Capítulo 9
-El se burló de mí, ¿cree que diciendo unas palabras tan vacías por lástima puede tener mí favor? Eso ni lo sueñes, conde... Yo no soy tan ingenua como las mujeres que conoces, no soy tan creída como mis hermanas... Yo soy Scarlett y me las pagarás por intentar burlarte de mí
El brindis empezó, todo otra vez aclamando en nombre de la princesa Perla por su cumpleaños de mayoría de edad y claro, por su compromiso con El Príncipe de Bryon.
-¿Que te pasa? -preguntó con una dulce voz a su hermana menor- Estás muy seria, Scarlett
-No es nada que deba importarte -dijo muy esquiva la pelirroja a su hermana menor quien rodó los ojos ante su respuesta.
-Bien, a la próxima recuérdame ni preguntarte
-Por mí está más que bien.
-¿Y tu, Perla? -le preguntó esta vez a la más grande - no pareces tan feliz
-¿C-como crees? Claro que estoy feliz, es solo que lo discimulo bastante bien
Tal vez no todo estaba tan bien como se decía. Perla sentía que se moría por dentro, en vez de estar feliz porque cumplía años, le festejaban asi de tan gran manera... Pero la comprometieron, y peor aún, ella no confiaba en los rumores de dicho príncipe. Ser princesa era un cargo bastante pesado para la rubia, que nisiquiera sus hermanas se imaginaban.
Aunque, cada una lo vivía de distinta manera...
-Querido público, invitados, nobles de este hermoso reino -hablo el rey frente a todos con una imponente voz y fuerte postura- ,Como saben, estamos celebrando un año más de vida de nuestra Perla, quien se acerca cada vez más a la corona y me complace decir que este festejo durará una semana completa
Ésta noticia para los nobles era la mejor, pero para los nobles de menor status no lo eran tanto. Gastar en accesorios, vestuarios, y hasta en los carruajes se hacía un poco complicado pero al mismo tiempo les servía bien para que sus jóvenes hijos encontrarán pareja de su misma sociedad en tan poco tiempo, como aveces era costumbre.
-Pero además de eso, -añade el rey- los cuatro días siguientes se celebrará en los pueblos para que todo nuestro reino festeje, y el último día aquí todos nuevamente para finalizar la celebración
-¿No es demasiado?
-Se ve que así usan el dinero ganado con las guerras
-¡Si, fiesta!
-Va a ser agotador toda esta semana
Esos fueron algunos de los comentarios más escuchados entre esa multitud de nobles.
Al día siguiente, todo concurrió como el rey propuso. Una gran celebración se realizó por todo el reino, desde los más ricos hasta los más pobres festejaron con ánimo.
Los carruajes reales no se tardaron en pasear por las calles de la ciudad, allí adentro los primeros que salieron fueron el rey y la reina quienes fueron aclamados con alegría. Atrás del primer carruaje, salió Perla saludando a sus súbditos encantado a más de uno con su gracia y belleza.
-¡Princesa Perla!
-¡Nuestra futura reina!
-¡Su belleza es infinita!
-¡Viva nuestra princesa heredera!
Dijeron varios, o más bien, gritaron.
Atrás de su carruaje siguieron las dos princesas, por un lado Scarlett y por el otro Annabelle. La de cabellos castaños sonreía con alegría endulzando los corazones de la gente, quienes la miraban con dulzura y sin duda alguna, la princesa más joven era casi un calco de su madre. Mientras que del otro lado, Scarlett apenas saludo con su mano derecha manteniendo un semblante neutral, que no agradaba a casi nadie. Muchos pensaban que ella ya era así de seria, otros creían que era la menos educada entre las princesas, y los restantes simplemente la ignoraban sabiendo que no tenía chances de heredar nunca un trono.
-En algunos meses se acerca el cumpleaños diecisiete de Scarlett -dijo Isabel a su esposo- ¿Será así de grande y festiva la celebración?
-Cuando sea mí hija, si
Eso era un no, un rotundo no. Un no, el cual Isabel ya se esperaba. Todos los años eran así.
-Pobre hija mía... -se lamentó la castaña.
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-Mamá, no me importa -dijo la pelirroja a su madre con tranquilidad, o eso parecía demostrar.
-No me lo ocultes Scarlett... Te prometo que ésta vez, este año si vamos a celebrar tu cumpleaños también
-No es necesario, no es como si eso fuera importante -junta sus manos - yo no quiero esas tonterías, no quiero que vuelvas a compararme otra vez con mís hermanas que si les gustan ese tipo de cosas
-¿Compararte? Deja de hablar así, eres mí hija, las tres lo son y no permito que ninguna se vea más ni menos que las otras ¿Me entendiste?
