—¿Tienes una idea de las clases a las que deseas asistir?—tengo el coraje de cambiar el asunto de la conversación, pues sé que no debo calar más profundo en la herida, aún así deseo seguir escuchando su voz y observar el vaivén de sus labios cuando se separan y vuelven a unirse. Según los mandatos de la escuela, el estudiante durante su primer año de enseñanza podría escoger las materias que desease aprender con más profundidad, y en los años siguientes profundizar en las otras solo que con menor rigor, pues sería algo así como enseñanzas complementarias.

—Recién he llegado,—dice con la voz aún más fina que antes lo que causa que le observe con detenimiento. Tal vez se sienta incómoda con mi presencia.

—Yo puedo ayudarte a escoger. ¿Cuándo tienes pensado ir al salón de la directora Janna?.

»Ven, vamos a tomar asiento—le ofrezco mi mano como apoyo para que se acerque al grupo. Dos varones, a los cuales conozco por ser uno de ellos el príncipe de la provincia Blanca: Marco y su contrincante, pues están batallando con la espada es Otoniel II, hermano de Diana, la princesa del castillo de Dry Leaves que se encuentra sentada a unos metros de donde me he colocado en compañía de Esmeralda, y cuando dirijo mi vista hacia ella, tan hermosa y chispeante con su cabello rojizo decorado por varios rulos, lo nota y guiña uno de sus ojos con picardía. Inevitablemente ladeo una sonrisa, pero bajo la cabeza para que Esmeralda no lo note.

—¿Entonces crees que pueda darte mi ayuda con las materias?—me giro hacia ella que observa con curiosidad la batalla. Suelto una risa por ello y me observa con una sonrisa en sus finos labios.

—Aún no conozco tu nombre—expresa con duda y balbuceo nervioso.

¿Cómo podría haberme olvidado de ello?

—Perdón por ser tan despistado—me excuso y Esmeralda asiente con la cabeza en la espera de mi nombre.

»Mi nombre es Príncipe Hans de la naturaleza verde, del castillo de Greenworld—en este momento cuando sus ojos verdes bailan entre los míos alternando su mirada sin darle descanso me pregunto si he causado asombro en ella por mi título y le ha gustado o le asustado aún mas.

—¿De la naturaleza verde?—se atreve a preguntar. Noto en su mirada una extraña mezcla de curiosidad y melancolía, pero solo asiento en respuesta.

»¿Quién reina en Greenworld?—otra pregunta de su parte llega a mis oídos. Le miro confundido pues resulta muy raro que esté justo en Greenworld en estos momentos y halla ingresado en la Academia y no conozca tan siquiera el nombre de los reyes de la región. Transcurre algún tiempo, incluso la batalla finaliza y Esmeralda aún aguarda por mi respuesta.

—Reina mi padre Damián y mi madre Raina—le respondo y doy por finalizada la conversa pues Otoniel viene hasta donde estoy.

—¿Son parientes de Isabella Greenpeace?—me giro hacia ella una vez más.

—No. No sé de quién hablas—apenas pronuncio estas palabras trago grueso saliva en mi garganta por la incomodidad del momento y tal confesión. Claramente sé de quién habla y si somos parientes, aunque lejanos. Aún así nunca debería mencionar su nombre, ni siquiera podría recordarla porque no llegué a conocerla. Las leyes del castillo son claras desde incluso, antes de que yo naciese. La princesa Isabella no estuvo en el trono por más de tres meses, pues la profecía de la que tampoco podría mencionarse palabra alguna hizo sus efectos en ella y por ello se decidió quitarle los títulos y desterrarla. Mi madre, siendo una prima lejana de la princesa fue la siguiente en la línea de sucesión y por ello continúo el reinado, luego conoció a mi padre y es así como ahora es nuestra familia la que reina en el castillo, sin rastro alguno del anterior mandato.

No había pensado nunca que alguien en alguna circunstancia mencionara el nombre de la Isabella muerta, mucho menos que esta chica desconocida que recién ingresa en la Academia preguntaría por ello apenas le contase sobre mi título.

—¡Has visto que bien he estado!—Otoniel con su característico carisma llega finalmente hacia mí y logra sacarme de mis pensamientos. Suelto una carcajada por su expresión y le doy palmadas cariñosas en el hombro.

—He visto que aún tengo ventaja para ganarte en un enfrentamiento—bromeo con él, para molestarle un poco. Otoniel II suele ser el más ágil con la espada de segundo curso y he sabido que en las noches apenas duerme, no piensa en más que practicar.

—Esmeralda,—me giro hacia ella que aún me observaba tal vez evaluando mis palabras anteriores, las referentes a la antigua princesa—este es Otoniel II, príncipe de la provincia del Otoño del castillo de Dry Leaves; un magnífico amigo.

Mi mirada vacila entre los dos que permanecen quietos, tan solo observándose, por un considerable tiempo. Finalmente Otoniel se arrodilla frente a ella y le besa la mano con suma delicadeza y sin apuros.

—Princesa Esmeralda—se dirige a ella con sumo respeto y Esmeralda hace una reverencia en su dirección. Una vez finalizada la presentación, ambos se continúan observando y me resulta incómodo que no aparten sus vistas del otro.