Habían pasado 11 años desde la muerte del rey de Francia Enrique II y desde su muerte todos habían estado esperando la coronación de su hijo el príncipe Petrus Gonsalvus, pero debido a su corta edad quien ascendió el trono fue su madre, la reina Catherine de 'Medici.

Cuando el príncipe por fin cumplió la mayoría de edad no hubo ninguna coronación, el joven se encerró en su castillo y nunca más se le volvió a ver, hasta esa noche. Hacia unos pocos meses que la reina dio una invitación al público en general para que asistieran a un baile de máscaras dónde esperaba encontrar una esposa ideal para su hijo para que por fin ascendiera al trono, era por ello que estaban ahí ellos dos, Bella y Gastón.

Bella no asistía porque quisiera casarse con el príncipe, solo había ido por insistencia de sus hermanas que querían que las acompañara y para cuidarlas estaba Gastón, un hombre que había cautivado su corazón y que pronto se convertiría en su esposo. Mientras todos los invitados bailaban, la reina y el príncipe observaban a las jóvenes en espera de que alguna llamara la atención de Petrus, sin embargo ninguna lo hacía, todas poseían una gran belleza pero ninguna parecía ser digna de casarse con él y convertirse en la reina, todas eran unas interesadas que querían la corona y las ventajas de tenerla sobre su cabeza pero ninguna veía más allá de eso, no soportaba tener a tantas mujeres superficiales a su alrededor, pero no todas eran iguales, una joven en específico fue la culpable del brinco que dio su corazón, ella era alta y delgada, castaña y hermosa, se había arreglado para la ocasión pero no había exagerado hasta verse vanidosa, sonreía con alegría y bailaba con su acompañante al ritmo de la música, podía notar que eran pareja por lo bien combinados que iban vestidos, ambos con ropas blancas con grises, accesorios dorados y antifaces del mismo color, la mayoría pensaría que estaba mal interferir en aquella perfecta relación, pero a él no le interesaba en lo más mínimo lo que todos opinaran ya que ella era perfecta para volverse su acompañante de vida y, sin importar lo que tuviera que hacer para enamorarla y tenerla a sus pies, Petrus se acercó a la pareja decidido a presentarla como su futura esposa.