CAPÍTULO 4
LOS SIETE TERRIBLES
NARRADOR OMNISCIENTE
Mientras los mellizos Carter se sumían en un profundo sueño; el cual les fue causado por la Tentación diabólica de chocolate, Sterling se había encerrado en su sala secreta.
Ella se encontraba de pie frente a la chimenea con una copa en la mano, estaba observando el cuadro que plasmaba su hogar; el cual yacía encima de la chimenea.
Sterling suspiró de una forma que era extraña en ella, era como si el ver el cuadro, este le trajera recuerdos.
Aunque era entendible, después de siglos fuera de su hogar, uno comenzaba a añorar los viejos tiempos en donde uno se podía considerar "feliz."
—Lo extrañas ¿cierto? –dijo Saías a su lado.
Sterling se sobresaltó, no había escuchado que él llegara, lo miró de reojo desconcertada.
—¿De qué hablas?
—El infierno, lo extrañas.
—¿Tú no? Es nuestro hogar –comentó la chica un poco confundida de la reacción que estaba viendo en Saías.
—Claro que sí –aclaró de inmediato al ver la reacción de Sterling.
—Entonces no preguntes cosas obvias –puso los ojos en blanco.
Para todos era muy obvio que él sentía más que aprecio o admiración hacia ella, crecieron juntos –al igual que el resto–, pero Saías adquirió un sentimiento –que era poco conocido por su especie– hacia Sterling; quien no solo era su amiga y compañera, sino que también era su líder.
—Todo esto tiene que salir bien, no puede haber complicaciones, mientras más rápido encontremos la piedra infernal, más rápido regresaremos a casa.
—Todo saldrá bien, tranquila –Saías quería abrazarla, pero se contuvo.
Eso no sería apropiado.
—Eso espero, por ahora tenemos tiempo de planear algo contra los humanos y ganarnos su confianza –Saías asintió–. La tentación diabólica de Adriel nos dará tiempo de poder hablar sin interrupciones ¿Cuánto crees que dure el efecto del sueño?
—Según Adriel, no despertarán en un buen rato, en humanos dura más de 20 horas el efecto, no despertarán hasta mañana por la noche.
—Bien, así nos daría tiempo de revisar sus cosas –explicó, para después beber de su copa.
Las puertas de la sala se abrieron y tras ellas aparecieron los demás, entraron a la sala con caras de aburrimiento.
Sterling miró a Saías, él en un segundo captó lo que ella le dio a entender con su fría mirada, y en menos de una milésima de segundo había acercado hasta ella su trono.
Sterling tomó asiento en el trono; el cual tenía varios cráneos incrustados, era todo de color negro, grande e imponente –no tanto como el trono que en verdad quería y anhelaba; el de su padre, pero le gustaba–, gracias a él, los seis chicos que estaban bajo su mando la respetaban; eso y que realmente ella los aterraba.
Después de que Sterling tomó asiento, el resto la imitó y se sentó en los diferentes muebles del lugar.
—Esos humanos me han sorprendido –anunció Mikael, él se había sentado en uno de los sillones que estaban a un lado del trono.
—No son lo que esperaba, la verdad –habló Sathiel, mientras veía sus uñas de manera distraída.
—Meses planeando todo y ¿para qué? –se quejó Saías cruzándose de brazos en el otro sillón que estaba junto al trono de Sterling–. Para que los humanos sean un par de adolescentes.
—Ya sabíamos que serían adolescentes –comentó Mikael–. No por nada estamos en la escuela, genio –puso los ojos en blanco.
—A lo que me refiero, es que son unos críos, desde lejos pude oler su olor infantil, me dan asco.
—A mí me gustaron –expresó Alec a su lado mientras se encogía de hombros.
—¡Ay, por Satanás! A ti todos los humanos te gustan –puntualizó Saías, mientras ponía los ojos en blanco.
—No lo niego, pero ¿vieron a la chica humana? Es bonita y transmitía una vibra demasiado pura, que –suspiró–, me dieron ganas de corromperla.
