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El regalo que le había comprado a su novia era perfecto a sus ojos. La caja de terciopelo azul en su interior guardaba un hermoso anillo de oro blanco con una perla deslumbrante. Se imaginaba colocarlo en el dedo anular de su chica, y moría de nervios. La amaba con locura, no podía pensar en una vida sin ella a su lado.
Kim Jennie creía que Kim Jisoo también sentía lo mismo... Que equivocada estaba.
Mientras Jennie viajaba por trabajo y se esforzaba por darle la mejor vida a su chica; Jisoo compartía cama con alguien más.
Se sentía emocionada. Faltaban pocos minutos para su vuelo, anhelaba con ansias llegar a su hogar y besar a su novia. Jisoo le había llamado diciéndole que la iría ha recoger al aeropuerto e iría en compañía de su mejor amiga, Rosé.
Jennie esperaba impaciente. Jisoo no percibía el tiempo entre las sábanas.
"Vuelos con destino a Busán, por favor pasar a la puerta 6-K, el avión saldrá en siete minutos"
Jennie se levantó de su asiento y cogió su maleta. Se dirigió hacia donde debía abordar, requisaron sus pertenencias y entró al avión entusiasmada. Apagó su móvil y se sentó en su asiento correspondiente, miró por la ventanilla.
Una sonrisa decoraba su rostro, sus manos sudaban, estaba realmente ansiosa. Tenía un mal presentimiento, algo en su interior de removió, y no era hambre. Despejó su mente y se centró en su novia, cerrando los ojos por el sueño, se dejó llevar y en el resto del vuelo, soñó cosas hermosas, sin saber que al llegar una oleada de verdades, secretos y problemas tendría que enfrentar.
Chae Young conducía hacia el aeropuerto, habían salido una hora antes de que Jennie llegará, puesto que era complejo el tráfico y más en el puente de entrada a la ciudad.
El ambiente en el vehículo era tenso.
Jisoo mantenía su vista en la ventanilla del auto y Chae Young mantenía fija su mirada en el camino.
Ambas chicas habían discutido en el departamento de la castaña que compartía con Jennie. Todos los amantes tenía problemas. Rosé y Jisoo no eran la excepción.
-Le diremos a Jennie -sentenció la rubia manteniendo su mirada sería- Te guste o no, todo el mundo ya lo sabe de lo nuestro menos ella, si no le decimos ahora se enterará por boca de alguien más. Tu hermano ya nos amenazó y sabes cómo es Jungkook.
Jisoo se pasó las manos por su rostro. No le gustaba hablar del tema, menos con Rosé, pero ya era hora de hablar del tema. La culpa carcomía y su mente solo pensaba en como reaccionaria Jennie, todos los escenarios eran catastróficos y eso era lo que menos quería.
-Hablaremos de eso luego -siseó intentando evadirlo. Pero Park no estaba dispuesta a evadirlo.
La rubia golpeó el volante, rabiosa. La terquedad de su amante solía molestarle demasiado, como ahora.
-Luego, luego, luego, ¡Luego! -Gruñó Chae Young y soltó una risa histérica- ¡Deja de aplazarlo más, joder, estoy harta de tener que esperar! ¿Sabes lo difícil que es mirarla a los ojos y mentirle a mi mejor amiga?
La castaña rió con ironía. No le gustaba discutir con Rosé, pero al parecer no había más opción.
-¿Ahora te preocupa Jennie? -su tono de voz salió con sarcasmo y burla- Vaya... Que buena amiga eres, Rosseanne, pero... ¡¿Por qué no pensaste en ella cuando te acostaste conmigo la primera vez?! Oh cierto, estabas ebria y luego te sentiste arrepentida, pero ¿Y la segunda, la tercera, la cuarta...? En esos momentos no estabas ebria y tampoco arrepentida, y sin embargo, ¿Pensaste en Jennie? -la rubia apretó con fuerza el volante- No, no lo hiciste, vamos tres años engañandole y en ningún momento pensaste si quiera en ella.
Chae Young quedó callada. Su amante tenía razón, ya no tenía nada más que decir. Sin embargo, jamás espero escuchar esas palabras por parte de Kim Jisoo.
-Lo mejor es dejar esto hasta aquí -dijo Jisoo luego de un largo silencio- Me casare con Jennie y todo lo que pasó entre tú y yo será como si nunca hubiese existido.
Park quedó gélida. Jamás había pasado por su mente terminar su relación clandestina con Jisoo. Lo que si tenía claro era que Jisoo era y sería siempre suya. Y si no estaba a su lado tampoco lo estaría junto con Jennie.
La reacción que Jisoo se imaginó de Rosé fue totalmente diferente a la que la rubia tuvo.
Todo el mundo tenía claro que una carretera con curvas era demasiado peligrosa y lo era aún más cuando de doble vía se trataba. Pocos accidentes habían en esa zona, puesto que habían conductores que apreciaban su vida y querían seguir viviendo.
El móvil de la castaña sonó, miró la pantalla y soltando un suspiro, contestó.
-¿Qué pasó, Jungkook? -preguntó Jisoo- Habla de una buena vez, ¿Para que mierda me llamás si estarás ocupado?
Mientras Jisoo hablaba. Chae Young el volante giraba, haciendo que el auto quedará en la vía contraria.
-Mira, no estoy de humor, dile a mamá que... -la frase quedó a medio terminar cuando Kim se dio cuenta de lo que si amante había hecho- ¡¿Qué estás haciendo, Chae Young?! -gritó horrorizada, olvidando por un momento que su hermano escuchaba todo, no fue hasta que la voz del mismo la sacó del shock- Jung-Jungkook... Rosé, Rosé nos va a matar... ¡Se metió al carril contrario y viene otro auto!
-Debiste pensar muy bien, Jisoo.
Jisoo tomó el volante en un intento de girarlo y tomar el control, pero falló, la rubia forcejeó con la castaña. Gritos se escucharon, seguido de un claxon y de las ruedas de unos autos rechinar; el auto donde iban las dos amantes se había volcado y el otro auto había caído por el barranco, todo pasó en cámara lenta.
Jungkook permanecía escuchando todo en silencio, solo pudo cerrar sus ojos y soltar una maldición.
El móvil de la castaña quedó tirado en algún lado. Las dos chicas había quedado gravemente heridas, ambas sentía como les costaba respirar, cada segundo era una tortura, sus corazones dejaron de latir al mismo tiempo.
Y cuando la ambulancia llegó. Había sido demasiado tarde, Park Rosseanne y Kim Jisoo había fallecido al igual que las personas que iban en el otro vehículo.
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