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56

Yoongi despertó, era muy temprano, apenas estaba amaneciendo, pero no podía dormir, estaba demasiado cansado, a pesar de haber dormido en una habitación con una cama cómoda, no dejó de pensar en la noche anterior, en Jimin dejando que tocará su vientre, sintiendo a su bebé, cosa que lo ponía más melancólico, se estaba dando cuenta de todo lo que había perdido. Se vistió con algo abrigador, estaba haciendo mucho frío, no dudaba que en algún momento comenzaría a nevar, salió de la habitación y miró la de Jimin, esta estaba abriera, no dudo en acercarse, se mantuvo en la puerta viendo la cama hecha y las cosas acomodadas, bajó entonces las escaleras, la sala y la cocina estaba completamente vacías, salió al jardín y a lo lejos miró el granero con la luz encendida, caminó inseguro, últimamente no sabía cómo actuar, como hablar, estaba inseguro de su propia persona.

Se quedó en la entrada del granero, Jimin estaba alimentando a sus animales, iba vien abrigado, con un gorro acolchado, su pancita cubierta por una enorme chamarra, lo cual le tranquilizaba, porque a pesar de todo, Jimin quería a su hijo, siendo que llevaba la sangre de la persona que más le había lastimado.

—¿No deberías estar descansando?

Jimin se tensó, esa era la respuesta que siempre recibía cuando él estaba cerca. No se volvió, siguió alimentándolo a los caballos.

—No puedo dormir hasta tarde.

—¿Por qué no? —dijo acercándose más.

—No lo sé.

—¿Será el embarazo? ¿Tienes náuseas?

—Sí, creo que es eso.

Jimin fue a cargar algo, Yoongi se acercó de inmediato y tomó sus manos evitando que levantará el pequeño bulto.

—No debes cargar cosas pesadas, puede ser malo para el bebé.

—Tengo cosas qué hacer.

—Yo lo haré.

Jimin le miró antes de soltar una carcajada. —¿Tú? Tú no sabes hacer nada de esto, no levantas ni un plato.

—¿Me estás llamando inútil? Eso es muy grosero.

—No dije nada—se encogió de hombros—. Yo lo hago.

—Lo haré yo—dijo cargando el bulto—. ¿Dónde lo vas a poner?

—En la esquina—dijo señalando el lugar, ahora más serio—. Gracias—dijo saliendo de ahí.

Yoongi dejo las cosas en dónde Jimin le había indicado, antes de alcanzarlo, saliendo del granero, se puso frente a él y lo encaró.

—¿Qué sucede?

—Dijiste que no me ibas a hablar, por favor, cumple tu promesa.

—Jimin, por favor, sé que no merezco nada, pero al menos, podemos llevarnos cordialmente ¿No?

—Odio estar cerca de ti, odio ser una persona odiosa y mala al responderte, no puedo controlarlo y no me gusta ser así.

—No me quejó, si quieres tratarme mal, puedes hacerlo, pero no dejes de hablarme.

Jimin hizo una mueca herido, no podía controlar aquellos sentimientos que aún tenía por él, deseaba tratarlo mal, gritarle, hacerlo sentir miserable, sin sentir remordimiento o dolor por la forma triste como lo miraba, estaba tan enojado consigo mismo, que lo último que deseaba hacer era verlo o hablar con él.

—Sólo basta, déjame en paz.

Antes de que se fuera, Yoongi lo tomó del brazo. Jimin le miró alarmado.

—Tratame como quieras, pero no dejes de hablarme por favor.

—Te odio.

—Lo sé.

—Hubiese deseado no haberte conocido ¡Eres lo peor que me pasó!

—Lo sé.

—¿Tienes idea del daño que me has hecho? ¿Qué harías si alguien jugará con tu corazón de esa forma? Fuiste cruel, jamás te importó lo que yo sentía, sólo te importas tu mismo, estás aquí, porque sientes culpa, no porque estés arrepentido por lo que me hiciste.

—Lo sé.

—Me das asco, no quiero verte, no quiero escucharte, no quiero mirarte—sus ojos se cristalizaron—. No quiero pensar en ti, no quiero....yo no quiero...

—¿No quieres qué?

—¡No quiero amarte Yoongi!

El pálido le miró a los ojos, con confusión, pero, su pecho, sonrió una opresión que nunca antes había sentido, un alivio que se apoderó de él, acercó más a Jimin, sorprendido de que esté no lo rechazara.

—¿Aún me amas?

—Lo hago, y eso me hace sentir miserable, no quiero amarte, me siento patético, quiero odiarte ¿No lo entiendes? Me estás haciendo daño.

—Lo siento Jimin, lamento lo que voy a hacer.

—¿Qué?