Saías puso los ojos en blanco y bufó, odiaba que Alec se comportara así, le hacía creer que no se tomaba las cosas en serio, y le enojaba, todos sabían cuán importante era ese trabajo para Sterling, por lo tanto, era importante para el resto.
—A mí me pareció muy simple.
—Oh, claro, porque para el gran Mikael no hay nada mejor que él mismo ¿no? –gruñó Alec retándolo con la mirada.
Mikael entrecerró los ojos hacia Alec.
—No, porque la verdad he visto mejores humanos que esa, se viste como señora.
Alec iba a decir algo, pero el bostezo de DSlee; quien se encontraba a lado de Mikael, lo interrumpió.
—¿Te aburrimos, pequeño D?
—Sinceramente, sí, solo dicen puras pendejadas.
Eso llamó la atención de Sterling, ella en todo momento prestó atención a todos los comentarios que hacía cada uno de los chicos, mientras tomaba de su extraña copa; la cual contenía un líquido demasiado raro como para ser simplemente vino.
—¿Por qué crees que son puras pendejadas, DSlee? –preguntó Sterling.
—¿En serio, Ster? Se muy bien que tú igual crees que son puras pendejadas lo que dicen todos estos imbéciles –Sterling ladeó una sonrisa, la cual solo afirmó lo que decía DSlee–. Todos están subestimando a esos dos humanos, cuando no debe de ser así, podrán ser humanos, pero se ve que no son ingenuos, al menos la chica no me lo parece.
—Exacto, DSlee –declaró Sterling.
Ella dejó la copa en la mesa de café que se encontraba frente a ellos y se puso de pie.
Sterling empezó a caminar por toda la sala, todos se enderezaron al verla caminar entre los muebles, siguieron cada uno de sus movimientos. Ellos sabían que debían tener cuidado de no hacerla enojar, porque si Sterling, de por si era peligrosa estando tranquila, enojada era mucho peor y nadie quería ver su forma demoniaca.
—Jamás debemos de subestimar a nadie, ni siquiera al humano más tonto del mundo, no sabemos qué esperar de ellos y cuándo pueden sorprendernos –remarcó al detenerse detrás de Adriel, él era el único que no había hablado.
Adriel se puso tenso al sentir a Sterling atrás de él.
—Estás muy callado, Adri –Sterling se inclinó para hablarle al oído, él tragó saliva– Dime ¿qué piensas al respecto?
—¿Sobre qué? ¿Sobre los humanos? –Sterling asintió–. Realmente estoy de acuerdo con DSlee.
El aludido sonrió orgulloso al escuchar que Adriel estaba de su lado.
—Dime más –sugirió Sterling mientras se reincorporaba y caminaba de regreso a su trono.
Los chicos se relajaron cuando ella se sentó.
—No debemos subestimarlos, Alec dice que la humana tiene un olor puro e inocente, pero, cuando nuestras miradas se encontraron, vi otra cosa en ella, no había nada inocente en su mirada, había algo más que no puedo explicar, pero qué realmente no era puro ni inocente.
—También noté algo en ella, oculta algo tras esa fachada de niña buena, puedo sentirlo, la ira que desborda de ella es interesante –soltó de repente Sathiel, él estaba frente a Adriel, los ojos de Sathiel se dilataron tras decir lo último.
—Siento que hay que tenerla más vigilada a ella que a su hermano, algo me dice que ella nos dará muchos problemas.
—Tal vez tengas razón –comentó Sterling–. Esa chica tiene algo extraño, y tenemos que averiguar qué es, uno de ustedes tiene que estar con la humana...
—¡Mierda, no!
—¿Sucede algo, DSlee? –preguntó Sterling consternada por la interrupción.
—Sí, que odio esta apariencia, no me siento cómodo así, quiero volver a mi forma normal. Ser humano apesta.
—¡Ay, por favor! –exclamó Mikael mientras ponía los ojos en blanco–. Ni que hubiera gran diferencia entre tu aspecto normal y tu aspecto humano, ni siquiera cambiaste tus horripilantes ojos dorados o tu piel naranja.
—Mika tiene razón –respondió Sathiel–. Sólo cambiaste tu cabello, y tus garras las tienes ocultas, no hay diferencia.
