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24

—¿Vas a salir?

Jennie le miró con una sonrisa. —Sí, tengo asuntos que atender con mi padre, ammm, creo que llegaré tarde o tal vez salga con las chicas, nos vemos.

—Te preparé el desayuno.

—Lo siento cariño—dijo con una mueca—. Pero, voy tarde, come tú. Ten lindo día.

La vio irse, como todos los días, se sentía patético, había llegado apenas hace dos semanas y ni siquiera podía verla, tenía un horario restringido, muchas obligaciones en la empresa de su padre y le gustaba salir de noche. Era diferente a lo que había pensado, Jennie se quedaba en la habitación de huéspedes, la que había sido de Jimin, ellos no tenían contacto más que palabras amigables, ella no estaba interesada en él y se preguntaba con dolor la razón. Sus esfuerzos estaban siendo en vano, tomó el desayuno y lo tiró a la basura, no tenía sentido si ella no estaba, agarró sus cosas y salió de aquel departamento que parecía tan silencioso que le asustaba. Algo faltaba.

No había visto a Jimin desde que se mudó, continuaba diciéndole que tenía trabajo, pero la realidad es que sólo quería deshacerse de él, sin embargo, este no dejaba de mandarle mensajes platicando sobre su vida en la universidad, respondía algunos, pero aunque ignorara sus mensajes, estos siempre aparecían a la mañana siguiente, con un buen día, y terminaban con un buenas noches, descansa. Era una constante a la que se estaba acostumbrando, Jimin siempre estaba ahí.








Jimin había tenido que pasar por dos semanas llenas de información que en muchas ocasiones no podía comprender. La universidad era enorme, así que se perdía, sólo hablaba cuando era necesario, sus profesores parecían demasiado exigentes y duros, les tenía miedo, sin embargo, Taemin cumplió su promesa, estaba ahí para él, le ayudaba en todo lo que podía, con los recorridos de la escuela, a la entrega de algunos trabajos y a usar la plataforma de tareas, lo cual estaba siendo muy difícil, era demasiado para su mente. Se preguntaba si realmente podría lograrlo.

—Vamos quita esa cara—le dio un codazo.

Estaban en la sala de su departamento, enseñándole cómo mandar los trabajos, para Taemin era sencillo, pero para él significaba una serie de pasos imposibles, se sentía un inútil.

—Voy a reprobar sin antes comenzar—bufó con un puchero.

La tarde estaba entrando, siempre se quedaban juntos después de clases, Jimin había descubierto que era un gran chico, muy amable, divertido y que siempre estaba dispuesto a ayudarle. Le había presentado también a sus amigos, tres chicos y una chica, Minho, JongHyun, Kibum y JiEun, personas amables, pero muy diferentes a él, sentía que no encajaba.

Taemin sacó su teléfono y leyó algo con una mueca. —¿Pasa algo? —preguntó Jimin.

—Es mi hermano, Jongsuk—relamió sus labios—. Quiere que vayamos a cenar algo.

—Casi nunca hablas de él ¿Por qué?

Taemin se encogió de hombros. —Él es muy diferente a mí, no hablo porque casi nunca estamos en buenos termino, es muy apegado a mis tíos, por lo que piensa de manera distinta.

—¿A qué te refieres? —preguntó confuso.

—Demasiado superficial, se cree la gran cosa, y hace lo que quiere sin importarle que eso nos dañe de alguna manera, manipula muy bien a mis padres—bufó—. Como ya sabrás, papá Donghae es sordo, no es hereditario, sufrió un accidente cuando era niño, entonces sus padres lo sobreprotegieron demasiado, papá también lo hace, yo no, siempre soy su cómplice, pero si JongSuk se entera le dice a papá o a mis tíos y estos le llaman la atención a DongHae, no me gusta, deberíamos estar de su lado, no del lado de la familia.

—Los Min parecen cada vez más aterradores.

—Sólo toma tu distancia y no te pierdas en lo que ellos consideran correcto.

—Deberías comer con él—le sonrió—. Al menos hablar.

—Sí, tengo que ir, él va a otra carrera, lo hemos visto en la escuela, pero siempre se mantiene con sus amigos. Algo debe necesitar, y soy curioso, como tú—dijo aplastando ligeramente su mejilla con el dedo índice.

Jimin soltó una ligera risa, estaba por añadir algo, pero el timbre indicó que alguien estaba ahí, se levantó confundido.

—¿Esperas a alguien? —preguntó Taemin con una ceja alzada.

