Escape... (Parte 1).

OSCAR PLANOR.

—Oscar.

Escucho a alguien mencionar vagamente mi nombre, pero no me inmuto, ni le presto atención.

—Oscar.

Vuelve a llamar. Esa voz se escucha muyyyyy lejana. Apenas y la puedo escuchar.

—Oscar, maldita sea ¡despierta!

Abro los ojos de golpe y me incorporo rápidamente al percatarme de mi situación actual.

Trato de enfocar en la oscuridad de donde proviene esa voz que creo reconocer.

—¡Aquí abajo!

Otro grito susurrado. Bajo la mirada lentamente hacia el borde de la camilla y veo un par de ojos verdes brillantes asomados. Entrecierro los ojos para ver un poco más claro si es posible.

—¿Mari...? —pero él es más rápido y me tapa la boca antes de que pueda decir otra palabra.

—Shhhh.

No sé porqué, pero esto me da asco.

El sujeto se pone de pie, va hacia la ventana más cercana y la abre cuidadosamente.

—¿Qué esperas, damicelo en apuros? Vámonos.

Entonces, él se posiciona y se tira por la ventana...

—Ay no, esto no me gusta —susurro para mí mismo antes de bajar de la cama y.., tirarme por la ventana también.

¡Que sorpresa!

Creí que tendría que improvisar para aterrizar sin que mi hermoso cuerpo saliera lastimado, pero no, hay una escalera en la que podemos bajar sin mucho ajetreo.

Tan pronto salí de la habitación sentí un frío infernal que me caló los huesos. Si no fuera porque fui brutalmente entrenado para sobrevivir a este tipo de escenarios me abría caído gracias al rafagazo de viento helado que me azotó.

Seguí bajando las largas escaleras pese a eso. Con rapidez, pero cuidando no caerme y partirme todo en el proceso. Trato de disimular mi inquietud al exponerme en una situación como esta. No me gusta admitirlo, pero...

Odio.

De verdad.

Las alturas.

Me arrepiento enteramente de haber venido.

Ni siquiera sé en qué mierda estaba pensado cuando lo hice.

¿Como se puede ser tan estúpido?

Y ni hablar de mi padre, de seguro cuando me vea me decapita...

Un momento.., hay algo que me tiene un poco inquieto.

¿Qué otra cosa me dijo mi padre además de las amenazas de volver sano y salvo?

¿Había algo más? O ¿solo son imaginaciones mías?

Nah, de seguro que son imaginaciones mías.

...

Ya terminada la misión número uno: salir del cuarto; empezamos a ejecutar la misión número dos: llegar a la parte trasera del palacio...

—Sin hacer ruido ni llamar la atención ni hacer payasadas. ¿Entendido?

Me quedo mirándolo con una expresión boba.

—Amigo esa es la misión más imposible que me han puesto a hacer en mi vida. ¿Cómo me pides la misma cosa en diferentes palabras? Debe molestarte mucho la manera sensacional en la que vibro.

Marit respira profundo y cierra los ojos lentamente para reunir paciencia que casi no le queda.

—Me temo que este no es momento para eso.

—Aam, si, si, claro. ¿Podemos descansar un rato? Digo, es que necesito estar bien despierto para poder realizar las misiones bien de bien, ya sabes...

—Ya cállate. —me interrumpe.

—¿Entonces...?

—Solo por diez minutos. —me vuelve a interrumpir.

Si fuera otra persona ya le habría dado un puñetazo; odio que me interrumpan.

—Perfecto.

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