Capítulo 2: "El comienzo de una rivalidad"
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Al día siguiente, en la casa de Connor...
Los primos ojiazules se estaban alistando para asistir a la que sería su nueva escuela, o como ellos la llamaban, "la pocilga".
- También llevaré toallitas húmedas - Dijo Catalina guardando dicho producto en su mochila morada.
- ¿Por qué las toallitas húmedas? - Preguntó Ciro con curiosidad.
- ¿En serio lo preguntas?, esa pocilga de seguro está llena de gérmenes, ni se deben lavar las manos - Dijo Catalina con cara de asco - ya me da escalofríos el simple hecho de imaginar la suciedad que debe haber ahí -
- Sin contar el olor a pobreza y a colonias baratas - Se quejó Connor con cara de asco al igual que Catalina.
- ¡Iagh! - Exclamaron Connor y Catalina asqueados.
- Ustedes son muy complicados para tener diecisiete años - Dijo Ciro, sin entender el comportamiento de los más jóvenes de la familia.
- Y tú, poco higiénico para tener veintiún años - Dijo Catalina, seria y algo ofendida.
Ciro solo volteó los ojos.
- ¡Niños! ¡Recuerden que no pueden llevar sus celulares! - Avisó Clarissa mientras que llegaba.
- ¿Y por qué no, tía? - Preguntó Catalina algo extrañada.
- Porque quizá les quieran robar, la gente allá es pobre, repulsiva y envidiosa - Dijo Clarissa con desprecio.
- Mamá, ¿por qué hablas así de las personas pobres?, no tienen la culpa de haber nacido en esas condiciones - Dijo Ciro, empático y frío a la vez.
- Cirito, toda esa cría es igual, solo son prevenciones para que no les roben esos celulares que salieron una fortuna - Explicó Clarissa con seriedad, mientras que Connor y Catalina asintieron con la cabeza.
- Vamos niños, los acompañaré a la escuela - Dijo Julián mientras que aparecía.
- De acuerdo - Dijeron los menores del hogar.
- Recuerden que Nick y Estrella irán a la misma escuela que ustedes - Informó Clarissa.
- Está bien, mamá - Dijo Connor obedientemente.
- Julián, te confío a los niños, me los cuidas como si fueran de oro - Dijo Clarissa con desconfianza.
- Clari ya estás exagerando, la escuela queda cerca - Dijo Julián sin entender la desconfianza de su prima.
- Muy bien, ahora sí vayan -Dijo dulcemente Clarissa para luego besar las mejillas de Connor y Catalina.
- Adiós - Se despidieron de Clarissa los adolescentes con una pequeña sonrisa.
- Hasta luego, ¡y cuídense! - Se despidió Clarissa algo preocupada.
- Sí sí, adiós - Dijo Julián sin mucha importancia.
De esta forma, Julián y los chicos se fueron a la escuela caminando.
Un rato más tarde, llegaron a la nueva institución.
La pintura blanca descascarada, la gran puerta de madera sin pintar llena de humedad y las ventanas sucias eran características que no fueron del agrado para el moreno y la pelilavanda.
- Bien, ya llegamos - Avisó Julián con optimismo.
- Agh, es más harapienta de lo que creí - Se quejó Catalina contemplando la escuela con repudio.
- Cualquier cosa se ve mejor que esto - Dijo Connor con rechazo.
- Ay niños, ustedes sí que exageran, no está tan mal... En fin, nos vemos después - Dijo Julián con entusiasmo, saludando a ambos - y recuerda Cata, no hables con muchos chicos, solo puedes hablar con Connor y Nick -
- Aish papá, por supuesto que no, yo no hablo con personas de clase baja - Dijo Catalina algo molesta, estaba harta de que su padre la tratara como una niña pequeña y débil.
- Solo bromeo hija, pero ya en serio, no hables con muchos chicos, si alguien intenta hacerte daño, solo avísame que yo lo voy a golpear hasta que quede deforme - Dijo Julián abandonando su típica alegría para sacar su lado más sobreprotector.
- Papá exageras, yo me sé cuidar sola - Dijo Catalina cruzándose los brazos ofendida.
- Sí tío, además también estoy yo aquí - Le recordó Connor con un poco de seriedad.
- Los quiero a ambos, pero hay días en los que no los soporto - Dijo Catalina con hartazgo, mientras que Connor y Julián reían.
- En fin, que tengan un buen primer inicio de clases - Dijo Julián con una sonrisa cuando finalmente dejaron de reírse.