—No realmente—negó antes de ir a abrir.

Aparte de Taemin, sólo Taehyung le había visitado un par de veces, no era común que recibiera visitas menos a esa hora, por eso al abrir la puerta lo hizo con curiosidad, una que se volvió sorpresa al ver de quien se trataba. Al verlo, sus ojos se agradaron y su corazón comenzó a latir con una fuerza descomunal, estaba ahí, lo había extrañado mucho más de lo que pensó, frente a él se encontraba guapo e imponente, quien le hacía sentir su cuerpo como gelatina.

—Hola—dijo sonriendo.

—Hola Jimin—respondió Yoongi con una sonrisa—. ¿Puedo pasar?

Asintió frenéticamente, se hizo a un lado para permitirle entrar, Yoongi lo hizo con total naturalidad, hasta que vio a Taemin parado en el pasillo. Al encontrarse, su rostro volvió a la seriedad.

—Lo siento, no sabía que estabas ocupado—dijo con reproche—. Es mejor que me vaya.

Jimin negó ligeramente, antes de que Yoongi se volviera tomó su mano para detenerlo, Taemin vio aquello con una mueca.

—No te vayas—susurró.

—Sí Yoongi, no tienes porqué irte, de hecho soy yo quien tiene que irse—suspiró tomando su mochila—. Jimin, nos vemos mañana, con permiso.

—Nos vemos.

Taemin pasó muy cerca de Yoongi quien le miró con reproche, su primo era menor, casi no pasaban tiempo juntos, pero no le gustaba que otro miembro de la familia estuvieran tan cerca de Jimin, no sin saber sus intenciones, porque podría arruinarlo todo.

Después de que Taemin se fue, la tensión se quedó en el ambiente, Jimin observaba a Yoongi, este permanecía con una mueca inconforme.

—¿Por qué estaba aquí?

—Oh, porque vive en el departamento de arriba, me estaba ayudando con unas cosas de la universidad.

Asintió. —Bueno, si estás ocupado me voy.

—¡No! —afianzó el agarre en su brazo—. Yo...hace mucho que no te veía.

—Paso tiempo, lo siento, he estado muy ocupado con el trabajo.

—Está bien, lo entiendo—sonrió con melancolía.

Algo dentro se Yoongi se movió, no recordaba lo lindo que era Jimin y las expresiones que hacía, tan genuinas y simples, más que nada reales. Se acercó a él, relajando su gesto, llevó ambas manos a sus mejillas, las cuales apretó, Jimin hizo un puchero con sus labios abultados, no dejó de mover sus mejillas en círculos, riendo de lo tierno que se veía.

—Quita esa cara—rio—. Ya estoy aquí—sin contenerse, agachó la cabeza para dar un ligero beso en sus labios abultados, sintiendo de nuevo la suavidad de estos. Era electrizante.

Al soltarlo, Jimin se lanzó a sus brazos, dando un abrazo fuerte, suspiró cerrando los ojos, recargado en su pecho, oliendo aquel aroma varonil que tanto le gustaba. Estaba feliz de verlo y de ninguna manera lo iba a ocultar.

Yoongi suspiró, la confusión nublada su mente, lo separó de su cuerpo y miró alrededor. Era un departamento lindo, le había pedido a Taehyung que eligiera uno cómodo y elegante, aunque parecía más vacío que su propio departamento, desprendía un aura vivaz.

—Es lindo, has cambiado algunas cosas ¿No?

—Movi unas cosas—sonrió—. Y otras creo que quiero reemplazarlas, poner más color. Taehyung me dijo que me ayudaría a elegir algunas cosas.

—Eso es bueno ¿Qué tal la universidad?

Suspiró profundamente. —Soy un asco, apenas empezó, pero, siento que fracasare, mucha información, demasiada tecnología y soy un ignorante. Me siento fatal.

—Nadie nace sabiendo las cosas—elevó una ceja—. Es algo nuevo para ti, es normal que te cueste al principio, pero no te desanimes, yo sé que podrás lograrlo—despeinó sus cabellos—. No seas fatalista, anda, ¿Ya comiste algo?

—Ammm, estaba por preparar algo de ramen—sonrió.

—¿Ramen? Eso no es comida, no me digas que no has cocinado de forma decente.

Jimin enrojeció y se encogió de hombros. —Lo intenté, pero no soy bueno en la cocina, se preparar cosas básicas, cereal, ramen y sopas. Como en la escuela y a veces en el restaurante cercano, hacen buena comida y es económico.

