la escena que tenía delante de él, no era como que Estefaní le cayera muy bien su esposa y eso el lo sabía, porque bueno ella creía tener una oportunidad con él todavía.
- ¿A qué se debe tanta alegría muñeca?- le dijo levantándose junto con Luca para quitarles las bandejas, luca tomo la de este de Estefaní y Eros la de su esposa.
Luca se dió cuenta de la hermosa sonrisa de Estefaní y de que la mujer era realmente hermosa ¿Cómo no se había dado cuenta antes?
- Le estaba contando un secreto a Estefaní.
-Viejos estás muerto, están tramando algo en tu contra - le dijo Luca intentando ser bromista.
- No le metas ideas. - dijo Eros. Quién estaba acomodando la comida que estaban en la bandeja, en la mesita cerca de los sillones que estaban en su enorme oficina, para sentarse a debitar la comida que su mujer le había preparado.
Barbara vio como ella estaba por retirarse y le pidió que se quedara s comer con ellos, en parte porque la había sacado de su hora de descanso con un favor para ella, a demás había comida suficiente para los cuatro y la otra parte era las miradas que no dejaba de darle Luca a la secretaria de Eros, quizas no era mala la idea de que estuvieran juntos, así se podrían conocer mejor. Quién sabe, talvez ganaba otra amiga.
AMIGA, OH POR DIOS.
Se sintió terrible. No sabía de su amiga en días, desde que se fue de su antiguo departamento, ay no, ella de seguro la mataría cía donla viera, y ni hablar de Kevin, seguro estaría pensando que la secuestraron.
- Barbie - le susurro Eros a ella de forma tal que solo ella escuchara, aunque fue más para el que para ella, y le pregunto con un poco más de volumen-¿estás bien?
-No- los tes pares de ojos la vieron alarmados.
-¿Que sientes?- pregunto Eros
-¿Que te duele?- pregunto Luca.
-¿llamo a una ambulancia? - pregunto Estefaní con los ojos como plato, sacando su teléfono de su bolsillo.
Eros la tomo por sus hombros para verla a la cara, no se veía como si tuviese una crisis onle doliera algo.
-Hablame, ¿Que tienes?
- Estoy muerta- hablo ella pensativa, y es que lo estaba ¿Cómo se le ocurría no comunicarse con sus amigos? Eran literal su única familia y los había ignorado, pero en su defensa no había tenido tiempo de nada, a demás ¿Dónde demonios dejo su... Teléfono? O bueno lo que quedaba de su teléfono.
Ante aquellas palabras dicha por Barbara Eros quedó alarmado -¿De que hablas? - Barbara lo miro a los ojos y vio lo preocupado que estaba, le parecía chistoso, el pobre realmente se preocupaba por ella, y se veía tan tierno que la enamoraba mucho más.
-Van a matarme, ellos van a matarme- le dijo viendolo a los ojos muy seria, ella sabía que el no entendía ni una sola palabra de lo que estaba hablando y era muy cruel jugarle esa broma, pero es que realmente se veía tan lindo así de preocupado.
Luca y Estefaní compartieron una mirada como preguntándose entre sí, ¿Que demonios está pasando?, Luca hiso un movimiento con sus hombros dando a entendés de que no sabía nada de lo que estaba ocurriendo, y ella hiso un gesto con su cabeza dando a entender que tampoco sabía nada.
-Demonios amor, habla de una vez, que no entiendo lo que me estás diciendo. - Dijo levantando la voz, si que estaba crispado de los nervios. -¿Quién va a matarte y porq...
Su palabras murieron en el aire, junto con un grito de ambas mujeres en la oficina, cuando un estruendo se escuchó en la puerta, que fue abierta de par en par con una patada, pero con la misma volvió a cerrarse con el rebote que hizo con la pared al momento que alguien intento entrar. Los hombres se pusieron alertas Eros coloco a Barbara en su espalda y ella no se opuso loismo hiso Luca con Estefaní.
