65
Trataba de relajarse en la tina caliente, el agua ayudaba mucho con el dolor en su cuerpo, últimamente su cadera le estaba matando, su cuerpo era pequeño y aunque su vientre no estaba enorme para alguien de siete meses, igual era pesado y cansado. Quería relajarse, pensaba en muchas cosas, lo que había sucedido esa tarde, el paseo por el pueblo, la tranquilidad con la que habían hablado y convivido, no olvidaba lo que Yoongi era, mucho menos lo que hizo, sin embargo, su curiosidad estaba creciendo, ¿Ese era el verdadero Yoongi? ¿Estaba diciendo la verdad? Nunca fue bueno leyendo a las personas, ese fue su principal problema.
Lo que Yoongi había dicho era verdad, confiaba en las personas, creía que todos serían buenos, esa era una enseñanza de su padre que tenía muy arraigada, el jamás juzgar y ser bueno con los demás, y siempre esperar lo mejor de las personas, su padre jamás le dijo que en el mundo había gente mala, egoísta y cruel, él creció protegido de eso, y ahora, después de su muerte se estaba enfrentando a la realidad.
Acariciaba su estómago mientras pensaba en que quería proteger a su bebé, pero no de la misma forma en la que lo protegieron a él, no quería que alguien lo lastimara, que le vieran la cara y jugarán con su corazón, justo como lo hicieron con él. Pero, ¿Cómo lo haría? ¿Cómo lo protegería hasta de su propia familia? El pensamiento le hizo sentir melancólico ¿Así se sintió su padre? No podía juzgarlo, lo amaba demasiado para hacerlo.
Salió del baño, más tenso de cómo entró, pero sin dolor, se cambió con algo cómodo y abrigador, el frío se estaba volviendo insoportable, salió de la habitación, caminando por el pasillo, escuchaba música de piano en la parte baja, Yoongi había dicho que prepararía la cena, por lo que estaba seguro que se hallaba ocupado, paró, mirando la habitación de huéspedes, tragó en seco, tenía curiosidad, entró en ella encontrando algunas de las cosas de Yoongi sobre la cama, su celular estaba en la cómoda, se acercó a tomarlo, como dijo estaba apagado, así que lo prendió esperando.
Estaba sorprendido de no encontrarlo con contraseña, algo extraño tomando en cuenta que se trataba de Yoongi, dudo unos momentos, pero, después, comenzó a buscar.
Tenía muchas llamadas perdidas, de sus padres Jiyong, Seunghyun, de Jin, Namjoon, sus tíos KyungSoo y ChanYeol, también de JungKook y sus mensajes estaban abarrotados.
Seunghyun
¿En qué carajo estás pensando? ¿Una renuncia? ¿Dónde mierda estás? Necesito hablar contigo, ya no eres un niño Yoongi, ya no soportaré tus rabietas, necesito que estés aquí hoy mismo...
JungKook
Me interrogaron, pero no dije nada, sólo mándame un mensaje cuando puedas, estoy preocupado y saluda a Jimin de mi parte....
Se quedó sin aliento, era verdad, Yoongi había renunciado y su familia no estaba feliz por ello, mordió su labio inferior con fuerza. No sabía cómo sentirse.
—¿Encontraste todo lo que buscabas?
Se congelo, miró a la puerta, Yoongi estaba ahí mirándolo con una ceja alzada.
—Lo siento yo....—dejo el teléfono en la cama—. No debí hacerlo, en verdad lo lamento.
—Esta bien, esperaba que lo hicieras alguna vez, por eso no tiene contraseña, sentía que si tenía pensarías que guardo más secretos, no es así, ¿Es muy malo?
Jimin hizo una mueca. —Ellos están muy molestos, menos JungKook, él está preocupado.
—Entiendo, la cena está lista ¿Bajamos?
Asintió caminando a la puerta, estaba avergonzado, él no era así, jamás había desconfiado tanto de alguien como para querer vigilar lo que hacía, se sentía un intruso, pero, Yoongi caminaba a su lado con calma, no parecía afectado con el hecho de que husmeo en sus cosas. Cuando entraron a la cocina se impresionó, la mesa estaba adornada con velas, uso todo lo que tenía para hacer una cena romántica, su corazón latío con fuerza, no pudo evitarlo, sus mejillas se sonrojaron, y quería llorar, sus hormonas no estaban ayudando en nada.
—Espero te guste, no puedes tomar vino, pero hay limonada ¿Quieres?
—Puedo tomar una copa de vino, sólo una.
—¿Estás seguro?
Jimin lo pensó mejor. —No, mejor la limonada.
—Bien.
Ambos se sentaron, Yoongi le sirvió limonada en una copa, él se sirvió vino y ambos se sentaron, la música de fondo y las velas hacía todo más íntimo y romántico.
—¿Por qué es esto?