- Gracias, tío - Agradeció Connor con una sonrisa.
- Adiós, papá - Se despidió Catalina sonriendo levemente.
Y así, ambos entraron a la escuela.
Estando adentro, se encontraron con Estrella y Nick.
- Hola, chicos - Saludaron Estrella y Nick con alegría.
- Hola - Saludaron de igual forma Connor y Catalina, no muy contentos por empezar de nuevo en otra escuela.
- ¿Aún no comenzaron las clases? - Preguntó Connor algo curioso.
- Al parecer sí, pero como somos nuevos supuestamente nos enviarán a alguien para que nos dé un tour por la escuela, pero no ha venido nadie hasta ahora - Explicó Estrella con serenidad.
- ¿Para qué nos darán un tour? La escuela es impresentable - Preguntó Catalina con una sonrisa y tono de burla.
- Seguramente será para que nos acostumbremos al ambiente de trabajo - Dijo Nicolás intentando buscar un motivo razonable.
- Posiblemente, aunque con esta pinta no creo que nadie tenga ánimos de venir aquí - Dijo Connor con una sonrisa burlona y algo divertida.
- Concuerdo - Confesó Estrella mientras sonreía.
Los cuatro rieron un poco.
De pronto, fueron sorprendidos por la presencia de una señora alta, delgada, de cabello castaño amarrado en un moño y ojos pardos, quien utilizaba una camisa café claro, una falda tubo café oscuro y zapatos bajos del mismo color mencionado.
- Bienvenidos a la escuela N°13, o lo que sea que las personas digan en las bienvenidas - Dijo la señora con amargura - mi nombre es Lorna, y hoy les daré un pequeño recorrido para que puedan conocer mejor la escuela -
- De acuerdo - Dijeron los cuatro chicos con respeto y al unísono.
- Siganme - Dijo Lorna con seriedad.
Los cuatro amigos siguieron los pasos de Lorna.
- Bien, aquí está la dirección y la secretaría - Dice apuntando la puerta de la dirección, cuya madera café de la puerta había sido atacada por la humedad - aquí jamás los llamarán por cosas buenas, solo los van a regañar severamente, les recomiendo que no se metan en problemas, se los digo por experiencia propia -
Todos, a excepción de Lorna, quedaron boquiabiertos.
Luego de ese momento, volvieron a caminar.
- Aquí están los demás casilleros - Explicó Lorna mientras se detenía y estiraba su mano hacia la ubicación de los casilleros color verde agua, oxidados por la parte de abajo pero en buen estado en la parte de arriba - es normal que estén atascados, si tienen problemas pueden llamar al conserje o a mí
Connor y Catalina miraron con rechazo los casilleros.
- Antes teníamos un hermoso jardín lleno de rosas, petunias y jazmines - Informó Lorna mientras que volvía a caminar, sin dejar de lado su amargura y seriedad.
- ¿De verdad? - Preguntó Catalina ilusionada, quien se encontraba caminando a la derecha de Lorna.
- Sí, hasta que podaron y arrancaron cada flor con raíz incluida, secándose para siempre - Dijo Lorna seria y cruelmente, sin dejar de mirar al frente mientras caminaba.
- Oh... - Dijo Catalina algo apenada.
- Estos son los baños - Dijo Lorna deteniéndose frente a los baños de chicos y de chicas, los cuales eran blancos, las puertas estaban oxidadas al igual que los grifos y faltaban los suplementos básicos de higiene - como verán las puertas están oxidadas, no hay jabón líquido, y además hay dos retretes que están en desuso -
Estrella y Catalina miraron con asco los baños, debido al mal estado de los mismos.
- En fin, les mostraré la cafetería - Dijo Lorna con seriedad volviendo a caminar.
Los chicos siguieron a Lorna hacia la cafetería, donde tanto la madera de las mesas como de los asientos estaban escritas, la pintura color amarilla clara de la pared estaba gastada, y la que servía la comida era una señora avejentada, amargada, desalineada y de cabello gris debido a las canas.
- Ella es Zulma, la encargada de la cafetería - Presentó Lorna a Zulma.
- Hola, Zulma - Saludaron los cuatro adolescentes con respeto.
- Hola - Saludó Zulma con amargura y frialdad.
- Normalmente los chicos deben almorzar un plato de puré de papa, un trozo de carne y un vaso de agua, los menús suelen variar, pero ese es el más habitual - Explicó Lorna mientras que apuntaba la comida del mostrador.