-¡Mierda!- Se escuchó la exclamación de una voz femenina que automáticamente Barbara reconoció, y se puso nerviosa. Pero a la vez quería reír, Dios, pero que locura.
-te dije que venían por mi- le susurro Barbara a Eros.
Las personas q estaban afuera retrocedieron cuando la puerta se cerró nuevamente, estúpida puerta con seguridad, pensaron, pero eso no se quedaba así, así que él dió otra patada y ella entro antes para evitar que los volviera a dejar afuera, pero está se cerró nuevamente. Golpeando un costado de ella.
Dos extraños vestidos de negro entrando como si fueran del FBI, irrumpiendo en una oficina de un alto ejecutivo, era de lo más terrorífico ¿Que querían? ¿los matarían a todos? O ¿ solo se llevarían el dinero de la cara fuerte? Nadie sabía.
Los gritos de guerra que hicieron el par de personas al entrar fueron más que suficientes para hacer que Estefaní gritara como si su vida dependiera de ello, Luca también grito pero rápidamente abrazo a Estefaní, no sabía si era un acto valiente o de miedo lo cierto es que la abrazo.
Eros sentía su corazón a mil por minuto, no tenía tiempo de gritar, ¿De que servía eso? Se giró para abrazar a Barbara para protegerla quedó desencajado con lo que vio.
No lo podía creer.
Estaba sorprendido.
¿Que rayos?
Barbara estaba riéndose, ¡Por Dios, riéndose!, De manera tal como si su vida dependiera de ello.
¿porque se reía? ¿Que estaba pasando? No entendía nada.
Las personas se acercaron a Eros.- TU, ¿Cómo se te ocurre secuestrar a mi amiga?- Eros reconoció a la mujer que le estaba acusando con su dedo, su dolió cuando giró al ver quién le hablaba y el dedo que tenía tan cerca de la cara casi le espicha un ojo.
-¿Que? No, yo no he secuestrado a nadie. Además, ¿Que te sucede? ¿cómo se te ocurre entrar así a mi oficina?.
Compartió la mirada entre su mujer y la loca de Alejandra. Estas mujeres realmente estaban locas. Iba a morir de un infarto seguramente. Vio detrás de ella y vio a un hombre con lentes de sol y una camisa negra que decía FVI, tocó el puente de su nariz para darse tiempo de calmarse y asimilar todo, uno porque tuvo un micro infarto, dos porque Kevin -asi recordaba que se llamaba- se veía ridículo con esa camisa mal timbradas con las siglas de ese cuerpo táctico, que estupidez, y tercero porque realmente se quería reír, es que, a ver, primero Alejandra estaba vestida como una policía stripper, de eso no se había dado cuenta sino hasta ahora, de paso tenía un vibrador como garrote y segundo, Kevin tenía tremenda pistola de agua sujeta entre su mano y el hombro, nunca jamás había visto una pistola de agua tan grande.
-¿Fue increíble verdad? Te cagaste, lo se. - Barbara se reía más, tanto que se sentó en uno de los sofás.- el caso es que secuestraste a mi mejor amiga y eso es imperdonable.
- !Que no la secuestre!
-¿Ah no? ¿Y porque no atiende las llamadas? Ella nunca me ha dejado de contestar una llamada y menos a Kevin, por Dios, supimos que algo no iba bien cuando él la llamo y cayo la contestadora. - dijo ella mientras se sobaba el hombro, esa puerta del demonio si que le había dado duro.
- su teléfono se había quedado en la oficina hace días y pues... realmente se me había olvidado dárselo, entre el hospital y la oficina se me olvidó, ni siquiera le he podido dar el que le compré.
-Espera ¿Dijiste el hospital? - está vez hablo Kevin seriamente, su voz fue tan severa que calló de golpe la risa de Barbara, está trago grueso, no tuvo que haberse olvidado por completo de ellos, por Dios eran su familia.
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