—Quise hacerlo para ti, una cena romántica.
—Sólo acepto porque tenemos hambre—bufó desviando la mirada al plato—. Luce muy bien, se ve delicioso.
—Espero que te guste.
—Eres muy bueno cocinando, lo que dijiste hace tiempo ¿Fue verdad?
—¿El por qué aprendí a cocinar? —preguntó elevando una ceja, al ver el asentimiento de Jimin continuo—. Sí, fui un niño muy enfermizo, a diferencia de JungKook, yo no podía hacer deportes, era alérgico a todo, eso ha cambiado mucho, pero, mis padres no querían que empeorará, así que me quedaba haciendo cosas diferentes, música, arte y cocina.
—Oh, entiendo, papá me enseñó lo básico, él tampoco sabía mucho, tuvo que aprender porque yo estaba aquí.
—Ya me lo contaste, pero, ¿Cómo fue que te trajo aquí? ¿Estabas completamente solo?
—No recuerdo mucho, la verdad, hay recuerdos bloqueados, recuerdo que vivía con niños en la calle, vendía chocolates, así conocí a mi padre—suspiró—. Me dijo que si quería comer algo, me llevo a cenar, y me hizo unas preguntas, después me dijo, si quería tener una vida diferente, era niño, pero confiaba en él, creo que siempre confíe demasiado. No me arrepiento, él salvó mi vida.
—El abuelo cambio mucho, no es que fuera una mala persona como mis tíos, no, pero, no era un hombre amoroso o familiar, le importaba la perfección y la obediencia, eso los hizo crecer de una manera, es un círculo, algunos salen de él, otros se quedan a repetir el patrón.
—¿Y ustedes? Me refiero a ti, JungKook, Hoseok y Namjoon, tus otros primos también, ¿Qué hay para ustedes?
—No lo sé, JungKook rompió con la tradición, él ha vivido su vida a su manera, el casarse con Yeosang sólo afirmó que no le importan los intereses de la familia, Hoseok, bueno, al elegir a Taehyung también rompió con el deseo de la familia, aunque ahora está en sus manos, Namjoon sólo va a estar del lado ganador, siempre, mis otros primos son pequeños aún, pero, tienen un ego enorme, Taemin es diferente—hizo una mueca.
—Taemin, debería disculparme con él, siempre dijo la verdad y no lo escuché.
—Lo hizo, pero no para ayudarte, lo hizo porque le gustabas, también es egoísta.
—Tus celos no lo harán ver menos bueno a mis ojos—chasqueo la lengua.
—Estuve muy celoso. También de tu amigo Daniel.
—Y eso que no has conocido a su hermano Minho, él era mi mejor amigo, siempre me cuido, pero, se fue a estudiar fuera. No lo he visto en mucho tiempo.
—¿Te gustaba?
—No—rio—. Era mi mejor amigo, pero siempre fue cariñoso, deja tus celos son tontos, tomando en cuenta todo lo que pasó.
—No es algo que pueda controlar. Lo siento.
—Te entiendo, yo también estuve celoso de ella. Sigo estandolo.
—Me encontré con ella cuando volví.
Jimin sintió un estrujón en el estómago, bebió un poco de limonada, para ocultar su mueca.
—No quiero saberlo, no me interesa si buscaste a tu gran amor y...
—No la busqué, la encontré en un bar, fue casualidad, yo estaba bebiendo solo, ella llegó y quiso hablar conmigo, me ofreció que volviéramos a nuestra aventura, dijo que no se casaría y que sabía que mi matrimonio estaba destrozado, no acepté, al verla ya no sentí nada.
Jimin le miró antes de negar. —Tus conclusiones han llegado tarde ¿No lo crees?
—¿De verdad es tarde para nosotros?
—Yoongi, no basta con sólo venir a decir que me amas y que renunciaste a tu familia, hay cosas que no se arreglan fácilmente. Me engañaste, me usaste, jugaste conmigo y destrozaste mi confianza.
—Sé que no te voy a recuperar, no es que quiera un perdón inmediato, no, lo que quiero es que me des la oportunidad de intentarlo.
Jimin bajo la mirada y siguió comiendo.
—Vamos a seguir comiendo Yoongi.
—Claro.
No hablaron mucho después de eso, aunque su compañía ya no se sentía forzada y tensa, aún había mucho por lo cual trabajar, Jimin tenía la cabeza hecha un nido, no pensaba claramente, aún quería saber quién era realmente Yoongi y si era alguien en quién podía confiar.
Sin embargo, quería que luchará por él, Jimin necesitaba que Yoongi demostrará que realmente lo amaba, porque así no se sentiría mal ni culpable de seguir queriendolo cerca, su corazón estaba eligiendo y eso lo llevaba a tener un conflicto interno, entre lo que deseaba y lo que era correcto.