Los cuatro observaban con rechazo la comida de la cafetería; el puré era verde y excesivamente blando, sin contar que la carne parecía podrida.
- Que eso no les dé asco, lo ven así porque aún no han probado el puré de hígado encebollado - Avisó Lorna con seriedad
Los jóvenes, sobre todo Catalina, estaban a punto de vomitar por la mala pinta de la comida.
Lorna solo los miraba con una sonrisa burlona reflejada en su rostro.
- Bien, ahora los guiaré hacia el salón - Dijo Lorna, mientras que su sonrisa se esfumó rápidamente.
Mientras caminaban, la adulta decidió dejarles en claro varias reglas a los chicos.
- Les informo que en esta escuela nadie humilla a otro por más dinero que tenga, si hacen eso solo se harán odiar - Advirtió Lorna con amargura - Aquí se pueden hacer muchas cosas, a los profesores no les importa, la directora solo se entera de alguna que otra tontería... Cuiden sus útiles escolares, que posiblemente alguien se los querrá robar -
- Son demasiadas reglas - Dijo Nicolás un poco sorprendido.
- Sí bueno, en realidad es para que nadie se sienta superior - Explicó Lorna, sin abandonar su semblante serio - También les tengo que informar que en el salón no serán bien recibidos -
- ¿Por qué no? - Preguntó Estrella extrañada.
- Ni a mí ni a ninguno de los alumnos nos agradan los ricos, que solo por tener dinero y ser atractivos se creen superiores a los demás - Avisó Lorna con frialdad - con ese estereotipo en mente, no los aceptarán hasta que se ganen su confianza -
- No tiene sentido el hecho de que nos odien, nosotros no hicimos nada malo y aún no nos conocen - Dijo Connor confundido.
- Ya sé ojos azules, pero algunos en esta escuela son así de desconfiados - Dijo Lorna sin una pizca de alegría.
- ¿Algo más que nos tengas que informar? - Le preguntó Catalina a Lorna con curiosidad.
- En su curso hay chicos muy... Problemáticos, sobre todo los hermanos Grower - Informó Lorna, sintiendo escalofríos con tan solo recordar todos los desastres en la escuela que tuvieron como protagonistas al recién mencionado grupo de hermanos.
- Yo no me dejaré pisotear por nadie, ni siquiera por el más problemático - Pensó Catalina un poco molesta.
- En fin, ya casi llegamos a su salón - Dijo Lorna cuando estaban excesivamente cerca del aula.
Un rato más tarde, Lorna abrió la puerta del que sería el nuevo salón de los ex millonarios.
- Buenos días, profesora - Saludó Lorna con respeto mientras entraba al salón.
- Buenas, Lorna - Saludó la profesora, quien tenía cabello castaño similar al pelirrojo y ojos cafés, era joven pero su comportamiento era igual o incluso más frío que el de Lorna, mientras leía unos papeles.
- Mire, aquí están los nuevos estudiantes - Dijo Lorna amablemente mientras que los chicos seguían afuera.
- Déjalos pasar y retírate - Ordenó con seriedad la profesora, sin despegar sus ojos de los papeles que anteriormente leía.
- De acuerdo - Le dijo Lorna obedientemente a la profesora, para luego volver a hablar con los jóvenes - Pasen -
Los ex-Lighters ingresaron al salón, ganándose las miradas de todos, a excepción de la profesora, mientras que Lorna se retiraba.
Estrella y Catalina se sentaron juntas, algo incómodas por como las miraban.
Connor y Nick también se sentaron juntos detrás de sus amigas, sintiendo la misma sensación de incomodidad.
La profesora se retiró del salón sin previo aviso.
Los jóvenes no desaprovecharon el momento; se pusieron a hablar entre sí, las parejas formadas se comenzaron a besuquear, algunos ponían música, entre otras cosas que molestaban a los recién llegados.
- ¿Y a esta cosa le llaman escuela? ¡Es un desastre! - Le dijo Connor algo alterado a Nicolás.
- Es verdad, no entiendo cómo pueden convivir así - Dijo Nicolás algo extrañado, sin entender el comportamiento de sus nuevos compañeros.
Repentinamente, un chico prendió un cigarrillo.
A los demás no les importaba, a excepción de Catalina, quien estaba separada de ese extraño debido a un pequeño pasillo que había entre los dos y que definitivamente odiaba el olor a cigarrillo.
- Oye, ¿podrías dejar de fumar, por favor? - Preguntó Catalina con seriedad, mientras sentía el olor - Aish... ¿Es que acaso no hay reglas aquí? -
El extraño le dio una pitada a su cigarrillo para luego sonreír de manera burlona pero con cierta seducción.