No terminó de decir nada más cuando sintió los labios delgados y fríos sobre los suyos, Jimin se tensó, mientras Yoongi lo abrazaba, se intentó separar, empujando con sus puños su pecho, pero la sensación de tenerlo ahí, besando sus labios, con su respiración acariciando su rostro hizo que cediera, cerró los ojos y correspondió, sintiendo sus lágrimas derramarse sobre sus mejillas, su sollozo ahogado por el beso que compartían, era indudable que ambos estaban jodidamente perdidos por el otro, Jimin sollozo alejándose, miró a Yoongi quien observaba con ojos brillantes, y no dudo en levantar un puño y darle un golpe en el rostro.

Yoongi cayó de espaldas en el suelo y maldijo por el dolor, al tiempo que tomaba su rostro y sollozaba, Jimin vio la sangre que salía de su nariz y se sintió mal y culpable.

—¡Te dije que no me provocaras! —dijo molesto, pero se acercó para ver cómo estaba—. ¡Eres un idiota! ¿De qué te ríes?

Yoongi negó riendo. —Eres la primera persona que ha logrado darme un buen golpe en la cara ¿Boxeas o algo?

—Callate, vamos adentro.

Yoongi se levantó y ambos entraron a la casa, se sentaron en uno de los sillones, Jimin busco una toalla con la cual pudiera limpiar su rostro, Yoongi observandolo atento.

—Creo que me rompiste la nariz.

—Eso espero.

—Va a dejar moretón.

—Eso me encantaría.

—Pero, no me arrepiento, lo haría de nuevo.

Jimin conecto con sus ojos y suspiró, negando. —Ves todo esto como un juego Yoongi, no estás entendiendo, realmente no comprendes aún lo que hiciste, y por eso, jamás vas a poder entender cuánto me lastimaste.

—Lo sé, ¿Crees que no sé lo que hice? No duermo pensándolo, no duermo por el miedo de saber que jamás te volveré a tener, que me vas a odiar y que me vas a olvidar, que vas a encontrar a alguien mejor y que jamás veré a mi hijo, veo eso y mucho más, y me maldigo, y me odio, no estoy jugando, sólo trato de tener aunque sea un poco de ti.

—¿Qué más quieres de mí? —susurró—. Ya te lo di todo.

—Te amo, mucho, por favor perdóname por haberte besado, no me arrepiento necesitaba aunque sea un último beso tuyo. Ahora sí puedo irme tranquilo, no tiene caso que me quedé un mes, no sabiendo que eso te lastima, me iré mañana por la mañana. Lo siento.

Se levantó dejándolo a solas, Jimin mordió su labio inferior viendolo irse, cubrió con sus manos su rostro, no podía dejar de llorar, debía estar tranquilo y feliz de saber que Yoongi se iba a ir, porque era lo que necesitaba, no debía de estar cerca de la persona que le había lastimado, no así, no podía arriesgarse a perderlo todo. Y se sentía un imbécil, uno que aún estaba enamorado de la persona que debería odiar, uno que había sentido el cielo con ese beso, uno cuyo corazón se rompió cuando escuchó que se iba a ir.

Porque una parte de él, las más estúpida e irracional, quería que Yoongi lo intentará, aún si no iba a aceptarlo de nuevo, quería que le demostrará que de verdad lo amaba.

Se negaba a pensar que todo lo que vivieron era una mentira, se negaba a aceptar que el amor que sentía era producto de un juego, de una escenografía, él quería sentir que alguien realmente lo amaba.

Salió de la casa, necesitaba irse, necesitaba escapar, por eso, fue al pueblo, caminando, estaba a unos veinte minutos, no le importaba si después estaría cansado, necesitaba alejarse y pensar en todo, esperaba que cuando llegara no tuviera que toparse con Yoongi.

—¿Jimin? —dijo Millie, una de sus compañeras en la primaria, hace años que no la veía—. ¡Por Dios eres tú! Me alegra tanto verte ¿Cómo estás?

—¡Millie! Hola, estoy bien ¿Y tú?

—También estoy bien, es bueno verte por aquí, ¿Tienes tiempo? Podríamos tomar un café.

—Sí, eso suena bien.

Millie sería tal vez, la última persona que pensaría encontrarse ahí, pero, le alegraba tener a alguien con quién distraerse, ambos entraron a una cafetería pequeña, ella se sentó en una mesa apartada y cuando la camarera se acercó, pidieron dos tazas de café, descafeinado para él.

—Hace tiempo me encontré a Daniel, y me dijo que te habías ido a Seoul.

—Sí, fui con mi padre a qué recibiera un mejor tratamiento, lamentablemente él falleció.