—Mis alas extrañan ser libres.
—¿Tú te quejas? –gruñó Adriel mientras se cruzaba de brazos–. Yo ni siquiera puedo comer lo que me gusta, solo para guardar las apariencias de que no somos humanos.
—Yo no puedo cazar –soltó Alec.
—Yo no puedo...
Y así fue como todos comenzaron a quejarse de todo lo que no les gustaba de ser humanos.
Sterling perecía querer arrancar la cabeza de cada uno, empezó a masajear el puente de su nariz, suplicando paciencia.
De pronto, sintió como alguien se acercaba a ella y le susurraba al oído, no tuvo que voltear para saber quién era.
Saías.
—Si te molestan, sabes que tienes el poder de callarlos.
—Solo estoy pensando.
Sterling dejó de masajear el puente de su nariz y se recostó en su trono, mientras observaba a todos hablar y quejarse, con sus uñas empezó a golpear el reposabrazos de su trono.
La acción hizo que todos se callaran y la voltearan a ver, ella suspiró, pero no dijo nada. Para los chicos era peor que solo se quedara callada mientras los observaba, que el que dijera algo para regañarlos.
Todos esperaban que su líder hablara, pero ella solo los observaba de manera seria, que a más de uno hizo tragar en seco.
A Alec se le ocurrió una idea, sabía que haría enojar a Saías con ella, pero que haría que la tensión de la situación bajara. Él se puso de pie y se acercó a Sterling, ella lo observó atenta a cada movimiento.
Alec le sonrió de forma inocente, en un movimiento rápido y valiente se sentó en el regazo de Sterling y la abrazó de una manera que, sus brazos rodearon su cuello. Sterling enarcó una ceja cero sorprendida por la acción de Alec.
Saías se tensó al instante al ver a Alec sentado en las piernas de Sterling y abrazándola, de pronto sintió esa sensación muy conocida y molesta para él; la envidia.
—Dime hermosa ¿Por qué tan tensa y estresada? –preguntó Alec con una sonrisa encantadora.
—¡Bájate de ella! –ordenó Saías con la mandíbula apretada.
—¿Qué? ¿Estás celoso, Saías? –Saías entrecerró sus ojos y apretó los puños tratando de no cometer una estupidez–. Solo me moveré si Sterling lo pide.
Sterling sonrió y se encogió de hombros restándole importancia al asunto.
Alec sonrió victorioso al ver la reacción que la acción y actitud de Ster provocó en Saías, Alec volvió su vista hacia Sterling.
—¿Puedo hacerte una pregunta, hermosa?
—Habla –ofreció Sterling.
—¿Por qué dijiste que tu apellido era Night?
—¡Por Satán! Me estaba haciendo la misma pregunta –expresó Sathiel sobresaltado.
—Yo igual, pero decidí ignorarlo y esperar que alguien más lo comentara –le siguió DSlee.
—Ahora resulta que todos tenían la misma pregunta que yo –murmuró Alec entrecerrando sus ojos verdes hacia el resto, mientras abrazaba más a Sterling–. Cobardes.
—No somos cobardes, solamente que tú eres el único lo suficientemente estúpido como atreverte a preguntarlo sin tener miedo de la reacción de Sterling –admitió Adriel.
—Eso es verdad –comentó Mikael.
—¡Cobardes! –volvió a murmurar Alec mientras se pegaba más a Sterling.
Sterling rio con el comentario, no podía negar lo que los chicos decían, ella sabía que Alec era el más aventado de los siete, ella podía jurar que Alec, era el único que no le tenía miedo del todo y eso lo convertía a él en su mejor amigo, es por eso que, no le sorprendían sus acciones hacia ella.
—Cómo sea –remarcó Alec mientras ponía los ojos en blanco–. Es una pregunta que no me dejara dormir si no la contestas, Ster.
Sterling suspiró.
—No podía decir que mi apellido es ChaosStar, sería demasiado obvio, acuérdense que ellos son hijos de un Pastor. Están dedicados a la iglesia.
—Cierto, ellos se rigen por la filosofía de la biblia –afirmó Saías mientras se cruzaba de brazos–. Posiblemente ellos se unan a la cofradía.