- ¿Cómo te lo explico, primor? - Dijo el chico sonriendo y hablando con algo de seducción, mientras hacía "bailar" al cigarrillo en el aire - En esta escuela hacemos lo que se nos da la gana, a nadie le importa -
- Agh - Se quejó Catalina algo molesta, mientras que volteaba a ver su libreta, para luego volver a mirar a aquel extraño - Y por cierto, si vuelves a llamarme "primor" alguna vez en tu vida acabaré contigo -
- Lo que digas... "Primor" - Dijo el extraño manteniendo la misma sonrisa estúpidamente seductora y su tono coqueto, felizmente Connor no lo escuchó.
- Aish - Volvió a decir Catalina más molesta aún, mientras que el chico soltó una pequeña risita y la quedó mirando mientras le daba una nueva pitada al cigarrillo que sostenía.
- Ten, Cata - Dijo Nicolás amablemente entregándole un cubrebocas descartable a Catalina de color blanco.
- Gracias - Agradeció Catalina mientras se le esfumaba el enojo colocándose el cubrebocas - Pero, ¿y ustedes? -
- No hace falta, estamos bien - Aseguró Connor con tranquilidad, a lo que Nicolás asintió con la cabeza.
Un rato más tarde, la campana oxidada dio inicio a la hora del receso.
Los ex millonarios salieron con mucha alegría, ya no soportaban convivir con ese tipo de personas.
- Oigan, estoy hambrienta - Confesó Estrella con fatiga, agarrándose el estómago.
- Igual nosotros - Dijeron al unísono Catalina y Nicolás, también hambrientos.
- Vayamos a ver qué tal es la comida de la cafetería - Recomendó Catalina sonriendo.
- Vayan ustedes, yo tengo que ir al baño - Avisó Connor apuntando el baño.
- Bien - Dijeron Estrella, Catalina y Nicolás mientras sonreían.
Los amigos fueron en busca del almuerzo, el cual no se veía del todo apetecible, pero que de todas formas debían digerir.
Por otro lado, Connor se dirigió al baño de chicos.
No mucho tiempo después, salió y se lavó las manos con el jabón líquido de bolsillo que Catalina le había prestado.
Todo iba bien, hasta que repentinamente sintió un pie que quería provocar que tropiece, se tambaleó un poco pero no cayó.
- En verdad eres débil - Dijo de manera burlona el mismo extraño que molestó a Catalina, dándole una pitada a su cigarrillo.
- ¿Por qué hiciste eso? ¿Eres consciente de que pude haber terminado en el hospital? - Preguntó Connor un poco molesto.
- Débil y dramático, dos por uno - Dijo el extraño aún burlón.
- Y tú eres un idiota indisciplinado, si vamos al caso - Dijo Connor con seriedad.
- ¿Cómo me dijiste? - Preguntó el chico de manera amenazante.
- Idiota indisciplinado - Repitió Connor de manera amenazante y sin remordimiento alguno.
- Te crees muy listo, ¿no? Pues lamento decirte que te has metido con la persona equivocada, jamás debiste haberme hablado en ese tono - Dijo el chico bastante molesto.
- ¿Acaso te crees el rey de la escuela o algo por el estilo? - Preguntó Connor sin importancia - solo eres un imbécil que va seguido al gimnasio -
- Ya te he tenido suficiente paciencia, me estás hartando y sufrirás las consecuencias - Amenazó el chico.
- Ven si quieres, no me importa lo que digas - Dijo Connor de manera desafiante.
- Bien - Dijo el chico dándole una última pitada a su cigarrillo, para luego tirarlo al suelo y aplastarlo.
Aquel extraño le pegó un puñetazo a Connor en la mejilla, quien no tardó en responderle el golpe, creando así una gran pelea entre estos dos desconocidos.
Mientras que el ojiazul le pegaba patadas y puñetazos, su contrincante de cabello castaño pateó su talón y dejó el ojo de su oponente morado.
Algunos estudiantes se reunieron a su alrededor para observar como esos dos chicos se golpeaban.
Mientras tanto, en la cafetería...
- ¿Dónde está Connor?, dijo que solo iría al baño - Preguntó Catalina extrañada, quien estaba en una de las mesas junto con sus amigos.
- Es verdad, hace mucho tiempo que se fue y no volvió - Dijo Estrella algo pensativa, a la derecha de Catalina.