—Oh, lo siento tanto cariño—tomó su mano—. No puedo saber lo que estás sintiendo, estoy aquí para lo que necesites.

—Gracias, es muy amable de tu parte, yo...estoy bien ahora. Pero, dime ¿Qué ha sido de ti?

—Pues, no fui a la universidad, me embarace y ahora estoy casada, mi hijo mayor tiene tres años y tengo también un bebé de un año.

—Vaya, eso es lindo, deben ser preciosos.

—Lo son—asintió—. Pero, también es muy cansado, agradezco a mi esposo, es un ángel, siempre cuida de mí y de ellos, estoy feliz a su lado. Y dime ¿Tú encontraste el amor?

—Lo hice—sonrió. No mentía, él había encontrado el amor en Yoongi—. Estoy esperando un bebé, tengo cinco meses.

—Oh dios, eso suena increíble, deben estar felices ¿Viven aquí?

—No, vine de visita—mintió, porque le avergonzaba decir su realidad y causar lastima por su desdicha.

—Siempre fuiste un niño muy bueno y amable, Jimin, me alegro bien que a pesar de todo estés bien y hayas encontrado el amor y más ahora que esperas un bebé, no sabes la dicha que es.

—¿Lo es?

—Lo es, vale la pena, yo amo a mis pequeños, con todo el corazón, ellos son lo que me impulsa día con día, mi esposo también los ama, somos un buen equipo, amo que ellos lo necesiten tanto como a mí.

—Deben ser una familia feliz y linda.

—No te voy a mentir, a veces es difícil, pero siempre querré lo mejor para ellos.

Jimin asintió. —Ambos padres son importantes para un bebé ¿No?

—Sí, ambos padres son impresionantes, ¿Tú pareja está feliz?

—Lo está, él...le gusta tocar el piano para el bebé.

Jimin estaba mintiendo, pero en su mente no podía dejar de pensar en Yoongi tocando el piano y después besando su vientre, hablandole al bebé, esa imagen estaba demasiado presente y le dolía.

—Los bebés siempre sacan lo mejor de las personas. Bueno, la mayor parte del tiempo.

—Sí—bajó la mirada tomando su café.

Después de eso hablaron de sus vivencias, de la vida como niños en la provincia, y Jimin recordó lo feliz que había sido como niño, y la oportunidad tan grande que le había dado su padre para tener una mejor vida, ahora, estaba solo, con su bebé, entonces el miedo comenzó a llegar ¿Y si algo le pasaba a él? ¿Qué sería de su bebé? ¿Su bebé estaría bien teniendolo a él? ¿Necesitaría de Yoongi? No lo sabía, y eso lo tenía tan triste y confundido.

Se despidió de ella, cuando su esposo llegó a la cafetería, cargando un bebé hermoso y de la mano de un pequeño risueño, él la había besado y mirado de forma tan dulce, que sintió envidia, él quería eso, deseaba una familia, quería amor y era desdichado debido a las decisiones y actuaciones atroces de los demás.

Regreso cuando era tarde, casi anochecía, entró a la casa escuchando el silencio, fue a la cocina y vio la cena servida, también una nota.

No comiste nada, lamento eso.
Espero te guste.
Yoongi

Negó dejando todo dónde estaba, relamió sus labios y fue a su habitación, cuando estaba en el último escalón de la escalera, y puso un pie en el pasillo, la puerta de la habitación de huéspedes se abrió, Yoongi le miró, estaba preocupado, podía verlo en su mirada.

—¿Estás bien? Yo...no volvías, quise ir a buscarte, pero no te encontré en ninguna parte, vine e hice la cena...¿Estás bien?

Se acercó a él cuando lo vio llorando, sollozando con fuerza, Yoongi dudo, antes de abrazarlo, pensó que se ganaría otro golpe, pero para su sorpresa Jimin se aferró a su pecho sin dejar de llorar, acarició su espalda y tragó sus propias lágrimas, no podía llorar, no tenía derecho a hacerlo, siendo que él era el causante del dolor de Jimin.

Lo levantó en brazos y lo llevó a su habitación, lo dejó en la cama, dando más palmadas a su espalda, Jimin enterró la cabeza en la almohada, estaba vulnerable.

—Te voy a traer agua.

Cuando iba a levantarse, Jimin lo tomó de la camisa y lo acercó, Yoongi se petrificó cuando sintió los labios salados y húmedos sobre los suyos, parpadeo perplejo, pero, tomó su nuca y siguió el beso. Cuando se quedaron sin aire se separó un poco.

—¿Me vas a golpear por eso?

—Yoongi—susurró Jimin con dolor—. Hazme el amor, por última vez.








Chan chan chan. Espero que les haya gustado. Nos leemos pronto bebés 💜

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