-Mamá.... -suspiro y una ligera sonrisa creció de sus labios- descuida, yo sé que soy mejor.
Un escalofríos recorrió la espalda de la mujer de cabellos castaños al escuchar y ver a su hija hablar así. ¿Desde cuándo tenía ese pensamiento altanero?
-Tu por otro lado, mami querida -se le acerca - dejas que otros te pisoteen y eso es una vergüenza para mí siendo tu hija, así que te aconsejo que tomes tu lugar porque ambas sabemos quién...manda aquí
-Scarlett, tu.... Deja de ser tan avariciosa ¿No te das cuenta los sacrificios que hago por ti? Por todas ustedes... Deja de ver las cosas como las ves, abandona tu forma de pensar porque no te permitiré faltarme el respeto, no a mí
-tranquila mamá -ladea su cabeza relajándose - yo sólo te di un consejo, no lo tomes como de hija a madre, sino como de mujer a mujer....-vuelve a dirigirle la mirada de manera neutral- una reina como tu no debe dejar que su rey la desprecie por mí culpa, entiendelo madre
-Suficiente, y yo que pensaba interceder por ti con tu padre!
-Tu amado rey no es mí padre, ¿Lo recuerdas? Eso es de lo que tu y todos en este reino me han convencido y aún espero a saber quién si lo es
En eso la mujer de cabello castaño cerró su boca,¿Cómo su hija se atrevía a hablarle de esa manera?
-......Ve a tu habitación, no quiero que asistas a la celebración mañana ¿Bien? Desde hoy estás castigada y nada de salir de tu habitación
-Eso no...
-Soy tu madre y soy la Reina, no desobedezcas Scarlett
-....como usted ordene -dijo entre dientes la pelirroja haciendo una reverencia y se retiró a sus aposentos - Algún día haré que me cuentes la verdad, madre... Nadie se irá sin decirla, no en este palacio
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La luz del sol ilumaba todo el Reino Escarlata, la primavera era, sin dudas, la estación favorita de todos. Los rizos dorados de la primera princesa brillaban aun mas, por eso todos decían que ella era el sol de su reino. Normalmente cuando iban a visitarla los nobles de más altos rangos, le llevaban girasoles y rosas rojas, las favoritas de Perla. Era una amante del color rojo, o eso era lo que todos pensaban en realidad.
Benjamín buscó casi toda la tarde de ese día a la princesa pelirroja pero no la encontró, hasta que vio a Perla quien captó su atención. Lo correcto sería saludarla, después de todo, ya estaban comprometidos y lo mejor era empezar a relacionarse entre ellos.
-Una hermosa tarde de sol, ¿Verdad, princesa?
-Uhm... Si, estás en lo correcto -respondio con tranquilidad la mujer rubia mientras lo miraba con poco interés, algo de lo que el príncipe se dió cuenta- ¿A qué viene, Príncipe de Bryon?
-De hecho no creo que esté mal venir a saludar a mí futura esposa -respondio educadamente el de cabellos castaños - Lo que me parece realmente curioso en estos momentos es, ¿Que harán cuando estemos ya casados? Sabe que soy el único heredero de mí reino, y usted es la primera en la sucesión de éste
-¿A qué quiere llegar?
-Me refiero que cuando nos casemos, usted tendrá que gobernar Bryon junto a mí, dejándole el trono a la siguiente princesa
-Entonces nos tardaremos mucho en casar -sonrie levemente como si realmente estuviera muy tranquila- Annabelle aún es muy joven para heredar la corona, yo no puedo irme de Escarlata solo por casarme con usted
-Asi son las reglas y las leyes -se acerca un paso más a ella mostrando que no era alguien tímido para nada, de hecho, parecía estar desafiandola- La siguiente en la línea de sucesión es su hermana Scarlett ¿Lo recuerda? A ella no le falta tanto para llegar a su mayoría de edad como usted
-Mi hermana no tiene derecho sobre la corona, suficiente tiene con vivir como una princesa, una la cual no heredará nada más que riqueza y título
-Princesa Perla -la mira mas serio - Espero que lo piense bien, el Rey también lo sabe y si no quisiera, no la abría comprometido conmigo sabiendo que tendrá que trasladarse al Reino Bryon junto a mí
-No haga muchos planes, yo aún no dije que si
-Lo dirá -asiente con su cabeza seguro de si mismo- Fue un gusto, princesa
Dijo y se retiró. Mientras Perla tenía un mal presentimiento, era desagradable hablar con el príncipe. Aún no entendía porque su padre cedió tan fácilmente a comprometerla a ella con ese hombre. Príncipe solo tiene de título y sangre pero no sé comportaba como uno; así pensaba Perla.
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