- ¿Y si le pasó algo malo? - Preguntó Catalina un poco preocupada.
- Oigan chicas, no creo que le haya pasado algo malo, Connor puede cuidarse solo y sé que no se metería en problemas - Dijo Nicolás con serenidad, quien estaba a la izquierda de Catalina.
Repentinamente, se oyeron unos fuertes gritos de voces masculinas que provenían del pasillo.
- ¿Y eso? - Preguntó Estrella confundida.
- ¿Y si algún roñoso le hizo algo malo a Connor? - Preguntó Catalina más preocupada que antes.
- Vamos a averiguarlo - Dijo Nicolás sacando su lado más aventurero y con la tranquilidad que ninguna de las ojiazules tenía.
Los ex Lighters se fueron de la cafetería y se dirigieron hacia el lugar del griterío.
Encontrarse con Connor y otro desconocido muy heridos los dejó estupefactos.
Catalina fue corriendo para separarlos.
- Detente Connor, deja de hacer esto - Dijo Catalina preocupada, agarrando a Connor de los hombros para que no se acercara a su rival.
- ¿Acaso lo defiendes a él y no a mí, primor? - Le preguntó el extraño a Catalina, haciéndose el inocente pero sin dejar de coquetear con ella.
- ¿Qué te pasa? ¿Cómo te atreves a hablarle así a mi prima? ¿Te olvidaste tus modales en tu casa? - Preguntó Connor sacado de quicio.
- Lo mismo te digo a ti ¿cómo pudiste dejar a mi hermano así? - Preguntó una chica molesta, quien se ubicaba al lado del joven fumador.
- Amaya, ¿tú qué haces aquí? - Preguntó el chico extrañado.
- Vine a defenderte Dylan, no seas estúpido - Respondió Amaya con seriedad.
- ¿Y ahora también necesitas que tu hermana venga a defenderte? - Preguntó Connor de manera desafiante y algo burlona.
- Tú cállate - Le dijo Amaya bastante molesta.
- No puedes burlarte mucho, ese primor al que le llamas prima te está defendiendo - Dijo Dylan mirando a Catalina de reojo.
- Deja de decirle "primor" a mi prima - Dijo Connor muy molesto.
- ¿Y si no quiero? - Preguntó Dylan de manera amenazante.
- Entonces acabaré contigo - Dijo Connor de manera violenta.
Connor y Dylan estaban a punto de volver a pelear, si no fuera porque Amaya y Catalina los separaron.
Por desgracia, el ruido había llegado hasta los oídos de la directora, de cabello corto, canoso y desprolijo, ojos marrones, una evidentemente vejez y una notoria barriga, la cual no tenía la mejor de las personalidades.
- Grower y el chico nuevo, inmediatamente a mi oficina - Ordenó la directora llena de furia, sus vestimentas oscuras la hacían parecer una bruja, sin contar su agudo y siniestro tono de voz.
A la fuerza, la directora se llevó a los dos jóvenes protagonistas de la pelea, llevándolos prácticamente de las orejas.
Media hora más tarde, los ex millonarios, Amaya y los demás hermanos de Dylan esperaban a que los chicos salieran de la dirección, cada grupo ocupando una de las dos paredes alrededor de la puerta, los ex Lighters a la izquierda y los demás a la derecha de la misma.
Todos estaban cruzados de brazos y mirando al suelo.
- Pobre Connor - Dijo Estrella algo apenada.
- Espero que lo dejen salir pronto - Dijo Nicolás apenado y pensativo.
- Lo que más me molesta de esto es que Connor no tiene la culpa, si no fuera por el hermano de ciertos chicos que tengo al lado, nada de esto hubiera pasado - Dijo Catalina un poco molesta.
- Admite que tu primo es un violento y que dejó lleno de moretones a mi hermano - Dijo Amaya con seriedad.
- Admite que tenemos un hermano que solo se busca problemas - Dijo molesta su otra hermana que la acompañaba.
- ¿Cómo puedes hablar así, Ayelén? - Preguntó el último hermano.
- Amaya, Greg, ¿no se dan cuenta de que el problema es Dylan?, a ver, ¿quién se acercó a molestar? - Dijo Ayelén con seriedad.
- ¿Dylan? - Preguntó Greg con curiosidad.
- Así es, ¿y quién comenzó con lo de los golpes? - Dijo Ayelén de mal humor.
- También Dylan - Respondió Amaya con sequedad.
- Exacto, y si Dylan es el culpable, ¿por qué lo siguen defendiendo?, admitan que lo que hace no está bien - Dijo Ayelén alterada.
