Petrus se había ido con los guardias del castillo para arreglar la penosa situación que había sucedido, la reina se había quedado en el comedor aunque seguramente ya habría comenzado los preparativos para la ceremonia de coronación de su hijo, nadie la molestaría o eso esperaba y mientras caminaba a los aposentos del príncipe un solo sentimiento la invadía, la ira, porque ella creía que una vez la maldición se hubiera roto Petrus la vería como una mujer merecedora de su atención, pero al contrario, él realmente se había enamorado de Bella y ahora era su misión deshacerse de ella.

Cuando llegó a su habitación se sorprendió por lo que vio, la maldita entrometida estaba semidesnuda esperando paciente la llegada de su amor, cuando la vio entrar Bella se sobresaltó y de inmediato se cubrió con las sábanas de la cama.

—La reina exige tu presencia— Fue lo único que pudo decir después de recobrar la compostura.

Una vez que Bella se vistió y arreglo para ver a la reina, Elvi la guio hacia  donde había visto que escondieron el cuerpo de Gastón, era una habitación solitaria, sin muebles ni un poco de limpieza y ahí, entre todos los cuerpos de quienes invadieron el palacio para rescatar a la rubia, se encontraba el cuerpo sin vida de Gastón que peleo hasta el final por ella.

En cuanto Bella vio el cuerpo de Gastón cualquier sentimiento de amor por Petrus desapareció, todo ese tiempo junto al príncipe comenzó a asquearla, los besos, las caricias, las muestras de afecto, todo la abrumaba, no entendía porque había actuado así, solo sabía que había sido un error y ahora Gastón estaba muerto, seguramente porque había tratado de salvarla, todo era su culpa y ahora el amor de su vida estaba muerto y ella estaba comprometida con un monstruo, un hombre que no consideraba bestia por su aspecto sino por su corazón.

—Puedes salir libre de esto— Escucho a Elvi detrás de ella —Yo puedo ayudarte a escapar.

Bella no quería escuchar nada más por parte de alguien de aquel castillo, solo quería estar con Gastón quien ya se había ido, dolía mucho verlo y que no le dijera lo mucho que la amaba —No quiero huir, no sé que podría hacer sin él en mi vida.

Elvi sonrió antes de sacar una daga y acercársela —Entonces termina con tu sufrimiento— Propuso sobresaltando a la chica que la vio horrorizada.

—No puedo hacerlo, no podría.

Elvi se acercó a ella y la abrazo mientras lloraba y se lamentaba su perdida —Si sales tendrás que vivir con su pérdida o peor, tal vez ni siquiera puedas escapar y estés condenada a una vida llena de infelicidad con tu esposo, Petrus.

Bella se alejo pensando en esa posibilidad, estaba segura de que por más ayuda que tuviera no podría salir del palacio, sería obligada a casarse con Petrus y fingir amarlo aunque no lo hiciera, no podía vivir eso. Temblorosa, la rubia tomo la daga con fuerza antes de acercarla a su corazón, dolería pero no por mucho tiempo y, si había algo más allá de la vida, seguramente se encontraría con Gastón. Con los ojos cerrados, la chica se apuñaló en el corazón cayendo al suelo mientras el dolor invadía su cuerpo, antes de morir pudo tomar la mano fría de Gastón, estaba segura de que sería feliz en otra vida, al igual que Elvi estaba segura de que sería feliz, ahora que ella ya no se interponía en su camino.