—¡Mierda! Eso sería muy malo –insinuó Sathiel–. ¿Cómo evitaremos que se unan a la cofradía o que la cofradía los reclute?
—Es por eso que debemos vigilarlos, evitar que se unan a la cofradía, si eso pasa nos será imposible llegar a ellos, así que, volviendo al tema de antes...
—¿Decidirás quién vigilará a la humana? –preguntó Mikael con la cabeza recostada en su mano.
—Sí.
—Bien ¿Quién de nosotros será el desafortunado? –comentó DSlee.
Sterling sonrió, sabía que, lo que estaba a punto de decir sería una jugada peligrosa, pero efectiva.
—Todos lo harán.
Los chicos se quedaron estáticos ante lo dicho por su líder, si les molestaba o les repugnaba la orden, no podían quejarse o decir algo, si lo hacían tenían que atenerse a las consecuencias de ser acreedores de un castigo y recibir un castigo impuesto por Sterling era peor que nada.
Las órdenes de la líder se obedecen sí o sí.
—Todos ustedes vigilarán a la humana, gánense su confianza, sen sus mejores amigos, enamórenla o yo qué sé, pero háganlo, quiero que me digan todo lo que haga y diga, si notan algo extraño que pueda decirnos sobre lo que estamos buscando, me lo hacen saber, eviten a toda costa que la cofradía sepa de ella o que ella sepa de la cofradía.
—¿Qué pasará con el humano? –preguntó Sathiel muy serio.
—Del humano me encargo yo.
Saías apretó los labios ante eso.
—¿Pero...?
—Pero nada, el humano será pan comido para mí, y por lo que pude ver en la cena él no ha tenido buena impresión de ustedes, menos de Alec.
Alec solo se encogió de hombros ante eso y abrazó más a Sterling ocultando su cara en su cuello, parecía que fuera un niño en los brazos de su madre.
—Yo solo quería jugar con él. – murmuró en un tono muy infantil.
—Sí, bueno, al parecer él no entendió bien tus juegos. Así que, me toca a mí ganarme al humano.
—Uy, aprovecharas tu sexy y hermosa apariencia –sugirió Alec con una sonrisa pícara.
Sterling lo miró de reojo y puso los ojos de blanco ante el comentario.
—Solo ten cuidado con él –comentó Saías, él era el único que no le gustaba el que Sterling se expusiera a un humano, no otra vez.
—Uy, alguien está celoso –expresó Alec, los demás soltaron pequeñas risitas.
—Se menos obvio, Saías –le siguió Mikael con una sonrisa burlona–. Hasta aquí puedo oler la envidia.
Saías apretó los puños, no podía decir nada, pero era verdad, la sangre le hervía con la idea de Sterling y el humano juntos, así como le hervía la sangre al ver a Alec en las piernas de su querida líder, pero, aunque le molestara la idea, no podía decir nada.
Sterling suspiró, odiaba ver como todos se burlaban de Saías solo por tener sentimientos que no debería de tener hacia ella.
—Ahora, recuerden mantener las apariencias, no queremos ningún incidente, son humanos, actúen como tal, ganen la confianza de ambos si es necesario, pero esto debe de salir perfecto.
» No hace falta recordarles que este trabajo debe de salir a la perfección, así que, cueste lo que cueste debemos de conseguir el objetivo y salir victoriosos. No por nada somos Los siete terribles. No por nada somos los hijos de los siete pecados capitales, no por nada seremos los líderes del infierno.
Todos sonrieron ante eso.
—Ahora que todo está claro y nadie tiene una objeción, necesito que se vayan.
Todos los chicos se pusieron en pie; incluyendo a Alec que se había bajado del regazo de Sterling, la mayoría salió de la sala, excepto Alec, él se había quedado de pie junto a Sterling observándola, ella suspiró.
—Solo habla –ordenó mientras masajeaba su sien.
—Estoy preocupado por ti, Ster, este trabajo te tiene muy mal desde hace meses.
—Tú estarías igual si de este trabajo no dependiera nuestro regreso a casa.