- Tampoco estuvo bien que el chico nuevo lo dejara lastimado - Dijo Amaya con seriedad.
- Eso lo califico como autodefensa - Dijo Estrella también seria.
- ¿Autodefensa? ¡Está muy herido! - Dijo Greg alterado.
- Connor también está igual o peor - Dijo Catalina molesta.
- Déjame decirte que tu primo no es como tú piensas - Dijo Amaya con frialdad.
- Yo lo conozco mejor que tú y sé que él no comenzaría una pelea por estar aburrido - Dijo Catalina molesta y alterada.
- Ya me está cansando su discusión, Dylan no tuvo que venir a provocar a Connor y Connor no debió seguirle la corriente, los dos se equivocaron, es todo - Dijo Nicolás comenzando a hartarse.
- Por fin alguien coherente aquí - Dijo Ayelén con seriedad.
- ¿Coherente? - Preguntó Greg aún alterado.
- Incoherente, mejor dicho - Corrigió Amaya de mal humor a Ayelén.
- Incoherente es que ustedes sigan defendiendo a Dylan - Dijo Catalina enojada.
- ¿Cómo quieres que no defendamos a nuestro hermano? - Preguntó Amaya muy molesta.
- ¿Y cómo quieres que no defienda a mi primo? - También preguntó Catalina bastante alterada.
Era muy fácil notar la manera en la que el odio entre estos dos grupos iba creciendo lentamente.
Los jóvenes fueron sorprendidos al ver a Connor y a Dylan salir de la dirección.
- ¡Connor! - Exclamaron Estrella, Catalina y Nicolás.
- ¡Dylan! - Exclamaron de igual forma Amaya, Greg y Ayelén.
- ¿Estás bien? - Le preguntó Catalina preocupada a Connor.
- ¿Qué te dijeron? - Le preguntó Amaya a Dylan con la misma preocupación.
- Nos castigaron y por primera vez mi hoja escolar está manchada - Respondió Connor con seriedad.
- ¿Qué tipo de castigo? - Le preguntó Greg a Dylan con curiosidad.
- Ayudar a Zulma a limpiar la cafetería - Contestó Dylan sin entusiasmo.
- Rayos - Dijo Estrella algo asqueada.
- Pero Connor, tú a duras penas levantas tu plato después de comer, déjame ayudarte - Dijo Catalina seria.
- ¿Qué? Por supuesto que no, el que se peleó con Dylan fui yo, no tú - Dijo Connor un poco molesto.
- No del todo, pero sí tuvimos una pelea verbal - Dijo Catalina algo molesta mirando a Dylan con los ojos entrecerrados, quien le sonrió.
- En fin, qué bueno que ya saliste - Dijo Nicolás aliviado.
- Sí, ya no soporto estar cerca de ciertas personas que tengo al lado - Dijo Catalina seria, nuevamente haciendo una indirecta A Dylan y a sus hermanos.
- ¿Disculpa? - Preguntó Amaya alterada.
- Bien bien, ya nos vamos - Dijo Estrella algo nerviosa, intentando evitar otra pelea.
- Ustedes cuatro están en mi lista negra, me las pagarán por haberse metido con nosotros - Dijo Amaya molesta y amenazante.
- Sí claro, no tienes idea del miedo que tengo - Dijo Connor desafiante mientras que simulaba temblar, acción que provocó que Estrella y Catalina soltaran una pequeña risita.
- Ya vámonos - Dijo Nicolás demostrando su hartazgo.
Y así, los ex Lighters se alejaron de los hermanos Grower.
La tensión se notaba a simple vista.
Pero este, este era tan solo el comienzo de una gran enemistad que cambiaría las vidas de los involucrados.
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Fecha de estreno: 12/02/23.
Fecha de edición: 24, 25 y 26/02/23.
Fecha de edición (2): 16/04/23.
Bueno valentásticos, hasta acá el capítulo de hoy.
Hoy a las cinco y media de la mañana lo terminé y ahora a las nueve lo estoy publicando.
Espero que de corazón les haya gustado.
Y si es así, me ayudarían mucho sus votos y comentarios. ♡
Eso sería todo por hoy.
Dios los bendiga mucho. 🙏🏻❤️
Los amo infinitamente. ❤️
¡Saludos y abrazos virtuales! (。・ω・。)ノ♡(◕ᴗ◕✿)
- Atentamente, con amor, Valen. ☆゚.*・。゚
💗💗💗
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