Cuaima ¿ella?

La bendita culebrita no tiene nada que ver  con cuando A ESA mujer se le mete algo entre ceja en ceja... Esa culebrita queda pendeja, pues.

Primero le tira el cuestionario al pobre tonto que se consiguió de pareja. Ahí de suavecito le lanza la pregunta a ver si el otro para bola.

― ¿Y eso olor a colonia de mujer?―Arrugó la nariz con fastidio después de deshacer el abrazo que la unía al rubio. La esencia se desprendía levemente desde la prenda que Jones tiene puesta que ella no pudo evitar captarla al tener al joven entre sus brazos.-― ¿No me vas a decir? Mira que te tengo en salsa y no de tomate. Habla, pues ―Se cruzó de brazos a la espera con cierta semillita de malestar creciendo a los segundos .Movió la mano y se puso a mirar con indiferencia la uñas pintadas de un bonito color morado mientras la respuesta llegaba.

Es ahí amigos míos, cuando la fiera permanece en calma con todos sus sentidos analíticos a cada acción que la presa haga. Presa que no sabe que su fin puede estar cerca.

―Oh Mary, ¿perfume? No, no. Debes estar mal―Una mirada dura de los ojos jades de su novia bastó para resignarse y llevar la tela del borde del saco cerca del cuello hasta su nariz. En efecto. Un olor débil, casi imprescindible se hacía notar―Umm bueno si se siente el olor. Que cosas, ¿cómo habrá llegado hasta ahí?-- Se creó esa incógnita en él para después alzar los brazos sin tomarle importancia.

Ay de él ¿verdad? Ya la pobre presa cavó su tumba.

―Eso mismo me pregunto yo. ¿Có-mo lle-gó e-sa vai-na ahí? ―De sopetón lo sentó en el sofá. Con calma alisó la tela en los hombros masculinos de una manera casi amenazante, existiendo así la posibilidad de que en un arrebato de furia las manos fueron a parar de manera extraordinaria sobre el cuello níveo de Jones. El pobre muchacho no hacía más que posar su mirada azulina nerviosa en María preguntándose qué pasaba por la cabeza de ella―Tú no me estés tomando el pelo. Que tu queridita novia es capaz de saber si tienes una guachafita por otro lado -- ―Apretó los cachetes de Alfred con brusquedad―Así que dile a mamita, ¿Quién anda de lambiscona atrás tuyo? ― Sonrió estremeciendo a Alfred sintiendo así una corriente fría bajar por su columna vertebral. El rubio tenía todo el peso recargado en el sofá hundiéndose cada vez más en él.

―¡No hay nadie, Mary! Sólo tú― Vociferó entrecerrando los ojos haciendo memoria a quien había abrazado. En el trabajo la presencia femenina era mínima y el día de hoy ni siquiera se había topado con ninguna de ella ¡Ni siquiera con Blanca! A medida que aguardaba silencio él podía sentir el aura amenazante de María incrementarse por segundo, entonces una persona pasó por su mente aliviando sus nervios. ¡A él sí lo habían abrazado! Pero no era el tipo de persona que la morocha pensaba―¡Francis! Francis me abrazó por el nuevo logro de la empresa―Sonrió feliz luego de haber explicado las cosas creyéndose libre del mal.

― ¡Te castro, mardito!¡Te castro! ―Con fuerza el cuerpo de Jones fue zarandeado por una furibunda María. ¡El muy hijo de su madre tuvo el descaró de decírselo en la cara! T-- ¿Quién es esa? ¿Desde cuándo la conoces ¿Es con ella con quien me engañas, pajuo? ¡Te voy a cortar ese güevo! Ya vas a ver―Amenazó. Alfred al escucharla abrió los ojos como platos, si no aclaraba las cosas esa mujer era capaz de cumplir esa amenaza.

―¡Es hombre! Mary , Francis es hombre-― Temiendo por su virilidad Jones se cubrió. En momento como estos se preguntaba quién tenía los pantalones en esa relación ―¡Pregúntale a Blanca! ― Con esperanza habló, si había algo a lo que podía recorrer era al cuchicheo que entre mujeres esas dos tenían. Eso pareció bajar las aguas de molestia en la venezolana que se alejó de él.

― Voy a preguntar... pero cuidadito pues, si me estás viendo la cara 'e gafa, si no saz ― Alfred tragó grueso cuando María pasó su dedo por el cuello― Hoy duermes en el sofá y nada de estar rogando para dormir conmigo

Ya cuando el pobre pasó por el cuestionario, la amenaza, la bronca donde él nada que ver.... ¿Qué pasa? Lo dejan durmiendo en el sillón mínimo por un mes.

Ahí estaba él, eran como las once de la noche y el frio calándole los huesos. La manta que le tocó tomar-porque María se reusó a darle una de las del cuarto--era traslucida que al fin y al cabo era como no tener nada puesto. De paso las zancudas- sí señor, las hembras son las que chupan sangre--se antojaron de andar de metiche robándole la sangre junto cuando ya iba a cerrar los ojos y agarrar el sueño. Que más pues, a desvelarse.

Se removió entre el sofá un tanto incomodó dejando que sus pensamientos le embargaran. A veces se preguntaba porque ellos dos, él y María, andaban juntos. Soltó un suspiró pesado, en verdad le quería que no podía enojarse con ella bajo ningún motivo. Tal vez molestarse y saltar en discusiones pero a la final ella siempre quiere tener la palabra.

―Alfred. Al... ―A pasos suaves María se acercó a él. Alfred cerró los ojos apenas la escuchó hablar. ―Sé que estás despierto. ― con pereza abrió los ojos más no le dio la mirada a ella. ― Lo siento ¿Si? Lamento lo de hasta mañana. Ya conocí a Francis, Blanca me lo presentó hoy ¡La vaina es, por qué nunca me lo presentaste tú! Si el hombre es una preciosura de persona, además, es francés-―Llevó sus dedos a los cabellos rubios del chico. Sin embargo Jones se cruzó de brazos ofendido.

-― Umm, uhun― Masculló sin más.

― Alfred.. Anda ven a la cama. Está muy frio allá sin ti― Ella hizo un puchero tratando de conmoverlo.― Por fis―él la miró y suspiró resignado.

― ¡Okey! Pero nada de lo de hasta mañana de nuevo. Promételo―Se sentó quedado ambos de frente, ella alzó su mano en seña de prometerlo. ―Vamos a la habitación― Con sueño tomó entre sus manos la sábana inservible- que ni a un pobre vagabundo le daría consuelo- y la almohada, para sentir los cálidos labios y el sabor embriagador de la muchacha.

Por más vuelta que le diera el asunto. Él siempre le va querer....porque ella no es cualquier cuaima ¡qué va! Es su cuaima.

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Como cuando Dios se compadece de ustedes y me manda la inspiración para actualizar ¿? 

No me hagan caso Xd Mano, yo tengo una compañera que se llama como el francesito. De pana O.O