—¿En serio quieres regresar? Han pasado siglos desde la última vez que estuvimos en el infierno –expresó Alec mientras se cruzaba de brazos–. ¿Lucifer te dijo que si este trabajo tenía éxito regresaríamos a casa?
Alec tenía sus momentos de seriedad que sólo salían a la luz en situaciones que lo requerían, como lo era esa situación en la cual sabía que su mejor amiga no estaba bien, él sabía que Sterling estaba bajo mucha presión y que ella, aunque no lo digiera, necesitaba su ayuda.
—No, no lo dijo, solo lo intuí, si tengo éxito puedo exigirle que nos deje regresar.
—Conoces a tu padre, Ster, sabes muy bien lo que dirá.
Sterling suspiró, sí, ella sabía que su padre no quería que ella y los seis regresaran al infierno, no después del incidente de hace siglos, y sabía que cuando el gran Lucifer tomaba una decisión, esa decisión era absoluta, pero ella aún tenía la esperanza de que su padre la dejara regresar a su hogar.
Esperanza. Un sentimiento humano del cual jamás se ha podido deshacer desde que lo descubrió.
—Déjame sola, necesito comunicarme con él.
—¿Bajarás?
—No, hablaré con él desde aquí.
Alec suspiró.
—Comunicación por fuego infernal –Sterling asintió–. Bien, pero ten cuidado.
Dicho eso, Alec salió de la sala dejando sola a Sterling.
Ella se inclinó hacia adelante, puso sus codos en sus rodillas y recostó su cabeza en sus manos.
Antes de poder hablar con su padre necesitaba relajarse, no podía hablar con el gran Lucifer si estaba mal, su padre no era estúpido, se daría cuanta si veía que ella comenzaba a titubear o mostraba algún sentimiento humano.
Todo tenía que salir perfecto.
Cuando estuvo lo suficientemente calmada para aparentar ser perfecta y fuerte delante de su padre, se puso de pie y fue directo a la chimenea.
Sterling tomó un breve respiro antes de caer de rodillas delante del fuego de la chimenea. Él fuego parecía normal, pero de normal no tenía nada, el fuego que la chimenea sacaba era fuego infernal.
Un fuego demasiado poderoso y peligroso si no sabes cómo manejarlo.
Sterling con su mano tomó una bola de fuego y con ella dibujó un círculo y una estrella a su alrededor. Sus ojos se volvieron completamente rojos, desde el iris hasta la esclerótica.
Empezó a murmurar unas extrañas palabras en latín que hizo que el fuego comenzara a moverse con demasiada fuerza.
En el fuego de la chimenea empezó a formarse la silueta de un rostro que, en pocos segundos mostró el rostro del rey del infierno. Los ojos de Sterling seguían rojos. Cuando la imagen de su padre en el fuego fue más clara, los susurros en latín se acabaron.
—Hija –habló Lucifer con una gran sonrisa que en el fuego se veía escalofriante.
Su padre estaba en su forma humana, pero eso no le quitaba que causara terror a la hora de sonreír.
—Padre –respondió Sterling a modo de saludo, mientras seguía observando el fuego.
El rey del infierno sonrió, y sin más preámbulos le exigió a su hija todos los detalles de la llegada de los humanos, él quería saber los detalles de cómo iba a proceder todo.
Sterling suspiró, empezó a contarle lo que había detectado en los humanos. El plan estaba en marcha, todo tenía que salir perfecto, no quería provocar la furia de su padre.
Mientras que Sterling se las ingeniaba para poner al día a su padre con todo lo relacionado al trabajo y a los humanos. En el oscuro y silencioso tercer piso uno de los mellizos estuvo despierto el tiempo suficiente como para escuchar extraños ruidos en la mansión Gehenna.
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En este capítulo se pudo apreciar más las actitudes de cada uno de los siete chicos, que como Sterling mencionó: son los hijos de los pecados capitales, por lo tanto todos son demonios.
¿Qué les parecieron?
¿Cuál es su favorito?
¿Qué mellizos es el que estuvo despierto todo el tiempo?
Espero que les este gustando la historia, no se olviden de votar y comentar, besitos 😗
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