Yoongi rodó los ojos. —Vamos a preparar algo, pero primero veré qué es lo que tienes, debes de tener más cuidado con lo que comes, enfermaras del estómago.

Se encaminaron a la cocina, Yoongi miró todo tan ordenado, abrió las alacenas encontrando decenas de ramen y comida instantánea, el refrigerador tenía lo ideal para cocinar y había algo de carne en el congelador. Tomó lo necesario para hacer una comida decente, se quitó el saco y lo dejó por ahí, entonces, se arremango las mangas y miró a Jimin quien le observaba atento.

—¿Tienes mandiles?

Jimin se acercó a una de las cómodas y sacó un mandil negro, se lo tendió a Yoongi quien lo acomodó sobre su ropa.

—¿En qué ayudo?

—Lava y corta esos vegetales, y hazlo con cuidado no quiero que te lastimes.

—A la orden.

Yoongi comenzó a preparar un marinado para la carne, de reojo miraba a Jimin quien estaba concentrado en cortar cuidadosamente los vegetales, sonrió a medias y se ocupó en lo que estaba haciendo, trataba de no pensar ni darle vueltas a lo que estaba haciendo en esos momentos, dejaba que las cosas fluyeran, aunque la pregunta estaba en el aire. ¿Por qué estaba ahí?

Estaba cocinando, podía sentir la presencia de Jimin cerca, este se acercó, puso las manos en su hombro y la barbilla sobre éstas, le miró y observó su sonrisa traviesa, parecía un niño pequeño curioso.

—¿Por qué me ves así?

—Te extrañé ¿Tú me extrañaste? Aunque sea un poco.

—Lo hice—asintió desviando la mirada a la comida—. Y ahora no sólo te voy a extrañar, sino también me voy a preocupar de que estés comiendo basura.

—No es basura, lo siento no soy bueno cocinando, sé hacer pocas cosas—rio por lo bajo sin dejar de mirarlo.

Yoongi negó, elevó la cuchara a sus labios. —Prueba.

Jimin abrió la boca y lo probó, cerrando los ojos por el esquicito sabor, suspiró satisfecho. —Es demasiado bueno—le sonrió—. Eres un experto en la cocina ¿Por qué?

—Te lo contaré después, arregla la mesa, ya está listo.

Lo vio de reojo asentir frenético antes de separarse para acomodar la mesa, Yoongi apretó la mandíbula, tratando de dejar de lado el hecho de que su pecho experimentó un calor tenue al ser mirado de esa manera. Estaba actuando como un demente, ni siquiera sentía que era lo correcto estar ahí.

Sirvió los dos platos y los llevó a la mesa, Jimin había acomodado todo de forma sencilla, diferente a como lo hacían en su casa, los dejó sobre la mesa y se sentó, Jimin sirvió dos vasos de jugo, le observó con una ceja alzada.

—Bien, provecho—dijo con un suspiro.

—Provecho—rio animado.

Un tipo de risa singular, Jimin era extraño, para él era un experimento que salía de su mundo, raro en su forma de expresarse, tan genuina, sin tener que cuidarse de nada, como si no temiera lo que los demás pensaran de él.

—Esto es delicioso.

—Necesitamos hacer algo con tu forma de comer, puedes enfermar, tal vez contratar a alguien.

—No me sentiría cómodo con eso.

Yoongi suspiró. —Trata de comer algo sano, hay restaurantes que pueden traerte las tres comidas. ¿Por qué te ríes?

—Porque te preocupas por mí—dijo con orgullo.

—Como sea, come—bufó llevando la vista al plato.

No quería que las cosas se malinterpretaran, su boca estaba más suelta que otros días, no pensaba con claridad, lo que le estaba ocasionando muchos problemas, aunque una parte de él, la que quería mantener en margen sus sentimientos, le decía que todo lo que estaba haciendo ayudaba a su plan, que Jimin estuviera enamorado, no hacía más que facilitar las cosas.

Terminaron de comer, con una plática trivial sobre el clima y el trabajo, recogieron la mesa, Jimin le miró con una sonrisa.

—¿Te quedarás?

—¿Quieres que me quede? ¿No estabas haciendo la tarea? —elevó una ceja.

—Puedo terminarla rápido—tomó su brazo con la frente fruncida, como si se negara a soltarlo.

—Bien—suspiró—. Puedo revisar unos correos en el celular mientras tanto, anda.

