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Tercera Persona P.O.V.
El tiempo pasó velozmente, y antes de que los habitantes de Cair Paravel escuchaban las trompetas que anunciaban la llegada del Príncipe Rabadash de Calormen. Todos los sirvientes principales se reunieron en la playa frontal donde a lo lejos se veía emerger del bosque un carruaje negro custodiado por guardias a caballo.
Los centauros armaron el pasillo principal, donde se colocaría la realiza narniana. Los Pevensie por su parte estaban algo dispersos, Peter se encontraba con Andrea dando los últimos toques al torneo que se llevaría a cabo en dos días, Edmund estaba con Tumnus mientras entrenaba con el fauno en el arte de la esgrima, y Susan y Lucy estaban terminando de organizar el baile de esa noche. Andrea escucha las trompetas sonar y se gira para mirar a Peter, se ríen entre ellos y asienten mientras marchan al frente, con el Pevensie mayor asintiendo en aliento a su amiga. Todos cargaron sus coronas rápidamente al anunciarse la llegada de su invitado, así mostrarían su posición.
Mientras todos se reunieron en la puerta principal, tomaron las mismas posiciones en las que llevaban años otorgadas siendo de izquierda a derecha, Lucy, Susan, Andrea, Peter y Edmund, del mismo modo que se disponen sus tronos.
Por su parte, del carruaje principal se baja un hombre de porte serio y apariencia encantadora, este se gira hacia el carruaje secundario y camina hacia él. Ayudando a bajar a una dama, de apariencia similar a él, haciendo que los que ven la escena declaren que dicha dama es su hermana, la Tarkheena (Princesa) Aravis de Carlormen.
Aravis: gracias, hermano -dice con tono serio, pero con una sonrisa en la cara
Rabadash: recuerda la situación, querida hermana -le susurra con una sonrisa cariñosa y tono duro
En apariencia, simplemente era la escena amable entre hermanos llegando a un nuevo lugar, ninguno de vista lejana podría ver la pequeña fuerza ejercida en la mano de la joven por parte de su hermano.
Ambos se colocan rectos y luego caminan al frente del pasillo. Los centauros comienzan a tocar las cornetas dando paso a los reyes narnianos. Siendo Oreyus el portavoz de Narnia.
Oreyus: sus majestades, la Reina Lucy la Valiente -esta da un paso al frente mientras giran la esquina dándose a ver- la Reina Susan la Benévola, El Rey Edmund el Justo, El Rey Peter el Magnígico, y la Reina Andrea La Suprema -poco a poco tomando las mismas posiciones de siempre
Rabadash: ya puedo decir que me gustará estar aquí -dice mientras mira a Susan, con una sonrisa encantadora a lo que su hermana se guarda una mueca
Un sirviente calormiense se adelanta y anuncia su llegada
Calorminese: su alteza el Príncipe Rabadash y la Tarkheena Aravis de Calormen
Aravis: recuerda lo que dijo padre, debes comportarte
Rabadash: no seas ingenua, estamos aquí para comenzar una alianza entre Narnia y Calormen -le susurra con una sonrisa mientras toda la conversación pasa desapercibida para todos mientras caminan hacia los Pevensie y Andrea
Aravis: pues recuerda eso mismo, hermano -le advierte
Es entonces cuando se encuentran a dos pasos del grupo real narniano, ambos con sonrisas educadas se hacen una reverencia respetuosa para sus respectivos cargos.
Andrea: Príncipe Rabadas y Tarkheena Aravis -saluda finalmente
Rabadash: por favor, llámenos por nuestros nombres, los títulos nos hace parecer tan lejanos y viejos. No quisiéramos establecer una frontera más entre nosotros -dice con un tono educado y una sonrisa encantadora cuando mira hacia las Pevensie y luego educada a los hombres y la Reina Suprema
Susan: en ese caso podríamos tomarnos una pequeña familiaridad -le sonríe educadamente, ya cayendo en las redes del encanto calormiense distintivo del Príncipe
Rabadash: su Castillo es increíble, Andrea -se dirige a la Suprema
Andrea: Reina Andrea, por favor -le recuerda, pues ella misma no le otorgó el beneficio de familiaridades con ella
Rabadash: por supuesto -le sonríe de nuevo. Un castillo hermoso, sin lugar a duda muy próspero -dirige su mirada a Susan a lo que ella se sonroja un poco y esconde su rostro mirando hacia sus pies
Peter: deberíamos mostrarles sus aposentos, tendremos un baile en honor a su visita -le da un sutil golpe en el hombro a Andrea, esta sale de lanzarle miradas serias a Rabadash que solo miraba a Susan
Andrea: por supuesto, debemos? -extiende su brazo para Aravis, la joven princesa de 14 años, aceptándolo esta. Sin embargo, su mandíbula se aprieta cuando no solo Susan, sino que también Lucy, extienden sus brazos para acompañar al Príncipe Rabadash
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