Yoongi prendió la chimenea, Jimin lo observaba desde el sillón, ambos bebiendo un poco de chocolate caliente, la temperatura estaba bajando, después de encenderlo con éxito, se sentó en el piano, sin decir nada comenzó a tocar.
Jimin recargó la cabeza en el respaldo del sillón sin despegar la mirada de su espalda, suspiró cerrando los ojos y dejándose llevar por la calidez del momento, por la melodía triste y melancólica, que no dejaba de ser preciosa.
—Jimin, mira por la ventana.
Abrió los ojos, se levantó y caminó a una de las ventanas mirando el exterior, era de noche, pero, podía ver la nieve comenzando a caer.
—Esta nevando.
—Sí, es bello, frío, pero hermoso.
Jimin le miró con una sonrisa, ambos se observaron fijamente, el tiempo pareció detenerse en aquella burbuja que se creo debido al ambiente, la chimenea creaba sombras imaginarias, Yoongi dejó de tocar y se levantó, caminando hacia él, de forma casual, Jimin no se movió, espero, quería luchar contra su deseo, pero no podía hacerlo, o mejor dicho, no quería, Yoongi elevó una mano para tomar su mejilla y acariciar su piel.
—Pero, nada es más hermoso que tú.
—Basta, ya no sigas con esto.
—¿Por qué?
—Estás jugando muy sucio, sabes cómo soy, un idiota que va a caer.
—No eres un idiota, y no quiero que caigas, sólo quiero que sientas.
—¿Qué? —susurró sin aliento.
Yoongi no respondió, pero se acercó de forma peligrosa a sus labios, cerrando el espacio entre ellos, Jimin llevo la manos a su pecho, estaba en la posición perfecta para detenerlo, pero subió lentamente a sus hombros para acercarlo más. La forma en la que sus bocas se movían, lenta y tortuosamente, les lleno de éxtasis, en un abrazo sincero, con caricias necesitadas de más, Jimin suspiró entre sus labios, deshaciendo los botones del suéter de punto de Yoongi, quería el calor de su piel.
Poco a poco la incomodidad entre ellos se difuminó, no dejando ver de forma clara los límites que se suponía debían tener entre ellos, en ese momento no importaba más que el deseo que los atraía al abismo.
Yoongi desnudó su cuerpo, besando su piel, acariciando con suavidad aquellos lugares que conocía tan bien, Jimin cerró los ojos perdiendose en la sensación de cariño y cuidado, su mente se blanqueo, no pensaba en nadie más que en ellos tocándose y besándose.
Terminaron en el sillón, Jimin subió a horcajadas sobre su regazo, dándole la bienvenida a su cuerpo, Yoongi llenaba el vacío físico que por un momento pudo haber llenado su vacío emocional, si no fuera porque le hacía falta más. Más que besos y caricias, quería un amor sincero, pero, por esa noche, se conformaría con engañar a su razón.
Los movimientos profundos, lento, los besos y las miradas cargadas de algo que no querían decir en voz alta, llevaron al límite su alma. Fue dulce, no como la última vez, que había sido agresivo, ahora Jimin disfrutaba de ser querido, Yoongi se desvivia por ese momento para hacerlo memorable y lo estaba logrando.
La sensibilidad de su cuerpo, hizo que Jimin llegará al éxtasis cuando Yoongi aumento el ritmo, jadenado sobre su boca espero hasta ser absorbido por el placer del Yoongi, quien llegó al climax gimiendo su nombre.
—Te amo, te amo tanto.
Jimin se quedó en silencio, con la nariz enterrada en el cuello pálido y sudoroso, Yoongi alargó la mano para tomar una manta y cubrir a Jimin.
—Dime algo, por favor.
Suspiró saliendo de su escondite, mirando los ojos cristalinos de Yoongi debido al orgasmo, le sonrió, delineando con sus dedos su suave rostro.
—El cuidado, cariño y la protección, es una regla que no sé si deba cumplir contigo.
—Enseñame Jimin—tomó sus mejillas y besó sus labios tenuemente—. No me alejes, eres lo único que quiero tener.
—No le tengo miedo a tu familia, ya no, tengo algo mucho más valiosos que tengo que cuidar, dime ¿Me ayudarás a proteger a nuestro hijo?
—Lo haré con mi vida. Moriré por ti y él si es necesario.
Jimin sonrió con tristeza, lo abrazo, volviendo a acomodar la cabeza en su hombro. —Quiero amarte Yoongi, tal vez algún día lo haga sin miedo.
—Esperaré todo el tiempo que tenga que esperar. Te mostraré no lo que soy, sino lo que quiero ser.
Se quedaron ahí, abrazados, sintiendo el calor de sus cuerpos y el anhelo de sus corazones.
Para está historia tengo tres posibles finales (uno trágico, uno realista, uno feliz) 💜
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