Capítulo 3
Marie tenía muchas ganas de conocer aquel hermoso y grande reino que estaba frente a sus ojos, las flores bien cuidadas de los jardines de la entrada, los árboles dándole sombra a los vecindarios, los monumentos de la plaza principal la cual era muy llamativa por estás razones, las casas de los pueblerinos tanto como de los nobles, y como olvidar el gran palacio pintado de blanco, enorme... Casi llegaba al cielo, en el punto de vista de la joven plebeya.
¿Porque el reino Escarlata le llamaba tanto la atención a su ama?. Si,entendía que era la tierra natal de la mujer de cabellos morados pero, ¿Querer hacerlo suyo?, ¿Cómo?.
-ama... -hizo una pequeña pausa antes de seguir hablando para llamar la atención de la mencionada- ¿Porque le gusta tanto el reino?
-¿Porque? Pues es donde nací,pequeña Marie... -aquella sonrisa dulce que engañaría a cualquiera crecía en su rostro angelical, pero más le daba miedo a la castaña - No hay otra razón, además, ¡Mira su belleza! Es un reino hermoso, digno de que alguien como yo tome el control
-pero usted es una marquesa...
-Ay pequeña...-ladeo su cabeza hacia un costado con su sonrisa presente- jamás lo entenderías
-Es una falta de respeto cuestionar tanto a la ama, Marie... -dijo el chico con su espalda firme y manos apoyadas a sus rodillas- Sabes que eso está mal.
-Félix tiene razón, no vuelvas a cuestionarme tanto o me temo que sí continuas tendré que cortarte la lengua, así no volveras a preguntar tanto cuando no tienes el derecho de hacerlo.
Las palabras frías hicieron helar la espalda de la joven pelicastaña, mientras el hermano tampoco podía negar que su ama lo asustaba. Era demasiado angelical por fuera pero también muy temible. Y daba sus razones para asustar tanto.
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-Nuestro primer baile real -dijo el con su voz medio ronca mientras se deshacía de sus guantes dejándolos en la mesa de noche y mira a su amigo que también se desvestia para dormir- ¿No te emociona? La princesa heredera invitándonos a su fiesta de cumpleaños... Pensé que no estaría vivo para presencial tal dicha
-no creo que sea tan importante como ganar una batalla, Erick
-que serio eres, te pareces a mí padre -blanqueo sus ojos soltando un suspiro pesado- Recuerda, es la princesa, nuestra futura reina
-¿Y solo por eso te emocionas? -arquea su ceja y se sienta usando solo su blusa negra y el bóxer - Es una princesa, es una mujer, como cualquier otra pero con oro en sus manos y corona en la cabeza, nada más
-¿Entonces como haces para elegir a tus novias? Porque hasta ahora me demuestras que para ti, todas son iguales pero con distinto nivel de vida en la sociedad
-Erick... TODAS son iguales, exactamente todas ellas.
-¿En qué sentido son todas iguales?
-en el simple hecho de que son mujeres, funcionan igual, piensan igual y quieren lo mismo, tener mucho más de lo que tienen.
-y los hombres ¿Cómo somos entonces a tu punto de vista Eh?
-si hablamos de hombres entonces si, somos muy variados, muy diferentes y pensamos diferente
-....
-¿Que?
-que hables mejor de nosotros, los hombres... Me hace dudar de tus gustos sexuales ¿Eres homosexual? ¿O sigues siendo hetero como pensaba hace diez minutos?
-no soy ninguno, no me gustan los hombres, claro que no. Pero tampoco me gustan las mujeres
- Si que eres muy raro Argos... -suspiro el chico de cabellos rojos y se recostó en su cama de boca arriba mirando el techo y la luz de la vela en la mesa de noche alumbraba la pequeña habitación que ambos compartían - Oye, cambiando de tema... ¿Notaste que en el reino somos muy pocos los pelirrojos?
El de cabello rubio lo miro de reojo, ¿A qué venía aquella pregunta? .
-mmm ¿talvez porque el cabello rojo no es tan común ..?
-no, no es tan común. Mí padre es pelirrojo, por eso le heredé el color de cabello pero mí madre tenía cabello negro... A la única mujer que le vi cabello rojo de mí tono es a la princesa, los demás tienen un tono más claro como anaranjado el cabello, pero igual son muy pocos...
-¿Que princesa? -pregunto ya que se quedó allí escuchando a su compañero-
-la segunda princesa, Scarlett... Pero es raro por qué la reina tiene cabello marrón y el rey es rubio, y entre sus hermanas también es la única pelirroja
-talvez un antepasado que tenía el cabello en ese tono, no losé pero ¿Porque te llama la atención el color de cabello rojo Eh?
-es que se me hizo curioso, nada más ... Cómo sea, quiero pensar mejor en la fiesta de cumpleaños de la hermosa princesa Perla... ¿Ya te dije que es muy hermosa?
-pareces disco rayado de tantas veces que lo has dicho
-Tu porque nunca te has enamorado
El muchacho de cabellera dorada suspiró y miró también el techo para intentar dormir más relajado, poco a poco fue cerrando sus ojos. Mientras el pelirrojo seguía despierto un poco más.
Al otro lado de la habitación se encontraba el capitán, de aquella cabellera larga y rojiza durmiendo con una mano sobre su pecho y la otra libre estaba sobre la almohada casi cerca de su rostro.
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Ya era un nuevo día y una carta llegaba a las manos de la reina de cabellos como el chocolate, leía la carta con detenimiento asombrada de quién era. Por la alegría de haber leído la carta fue hasta la sala de estar a interrumpir el desayuno de las tres princesas y al lado de cada una había una sirvienta para servirles. Los chillidos de aquellos tacones fue lo que la hizo anunciar y las tres hermanas miraron llegar a su madre.
-¡Mis princesas! Me ha llegado una carta, -decia la mujer mientras se hacía lugar en uno de los lujosos sillones de la sala para continuar más cómoda - ¿Recuerdan a su prima Nataly,quien se fue al extranjero a estudiar?
-¿La que siempre está rodeada de sirvientes y demás? -pregunto la menor de las princesas antes de tomar un sorbo de su té -
-¿La que cree que es el centro del universo? -pregunto está vez la seria Scarlett-
-¿Y la que una vez se enojo por perder un concurso de belleza contra mí? -termino preguntando la mayor -
-La misma -confirmo su majestad- Ha llegado al reino ayer y solicita venir a visitarnos, dijo en su carta que se quedará un par de meses en el reino para cuidar a su hermano que enfermó hace poco y tiene muchas ganas de visitarnos
-¿Y le dirás qué si?
-Claro que si,Scarlett. No hay razón para ser descortés, es una marquesa, es prima de ustedes y se conocen desde niñas... Estaría muy mal de parte nuestra no recibirla cuando vino desde tan lejos
-... Como quieras, madre
-Supongo que entonces ya no hay rencores -suavizo el ambiente la rubia- Invitala madre, a ver si no es más hermosa que yo, que emoción de verla a mí querida prima
-Lo se mí princesa -dijo la mujer muy emocionada y se fue a su oficina para poder escribirle una carta de respuesta para la joven marquesa -
Al terminar de escribir, cerró la carta dejando caer un poco de cera para sellarla y la mandó a su mayordomo para que entregara la respuesta.
Al tiempo de una hora, la carta llegó a manos de la joven marquesa quien al leer la respuesta de su majestad, la reina, sonrió ampliamente de oreja a oreja con sus ojos oscurecidos.
-Muy bien, es hora de empezar .
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Gracias por leer :)
Despreciados sean, desea su querida Scarlett.
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