Se encaminaron a la sala, la mesa de centro estaba llena de libros y de un portátil, Jimin se sentó en el piso frente a este, Yoongi lo hizo en el sillón. Se acomodó sacando su celular y revisando sus pendientes, últimamente y después de la muerte de su abuelo había mucho qué hacer. De reojo miraba a Jimin, este mordía ligeramente su labio inferior, concentrado en lo que sea que estuviera leyendo, el gesto era tierno, negó ligeramente sacándolo de su mente, para concentrarse en lo que estaba leyendo, pero no podía evitar verlo, parecía confundido.

—¿Qué sucede? —preguntó con un suspiro.

—No sé nada de finanzas—dijo al tiempo que le observaba con un puchero.

Yoongi chasqueo la lengua. —Ven—señaló en medio de sus piernas.

Jimin acercó sus cosas, posicionándose en medio de las piernas de Yoongi, esté se encorvó para ver sobre su hombro, estaban realmente cercas, Jimin estaba sonrojado, le dio un beso en la mejilla, cosa que sorprendió a Yoongi por unos momentos. Sonrió a medias, para besar la punta de su nariz, y regresar la mirada al portátil.

—Concéntrate—dijo explicando.

Era una tarde diferente, repleta de cosas que no estaba acostumbrado a hacer, después de ayudar a Jimin ambos se quedaron en el sofá, mirando una película, que a sus ojos no tenían ningún sentido, pero que Jimin parecía disfrutarla demasiado, porque reía en las partes graciosas y arrugaba la frente cuando el protagonista hacia algo cuestionable.

No le importaba el tiempo, ni que la noche estuviera cubriendo el cielo, tampoco le importaba no mantener aquel semblante formal, era como si al lado de Jimin pudiera ser una persona completamente diferente.

Lo llevó a la habitación, sin despegar sus labios, era gratificante besarlo después de mucho tiempo, su cuerpo seguía siendo cálido y real, disfruto de los sonidos de placer que lanzaba cuando atacaba con su boca su pecho, o la forma en la que sus dedos se enredaban en su cabello y apretaban sus hombros.

—Te extrañé—susurró contra su cuello, quería llenarlo de él, saciarse con su ser.

Porque, para Yoongi, Jimin era el único que demostraba emociones y sentimientos reales, era el único que lo amaba. Aunque él no pudiera amarlo.


















Jimin despertó sintiendo todos los músculos de su cuerpo doler, no de una forma insoportable, si no, de una placentera, recordando lo que había sucedido la noche anterior, su corazón comenzó a latir con fuerza, se sentó en la cama, dándose cuenta que estaba solo e hizo un puchero, se preguntaba si Yoongi se había ido mientras dormía y la respuesta le decepcionaba.

Se levantó poniéndose una sudadera y salió a la cocina a comer algo antes de tomar un baño, estaba aún adormilado, pero algunos sonidos le despertaron, se acercó lentamente, quedándose en la entrada, mirando a Yoongi concinar, este no llevaba camisa, sólo los pantalones de dormir, que estaba seguro que había tomado de su closet, su espalda pálida tenía algunas marcas rojas de araños, se avergonzó al pensar que él pudo hacer algo así.

Sigilosamente se acercó, abrazando su cintura desnuda y acomodando la mejilla en su espalda, Yoongi suspiró antes de reír.

—Al fin despiertas, ve a bañarte, el desayuno casi está.

—¿Qué haremos hoy?

—Tú irás a la universidad y yo a la oficina. Anda que se hace tarde.

Jimin hizo un puchero, pero asintió, besó el hombro de Yoongi antes de salir corriendo, dejándolo con un nudo en la garganta, Yoongi se volvió hacía donde Jimin se había ido y mordió su labio inferior.

—¿Qué mierda estás haciendo Yoongi? —se dijo a sí mismo.

La burbuja se estaba reventando lentamente.
























—¿Te veré pronto? —preguntó Jimin cuando aparcaron en la entrada de la universidad.

—Haré lo posible—respondió Yoongi con una media sonrisa—. Cuídate mientras tanto.

Jimin se acercó a él y le dio un beso ligero en los labios, Yoongi acarició su mejilla sin dejar de mirarlo.

—Nos vemos entonces, cuídate—dijo Jimin con una enorme sonrisa antes de salir del auto y despedirse con la mano.

Yoongi lo observó irse y cerró los ojos unos momentos, se repetía a sí mismo que nada de lo que hacía estaba mal, porque seguía siendo parte del plan, y que lo que sentía no era nada. 







Holi 🖤💛

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